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EL PIÉLAGO SEGÚN EL PADRE JUAN DE MARIANA

HERMOSA DESCRIPCIÓN DE LA SIERRA DE SAN VICENTE Y EL PIÉLAGO POR EL PADRE JUAN DE MARIANA

El arco iris en los robledales de El Piélago
El arco iris en los robledales de El Piélago

El Padre Juan de Mariana, el padre de la historia en España como lo definió Benito Pérez Galdós, hizo una descripción de la sierra de San Vicente a la que se retiró para escribir De la Institución Real, texto que pretendía ser un manual educativo para Felipe III :

«no a mucha distancia (de Talavera) se levanta a manera de meta un cerro, separado de cuantos le rodean, muy quebrado, de áspera y dificilísima pendiente y de unos cuatro mil pasos de circunferencia.

Está poblado de muchas aldeas, cubierto de bosques, dotado de frescas y abundantes aguas, enriquecido con una tierra que satisface las esperanzas del colono, libre de todos los males que tan a menudo afligen otros países no tan afortunados. Tiene en la cumbre una cueva de estrecha y trabajosa entrada, noble asilo de San Vicente y de sus hermanas, cuando para evitar la cólera de Daciano tuvieron que dejar los muros de Elbora (Talavera)…

Naciente del río Guadyerbas
Naciente del río Guadyerb

…es esta humilde capilla, a pesar de lo pobre venerada en los pueblos del contorno y más que todo notable por un jardín adjunto, donde brillan las aguas de una fuente inagotable bajo la sombra de castaños y nogales, ciruelos, morales y otros árboles de que abundan aquel lugar y sus alrededores. No sin razón se ha creído que pudo tan deliciosa llanura (El Piélago) consagrada a Diana, diosa tutelar de los bosques para los antiguos…

Castañares de la Sierra de San Vicente
Castañares de la Sierra de San Vicente

Es además la temperatura de aquel lugar admirable hasta la estación en que arden abrasados por el campo el sol y las ciudades. De noche como de día puede uno pasar las horas sin molestia y sin fatiga, ya bajo la copa de los árboles, ya bajo el sencillo techo de una rústica cabaña. Soplan templadísimos vientos puros y limpios de toda miasma, brotan de todas partes las más frescas aguas, corren acá y acullá fuentes cristalinas, cosas todas por las que no sin razón fue aquel lugar llamado Piélago. Alegre es allí el sol, alegre el cielo, alegre por demás la tierra cubierta de tomillo, borraja y acedera, peonía y mucho más de yezgos y de helechos. baste decir, por fin, en su elogio que dio la antigüedad el nombre de Elíseos a tan afortunados campos, tal y tan agradable se presentaen ellos el cielo en tiempo de verano.

Castillo árabe del cerro de San Vicente

Suministran abundantemente los pueblos y las aldeas vecinas todo lo necesario para la vida, uvas higos y peras que pueden sostener la comparación con los mejores, jamones excelentes, peces, carnes, aves y vinos que podrían hacer olvidar la patria. Es verdaderamente de admirar que guardando tan buenas dotes estén aquellos lugares faltos de quintas y de moradas de recreo y de placer para los ricos, que dificilmente podrán encontrar otros más amenos saludables y fecundos…Nunca brillaron para mi días tan alegres ni tan claros; tan dulce y tan agradable era la sociedad en que vivíamos.

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO, BUENAVENTURA

Arquitectura popular de Buenaventura con huecos enmarcados con cal y muros de mampostería. El esquinazo es curvo por la mampostería de pequeño tamaño, así no son necesarioslos sillares de la esquina

Hoy vamos a dar una vuelta por el pueblo de Buenaventura para conocer su arquitectura popular. Es una localidad que se ubica en la zona noroeste de la Sierra de San Vicente con su término ribereño del Tiétar y muy cercano a Gredos, por lo que se observa la influencia abulense en sus características constructivas. Históricamente fue uno de los lugares incluidos en el marquesado de Navamorcuende, villa de la que dependió hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX.

