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EL BALNEARIO POPULAR DE LA RETORTILLA EN LA JARA

Palomar de los baños de la Retortilla junto a la Vía verde de La Jara. Término de Aldeanueva de Barbarroya
Palomar de los baños de la Retortilla junto a la Vía verde de La Jara. Término de Aldeanueva de Barbarroya

Baños de la Retortilla. Sus edificios se encuentran casi arruinados pero, deambulando con precaución entre sus restos, todavía podemos observar las dependencias que servían como cocina de campana con su rústico fregadero y el hueco para las tinajas de agua y aceite, las habitaciones en las que se alojaban desde el siglo pasado las personas que aquí acudían en mulas para buscar alivio a sus dolencias reumáticas; la cantina, los almacenes con sus alacenas, el palomar, que es una curiosa construcción circular en pizarra donde se criaban los pichones, considerados por creencia popular como alimento beneficioso para enfermos y embarazadas. Incluso dos naves más modernas en las que vivían los trabajadores de la vía que luego sería la Vía Verde de La Jara Seguir leyendo EL BALNEARIO POPULAR DE LA RETORTILLA EN LA JARA

EXCURSIÓN A LA MINA DE ORO DE SIERRA JAEÑA

 

Vista desde la Sierra Jaeña, cerca de las minas, donde se ve a la izquierda el cerro Mogorro y al fondo la sierra de La Estrella

Recorrido aproximado 8 kilómetros, tres horas.

 Tomaremos un camino que sube hasta las instalaciones mineras y que parte de la carretera, en la salida oriental del pueblo.

Vamos ascendiendo y tomamos el tercer camino que sale a la izquierda, pasamos junto a una majada serrana de cuarcita y pizarra típica de la arquitectura de la zona y, envueltos por el aroma de las jaras, llegaremos a las casas de la mina donde se situaban las viviendas de los mineros, las cuadras, la administración y las dependencias donde se trataba el mineral con las correspondientes albercas de lavado y decantación.

Dependencias arruinadas de la mina de oro de sierra Jaeña

Las vistas sobre La Jara, con las Villuercas y la Sierra de la Estrella al fondo,  las rañas de encina y cereal y las barreras de olivar ciertamente impresionan. También podemos observar cómo en medio de los canchales característicos de estas sierras, que aquí ocupan grandes superficies, se ven las manchas de la tierra extraída en diferentes bocaminas, pero la que nos interesa se encuentra justo detrás y por encima de estas casas mineras. Subiremos por una senda hasta la gran acumulación de materiales que se sitúa delante de la entrada a la galería.

Boca de la mina de oro de sierra Jaeña

Podemos entrar dentro con linternas pero con sumo cuidado en la misma bocamina  por estar hecha sobre conglomerado de arcilla con canto rodado que le da cierto aspecto de inseguridad, aunque ese terreno se convierte a los dos metros en la roca madre de la galería, en la que también se ven los orificios de ventilación y las vetas de cuarzo con puntos dorados que brillan con la luz, pero que en su mayoría son piritas, el llamado “oro de los tontos”, por confundirlo muchos neófitos con el oro verdadero.

Galería de la mina de oro de Sierra Jaeña

Si subimos por la ladera unos veinte metros llegaremos a un camino que tomaremos hacia la izquierda hasta la confluencia de otros en un collado. Junto al primero que encontramos se halla un gran boquete en el suelo que es otra explotación aurífera lo que deducimos por verse los restos del cuarzo aurífero que buscaban los mineros. Luego llegamos a otra confluencia ya en el mismo collado Guerra, y desde allí tomamos el camino a la derecha descendiendo por una mancha de bosque mediterráneo realmente bien conservado que nos puede dar idea de cómo eran nuestros bosques antes de que sufrieran la acción de los hombres.

