CAMINO REAL DE GUADALUPE (3) CALERA EL BERCIAL

CAMINO REAL DE GUADALUPE (3) CALERA- EL BERCIAL

Mientras hacemos este tramo recorremos los campos y páramos entre Calera y Alcolea con el farallón de Gredos al fondo

Desde Calera y Chozas partimos en dirección oeste siguiendo el cordel que va paralelo a la carretera de Talavera a Valdeverdeja, coincidiendo incluso con su trazado en algunos tramos. El paisaje era desolador a la vista de muchos viajeros que pasaban en siglos pasados por estas llanuras limitadas por el valle del Tajo y las rañas que se prolongan desde las sierras jareñas si miramos hacia el sur y por las llanuras y el gran farallón a veces nevado de Gredos que se eleva majestuoso al norte, dominando por su altura el pico Almanzor.

Hoy día se intentan explotar estas tierras para el regadío mediante canalizaciones desde el río Tajo, pero antiguamente viajeros como Antonio Ponz decían: “Causa lástima ver cuán eriales son las tierras desde Calera hasta Puente del Arzobispo; siendo estas de excelente calidad, no se descubre sino tal cual casa de labranza, muy distantes unas de otras”.

Verracos vettones de El Bercial con el curioso verraco siamés

Algunas de estas antiguas labranzas construidas con adobes mantienen sus arruinados muros lamidos por las aguas sobre colinas cercanas, pero otra gran parte de este territorio estuvo aprovechado para pastos pues toda la comarca era visitada por los ganados trashumantes que encontraban aquí las hierbas de invierno que las frías tierras de Castilla la Vieja o de León les negaban. Hasta aquí venían por ejemplo las cuarenta mil cabezas de ganado merino que bajaban a extremos desde Burgos enviadas cada otoño por el monasterio de las Huelgas Reales. Cerca del kilómetro veintiséis de la carretera parte hacia la izquierda una pista que nos acercará a un viejo edificio que se divisa al sur, se trata de las casas de El Bercial.

Columna probablemente romana del El Bercial juto a los verracos. Tal vez fue el rollo jurisdiccional de la villa de El Bercial

Alfonso VIII donó al Hospital del Rey de Burgos, regentado por el monasterio de las Huelgas Reales de esa misma ciudad, la dehesa que entonces se conocía como “Real Vosque, Villa y Casa de Vercial”. Su tierra se dividía en diez departamentos o millares donde pastaban las ovejas que eran propiedad del monasterio. Como tenía consideración de villa, tenía su rollo y su horca, así como la iglesia parroquial y una casa- palacio, actualmente en pie, donde residía el Caballero-Comendador, delegado de la abadesa del monasterio para administrar la cabaña. La campana del torreón tenía por fin “llamar a los pastores repartidos por la dehesa en el caso de ser acometidos en tal desierto de alguna invasión de gente de mal vivir o de algún incendio”. Contaban también con “fuertes y seguros calabozos con porzión de grillos y cadenas y todo género de prisiones”

Los habitantes de los alrededores se beneficiaban de la finca con la recogida de criadillas de tierra, muy valoradas en toda España, y con la corta de retamas destinadas a los hornos alfareros de Puente del Arzobispo. Esta actividad contribuiría sin duda a la deforestación que actualmente se observa en el paisaje de la zona. En su término se encontraban, sobre la orilla del Tajo, los antiguos molinos de Ciscarros y el puente de Pinos que pertenecía a las monjas de San Clemente de Toledo, señoras del pueblo de Azután.

Inscripción romana sobre mármol en el patio de El Bercial de San Rafael

Hoy día esta finca se denomina El Bercial de San Rafael y pertenece al patronato que financia al hospital de San Rafael de Madrid. Quedan muestras en su entorno de haber sido habitado el territorio desde antiguo, como demuestran los dos curiosos verracos unidos por el costado a modo de siameses y otro más deteriorado, esculturas zoomorfas que nos hablan de las raíces célticas de estas tierras que antes de los romanos estuvieron habitadas por los vetones que las esculpieron. Varios son los hallazgos romanos de los alrededores, como la fuente de La Solana, que cuenta con dos sepulcros antropomorfos por abrevadero, o la fuente de El Arco, en la que se aprecia una piedra de molino romana formando parte de su estructura. Pero sin duda la pieza más valiosa se encuentra encastrada en el muro del hermoso patio del palacio. Se trata de una inscripción sobre mármol que según algunos eruditos se refiere a la muerte de un joven en unas carreras y para otros dice que el individuo en cuestión murió joven, demasiado rápidamente.

Fuente de La Solana con dos sepulcros romanos como abrevaderos

CAMINO REAL DE GUADALUPE (2) CALERA Y CHOZAS

CAMINO REAL DE GUADALUPE (2) CALERA Y CHOZAS

Monumento al quinto centenario del descubrimiento en Calera. Fray Mateo de Cobisa fue evangelizador de Taiwan

Nos marchamos de Alberche del Caudillo por el mismo camino que hemos traído, es decir, por el Camino Viejo de Calera. El cordel sigue discurriendo entre las huertas de la vega del Tajo donde se ha pasado del cultivo de tabaco y algodón con que se iniciaron los regadíos en los años cincuenta al actual aprovechamiento fundamentalmente forrajero de maíz y alfalfa, pues parece que estas tierras de Talavera, tradicionalmente ganaderas, vuelven irremisiblemente una y otra vez a su ancestral aprovechamiento pecuario. Aún así, se encuentran algunas parcelas aprovechadas para frutas y verduras y los restos arruinados de algunas de las antiguas huertas que, antes de la construcción del canal del Alberche, sacaban con norias las abundantes aguas del subsuelo. Seguir leyendo CAMINO REAL DE GUADALUPE (2) CALERA Y CHOZAS