Balcones con balaustres de madera como influencia de Gredos

Como sucede con otros pueblos de la zona, el material predominante es el granito, aunque algunos doblados y muros secundarios están formados por adobes o tapial. Predominan los muros de mampostería con esquinazos y vanos de sillería. En algunas de ellas emplean la argamasa como aglutinante y a veces están enfoscadas con los huecos enjalbegados para aumentar su luminosidad.

Foto del diccionario de la provincia de Toledo de Moreno Nieto con la arquitectura de Buenaventura en los años 50

Algunas de las viviendas son de construcción más tosca con elementos de menor tamaño formando sus muros, pero otras algo más modernas tienen sus paredes levantadas con sillería de mayor calidad. Quedan pocas balconadas y algunas han cambiado las maderas de sus balaustres por otras más modernas que les hacen perder encanto.

Puerta de corral construida en sillería con muros de sillarejo

La descripción de Moreno Nieto de 1960 nos habla de que » la casa típica construida de piedra y adobe, tiene el tejado a dos vertientes. Consta de una planta y troje o granero, espacio situado entre el techo y el tejado. La cocina es de campana y en ella se quema leña de encina».

Dos sencillas viviendas con troje en Buenaventura. Se perciben los adobes del piso superior

En algunas viviendas hay pequeñas puertas accesorias que dan acceso a los corrales y otras dependencias. Otras edificaciones son muy estrechas y parecen embutidas entre las construcciones colindantes. Podemos ver casas de perfiles muy prolongados que hacen descender los tejados hasta muros de baja altura.

Vivienda de muy estrecha fachada con entrada lateral y prolongado perfil de su tejado.
Típico tejadillo o tejaroz sobre puertas carreteras

 

La saca del corcho en Velada

LA SACA DEL CORCHO

Saca del corcho en Velada

El alcornoque es una especie arbórea que precisa de algo más humedad que la encina y de terrenos preferentemente silíceos. Es por ello que en nuestra región se puede encontrar en las zonas donde el clima extremado continental mesetario se suaviza por la influencia atlántica como es el caso de nuestra comarca.

Casi 20.000 hectáreas se dedican a su aprovechamiento con una producción importante que podrían ser mucho mayores si, como sucede con muchas otras de nuestras materias primas, las plusvalías generadas por su manufacturación no se quedaran en otras regiones. En efecto, las industrias corcheras de Talavera o Velada por ejemplo, se limitan a seleccionar, cortar, cocer y embalar las planchas de corcho para que sea en Cataluña, en la mayor parte de los casos, donde se transforman en la industria taponera, de aislantes o de las nuevas artesanías industriales del corcho, que fabrican desde carteras hasta faldas de este material natural y cada día con mayor demanda.

Un material de gran calidad con infinitas posibilidades pero que ya fue conocido por nuestros artesanos que lo trabajaron desde un punto de vista principalmente utilitario pero también estético en los casos de artesanía pastoril que luego comentaremos.

Alcornocal con el corcho recién extraído

Cuando llegaba la canícula en las dehesas de Velada y Oropesa, en las umbrías de la Sierra de San Vicente o la Jara Alta, las cuadrillas salían
a la saca del corcho, labor por la que se despega la corteza del alcornoque. Se hacía el trabajo durante las horas más calurosas del día y los meses más calurosos, «desde San Pedro», que era el tiempo más adecuado para esta actividad, y de hecho, era necesaria la presencia de un trabajador exclusivamente dedicado a suministrar agua para evitar la deshidratación de los operarios, el aguador, que a veces también ayudaba al ranchero, que era el corchero al que se encomendaba el aprovisionamiento de leña, manteniendo el fuego y los pucheros individuales de las más de veinte personas que componían estas cuadrillas, además de cuidar de la intendencia general del campamento encargando a un ordinario que se acercara al pueblo a por los encargos y suministros.

Asientos o "tajos" elaborados con planchas de corcho y virus de jara
Asientos o «tajos» elaborados con planchas de corcho y virus de jara

Los corcheros dormían en las mismas dehesas en los campamentos que en forma cónica se hacían con palos y ramaje alrededor de un alcornoque, aunque a veces dormían en media caña de corcho colgada de una rama a modo de litera. No descansaban ni siquiera los domingos y solamente acudían al pueblo en la Virgen de agosto, San Roque, Santiago y Santa Ana. El jabón casero, un peine, la navaja, una manta y algunas viandas era el modesto ajuar del corchero.