Arquitectura popular en el camino de la mina

Bajamos en este agradable paseo en el que veremos baños de jabalíes y no será extraño que se nos cruce algún venado, o algún corzo, hasta llegar a otro camino en el collado de La Barrosa, llamado así por tener otra explotación minera con ese nombre, a la que se accede bordeando por la derecha la parcela de la vivienda situada en el collado, y siguiendo un camino que va hasta la casa minera y la galería hecha en la roca viva. Desde esta última mina regresaremos a Buenasbodas según nos indica el plano.

Entrada a la galería de la mina de Barros.

NOS ACERCAMOS DESDE EL HUSO A LA NAVA DE RICOMALILLO

NOS ACERCAMOS DESDE EL HUSO A LA NAVA DE RICOMALILLO

Desde la estación de la vía Verde de la Jara que está junto al Huso y que habría dado servicio a La Nava y  Fuentes nos acercamos a conocer el primero.

Paisaje jareño desde las alturas cercanas a La Nava

LA NAVA DE RICOMALILLO

HISTORIA

En el paraje del término de La Nava conocido como El Llano de Guerra aparecieron varias lápidas sepulcrales cuando se abrió la carretera. Fueron recogidas algunas de ellas por el erudito talaverano Jiménez de la Llave y las transcribió el padre Fidel Fita a finales del siglo pasado. “Anio hijo de Alpeto, toledano, de cincuenta años, aquí yace séate la tierra leve” dice una de ellas. Otra hace referencia a un tal Lucio Cornelio, natural de Clunia, y una tercera recuerda a un tal Mesón, hijo de Burro, natural de Ávila. Todos estos personajes de diferente origen nos sugieren que ya desde entonces tenía La Nava ese carácter de cruce de caminos entre las calzadas romanas que unían Talavera con el sur de la península por un lado y Toledo con Mérida por otro, y puede que de ahí derivara lo cosmopolita y variado de estos antiguos “naveros” entre los que también aparecía una tal Festiva esclava de Lucio Ayoseco.

Diferentes piezas numismáticas y hasta un tesorillo de finísimas monedas de oro acuñadas en Milán han confirmado la presencia romana en nuestro pueblo. Para algunos añejos estudiosos se correspondería con la antigua población de Nóliba, la que según Tito Livio conquistó Quinto Fulvio Nobilior cuando pasó de la Oretania a la Carpetania para conquistar Toledo.

Grabados rupestres de arte esquemático de la Edad del Bronceen La Nava de Ricomalillo

Pero también existen en este pueblo evidencias de pobladores que ocuparon estos lugares al menos mil quinientos años antes que los romanos. Se trata de los pueblos de la Edad del Bronce que dejaron en el paraje de La Zarzuela una serie de grabados del llamado Arte Esquemático sobre unas grandes lajas de pizarra que emergen del suelo junto al camino que por la Fuente del Oro une La Nava con la Vía del Verde de La Jara.

Como en muchos de estos casos aparecen pequeños homúnculos o hombrecillos esquemáticos piqueteados sobre la piedra, algunos de ellos con un curioso trazado que hace pensar en una escuadrilla de aviones. Otros signos toman formas vulviformes, ancoriformes o puntiformes, aunque también se pueden ver otras inscripciones más modernas que completan el cuadro. Algo más arriba, sobre la misma barrera a los pies de la que se sitúan los grabados, se encuentra una pequeña fuente con unos antiguos y precarios baños terapéuticos.

Arquitectura popular en pizarra de La Nava de Ricomalillo

En el siglo XII los almorávides sevillanos emprenden la persecución religiosa contra los mozárabes, cristianos que habitaban territorio musulmán, viéndose obligados a huir muchos de ellos. El obispo Clemente de Sevilla viene a refugiarse a Talavera y solicita del Concejo den la villa tierra para que los fieles que le acompañan puedan establecerse. Se les concede el territorio de Sevilleja de La Jara dentro de cuya demarcación se encontraba entonces La Nava. Algunos conocedores de la historia mozárabe han querido identificar también a nuestra población con la antigua Setfilla.