CAMINO REAL DE GUADALUPE , de Talavera o camino viejo (1)

Camino Viejo, de Talavera o Real de Guadalupe

Primera etapa. Talavera-Alberche

Puente del siglo XV sobre el arroyo de Bárrago

Vamos a comenzar nuestro viaje a Guadalupe por el camino más antiguo. Se trata del camino que históricamente unía Talavera de la Reina, capital de un extenso alfoz, con las aldeas de La Jara más occidental. Es una de las vías que condujo a los primeros pobladores medievales hasta los valles de los ríos Ibor y Gualija y a las dehesas del Pedroso y de Los Guadalupes. En esta última es tradición se apareció la Virgen a un vaquero cacereño, fundándose el monasterio al que peregrinarían millones de personas desde el siglo XIV. Este camino ha sido tradicionalmente conocido con el nombre de “Camino Real” por haber sido protegido y utilizado por diferentes monarcas. En Guadalupe se denomina “Camino de Talavera” .

Laguna junto al río en Talaverilla

Partiremos desde Talavera de la Reina por el camino del cementerio para coger el Camino Viejo de Calera, un cordel ganadero por el que discurre una pista que casi en todo su trayecto va paralela a la actual carretera de Talavera a Valdeverdeja. Pasamos primero junto al popular barrio de Patrocinio de San José y después de unos tres kilómetros cruzamos el arroyo de Bárrago por un antiguo puente de finales del siglo XV. En el muro de la cabecera de la ermita de la Virgen del Prado se encuentra el blasón, encastrado anteriormente en el puente, de su constructor el cardenal Mendoza. Más adelante atravesamos el arroyo de Baladiez y poco después sale un camino a unos trescientos metros hacia la derecha que puede llevar a quien lo desee a Talavera la Nueva.

Vista aérea de Talaverilla, uno de los «pueblos nuevos» recién construido

Los “Pueblos Nuevos”: Nos vamos adentrando en nuestro viaje en la vega del Tajo. Sus fértiles tierras fueron parceladas en los años cincuenta para explotar los regadíos que aprovechan las aguas del Canal Bajo del Alberche, alimentado por la presa de Cazalegas y excavado por los presos forzados republicanos de la penitenciería de Santa Apolonia. Las instalaciones de ésta fueron casi totalmente dinamitadas el día antes de ser inaugurados por el general Franco los nuevos pueblos que acogerían a los colonos.

Los viejos secaderos de tabaco salpican la vega según vamos por el camino Real de Guadalupe

Estas poblaciones fueron diseñadas y construidas por el Instituto Nacional de Colonización. Talavera la Nueva y Alberche del Caudillo son dos de ellas y conservan en gran medida su fisonomía característica, muy uniforme en su trazado urbanístico y en el aspecto de su blanco caserío dotado de los típicos elementos rurales como, ayuntamiento, cementerio, iglesia, fuentes, pilones etc. Pero tienen sin embargo un sabor muy peculiar, entre andaluz y castellano, que no deja de tener su encanto. Los colonos eran de muy diversa procedencia, constituyendo un grupo muy numeroso el de los emigrados de La Vera, considerados históricamente buenos hortelanos y cultivadores de regadío. Otras gentes eran originarias de pueblos cercanos como Gamonal, Navalcán, Parrillas o Segurilla, o bien de lugares afectados por la construcción del embalse, como es el caso de San Román, Cazalegas o Pepino.

Familia de colonos en los pueblos nuevos de los regadíos de la vega talaverana

En el término de Talavera la Nueva se localiza un importante yacimiento arqueológico:

Mosaico de la villa de Saucedo que representa dos delfines con las colas enredadas en un tridente. Foto de un folleto municipal

La villa romana de Saucedo. Nos desviaremos de nuestra ruta y nos acercaremos a Talavera la Nueva para seguir después por el camino de El Casar y, pasado el puente sobre el ferrocarril Madrid-Lisboa, tomaremos a la derecha el camino que discurre paralelo a la vía y luego nos desviaremos por el primero a la derecha. Algo más de dos kilómetros en total que nos acercarán a esta villa romana en la que se realizan campañas estivales de excavación y estudio. Se trata de una explotación agropecuaria cuyas construcciones se sitúan entre los siglos I y VII de nuestra era. Durante las centurias III y IV, se construyó una villa de corte palaciego donde vivía el señor o dominus y de la cual debemos destacar los noventa y siete metros cuadrados de  mosaicos con bellos motivos geométricos y un curioso panel con dos delfines enlazados con un tridente.

