SANTUARIOS DE LA AZULEJERÍA DE TALAVERA (2) LA ERMITA DE VELADA

SANTUARIOS DE LA AZULEJERÍA  DE TALAVERA (2): LA ERMITA DE LA VIRGEN DE GRACIA EN VELADA

  1. Ubicación:  VELADA situada junto a la carretera N-502 de Talavera -ÁvilaNave mayor con ábside completamente cubierto de azulejería del siglo XVI incluida la bóveda con escenas de la vida de la Virgen, San Esteban, San Andrés, blasones de la casa de Velada y otros, además de dos paneles en forma de retablo en las dos naves laterales con magnífica cerámica manierista del siglo XVII con figuras de gran calidad y muy estilizadas en las que algunos ven la influencia de Gaspar Becerra.
    Uno de los retablos laterales de la ermita de Virgen de Gracia

    Otros han aventurado la posibilidad de cierto parentesco con los azulejos talaveranos del palacio del del Duque del Infantado de Guadalajara, obra de Fernando de Loaisa con modelos del italiano Cincinetti, aunque yo mantengo mis reservas al respecto. En los retablos laterales algunos autores han querido ver la influencia del Greco precisamente por lo estilizado de las figuras.

    Interior de la ermita de Virgen de Gracia
  2. Datos para la visita por el público: La llave debe pedirse en la casa parroquial o al presidente de la hermandad.

    Imagen de San Andrés en azulejería en el ábside de la ermita de Velada
  3. Bibliografía básica de referencia: «La Villa de Velada» Miguel Méndez-Cabeza y Gonzalo Palomo, Toledo 1990
  4. En Velada pueden visitarse otros paneles cerámicos antiguos en la fachada del convento franciscano, en la iglesia parroquial y sobre la puerta del cementerio. Quedan ruinas del palacio de los marqueses de Velada, en la iglesia hay un artesonado de interés y también son de destacar el molino de viento, la ermita de Santa Ana y el rollo jurisdiccional.

 

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA EN LA COMARCA DE TALAVERA (1) PIEDRAESCRITA

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA EN LA COMARCA DE TALAVERA (1) IGLESIA DE PIEDRAESCRITA

Dios Padre representado en la azulejería de Piedraescrita

Comenzamos hoy una serie sobre los lugares de la comarca donde podemos contemplar la azulejería talaverana. No es un estudio exhaustivo de la misma sino simplemente una invitación a visitar esos lugares y disfrutar de nuestra cerámica.

  1. Ubicación: Piedraescrita, ayuntamiento de Robledo del Mazo

    Ermita de Piedraescrita
  2. Descripción básica
  3. LA IGLESIA: Cuenta la leyenda que en tiempos medievales, “poco después de la expulsión de los sarracenos”, un vaquero de Espinoso aprovechaba con los  ganados propiedad de su amo talaverano las hierbas frescas del entorno y se le apareció la Virgen en un lugar cercano al pueblo, sobre una roca conocida como “El Canto de la Virgen”, donde hace unos años se ha erigido un sencillo monumento conmemorativo. Le encomendó la construcción de una ermita y los lugareños se empeñaban en erigirla en otro lugar diferente al que hoy le sirve de solar, sucediendo que los muros levantados por el día aparecían derruidos a la mañana siguiente, hasta que por fin el templo fue construido donde actualmente se ubica, justo en la divisoria entre las aguas del Guadiana y el Tajo. Está documentado históricamente que en 1188 el obispo Gonzalo Pérez otorga licencia para la construcción de una iglesia a un tal Nuño Nuñez y a su mujer Aderazo Gómez que aportaban la dote necesaria para su mantenimiento.
    Iglesia de Piedraescrita

    El templo es una edificación sencilla con un ábside que fue octogonal y, según parece, formaba únicamente la sencilla construcción primitiva, más tarde modificada añadiéndose la nave principal. El edificio tiene a los pies un campanario de tres huecos que fue construido en el siglo XVIII. Se accede a la iglesia por un pórtico descendiendo cuatro escalones, ya que el piso del templo se encuentra por debajo del nivel actual del suelo y hay constancia de la existencia de una antigua fuente dentro de la ermita que, como hemos dicho, es una iglesia en realidad. Los muros están fabricados en mampostería de lajas de pizarra con revoco exterior enjalbegado.