Nava es palabra prerromana que significa algo así como lugar húmedo elevado. El solar ocupado por esta nava aparece en el siglo XIV en el Libro de la Montería de Alfonso XI como “Rencón  de Malillo”, así que ya tenemos el nombre y el apellido de este pueblo jareño que antes pudo llamarse Nóliba y Setfilla, aunque la imaginación popular haya querido ver el origen del nombre en “La Nava del Rico Oro Amarillo” en referencia a las minas de Sierra Jaeña que luego visitaremos.

Hasta el año 1787 La Nava siguió incluida como aldea aneja al término de Sevilleja pero los naveros decidieron solicitar a Talavera su emancipación por los abusos que según ellos cometían los justicias de la población vecina.

Torres de la iglesia y ayuntamiento de La Nava

 LA IGLESIA

La iglesia de la Nava era también aneja de la de Sevilleja pero fue quemada durante la Guerra Civil. Posteriormente rehabilitada en la posguerra, fue reformada en época reciente mediante reconstrucción con cuarcitas de la zona y ladrillo, adaptándose al paisaje urbano aunque haya perdido todo su valor artístico por la destrucción de la contienda.

Arquitectura popular en La Nava de Ricomalillo

CONJUNTO URBANO

Tiene, sin embargo, gran interés la arquitectura popular que forma, sobre todo en la zona alta del casco, un conjunto de interés que debería ser conservado por sus antiguas casas de pizarra y sus calles empedradas, estrechas e irregulares que dibujan rincones con sabor tradicional.

Fuente del lavadero de La Nava

Son varios los lugares de interés que podemos visitar en el entorno del pueblo. En primer lugar podemos acercarnos a visitar un antiguo lavadero de curiosa estructura con la fuente abovedada y la zona de lavado hecha de pizarras en línea que servían para restregar la ropa. El lugar se conoce como lavadero de la Fuente de La Solana, ha sido acondicionado y se  accede a él por un camino paralelo a la carretera que discurre en dirección sur.

Curioso letrero del lavadero de La Nava de Ricomalillo

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

Seguimos describiendo los molinos de La Jara con los ejemplares que se encuentran a orillas de Riofrío, un afluente del río Huso

Molino de cubo de Riofrío

El afluente del Uso con un mayor y más continuo caudal es Riofrío que, junto al comentado molino de Uso, es el de más antiguas referencias molineras en La Jara. La continuidad de su caudal ya era descrita en el siglo XVI, cuando se decía que con sus aguas podía molerse todo el año. Es esta la corriente provincial con un mayor aprovechamiento energético para la molienda, dado que en su recorrido de unos diez kilómetros quedan ruinas de nada menos que veintiún molinos. Dieciseis son de cubo y de ellos siete tienen suficiente altura como para ser considerados como de bombo.

Conjunto molinero de Riofrío

Solamente uno de ellos (Rf 20) es de presa jareña que está reforzada por grandes contrafuertes. Otros dos (Rf 3) y (Rf 8) son de cubo-rampa . El último ejemplar (Rf 21) es el conocido como molino del Estanco, denominado así por el estanque o balsa que origina su presa, situada justo en la misma desembocadura de este riachuelo en el Uso y levantada transversalmente a la corriente. La presa abastece directamente a dos cubos, uno de los cuales fue adaptado para una turbina (Foto 44). El primer molino de Riofrío es apenas identificable pero sus restos orientan a que su receptor hubiera sido una rampa.

Molino del Estanco en la desembocadura de Riofrío en el Huso

Casi todos los edificios cuentan con las dependencias básicas: cocina, cuadra, sala del molino e incluso dormitorios como en el caso de (Rf 6),(Rf 11) o (Rf 14) (Fotos 45 y 46). Otras ejemplares tienen sin embargo dependencias aisladas del propio molino donde se situaban estas piezas secundarias e incluso una modesta casa de molinero. En esas habitaciones se pudren dentro de muchos de estos molinos de Riofrío las viejas cernedoras a manivela o movidas por el eje de la piedra con una correa.