Restos de los baños de la villa romana de Saucedo en Talaverilla

También se debe reseñar la existencia de un complejo termal con su vestuario y baños caliente, templado y frío para el disfrute de los habitantes del conjunto señorial. Entre sus ruinas se han encontrado fichas y otros elementos de los juegos con los que mataban el tiempo sus usuarios. Estas dependencias tienen un ingenioso sistema de calefacción a través del suelo y de dobles paredes. Como todas las villae que aprovechaban las buenas tierras de la vega talaverana, esta de Saucedo cuenta con una zona de trabajo donde se sitúan las dependencias de almacen, talleres, almazaras, cuadras etc…

Torre de la iglesia de Alberche

El lugar puede que fuera ya considerado sagrado en tiempos prerromanos, tal vez se localizaba en las fuentes próximas un culto a las ninfas, pero a finales del siglo V se cristianiza modificándose las estructuras anteriores para conseguir una edificación basilical con una piscina para bautismos por inmersión. En el siglo VIII, un nivel de incendio indica la destrucción de la villa durante los últimos años de la España visigoda. En “Talaverilla”, como cariñosamente se conoce a esta población en la zona, podemos adquirir alguna pieza de la tradicional cerámica talaverana que también aquí fabrican sus artesanos. En la piscina municipal se puede comer algo antes de volver al camino.

Volvemos al camino principal y seguimos nuestro trayecto a través de las vegas del Tajo por el Camino Viejo de Calera llegando a Alberche del Caudillo que, como hemos dicho ya, es una localidad fundada también por el Instituto Nacional de Colonización que parceló todas estas tierras en 437 unidades de entre cuatro y cinco hectáreas para los colonos y 202 huertos familiares de media hectárea para los obreros agrícolas, todo ello regado por una red de acequias de 325 kilómetros entre las que se salpican las huertas, establos y los secaderos, recuerdo su antiguo aprovechamiento tabaquero.

 

Fiestas: Aunque hubo que buscar el santo patrón en cuyo honor celebrar las fiestas en estos “pueblos nuevos”, no por ello dejan sus festejos de tener el encanto y la alegría de las manifestaciones rurales.

En Talavera la Nueva se celebra el día del patrón el segundo domingo de septiembre bajo la advocación de San Francisco de Asís. En Alberche se festeja a San Miguel y San Isidro, como no podía ser menos en estos pueblos creados para la agricultura, y se va en romería a una ermita cercana donde se hacen  las típicas pujas y bailes.

CAMINOS DE GUADALUPE 2, LA LEYENDA DE LA APARICIÓN

CAMINOS DE GUADALUPE 2, LA TRADICIÓN DE LA APARICIÓN

Cuadro que escenifica la aparicion de la virgen de Guadalupe a Gil Cordero

Vamos a conocer ahora la leyenda de la aparición que aparece en los más antiguos códices, con referencias no sólo a la aparición en sí, sino a los orígenes legendarios de la imagen.

En algunos de esos antiguos documentos del siglo XV y XVI se atribuye la autoría de la talla de la imagen al mismo San Lucas, quien habría tenido a la misma Virgen como modelo. Muerto San Lucas en Asia Menor la imagen fue enterrada con él y acompañó al cadáver cuando fue trasladado a Bizancio en el siglo IV, y a ella se encomendaron sus habitantes cuando un terremoto asoló la ciudad del Bósforo.

En el año 581, siendo cardenal el futuro papa Gregorio Magno se encontró allí con San Leandro, arzobispo de Sevilla fraguándose entre ellos una gran amistad. El emperador Tiberio II  regaló a Gregorio la imagen y algunas reliquias y éste cuando accedió al papado llevó a Roma la imagen que con motivo de una epidemia fue sacada en procesión, cesando la peste por los lugares que iba recorriendo la comitiva y apareciéndose un ángel sobre el castillo, que desde entonces se llamaría de Sant Ángelo, limpiando y enfundando la sangre de su espada, símbolo de la pestilencia.

Imagen de la Virgen de Guadalupe

Convocado concilio en Roma, San Leandro envió a su hermano San Isidoro por no poder ausentarse de Sevilla debido a los problemas habidos con los arrianos. Gregorio Magno le dio la imagen y otros objetos para que los llevara a la ciudad del Guadalquivir. En el camino se desató una tempestad y un clérigo sacó la talla de un arca encomendando la suerte de la expedición a la Virgen. Cesó de inmediato la tormenta y el barco pareció iluminado por cientos de cirios.

Cuando en 711 los árabes invaden España huyen las gentes de  Sevilla y unos clérigos toman la imagen y otros objetos sagrados y escapan hacia el norte. Cuando se hayan “fuera de camino” por los valles del Guadalupejo encuentran una ermita con un sepulcro de mármol donde se hallaban los restos de San Fulgencio, lo que se contradice con otra leyenda según la cual son hallados en Berzocana junto a los de Santa Florentina dentro de un sepulcro permaneciendo hoy en su iglesia parroquial. Los clérigos excavan una cueva en la ermita escondiendo la imagen acompañada de una campanilla y una carta y allí permanecen hasta el siglo XIII en que se produce el hallazgo milagroso de la imagen.

La que por tradición se considera casa del Gil Cordero en Guadalupe

Cuando un pastor cacereño llamado Gil Cordero andaba con sus ganados por estos valles se extravió una de sus vacas y después de buscarla varios días la encontró muerta junto a una fuente. No viéndola mordida de lobos u otras alimañas sacó el cuchillo para desollarla, abriéndola como era costumbre por el pecho en forma de cruz. En ese momento se levantó viva la vaca y se apareció la Virgen diciendo al pastor que pusiera la vaca con las otras y fuera a su tierra a buscar a los clérigos para decirles que debían cavar en el lugar de la aparición y que hallarían allí una imagen. Al principio se rieron de él pero debido a la señal que todavía llevaba la vaca en forma de cruz le escucharon. Cuando llegó el pastor a su casa encontró a su hijo muerto y a su mujer llorando. El pastor consoló a su mujer diciéndola que no se preocupara pues Santa María de Guadalupe le devolvería la vida, y así fue, levantándose el muchacho sano y salvo. Los clérigos acabaron así de creerle y acudieron a Guadalupe excavando en la cueva y encontrando la imagen con la carta que describía su periplo y la campanilla.

