LA LEYENDA DEL ESCUDO DE TALAVERA
El escudo de nuestra ciudad es uno de los más antiguos que se conocen en España. En el siglo XIII, Talavera y Plasencia firmaron una carta de hermandad para defenderse mutuamente de la ciudad de Ávila, que abusaba de su poder militar con las tierras limítrofes. En ese documento aparece ya un sello incompleto que representa un fragmento del escudo en el que se perciben los sillares de los muros de la torre albarrana, uno de los elementos principales del mismo.
En diferentes edificios podemos ver todavía el escudo entero o despiezado. En el que se encuentra en la puerta trasera de la actual Delegación de Servicios de la Junta de Comunidades, edificio que albergó el antiguo ayuntamiento, aparece simplemente una torre albarrana, que es uno de los elementos de nuestro emblema. En este caso podemos datarlo en el siglo XV, y posiblemente Fernando de Rojas pasó muchas veces bajo él cuando era alcalde de la villa y ejercía sus funciones en ese edificio.
En otros inmuebles se mantienen otros escudos, ya sea por haber formado parte de las antiguas puertas de la muralla, de edificios municipales o de otras construcciones, que podríamos considerar “oficiales”, como el palacio de los arzobispos, señores de la villa.
El escudo se compone de los dos toros y de la torre albarrana, la más significativa de las estructuras de nuestro recinto amurallado. Se trata de una de esas altas torres construidas entre los siglos XII y XIV, según distintos autores, y que pretendían reforzar las defensas de la ciudad de los ataques de las tropas musulmanas de almorávides, almohades y benimerines. Estas torres son muy características de nuestra ciudad, pues sólo se hallan en algunas fortificaciones como los castillos de Escalona, Mérida o Montalbán además de ser características de la de Talavera. Por todo ello no se deben admitir como correctos los escudos en los que aparece un castillo en lugar de una torre albarrana, como las que hoy podemos ver con su gran arco en las calles Charcón o Carnicerías.
Las dos reses que aparecen se representan a veces dentro y a veces fuera del arco; una entrando y otra saliendo, o las dos saliendo; y pueden ser dos toros o un toro y una vaca, pero siempre son una pareja.
Para los viejos historiadores serían dos las leyendas que explicarían el origen del escudo. Por una parte la que quiere ver el origen del mismo en que Talavera, simbolizada como ciudad por la torre, fue fundada por los romanos que, al igual que Rómulo y Remo hicieron delimitando los límites de Roma, marcaban sus límites como primer ritual de fundación con una yunta de bueyes, que estarían también representados en el escudo por los dos toros. Para defender esta teoría algunos autores antiguos refieren el hallazgo en Talavera de monedas romanas donde figuran toros y castillos.
Además de esta versión romana, conocemos la otra medieval más divulgada entre la población que cuenta cómo Talavera sufría numerosos asedios, y en cierta ocasión en que la resistencia de sus habitantes estaba al límite de sus fuerzas por la falta de víveres, para hacer creer a los árabes que todavía podían resistir hasta la llegada de refuerzos cristianos, soltaron los talaveranos las dos únicas cabezas de ganado que les quedaban, para que así pastaran junto a las murallas. Al ver a los dos toros campando a sus anchas, los árabes creyeron que los talaveranos andaban sobrados de comida y levantaron el campamento, cayendo así en la trampa y abandonando el sitio de la ciudad temerosos de la inmediata llegada de las tropas cristianas de auxilio.
Otros han querido ver en los toros el símbolo de los verracos de piedra que esculpía el pueblo vettón que habitaba en nuestro solar hasta la llegada de los romanos. Además de basarse también en la secular vinculación de Talavera con la antiquísima fiesta de toros conocida como de Mondas.