Molino de cubo de Riofrío

Otro tipo cuenta con cuadra y zaguán donde esperaban e incluso dormían los moledores (Rf 3) (Foto 47), (Rf 7) y (Rf 8). Los de Riofrío son molinos que en general podemos considerar por su dotación arquitectónica como de tipo medio, en contraposición a las fábricas de harina y los grandes molinos del Tajo con sus grandes edificios o, en el otro extremo, los numerosísimos molinillos que solamente cuentan con la sala de moler La propiedad de todos estos molinos estaba más vinculada a Sevilleja y Gargantilla pero, sin embargo, los molineros eran más frecuentemente originarios  de La Nava de Ricomalillo.

Otro ejemplar del los veintidos artificios que molían en Riofrío

Todo el conjunto molinero del Riofrío, su valiosa arquitectura popular y su entorno alegrado con huertas, posadas de colmenas, palomares y majadas que incluso llegaron formar una aldea con gran trasiego de gentes de La Jara, tiene un gran interés cultural que hace urgente su protección y conservación.

Molino de Riofrío con un gran cubo.

LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA, Patrimonio Comarcal en peligro (16)

LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA,

Patrimonio Comarcal en peligro 15

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Instalaciones mieneras desde la bocamina principa

Denominación.-

Minas de oro  de Sierra Jaeña

Instalaciones de procesamiento del mineral de las minas de oro de SierraJaeña

Término Municipal.-

La Nava de Ricomalillo-Buenasbodas

Situación.-

En la Sierra Jaeña

Categoría.-

Bien inmueble y excavaciones mineras

Fotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevadaFotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevada

Descripción del Bien.-

Fueron las minas de mayor producción aurífera de la península durante el siglo XVIII, aunque se tiene constancia de su explotación desde el tiempo de los romanos hasta el pasado siglo. De sus vetas se extraía el oro finísimo con el que se fabricaban durante el siglo XVI las monedas conocidas como “doblas jaeñas”.

En cierta ocasión fueron arrasadas sus instalaciones por el alcalde de Talavera obedeciendo una orden real por un problema de concesiones. Se destruyeron sus dependencias y se quemaron las chozas de los mineros. En su última etapa se conocieron con el nombre de “La Oriental” y hasta hace poco se conservaban en Buenasbodas algunas de las viejas cajas blindadas con fuertes herrajes para guardar el polvo de oro extraído.

Hoy apenas se mantienen en pie los restos de los muros de los edificios donde se procesaba el mineral con los almacenes, canalizaciones, túneles y hornos en los que se producía el proceso. Puede entrarse con iluminación y mucha precaución a la bocamina principal y observar en sus galerías las vetas de cuarzos auríferos.

Bocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra JaeñaBocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra Jaeña

Cronología principal.-

Siglo III ?-Siglo XX

Protección legal.-

La normativa genérica

Chimenea de ventilación de las minas de oro

Propietario.-

Privado

Valoración del Bien.-
-Valor histórico

-Arqueología Industrial

Principales riesgos apreciados.-

Riesgo de derrumbe de los restos de edificios mineros y de las galerías de las minas

Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945
Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945
Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña

Bibliografía de referencia

-Jiménez de Gregorio, F., Los Pueblos de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Toledo

-Larruga, E., Memorias políticas y económicas sobre frutos, comercio, fábricas y minas de España, Madrid 1792

LOS GRABADOS RUPESTRES DE LA ZARZUELA, EN LA NAVA DE RICOMALILLO. Patrimonio en peligro 8

LOS GRABADOS RUPESTRES DE LA ZARZUELA

EN LA NAVA DE RICOMALILLO

Grabados rupestres de La Nava de Ricomalillo, detalle

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

 