Pastor y clérigos de Cáceres descubren, junto al río Guadalupe, la Imagen de Guadalupe,obra de Juan de Santa María, siglo XVII.

SANTA ÚRSULA en azulejería de talavera

SANTA ÚRSULA

Santa Úrsula en un panel de la iglesia de Villanueva de la Vera

La biografía de esta santa y la de sus once mil compañeras vírgenes entra más bien en el terreno de lo legendario. La historia tiene su origen en una inscripción en piedra de la iglesia de Santa Úrsula en Colonia. La santa, cuyo nombre no aparece hasta el siglo XI, habría sido hija de un rey cristiano de Bretaña que recibió la visita de los embajadores de un monarca pagano de Inglaterra que venía a pedirle la mano de su hija para el príncipe Conon. La joven puso como condición que su prometido debería convertirse y acompañarla en un viaje de tres años por el mundo con diez vírgenes que a su vez irían acompañadas cada una de otras mil muchachas. Las doncellas llegaron de muchos países y todas se convirtieron al cristianismo. Parece que el número tan abultado de vírgenes procede de una mala interpretación de la abreviatura XIMV que significaría “once mártires y vírgenes” y no “once mil vírgenes”.

Panel de azulejos de Puente del Arzobispo a la entrada de Villanueva de la Vera

Inician su viaje por mar ascendiendo después por el Rin en los barcos. Después de algunos curiosos episodios arriban a Colonia y Basilea. Llegan después a Roma y allí se entrevistan con el Papa Ciriaco que bautiza al novio con el nombre de Eterio y acompaña a la comitiva en el camino de vuelta, pues había tenido una visión en la que  recibió la orden de acompañarlas y sufrir con ellas el martirio.

Cuando regresan a Colonia hacia el año 383 son atacados por los hunos que matan al príncipe e intentan violar a las jóvenes sin conseguirlo, matándolas finalmente a todas. Úrsula a su vez es presionada por el rey de los bárbaros para que se convierta en su mujer, pero al negarse es asesinada por una flecha que la atraviesa el corazón. Todos los mártires de la expedición fueron enterrados en la iglesia de Colonia.

Santa Úrsula y las once mil vírgenes en el panel de Villanueva de la Vera

*Iglesia parroquial de Villanueva de la Vera (Cáceres). Frontal de altar del lado del evangelio. Siglo XVI. Policromía. Enmarcada con otros azulejos con motivo vegetal renacentista. Úrsula, coronada, viste ricamente como corresponde a su posición real y debajo del manto lleva la túnica ceñida. Su atributo es una flecha que lleva en su mano derecha, además de la palma, que también llevan las vírgenes que la acompañan.

LOS CAMINOS DE GUADALUPE 1, GUADALUPE TIERRA DE TALAVERA

LOS CAMINOS DE GUADALUPE 1,

GUADALUPE TIERRA DE TALAVERA

Imagen de la Virgen de Guadalupe en el claustro de la hospedería.

EL rey Sancho IV había tomado su venganza contra la hidalguía talaverana por el apoyo que había prestado a su padre Alfonso X durante el conflicto bélico que enfrentó a ambos. Entre la historia y la leyenda podemos considerar la muerte de cuatrocientos caballeros de la villa del Tajo que fueron ajusticiados por Sancho el Bravo. Descuartizados, sus pedazos fueron colgados de la puerta que desde entonces se llamó Puerta de Cuartos.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0025.jpg

Algunos historiadores consideran que el deseo de reconciliarse con Talavera llevó al rey a concederla tres grandes dehesas para repoblarlas al sur de su extenso alfoz. Una de ellas era la dehesa de los Xebalillos, zona de la actual cabecera del río Gébalo. Otra era la dehesa del Castrejón de Ibor, lo que aproximadamente hoy se conoce como comarca de Los Ibores. La tercera era la dehesa del puerto de Juan Román, Ivan Román en grafía medieval, que abarcaba los términos de Valdecaballeros y Castilblanco, actualmente en la provincia de Badajoz, además de Alía y los bosques y montes cercanos al río Guadalupe, más tarde conocidos como dehesa de Los Guadalupes.

Guadalupe en una antigua fotografía

“ Sepan quantos esta carta vieren cómo nos don Sancho…por hacer bien y merçed al conçejo de Talavera, porque han pocos pueblos e no an común ninguno e porque el Rey nuestro padre les tomó el montadgo que solían aver, por la merçed que hizo a los pastores, dámosles tres dehesas en su término que las ayan e se aprovechen dellas para su común y las puedan arrendar y puedan hacer en ellas todas las cosas que en su pro sean…E mandamos que aya estas dehesas para siempre jamás con las aguas e los pastos e con los montes e con las mudas de los açores e de los falcones que en ella son o fueren de aquí en adelante e defendemos firmemente que ninguno sea osado de las entrar en ellas”.