El accidente de trabajo más frecuente era la picadura de los escorpiones que se escondían en los recovecos de la corteza, y se utilizaba para aliviar el dolor un curioso remedio» homeopático» el aceite de alacranes, que se obtenía de freír casi hasta la carbonización un número impar de escorpiones en aceite de oliva, para luego utilizar este mejunje masajeando la zona afectada.

Pila de lavar o cuzarro en Velada

Ser taponero era sinónimo de ser corchero «de fábrica». Utilizaban el cuchillo curvo de corchero para recortar las piezas y deben su nombre a que completaban sus jornales con la elaboración casera a destajo de tapones. El escogedor elegía y agrupaba las piezas según su calidad y características que sería largo de describir aquí.

NOS FALTABA CARDIEL DE LOS MONTES

NOS FALTABA CARDIEL DE LOS MONTES

Portada sur de la iglesia de Cardiel de los Montes

Muy cerca del reculaje del embalse de Cazalegas se encuentra la pequeña localidad de Cardiel de los Montes, cuyo nombre han relacionado unos eruditos con los cardos y otros con los jilgueros (“carduelis” en latín). Es uno de los pueblos más antiguos de la zona y se dice que el paraje llamado de «Sacanovias» tiene su origen en el hecho de que pasaban por allí los novios de otras aldeas cercanas para casarse en la iglesia de Cardiel, pues era la más antigua de la zona.

Perteneció el lugar al marqués de Navamorcuende hasta que se independizó judicialmente con el privilegio de villazgo que es simbolizado por el magnífico rollo erigido en la plaza del mismo nombre, aunque antes se situaba en la de la iglesia. Construido en granito se sitúa sobre tres gradas con un fuste muy estilizado rematado con pieza circular de la que parten tres canes zoomorfos. Pináculo decorado con escamas y escudo de la casa Dávila con seis roeles .

Es un territorio donde se encuentran restos arqueológicos, paleolíticos, de la Edad del Bronce, romanos y medievales.

Artesonado de la iglesia de Cardiel

Es lugar que se sitúa junto a un antiguo vado del Alberche al que protegía la atalaya que da nombre a una urbanización cercana. En esta zona el río se remansa y es agradable navegar en piragua entre sus saucedas y carrizos.

Detalle del rollo jurisdiccional de Cardiel de los Montes con el escudo de los Dávila, marqueses de Navamorcuende

En las relaciones de Felipe II se dice que los vecinos consideraba a Cardiel el pueblo más antiguo de la zona y que había un despoblado con ruinas de una iglesia en el lugar llamado Casas del Bispo. En ese mismo documento se describe así nuestro río: “Que cerca de dicha villa pasa un río que tiene por nombre Alberche, el cual de invierno es muy caudaloso y de verano tiene poco agua, el cual no tiene frutales en las riberas, ni árboles algunos, ni otro aprovechamiento que el abrevadero de ganados, porque la dicha ribera son grandes barrancos. El río por la parte de la villa no tiene puente ninguno sino una barca que es del señor don Enrique, en el que llaman puerto de Atacón. En dicho río se crían bogas, y barbos y peces más pequeños que se pescan con mangas y cestos y, en tiempos de desovadero, con atarrayas para la rexaca”.

Llanura entre Cardiel y la Sierra de San Vicente

En el lugar ribereño de El Rincón hay un paraje en el que las praderas llegan hasta el río y las gentes acuden a disfrutar de un buen día en el campo. También hay en el pueblo dos viejas fuentes, la del Arco y la Fuentona.

Una de las fuentes de Cardiel: La Fuentona

La iglesia se construye en varias fases que comienzan en el siglo XIV y conserva tallas de antiguas como las de Santa Brígida, San Gregorio o San Benito. Es de interés su artesonado, la pila bautismal, su portada meridional y su graciosa espadaña.

Quedan pocas muestras de arquitectura popular aunque quedan un par de casonas de cierta entidad.