Denominación.-

Grabados rupestres de L a Zaezuela

Término Municipal.-

La Nava de Ricomalillo

 Situación.-

Junto al camino que desde La Nava discurre hasta la Vía Verde de La Jara, junto a una granja. y al mismo borde del camino Seguir leyendo LOS GRABADOS RUPESTRES DE LA ZARZUELA, EN LA NAVA DE RICOMALILLO. Patrimonio en peligro 8

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO, PATRIMONIO COMARCAL EN PELIGRO 3

PATRIMONIO EN PELIGRO 3:

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO

Denominación.-

Conjunto etnográfico de los molinos de riofrío

 Término Municipal.-

Sevilleja de la Jara, Campillo de la Jara

 Situación.-

Riberas de Riofrio en prácticamente todo su recorridoMolino de Riofrío y dependencias anexas de vivienda, cuadras...

 Categoría.-

Bienes inmuebles

 Descripción del Bien.-

En el ámbito de Buenasbodas y Gargantilla, aunque muchos molineros eran de La Nava de Ricomalillo,  se localizan gran parte de los molinos de cubo de Riofrío. Nada menos que veintitrés artificios se reparten a lo largo de los aproximadamente diez kilómetros de cauce de este río jareño.

Ya hay constancia de la existencia de al menos uno de estos molinos en el siglo XIV y forman un conjunto de gran interés etnográfico pues se aprovecha prácticamente toda la potencia del agua por captarse casi inmediatamente el caudal para mover el rodezno de un molino nada más salir del cárcavo del anterior, aguas arriba.Molino del Estanco en la desembocadura de Riofrío en Huso

Son ejemplares de una hermosa arquitectura popular en pizarra con sus pequeñas presas que dan lugar a rincones muy amenos con tablas tranquilas, sus canales y sus rústicos acueductos para salvar los obstáculos, las viviendas de los molineros, las cochineras, los chozos, las majadas y las cuadras que podemos imaginar llenas de vida y formando todo un pueblo que se extendía por las riberas de Riofrío,Molino de Riofrío donde se ven el cubo y la sala del molino

 

Cronología principal.-

Siglos XV-XX

 Protección legal.-

Las genéricas del patrimonio autonómicas y estatales

 Propietario.-

Diferentes propietarios privados

 Valoración del Bien.-

  • Valor histórico
  • Valor etnográfico y de arquitectura popular

Principales riesgos apreciados.-

  • Riesgo de ruina y derrumbe de la mayoría de los elementos

BIBLIOGRAFÍA

Méndez-Cabeza Fuentes, Miguel. Los Molinos de Agua de la Provincia de Toledo, Toledo 1998

MOLLEJAS EN LA JARA

Choperas y robledales del valle del Fresnedoso en Espinoso de la Jara
Choperas y robledales del valle del Fresnedoso en Espinoso de la Jara

Nos encaminamos hacia “Bartolo” que nos acoge con uno de esos paneles de azulejos tan pintorescos que han colocado a la entrada de los pueblos  los planes de desarrollo rurales con fondos europeos. Este dice “San Bartolomé de las Abiertas, punto geométrico de La Jara”. Evidente mensaje,  ya que aunque el centro geométrico es uno,  los puntos geométricos son infinitos y La Jara tiene muchas fanegas de superficie.  Unos apuntan como autor a un maestro y otros a un concejal o funcionario municipal.

Majada en el valle del Uso y al fondo el pico de la Buha en la sierra de La Estrella
Majada en el valle del Uso y al fondo el pico de la Buha en la sierra de La Estrella

 

Contemplamos los labrados rojizos de las rañas,  los barbechos dorados y ya repateados por el ganado en un otoño  largo y seco, y los olivos plateando reverdecidos por la lluvia. Pasamos junto a la entrada de la Bodega de Capilla del Fraile donde venden vino y ese aceite jareño que ya en el siglo XVIII se comparaba con el ámbar o el vino duro y sabroso de esta tierra dura. Otra hacienda más junto a la de Osborne o el marqués de Griñón, que se han dado cuenta de los tesoros  que destilan en sus entrañas estas tierras de cantos y arcillas.