Capiteles del humilladero de Guadalupe

En el territorio de esa dehesa de Ivan Román se localiza según la leyenda la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe. Esa leyenda no data concretamente el momento en que se produce el hallazgo de la talla pero, por el contenido del relato, sabemos que la talla es escondida por clérigos sevillanos que huyen de la persecución musulmana y es hallada más tarde, cuando ya el territorio ha sido reconquistado por los cristianos.

Por ello, el comienzo de la devoción guadalupana se situaría probablemente en el siglo XIII, como parece indicar el estilo de la escultura y el hecho de que hasta la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212 no se puede considerar este territorio poblado por cristianos, debido a la inseguridad producida sobre estos despoblados por las frecuentes razzias árabes.

Vista de la Puebla de Guadalupe

Ya en el siglo XIV se produce la aparición de la imagen de la que hablaremos en el siguiente capítulo y la segregación del territorio por Alfonso XI para levantar el monasterio.

LA JARA BELLA Y OLVIDADA

LA JARA BELLA Y OLVIDADA

La Jara Occidental desde el mirador de La Estrella

Otoño de 2017. No creo que haya en todo el territorio nacional una comarca menos conocida, aun teniendo grandes atractivos, que La Jara. Pero no les voy a hablar de la ciudad de Vascos, ni de los caminos de Guadalupe, de la Vía Verde o de sus cañadas.

En el día de la hoy diluida y denostada Hispanidad he ido a uno de sus pueblos, da igual cual sea. En el camino me pregunto cómo se habrá perdido por aquí una turista extranjera que caballera de su bicicleta se va poniendo como un tomate con este sol otoñal que le da a La Jara cierto tono africano, con la paja pisoteada por las ovejas de tanto rebuscar algo que llevarse a la boca, los almendros resistiendo a duras penas el calor con las hojas pardas, y las jaras ya amarillentas y pringosas intentando retener las últimas moléculas de agua. Sin embargo, su olor y el de los cantuesos se hace más intenso con este calor tardío.

Patio jareño

Quería hacer unas fotos de esos pozos, zahurdas y chozos que se encuentra más frecuentemente en el entorno inmediato de los pueblos. Lugares de cuadras y muladares que, aunque afeados por las naves de construcción más reciente y las escombreras, siguen teniendo cierto aspecto de aduar marroquí.

Y paseo viendo caídas las alambradas que intentaban marcar una propiedad que ya a nadie interesa, y los últimos intentos de los años sesenta y setenta por hacer el campo productivo, con sus uralitas y sus ladrillos de gafa, e imagino la ilusión del campesino que no se resignó y que cavó un pozo con su alberquilla como último intento de volver fértil el escaso suelo aprovechable sobre las pizarras, con un motor de gasoil de dos tiempos que se oxida, al igual que una vieja furgoneta en la cerca de al lado, de esas que se ponían a modo de chozo improvisado, otro ejemplo de ese arte kitsch rural de somieres utilizados de portera y de bañeras de desecho recicladas como abrevaderos.

Pozo jareño cubierto

Recorro el pueblo con la cámara y sé, porque me lo han preguntado muchas veces, que las escasas vecinas, que hablan con fruición de médicos y enfermedades asomándose recelosas al ver pasar al forastero, piensan que soy del catastro o de la empresa de electricidad, y me miran con desconfianza, porque a los pueblos casi nunca ha venido nadie a darles nada, solo a estrujarles.

Como es puente, han llegado al pueblo algunas familias urbanas de hijos del pueblo, y veo en un patio a tres chicas mirando sus móviles sin hablarse entre ellas, devorando una bolsa de pringosos aperitivos refritos en saludable aceite de palma. Y pienso que ninguna sabrá distinguir un gorrión de un jilguero y que para ellas esto de venir al pueblo a ver a la abuela, sin wi-fi, solo es un coñazo que esperan pasar lo antes posible.

Colemas de La Jara fabricadas con corcho

Y me acerco a un bar pensando observar y escuchar a gentes del país, y solo encuentro una joven pareja de Madrid que chulea de su viaje de novios a Cancún ante un vecino de mono y gorra de la Caja Rural. Entro y me atiende un hombre con tatuajes que da la sensación de ser uno de esos urbanos que ha venido al pueblo huyendo románticamente de la ciudad y que no durará mucho aquí, como tantos otros. Un enorme cartel del grupo de rock duro alemán Rammstein preside el bareto, aunque por lo menos me ponen unos torreznillos y no unas gambas que ya degustó Viriato, como me pusieron en el pueblo anterior, o cazón en adobo como si esto fuera la plaza de las Flores de Cádiz.

Tal vez no valga ya la pena guardar toda la cultura rural de nuestros pueblos que a nadie interesa y que los políticos desprecian absolutamente en su absoluta ignorancia. Quizá esto que hace uno no tenga ya ningún sentido y este polvo y las pajillas que levanta el aire solano, y que impregnan a la extranjera de la bici untada de crema, acabe también cubriendo las aldeas jareñas como acabó cubriendo las chozas de los hombres que hace cuatro mil años llevaron los pedruscos para levantar el dolmen de Azután, junto al que paso en ese momento, y que ni siquiera tiene un cartel que nos indique su presencia.