Detalle de uno de los canes del rollo de Cardiel

DAMOS UNA VUELTA POR HINOJOSA DE SAN VICENTE

DAMOS UNA VUELTA POR HINOJOSA DE SAN VICENTE

Patio en Hinojosa

Vamos a describir aquí los puntos de interés de Hinojosa de San Vicente dejando para otras entradas los incluidos en otras entradas por situarse en el Piélago o en la cumbre del Cerro de San Vicente, el que ya conocemos como Monte de Venus, como la Ermita de los Santos Mártires, el castillo, la ermita de la Virgen de los Ángeles, el monasterio o uno de los pozos de nieve, por ejemplo.

Calvario de Hinojosa junto a la ermita de San Sebastián

Hinojosa, fundada en 1506, era una aldea de Castillo de Bayuela hasta que se hizo villa en 1632.

Paseamos por el casco urbano de Hinojosa, uno de los pueblos con más elementos conservados de arquitectura popular de la Sierra, sobre todo en el extrarradio del lugar, donde cuadras y cochineras conservan el ambiente de lo que eran estos pueblos hace cuarenta años.

Arquitectura popular de Hinojosa

No debemos dejar de visitar las tres ermitas: la de Santiago, a poniente del caserío. la de San Sebastián, con un calvario junto a ella, y la de San Roque, con una curiosa decoración popular en la hornacina del santo a base de trazos que parecen simular cerámica.

Una de las fuentes de Hinojosa

La plaza conserva todavía las agujas de piedra que en casi todos los pueblos de la sierra servían para cerrar los festejos taurinos y una casa balconada dieciochesca. Descendemos de Hinojosa en dirección sudeste, hacia el arroyo Guadmora que baja desde el cerro de San Vicente, rodeado de prados ,encinas cornicabras moreras y enebros en un paseo agradable que hizo exclamar a un viajero del siglo XVIII que la hermosura de los campos de Hinojosa era similar a la de los de la ciudad italiana de Mantua.

Iglesia parroquial de Hinojosa.

La iglesia parroquial es un templo del siglo XVI en sillería y mampostería granítica con portadas al sur, rodeada de un atrio, y otra en el norte con un panel de azulejos talaveranos. Tiene el aspecto habitual de los templos de la sierra de clara influencia abulense.

Aunque solamente queden algunas pitarrillas como muestra, el vino de Hinojosa tuvo una fama que sobrepasó en tiempos el ámbito comarcal. Fue pueblo que en sus trojes cultivó el gusano de seda hasta los años 60. Sus fiestas de interés en invierno como el Carnaval o la Cencerrá y de primavera como la Enramá.

Panel de azulejos del siglo XVI en el pórtico norte de la iglesia de Hinojosa

La iglesia es un templo de mampostería y sillería granítica similar a otros de la sierra y de la diócesis de Ávila a la que pertenecieron estos pueblos de la sierra.

Ermita de San Roque

Terminamos nuestro recorrido descendiendo el Guadmora hasta que junto a dos antiguos molinos ya documentados en el siglo XV.

Molino en el arroyo Guadmora, cerca de Hinojosa

PASEANDO EL REAL DE SAN VICENTE Y SU ENTORNO

PASEANDO EL REAL DE SAN VICENTE  Y SU ENTORNO

Prados y enebrales desde el Cerro del Oso

El Real de San Vicente debe su nombre a que en el siglo XIII, el rey Alfonso VII asentó sus “reales” con su campamento de tropas en el solar que luego ocuparía este pueblo. El apellido de San Vicente se debe obviamente a la tradición de la estancia de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta  en la cumbre del cerro del mismo nombre que en la excursión visitaremos.

Restos de la muralla del castro vettón de cerro del Oso

El Real mantiene todavía en pie algunos rincones de arquitectura popular con sabor serrano , especialmente en la parte alta del pueblo.

Arquitectura popular de El Real de San Vicente

Es de interés su iglesia parroquial que tiene la estructura habitual  de las iglesias de esta sierra vinculadas al obispado de Ávila hasta los años cincuenta, levantadas todas ellas en mampostería y sillería graníticas.

Carnaval en el Real de San Vicente

Son de destacar sus carnavales y las fiestas de verano que como tantos pueblos del entorno celebran corridas de toros en sus plazas.