La Nava de Ricomalillo vista desde las minas de oro
La Nava de Ricomalillo vista desde las minas de oro

Torrecilla se despierta ante nosotros con el humo ya de algunas chimeneas pegado a sus tejados,  sobresaliendo sobre el caserío la graciosa espadaña de seis huecos de su iglesia. En Espinoso tomamos la carretera que discurre con dirección a Guadalupe y que probablemente no se ha arreglado desde los tiempos de Primo de Rivera, el general “empedraor”. Y comenzamos a subir a las sierras jareñas en paralelo al río Fresnedoso, nombre muy fluvial pues hay otros tres homónimos en la zona. Filas de chopos amarillos que ascienden en formación por los vallejones de los arroyos, luego los pinares de repoblación limpios por los trabajos forestales,  los robledales que comienzan ya a coger el tono marrón de sus hojas secas y los canchales que se festonean con  las chaparreras donde vemos ir a esconderse a los venados y los corzos. Subimos a la mayor elevación de La Jara después de Rocigalgo, el monte de “Las Moradas”, nombre que indica la posibilidad de huidas poblaciones durante las razzias de la Edad Media. Contemplamos el valle del naciente Jébalo con sus pueblecillos desperdigados entre olivares, jarales y madroñeras,  y en lo más alto vemos fósiles de mares ancestrales elevados hasta allí por las fuerzas telúricas que retorcieron las cuarcitas.La Jara, La Nava de Ricomalillo, Espinoso del Rey, San Bartolomé de las Abiertas

Una venta de La Nava nos acoge con fotos de cazadores antiguos, y entre risas y botellines “del” Mahou volvemos a Talavera, capital de La Jara, tras meternos en un santiamén una ración de mollejas que rebañamos con delectación.  Al pasar por Belvís, impregnados del olor espeso del monte, pensamos que tal vez lo importante de la vida sean cosas como zamparse una ración de mollejas  en La Nava de Ricomalillo con una pitarrona jareña.

Chozo en Aldeanovita

LA MINERÍA EN LA JARA I

LA MINERÍA EN LA JARA I

Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita
Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita

Hace ya más de cuatro milenios, en la Edad del Cobre, unos pueblos que empezaban a conocer la metalurgia se situaron en cerros fácilmente defendibles, en las vías de comunicación que eran entonces los riachuelos que descendían de las sierras de La Jara. Eran las llamadas culturas del periodo Calcolítico Precampaniforme, conocían ya la agricultura y el pastoreo, pero solamente la explotación de recursos mineros superficiales  justifican  la densidad despoblamiento de estas zonas poco rentables para la agricultura, si las comparamos con las muy cercanas del valle del Tajo. De hecho, se han hallado trincheras con un claro intento de beneficiar el mineral, en las cercanías de estos asentamientos de la Edad del Cobre, en los valles del Jébalo, Uso, Cedena  y Pusa.

Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945
Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945

Los pueblos que construyeron los dólmenes de Azután, o de la Estrella siguieron aprovechando las vetas, pobres pero muy  superficiales  y por tanto de fácil acceso, de las tierras de Talavera, otras explotaciones de su entorno así lo atestiguan. Muchas trincheras y pozos de La Jara de difícil datación, pueden orientar hacia un aprovechamiento minero del hierro por parte de los pueblos prerromanos y de los mismos romanos, a los que se relaciona ya con los primeros intentos de extraer el mineral de la principal mina de esta comarca, la mina de oro de La Nava de Ricomalillo, ésta, llamada La Oriental, así como la mina de la Sierra Jaeña, con la que no debemos confundirla, parece que estuvieron unidas por un antiguo camino o calzada con la Ciudad de Vascos. Las escorias halladas en las excavaciones arqueológicas de esta impresionante ciudad hispanomusulmana parecen añadir ese aspecto minero a la ya conocida función defensiva de la frontera del Tajo contra los cristianos.