LA JARRA DE SANTA TERESA Y SUS REPRESENTACIONES EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SANTA TERESA DE JESÚS EN AZULEJERÍA TALAVERANA

Panel de azulejería de Talavera de la iglesia de Castillo de Bayuela que representa a Santa Teresa de Jesús

Nació en Ávila en 1515 en una familia numerosa. Con su hermano Rodrigo leía desde niña vidas de santos y ambos demostraban mucha piedad, hasta el punto que decidieron escaparse para hacerse mártires. En vista del fracaso de su iniciativa decidieron hacerse ermitaños construyendo una cabaña en el jardín de su casa. En la adolescencia, Teresa se alejó de su fervor religioso porque devoraba las lecturas de caballería y por la lógica inclinación de una joven de su edad por las modas y la belleza física. Su padre la envió a estudiar al colegio de las agustinas de su ciudad, pero tras una enfermedad severa aumentó su vocación y, aunque al principio se opuso su padre,fue a ver a su amiga Juana Suárez al convento de la Encarnación con la idea de quedarse con ella. Pero la enfermedad siguió afectándola todavía durante tres años, llevándola su padre a su casa para la convalecencia en compañía de Juana. Después de un tiempo de cierta relajación espiritual, tuvo la sensación ante un Cristo ensangrentado de que le reprochaba su falta de piedad, y creyó también que María Magdalena la intentaba guiar a un camino de penitencia. Comenzó a dedicarse a la oración con intensidad e incluso empezó a tener visiones que, salvo por su confesor jesuita y algunos de sus más allegados, fueron en principio muy criticadas y consideradas obra del demonio, hasta que recibió la visita de San Pedro de Alcántara que confirmó el origen divino de sus visiones. Comenzaron también sus experiencias místicas con episodios de éxtasis y la llamada Transverberación.

Santa Teresa en un retablo de cerámica, moderno de Talavera en a iglesia de Nombela

Santa Teresa es una de las Doctoras de la Iglesia por sus escritos místicos como “Castillo Interior”, “Camino de perfección”, o su “Libro de las Fundaciones”, pues fueron muchos los conventos de descalzas que fundó, a pesar de la oposición y las críticas de muchos que consideraban negativa la reforma del Carmelo. Murió el 4 de octubre de 1582.

*Convento de las madres carmelitas de Talavera de la Reina. Siglo XX. Placa en policromía que forma parte de un panel en el que se indica el horario de visitas del convento. Representa el retrato más conocido de la santa que aparece con su hábito carmelita en actitud de oración y con una filacteria que dice: “…y el Espíritu Santo inspirando su sabiduría”.

Azulejería de Ruiz de luna repesentado a los santos abulenses en la iglesia de Arenas de San Pedro

*Iglesias  parroquiales de Castillo de Bayuela y Arenas de San Pedro. Series de Ruiz de Luna sobre los santos de la diócesis de Ávila. Siglo XX (hacia 1933). Policromía. Enmarcado en óvalo con motivos renacentistas de roleos y recortes, escudos de Castillo de Bayuela, y carmelitas, además de querubines. Se muestra con su hábito del Carmelo tomando la pluma y con una de sus obras en la mano debido a su condición de escritora mística y Doctora de la Iglesia.

Jarra de cerámica de Talavera en la que bebía Santa Teresa de Jesús

*Capilla del monasterio de los jerónimos. Siglo XX. Azul y blanco. Enmarcado con línea de perlas y bastones, listón azul, cenefa de motivos renacentistas con roleos y querubines. La santa inspirada por el Espíritu Santo mira al espectador mientras reza apoyada sobre su escritorio. Una ventana sugiere su aspecto de fundadora por vislumbrarse a través de ella un claustro conventual.

GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

Dolmen de Navalcán que habitualmente se halla inundado por el embalse de Guadyerbas

Hay dos excursiones en este blog cuyos enlaces adjuntamos que describen los parajes por los que pasa el río Guadyerbas por el embalse de Navalcán y hasta su desembocadura en el Tiétar pasando por el despoblado  de  Guadyerbas las Bajas.

https://lamejortierradecastilla.com/por-la-canada-y-el-guadyerbas-hasta-corchuela/

https://lamejortierradecastilla.com/un-paseo-por-guadyerbas-las-bajas/

Solo nos falta conocer el pueblo de Navalcán:

UNA VISITA A NAVALCÁN

Restos de la iglesia del despoblado de Guadyerbas las Bajas

En Navalcán se han hallado útiles de sílex del paleolítico, el dólmen que se halla sumergido en el embalse y del que hablaremos más detenidamente. Un pequeño campo de dólmenes de muy pequeño tamaño en la dehesa de Calabazas, fondos de cabaña calcolíticos y de la Edad del Bronce, alguna villa romana y despoblados medievales que unidos formaron el actual pueblo de Navalcán. Algunos de esos restos los hemos comentado en los enlaces referidos.

Los laboriosos navalqueños se han visto obligados a emigrar en algunas épocas de su historia, un  monumento al ausente se ha instalado en la plaza municipal junto a otro que recuerda a los habitantes de este pueblo que contribuyeron a la empresa americana. Esa diáspora no ha impedido que muchos de ellos vuelvan a su pueblo donde mantienen y reforman sus viviendas, lo que ha ocasionado la desaparición de la mayor parte del patrimonio arquitectónico tradicional. Todavía podemos ver algún rincón que guarda su tipismo y algunas viviendas levantadas en mampostería con pequeños balcones en la fachada.