En sus alrededores debemos destacar los hermosos castañares dignos de visitar en otoño por su colorido impresionante. Por otra parte, cualquiera de las sendas caminos y callejas del entorno del pueblo que pueden hacernos disfrutar de paisajes amenos entre encinares, prados y enebrales.

Castañares en El Real de San Vicente

El cerro del Oso, sobre el que se encuentra un antiguo castro vettón  con restos de murallas y viviendas y con algunos grabados rupestres aislados de la Edad del Bronce.  Se accede por un camino que sale frente a la gasolinera y después podemos subir por la loma norte de este cerro que domina sobre el caserío y desde donde podemos disfrutar de unas vistas magníficas.

Fuente en el entorno de El Real de San Vicente

En la Garganta Tejea, a la que se llega también por un camino que sale junto a la gasolinera, se encuentra la garganta Tejea, donde se encuentran varios molinos de agua con un peculiar receptor de tubo. Otros molinos están en el propio casco urbano. También se ha restaurado un lavadero y hay algunas fuentes pintorescas, además de los Baños de la Pólvora, un balneario popular donde los vecinos iban a quitarse sus dolores y reumas.

Fachada occidental de la iglesia de El Real de San Vicente

El patrimonio de El Piélago lo describiremos en otra ruta.

SAN ROMÁN DE LOS MONTES

SAN ROMÁN DE LOS MONTES

Rollo y ayuntamiento de San Román
Rollo y ayuntamiento de San Román

Vamos a conocer hoy  la pequeña localidad de San Román de los Montes, en las estribaciones de la Sierra de San Vicente. Podemos dar antes un paseo por sus calles y nos detendremos en la plaza para observar el rollo, cuyo escudo de los Dávila nos recuerda que esta villa formó parte del señorío de Velada, cabeza del marquesado, cuyo rollo curiosamente se restauró a imagen de éste de San Román, mejor conservado que el del  propio Velada.

Enebrales de San Román
Enebrales de San Román

Fue en 1291 cuando Alfonso VIII otorgó los mayorazgos de Velada y San Román a Fernán Gil Dávila creándose uno de los primeros señoríos medievales. La antigua casona fuerte del marqués se halla actualmente restaurada aunque con almenas simuladas no muy afortunadas.

Casa fuerte de los señores de Velada y San Román restaurada
Casa fuerte de los señores de Velada y San Román restaurada
Agujas para el cerramiento de las plazas para las corridas de toros
Agujas para el cerramiento de las plazas para las corridas de toros

San Román es como todos los pueblos de estas sierras un lugar con gran afición a los toros y, como muchos de ellos, conservan las agujas de piedra que servían para cerrar las plazas durante los festejos taurinos. A la entrada del pueblo, junto al arroyo, se ha restaurado un lavadero tradicional y en el centro un antiguo potro de herrar.

Sarcófago omano tardío junto a la iglesia de San Román
Sarcófago omano tardío junto a la iglesia de San Román

Visitaremos además la iglesia, construcción cuyos elementos más antiguos son del siglo XV, y en el exterior, en su parte trasera, se conserva un sepulcro antropomorfo tardorromano- visigodo, aunque otros lo remontan a época romana. También se han hallado fustes de columna y cerámicas que confirman esa presencia y otro segundo sepulcro medieval También se han hallado restos de la Edad del Bronce y del Cobre.

Pared decorada con motivos de tipo pastoril en una vivienda de San Román
Pared decorada con motivos de tipo pastoril en una vivienda de San Román

Muy cerca, al norte del casco urbano y junto al arroyo, se halla un antiguo molino de agua de construcción granítica.

Canal del molino de agua de San Román en el arroyo de las Tenebreras

La parte ribereña del término está a orillas del embalse de Cazalegas con  sus urbanizaciones, aunque hay también una zona interesante de pequeñas barrancas junto a la ribera del Alberche con hermosas dehesas entre el pueblo y el río.