Ruinas de las instalaciones de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Ruinas de las instalaciones de la mina de oro Pilar en Sierra Jaeña

En el siglo XVI aparecen las primeras referencias documentadas a intentos, muchas veces fallidos, de prospecciones y explotaciones mineras en La Jara. La población actual de La Mina de Santa Quiteria se fundó cuando a mediados de esa centuria los habitantes de la vieja aldea de Cordobílla se trasladan junto a una mina de plomo en la que encontraban más trabajo.

En 1599 se da una pragmática por la que se ordena llevar un registro de minas, y por tanto, desde esa fecha podemos tener datos más concretos de las explotaciones.

La mina de oro «La Oriental» a la que ya nos hemos referido, se sigue labrando en el 1690 con abandonos y reaprovechamientos sucesivos durante los siglos XVIII y XIX. En Buenasbodas se han conocido cajas fuertes con el nombre de la mina, y llegaron a funcionar varios hornos de pan y un mortero para pulverizar el mineral. En la Historia de Talavera de Cosme Gómez de Tejada, hay una referencia a las doblas de oro finísimo acuñadas con el metal de estas minas.

Galería de la mina de Sierra Jaeña
Galería de la mina de Sierra Jaeña

En el siglo XVIII se produjo un curioso episodio, cuando se intenta por parte de varios socios recomenzar la extracción del mineral en La Oriental; las desavenencias entre ellos hacen que una de las partes reclame a la Corona sus supuestos derechos. El Rey ordena al corregidor de Oropesa que tome las medidas necesarias para interrumpir los trabajos, éste parece escurrir el bulto, tal vez por encontrarse la mina fuera de su jurisdicción, y dice encontrarse enfermo, delegando en el alcalde de Talavera, el cual acude a la explotación arrasando y quemando las viviendas y chozas de los trabajadores y las dependencias donde se procesaba el mineral. El evidente abuso autoridad supuso incluso lesiones físicas para algunos mineros e hizo que se entablen procesos judiciales donde se reconocen los daños causados, pero ya la mina quedó de nuevo sin explotación.

Potosí, Mariposa, Nueva California, Abundancia, El Desquite, El Porvenir, Matildita, Ultra-tumba, El Disloque, La Sultana, Fortuna, o Mina del Miedo son algunos de los sugerentes nombres con los que los paisanos del siglo XIX bautizaban a sus pozos en nuestra particular fiebre del oro jareña.

Si subimos a las cumbres de las sierras de Sevilleja podemos percibir sobre el terreno los montones de escoria, los pozos y trincheras que desde la prehistoria se han venido excavando, pero parece que al igual que en el Oeste americano, aventureros y visionarios intentaron enriquecerse rápidamente.

Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro
Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro

En algunas ocasiones eran personajes ilustrados, como sacerdotes (mina de Don Juan), militares (teniente-coronel Mendez-Cabeza, en una mina de Arroyo Blanco en Aldeanueva de Barbarroya) o acaudalados locales los que iniciaban prospecciones con más riesgos que beneficio en la mayor parte de las ocasiones.

Pero otras veces, vecinos humildes de los pueblos de La Jara emulaban a los dueños de las pocas explotaciones pro-ductivas y después de trabajar en alguna de ellas como asalariados emprendían la aventura en solitario o en pequeños grupos.

Las duras condiciones que de por sí lleva aparejado el laboreo minero se agravaban con las condiciones de aislamiento y las climatológicas, ya que las minas se encontraban localizadas en su mayor parte en los lugares más inhóspitos de lo que yo denomino La Jara profunda, las zonas más deforestadas y desiertas de los términos de Sevilleja, Campillo, Aldeanovita etc… Podemos imaginarnos a estas pobres gentes armadas de su miseria y de su ilusión por encontrar algún filón que les permitiera abandonar sus, en muchas ocasiones, paupérrimas tierras.