Puente llamado «romano» sobre el arroyo de Navalcán

EL PATRIMONIO: La iglesia parroquial se encuentra bajo la advocación de la Virgen del Monte y es la típica construcción del siglo XVI en mampostería y sillería que tiene características comunes con casi todos los pueblos que pertenecieron a la diócesis de Ávila en la Campana de Oropesa, la Sierra de San Vicente y el Berrocal. Es una edificación de aspecto robusto con su torre achaparrada y el ábside reforzado con contrafuertes. El portal semicerrado de la fachada sur y la vivienda curato adosada al norte hacen perder al templo su perspectiva. Un panel de cerámica de Ruiz de Luna y algunas imágenes con sus retablos barrocos son dignos de reseñar, sobre todo la antigua talla del Santo Cristo de la Viga

Iglesia parroquial de Navalcán

Navalcán cuenta con dos ermitas, la de San Isidro de nueva construcción y la de San Pedro o de la Madre Isabel recientemente restaurada. En cuanto al patrimonio etnográfico podemos ver dos molinos hidráulicos, el primero de ellos aguas arriba del casco urbano tiene un bonito cubo y el segundo, aguas abajo del pueblo. En la entrada oriental del caserío se ha restaurado un gracioso puente medieval que salva el mismo arroyo además del “puente romano” al que nos referíamos al hablar de Guadyerbas las Bajas.

Dos navalqueñas con el traje tradicional

En Navalcán ir vestido con el traje típico se conoce como ponerse “Las Vistas”. No tiene su vestido tradicional nada que envidiar en vistosidad al traje lagarterano, como sucede con otros de la Campana de Oropesa. Ello se debe a que en este pueblo las labores tradicionales son también de gran belleza en sus diferentes tipos, como el “colchao”, el “deshilo” o los bordados de ramos y piñas. En la fiesta del Corpus se exhiben colchas, manteles y otras piezas de lo mejor de sus ajuares colgadas adornando las fachadas y altarcillos al paso de la procesión.

Son de destacar las bodas celebradas al estilo tradicional con todo el colorido de sus trajes típicos y el baile de la manzana en la plaza. Estos mismos rituales son los que impresionaron a la fotógrafo Inge Morth, esposa de Arthur Miller, premio Príncipe de Asturias por su obra como dramaturgo de fama internacional y conocido también por haber sido su primera esposa Marylin Monroe. Inge Morth realizó en los años cincuenta una serie de pintorescas instantáneas en Navalcán que ha donado años atrás a su ayuntamiento durante el homenaje que recibió.

Una de las preciosas fotos de Inge Morth realizó sobre una boda en Navalcán

Otras fiestas  que se mantienen en Navalcán son San Isidro el 15 de Mayo con romería a su ermita o las fiestas de verano de San Roque con los habituales elementos de los festejos estivales En invierno se festeja a San Pablo el día 25 de Enero y, aunque decaída en los últimos años, es de destacar la Semana de Quintos, en la que antiguamente recorrían los mozos el pueblo con el carnero que las novias adornaban con borlas de hilo.

Labores tradicionales navalqueñas expuestas en el Corpus

ARTESANÍA Y GASTRONOMÍA: En cuanto a la artesanía debemos reseñar, además de los magníficos bordados, los objetos de madera tallados con abigarrada decoración por los artesanos que hacen con raíz de fresno curiosos morteros, rabeles y otros objetos de arte pastoril.

Se pueden adquirir en Navalcán a buen precio típicas labores tradicionales. Los eruditos dicen que son absolutamente autóctonas y remontan su origen al siglo III, y parece que sus curiosos motivos, como esvásticas, rombos y meandros son de procedencia copta y de una gran influencia oriental.

Son bordados de los denominados «de tejidillo», y tradicionalmente se hacían sobre lino con hilo de lana, especulándose también con la influencia sobre bordados incas que habrían llevado los navalqueños que pasaron a América en la conquista.

Detalle de una fachada en Navalcán

La cocina de Navalcán tiene ciertos platos característicos entre los que podemos destacar la chanfaina, consistente manjar que se hace con hígado de cordero, patata, pimiento, tomate, cebolla y pimentón. También es típica la caldereta de cordero o el picadillo. La matanza es parte fundamental de su gastronomía, en la que como algo característico habría que destacar el “bondejo”, que era la forma de conservar los huesos adobados en el estómago o en la vejiga del cerdo para luego ser utilizados durante el resto del año en diferentes guisos. Entre los dulces debemos señalar las “cristiones”, los suspiros o los mantecados, las puches y las perrunillas. En Navalcán podemos comer en tres o cuatro establecimientos y una casa rural también ofrece sus servicios.

LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

Arquitectura popular en Parrillas

Desde aquí podemos acceder a Parrillas por un camino que discurre hacia poniente o volver a la carretera y llegar por ella a este pueblo que tiene como primeras señales de poblamiento humano los útiles tallados en sílex que se encuentran en  las orillas del Guadyerbas. Se localizan en el ámbito del gran yacimiento paleolítico que se extiende por sus riberas, principalmente en término de Velada, y que tiene una antigüedad de entre ocho y diez mil años según los expertos. De la época de la Edad del Cobre y perteneciente al llamado Megalitismo Extremeño es el Menhir de Parrillas que más tarde visitaremos al continuar nuestro viaje por la cañada.