Espadaña de la iglesia de San Román

CONOCIENDO GARCIOTÚM

CONOCIENDO GARCIOTÚM

Arquitectura popular en Garciotún

Nuestra excursión comienza hoy en el pequeño pueblo serrano de Garciotúm. El nombre de esta localidad, así como el de las otras dos que vamos a visitar, procede del nombre de los respectivos caballeros abulenses que repoblaron sus términos en la Edad Media, allá por el siglo XI y XII: García Fortún, Nuño Gómez, o un tal Pelayo, en el caso de Pelahustán, que fueron premiados por sus hazañas en la reconquista con el territorio sobre el que luego se asentarían estos tres pueblos de la Sierra de San Vicente. También un paraje con el nombre de “la ermita caída” pudiera sugerirnos en Garciotúm un poblamiento antiguo.

Piedra labrada de origen desconocido que puede para algunos tratarse de una ventana visigoda

Garciotúm fue aldea de Castillo de Bayuela, capital del señorío de Montesclaros, hasta hacerse villa en el año 1670. Antes de hacer la ruta visitaremos la ermita, la pintoresca placita de la iglesia, que es construcción del siglo XV, y un llamativo y original monumento megalítico moderno que se halla junto a la carretera. También daremos una vuelta por sus calles observando su arquitectura popular de mampostería granítica. Siempre tuvo una población reducida pero su entorno está adornado de un encanto natural especial.

Monumento granítico en Garciotún

Sí que existe, sin embargo, una referencia literaria a Garciotún, nada menos que de Benito Pérez Galdós que, en su novela “Angel Guerra”, hace una alusión a «los mármoles de Garciotún», aunque también hay constancia de la utilización de esta piedra en la Colegial talaverana o en la Basílica del Prado de la misma ciudad.

Su término se compone de prados y monte más o menos adehesado cruzando por él la cañada ganadera que desde Pelahustán se dirige hasta Talavera pasando por Castillo de Bayuela. Estas circunstancias han hecho que la actividad económica se halla centrado desde siempre en la ganadería y en la explotación de pequeños huertecillos, algunos frutales y cultivos hoy desaparecidos como los linares y el capullo de seda.

Iglesia parroquial de Garciotún

En el siglo pasado ocurrió una anécdota curiosa cuando un indiano escribió al ayuntamiento contando como él mismo había visto esconder un valioso tesoro en el llamado Cancho Amarillo, paraje curioso y digno de visitar, lleno de abrigos y cuevecillas. Durante una temporada, se despertó la fiebre de los buscatesoros, que acudían armados de pico y pala, incluso de noche en el caso de los vecinos de pueblos cercanos, que intentaban así eludir la vigilancia de los lugareños, celosos guardianes de un tesoro que jamás apareció. El Cancho Amarillo se encuentra próximo al llamado Puente de los Pilones, magnífico ejemplo de ingeniería popular construido con grandes bloques graníticos.

Ermita de la Purísima de Garciotún

Aguas abajo del puente podemos descender a parajes solitarios en una zona de pequeñas cascadas. También son dignos de visitar los molinos del arroyo Saucedoso, que se hallan en un bonito lugar donde también podemos observar el llamado» Puente Romano» de Castillo de Bayuela datado en el siglo XVII. Funcionó también en Garciotúm un horno de cal todavía conservado en el paraje de El Calerón, en cuyas proximidades se hallan magníficos ejemplares de enebro. Antes de partir de Garciotúm visitaremos un curioso y espectacular monumento de granito con inscripciones grabadas y hecho por un particular junto a la carretera. También podemos callejear observando su arquitectura popular serrana.

En próximos capítulos hablaremos de la curiosa fiesta de «la Malena»

NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

Arquitectura popular de Buenaventura

Cuando nos dirigimos desde Talavera a Mijares y Gavilanes  en el valle del Tiétar pasaremos por Buenaventura, pueblecito de la Sierra de San Vicente ribereño del Tiétar. Es una de las antiguas aldeasdel Señorío de los Dávila en Navamorcuende cuya historia ya comentamos cuando hablamos de este pueblo.

Un paseo por el caserío nos mostrará algunas viviendas pintorescas en mampostería con los balconcillos típicos del valle del Tiétar. Seguir leyendo NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

EL CONVENTO DEL PIÉLAGO, LA ERMITA Y LA ABADÍA

EL CONVENTO DE EL PIÉLAGO

Son varios los edificios relacionados con los Santos Mártires que se sitúan en el Piélago y la cumbre de la Sierra de San Vicente.

