LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

Arquitectura popular en Parrillas

Desde aquí podemos acceder a Parrillas por un camino que discurre hacia poniente o volver a la carretera y llegar por ella a este pueblo que tiene como primeras señales de poblamiento humano los útiles tallados en sílex que se encuentran en  las orillas del Guadyerbas. Se localizan en el ámbito del gran yacimiento paleolítico que se extiende por sus riberas, principalmente en término de Velada, y que tiene una antigüedad de entre ocho y diez mil años según los expertos. De la época de la Edad del Cobre y perteneciente al llamado Megalitismo Extremeño es el Menhir de Parrillas que más tarde visitaremos al continuar nuestro viaje por la cañada.

Todas las tierras que después conformarían la comarca de la Campana de Oropesa fueron reconquistadas a los musulmanes por caballeros abulenses en el siglo XI. Alfonso VII fijó los límites entre las tierras de Talavera y las de Ávila, división que ocasionaría no pocos roces, incluso armados y con derramamiento de sangre, aunque al final toda la Campana quedaría bajo el poder temporal y eclesiástico de Ávila.

En 1369, Enrique II concede a García de Toledo el señorío de Oropesa, en el cual se incluía el lugar de Parrillas que permanecería sujeto a la villa cabecera del condado. En 1642, Felipe IV, acuciado por las necesidades económicas que le ocasionaban sus campañas bélicas, concede, entre otros muchos, el privilegio de villazgo a Parrillas que se exime así de la jurisdicción de la Oropesa: “…eximo, saco y libro al dicho lugar de Parrillas de la jurisdicción de la dicha villa de Oropesa y le hago villa por sí y sobre sí con la jurisdicción civil y criminal alta y baja, mero mixto imperio en primera instancia…”

Para celebrar el trescientos cincuenta aniversario de este hecho en 1992 se erigió un rollo o picota de nueva construcción en cantería. La obra estuvo a cargo de la Escuela Taller de Oropesa y en ella se pueden observar el cuchillo, las argollas y el escudo municipal, como símbolos de la independencia judicial adquirida por Parrillas con respecto a su cabecera de señorío.

Iglesia parroquial de Parrillas

También debemos visitar la iglesia parroquial que custodia en su interior un buen retablo rococó que adornaba anteriormente la capilla mayor de la iglesia de El Salvador de Talavera. El edificio es similar a tantas de las iglesias berroqueñas del antiguo obispado abulense que se reparten por estas comarcas graníticas de “cumbres abajo” de la sierra de Gredos. Parece obra de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, salvo la capilla mayor que está documentada a finales de ese mismo siglo por los historiadores locales Jesús Gómez Jara y José María Gómez, que también apuntan la posibilidad de que la torre se edificara en su base con sillares de una construcción anterior que podría haber sido una atalaya medieval. El baptisterio está cubierto por bóveda de horno y tiene una buena pila granítica. En el exterior del templo le dan un toque pintoresco el portal y la cruz del antiguo cementerio con inscripción del siglo XVII.

Herrajes de una puerta en Parrillas

Aunque no es Parrillas pueblo de fachadas blasonadas conserva muchos rincones con el encanto de la arquitectura popular en granito. Quedan bastantes construcciones de mampostería de pequeños bloques de tonos oscuros ajustados con ripio esmerado, con la fachada enjalbegada en su totalidad o solamente en los vanos, generalmente de reducidas dimensiones por influencia de la arquitectura serrana. Son peculiares las grandes lajas de granito que se colocan como dintel en las entradas a enramadas y corrales. La placita de la fuente y la periferia del norte del casco cuentan con una mayor densidad de estas construcciones tradicionales. Otros elementos a destacar en Parrillas son el potro de herrar que mantiene todos sus elementos, incluidos los de madera, y el molino Ovejero, ingenio hidráulico que se encuentra yendo desde la cañada por la carretera hacia saliente. Es curiosa también la torre del ayuntamiento con una de las peculiares estructuras metálicas decimonónicas que adornan las casas consistoriales de los ayuntamientos de la zona.

Una de las fuentes de parrillas

Además de la romería de la Fuente Santa que tiene lugar a primeros de mayo, las fiestas tradicionales que se celebran en invierno son las de San Sebastián, el 20 de Enero. En esta festividad se camuflaron en muchos de nuestros pueblos ancestrales ritos que los romanos ofrecían al dios Jano y, aunque hoy día apenas quedan en Parrillas restos de aquella festividad pagana, es sabido que en tiempos pasados se disfrazaban las gentes de “muharraches”, de manera similar a los actuales morraches de Malpica. Se danzaba un baile llamado del zapateado, se lidiaba un toro o se repartían caridades, único aspecto que persiste en la fiesta actual que presenta ahora un aspecto fundamentalmente religioso. Otra tradición que aún se mantiene es la de encender en Nochebuena una hoguera, “la lumbre de los quintos”. La fiesta de verano se celebra el primer fin de semana de Agosto en honor del Cristo del Olvido.

Artesanía de parrillas en madera, corcho, cuerno,calabazas …

Parrillas es pueblo amante de sus tradiciones como pocos en la comarca, y eso se nota no sólo en las fiestas populares, sino también en los artesanos que todavía siguen trabajando con sus manos viejos materiales para confeccionar antiguos útiles. Así, podemos encontrar un fabricante de albarcas, otro de zambombas de corcho, de carros y trillas, de miniaturas pastoriles, de sillas o de sombreros de paja.

En cuanto a la gastronomía tenemos que destacar que el 28 de enero se celebra el Día de la Matanza, donde podemos degustar la cachuela o los embutidos caseros locales como la morcilla de calabaza o la morcilla flaca. Son dignos de reseñar también los quesos y los platos de caza. En cuanto a los dulces podemos probar las rosquillas o las flores de sartén y son peculiares los cristiones en Carnaval, o la Torta de los Santos que se puede degustar el día uno de noviembre, jornada de excursión campestre por el paraje de “Los Valles”, excursión que lleva el nombre de “La Moragá”.

En las bodas se suelen elaborar las puches para la jornada de vísperas o de despedida de soltero y el mismo día de la boda todavía se conserva la costumbre de bailar “la manzana”.