Picos, palas, bateas y algún borrico eran todo su armamento para extraer el material de profundos pozos, algunos de más de veinte metros, y transportarlos hasta las zonas de lavadero que en estas tierras de La Jara podían encontrarse muy lejos, por la sequedad del suelo pizarroso.

Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras
Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras

Todavía a principios de siglo, los habitantes de La Nava, veían como algunos entusiastas intentaban buscar pepitas de oro con la batea en el arroyo Joyegoso que desciende de La Oriental, al más puro estilo de las películas del Oeste. Incluso en los años posteriores a la Guerra Civil, hubo intentos de sacarle a estos jarales algo más que unas pocas espigas de centeno, y así, en la década de los cuarenta, aún se tramitan permisos de prospección y explotación. La mayor parte de las vetas de La Jara occidental son de galenas argentíferas y de blenda, y la última intentona minera en esta comarca quiso aprovechar, en los años ochenta, la plata de una de ellas en Anchuras, otro pueblo de La Jara con gran tradición minera además de los ya nombrados, y de Los Navalucillos, en La Jara Oriental.

De aquellas antiguas explotaciones quedan conducciones y paredones en ruinas, de las dependencias para el procesado del material, ruinas de algunas viviendas y de los martinetes y ferrerías -como la del Mazo en el río Pusa-. De todas ellas hablaremos en otro artículo. Es interesante la visita de estos pozos y galerías donde se escondieron bandoleros y guerrilleros, y que en nuestra última contienda civil tuvieron una utilidad mucho menos productiva que la minera, acoger a los represaliados de ambos bandos cuyos cadáveres fueron arrojados a ellos, pero esa es otra historia.

ARTE RUPESTRE EN LA NAVA

GRABADOS RUPESTRES EN LA NAVA DE RICOMALILLO

Detalle de los grabados de La Nava de Ricomalillo con hombres esquemáticos o "homúnculos"
Detalle de los grabados de La Nava de Ricomalillo con hombres esquemáticos o «homúnculos»

Estos grabados fueron descritos por primera vez por Miguel Méndez-Cabeza, autor de esta WEB, y son una muestra del conocido como Arte Esquemático de la Edad del Bronce.

Los primeros pastores y agricultores de La Jara dejaron su arte sobre un afloramiento de lanchas de pizarra que emergen orientadas al sur junto a un camino en el paraje conocido como La Parrilla. Se sitúan al oeste de la población de La Nava de Ricomalillo en un paraje con amplia visibilidad sobre los jarales y pobres prados y barbechos del entorno.

Risco de pizarra sobre cuya superficie se han hecho los grabados
Risco de pizarra sobre cuya superficie se han hecho los grabados

 

Como en muchos de estos casos podemos ver pequeños homúnculos o hombrecillos esquemáticos piqueteados sobre la piedra, que parecen representar una escena bélica o una danza guerrera y algunos de ellos tienen un curioso trazado que hace pensar al primer vistazo en una escuadrilla de aviones.

Otros signos además de estos antropomorfos toman formas vulviformes, ancoriformes o puntiformes, aunque también se pueden ver otras inscripciones más modernas que completan el cuadro como alguna letra o lo que pudiera ser algún arma.

Panel principal de los grabados de La Nava de Ricomalillo
Panel principal de los grabados de La Nava de Ricomalillo

La estación rupestre se encuentra junto al camino que une La Nava de Ricomalillo con el río Uso y la Vía del Verde de La Jara,  y antes de llegar encontramos la Fuente del Oro, de donde también cogían agua los lugareños para curar sus dolores reumáticos.

Algo más arriba, sobre la misma barrera a los pies de la que se sitúan los grabados, se encuentra una pequeña fuente con unos antiguos y precarios baños terapéuticos. Vemos como sucede en otros casos, que estos lugares con arte rupestre coinciden con fuentes o baños a los que las gentes atribuyen propiedades mágicas o terapéuticas.

Uno de los grabados de La Nava que representa un homúnculo esquemático