Restos de los muos de la antigua abadía de San Vicente

LA ABADÍA DE SAN VICENTE DE LA SIERRA

En primer lugar tenemos que hablar de la llamada Abadía de San Vicente que a mediados del siglo XII se fundó en estas alturas por monjes de la orden regular de San Rufo que venían de Aviñón. Fueron enviados aquí por el Papa Adriano IV que solicitó la fundación a el rey Alfonso VII. Una de las causas de estas fundaciones era la repoblación de los territorios recién reconquistados a los musulmanes.

El castillo árabe de la cumbre parece que formó parte de sus dependencias y el abad tenía encomendadas las llaves del mismo. Fue la primera fundación de canónigos regulares dependientes de la diócesis de Toledo, aunque se encuentre en territorio del obispado de Ávila. Tuvo gran influencia en la comarca de Talavera.

Pero los restos que quedan del mismo son apenas unos muros de anchura considerable que se encuentran en el collado inmediato al castillo en su lado oriental.

Ermita de la Virgen del Espino o de los Ángeles en fotografía del libro de Esteban y Jesús Sánchez sobre Hinojosa

LA ERMITA DEL PIÉLAGO

No debemos confundirla con el eremitorio de la cueva de los Santos Mártires pues era una ermita que primero estuvo bajo la advocación de la Virgen del Espino más tarde del Piélago y porteriormente Nuestra Señora de los Ángeles, advocación muy frecuente de las ermitas de y conventos de los carmelitas pues fue esta orden la que se estableció en el convento del Piélago junto al que se sitúan las ruinas de la ermita ocultos por las hiedras y las zarzas.

La imagen era venerada en toda la comarca y se hacían numerosas procesiones y rogativas demandando lluvias o salud ante las epidemias.

Virgen del Espino, hoy en la iglesia de Hinojosa, en foto del libro de Esteban y Jesús SanChez

EL CONVENTO CARMELITA DEL PIÉLAGO

Fachada del convento del Piélago

El ermitaño Francisco de Raudona, del que hablamos en el capítulo de la cueva de los Santos Mártires y cuyo enlace adjuntamos más abajo, en el año 1683 pide al provincial de la orden carmelitana fundar un convento junto a la ermita de la virgen del Piélago donde se fue con sus anacoretas bajo la regla de los carmelitas calzados con permiso de los concejos de Hinojosa y Castillo de Bayuela.

Fuente del convento del Piélago

También el Real de San Vicente cedió terreno y un pozo de nieve. Hubo cierta oposición del obispo de Ávila hasta que finalmente llegaron los frailes el 16 de agosto de 1687 desde Torrijos, donde se reunieron procedentes de Madrid, Alcalá de Henares, Valdemoro y Toledo. La ermita de la cueva también quedó en propiedad del monasterio.Su economía mejoró con muchas donaciones y compras de terrenos.

Con su iglesia hoy en ruinas y las dependencias conventuales no muy afortunadamente restauradas sirve hoy como campamento de verano del arzobispado.

Escudo real en la fachada del convento

Se fundó junto a una de las fuentes que dan origen al río Guadyerbas y está construido en sillería de granito y mampostería del mismo material aunque la iglesia presenta algunas zonas aparejo de ladrillo.

Hornacina y escudo de los carmelitas en el convento del Piélago

Las bóvedas del templo se hallan derrumbadas aunque quedan restos reconocibles de algunas capillas. Muchos elementos nobles de la arquitectura del convento han sido pasto del robo y la destrucción.

Interior del convento del Piélago

Los frailes se financiaban especialmente con los pozos de nieve, los molinos y las recuas de mulas que poseían y que alquilaban para hacer portes.

Parte trasera de las dependencias restauradas del monasterio

La legislación de los franceses durante su invasión las sucesivas desamortizaciones y regulaciones contra los monasterios en el siglo XIX llevaron a que en 1835 solamente quedaran 5 monjes y el cenobio fue disuelto pasando a manos particulares hasta que los dueños lo donaron al arzobispado en 1956.

Los que también queráis saber algo más sobre la cueva de los Santos Mártires que dio origen al convento podéis ver el enlace adjunto publicado también en este blog

https://lamejortierradecastilla.com/la-cueva-de-los-santos-martires/