Todas las tierras que después conformarían la comarca de la Campana de Oropesa fueron reconquistadas a los musulmanes por caballeros abulenses en el siglo XI. Alfonso VII fijó los límites entre las tierras de Talavera y las de Ávila, división que ocasionaría no pocos roces, incluso armados y con derramamiento de sangre, aunque al final toda la Campana quedaría bajo el poder temporal y eclesiástico de Ávila.

En 1369, Enrique II concede a García de Toledo el señorío de Oropesa, en el cual se incluía el lugar de Parrillas que permanecería sujeto a la villa cabecera del condado. En 1642, Felipe IV, acuciado por las necesidades económicas que le ocasionaban sus campañas bélicas, concede, entre otros muchos, el privilegio de villazgo a Parrillas que se exime así de la jurisdicción de la Oropesa: “…eximo, saco y libro al dicho lugar de Parrillas de la jurisdicción de la dicha villa de Oropesa y le hago villa por sí y sobre sí con la jurisdicción civil y criminal alta y baja, mero mixto imperio en primera instancia…”

Para celebrar el trescientos cincuenta aniversario de este hecho en 1992 se erigió un rollo o picota de nueva construcción en cantería. La obra estuvo a cargo de la Escuela Taller de Oropesa y en ella se pueden observar el cuchillo, las argollas y el escudo municipal, como símbolos de la independencia judicial adquirida por Parrillas con respecto a su cabecera de señorío.

Iglesia parroquial de Parrillas

También debemos visitar la iglesia parroquial que custodia en su interior un buen retablo rococó que adornaba anteriormente la capilla mayor de la iglesia de El Salvador de Talavera. El edificio es similar a tantas de las iglesias berroqueñas del antiguo obispado abulense que se reparten por estas comarcas graníticas de “cumbres abajo” de la sierra de Gredos. Parece obra de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, salvo la capilla mayor que está documentada a finales de ese mismo siglo por los historiadores locales Jesús Gómez Jara y José María Gómez, que también apuntan la posibilidad de que la torre se edificara en su base con sillares de una construcción anterior que podría haber sido una atalaya medieval. El baptisterio está cubierto por bóveda de horno y tiene una buena pila granítica. En el exterior del templo le dan un toque pintoresco el portal y la cruz del antiguo cementerio con inscripción del siglo XVII.

Herrajes de una puerta en Parrillas

Aunque no es Parrillas pueblo de fachadas blasonadas conserva muchos rincones con el encanto de la arquitectura popular en granito. Quedan bastantes construcciones de mampostería de pequeños bloques de tonos oscuros ajustados con ripio esmerado, con la fachada enjalbegada en su totalidad o solamente en los vanos, generalmente de reducidas dimensiones por influencia de la arquitectura serrana. Son peculiares las grandes lajas de granito que se colocan como dintel en las entradas a enramadas y corrales. La placita de la fuente y la periferia del norte del casco cuentan con una mayor densidad de estas construcciones tradicionales. Otros elementos a destacar en Parrillas son el potro de herrar que mantiene todos sus elementos, incluidos los de madera, y el molino Ovejero, ingenio hidráulico que se encuentra yendo desde la cañada por la carretera hacia saliente. Es curiosa también la torre del ayuntamiento con una de las peculiares estructuras metálicas decimonónicas que adornan las casas consistoriales de los ayuntamientos de la zona.

Una de las fuentes de parrillas

Además de la romería de la Fuente Santa que tiene lugar a primeros de mayo, las fiestas tradicionales que se celebran en invierno son las de San Sebastián, el 20 de Enero. En esta festividad se camuflaron en muchos de nuestros pueblos ancestrales ritos que los romanos ofrecían al dios Jano y, aunque hoy día apenas quedan en Parrillas restos de aquella festividad pagana, es sabido que en tiempos pasados se disfrazaban las gentes de “muharraches”, de manera similar a los actuales morraches de Malpica. Se danzaba un baile llamado del zapateado, se lidiaba un toro o se repartían caridades, único aspecto que persiste en la fiesta actual que presenta ahora un aspecto fundamentalmente religioso. Otra tradición que aún se mantiene es la de encender en Nochebuena una hoguera, “la lumbre de los quintos”. La fiesta de verano se celebra el primer fin de semana de Agosto en honor del Cristo del Olvido.

Artesanía de parrillas en madera, corcho, cuerno,calabazas …

Parrillas es pueblo amante de sus tradiciones como pocos en la comarca, y eso se nota no sólo en las fiestas populares, sino también en los artesanos que todavía siguen trabajando con sus manos viejos materiales para confeccionar antiguos útiles. Así, podemos encontrar un fabricante de albarcas, otro de zambombas de corcho, de carros y trillas, de miniaturas pastoriles, de sillas o de sombreros de paja.

En cuanto a la gastronomía tenemos que destacar que el 28 de enero se celebra el Día de la Matanza, donde podemos degustar la cachuela o los embutidos caseros locales como la morcilla de calabaza o la morcilla flaca. Son dignos de reseñar también los quesos y los platos de caza. En cuanto a los dulces podemos probar las rosquillas o las flores de sartén y son peculiares los cristiones en Carnaval, o la Torta de los Santos que se puede degustar el día uno de noviembre, jornada de excursión campestre por el paraje de “Los Valles”, excursión que lleva el nombre de “La Moragá”.

En las bodas se suelen elaborar las puches para la jornada de vísperas o de despedida de soltero y el mismo día de la boda todavía se conserva la costumbre de bailar “la manzana”.