    Decapitación de San Juan Bautista en azulejería de Talavera en la iglesia de Piedraescrita

    Pero lo realmente interesante desde el punto de vista artístico es el interior de este monumento. Sus paredes  están en gran parte recubiertas de valiosa azulejería talaverana del siglo XVI y XVII con escenas del Nuevo Testamento. En el lado de la epístola destaca un San Cristóbal de grandes dimensiones frente al que se sitúa un panel con una fila de arcabuceros similar al que se encuentra en la ermita de la Virgen del Prado de Talavera, aunque no es esta la única similitud en los motivos dibujados en Piedraescrita. Otros paneles representan a diferentes santos y en el testero se aparece un juicio final con la resurrección de los hombres que son extraídos de las tumbas por ángeles y demonios. Un azulejo parece representar al autor de parte de los paneles cerámicos.

    Satanás representado en una imagen de San Bartolomé en la azulejería de Piedraescrita

    En el cuarto de esfera que cubre la capilla podemos contemplar la pintura al fresco de un Pantocrátor con estrellas y una luna con cara femenina. Esta es la pintura románica más meridional del territorio nacional. Son también de interés un magnífico Cristo crucificado del siglo XVII, la pila bautismal y una escultura de la Virgen en cerámica talaverana.

    Ábside decorado con azulejería de Talavera en la iglesia de Piedraescrita
  4. Datos para la posible visita por el público Puede visitarse pidiendo las llaves en una vivienda de la plaza

La azulejería ha sido recientemente restaurada incorporando azulejos hallados en el templo.

Sobre la autoría de uno de los paneles he publicado otro artículo que podéis consultar en este enlace:

EL CERAMISTA JUAN FERNÁNDEZ AUTOR DE UN PANEL DE PIEDRAESCRITA

 

LA PORTIÑA DEL SALVADOR Y PUENTE MORIS EN FOTOS ANTIGUAS

LA PORTIÑA DEL SALVADOR EN FOTOS ANTIGUAS

Desfile festivo por la portiña de El Salvador en la confluencia con Santo Domingo, al fondo, y Salmerón
La Portiña en su tramo final por debajo del Puente Moris antes de ser cubierta

En la entrada anterior conocíamos algunas fotografías antiguas de la Portiña de San Miguel. A partir de la confluencia de la calle Jiménez de la Llave que precisamente viene de la antigua parroquia del Salvador, la calle que discurre sobre el arroyo y paralela al segundo recinto amurallado es la que conocemos como Portiña del Salvador.

Detalle de la foto anterior con caballerías que vienen de la actual calle Entretorres y van.hacia la plaza Puente Moris y la Portiña para vadearla. Al fondo la Real Fábrica de la Seda, entonces cárcel de los represaliados de la Guerra Civil.Se distingue por la torre que se elevaba en mitad del tejado.

Continúa hasta que en la zona del Puente Moris se unía el segundo recinto con el primero junto a la puerta de Mérida en la llamada «cuesta de la Felipota» por donde se accedía a la villa desde el oeste a través de la calle Olivares.

La calle Olivares se encuentra con La Portiña todavía sin cubrir
Detalle de la foto anterior donde se ve el ambiente vecinal de la calle con vecinas que llevan agua, otras clarlan y otro repara con una escalera el cableado. La mayor parte de casas de la derecha están actualmente ocupadas por el colegio de La Salle. Es curiosa la alcantarilla lateral descubierta con puentecillos para el acceso a las viviendas.

Las mujeres lavaban en el arroyo como se ve en la postal de Ruiz de Luna y desde la calle Olivares los viajeros se dirigían paralelos a la actual carretera hasta la confluencia de la calle San Andrés para luego cruzar el puente Moris hacia la Puerta de Mérida que les daba acceso a la Villa. Antes desembocaba en ella la calle de San Martín, que llevaba ese nombre por situarse en ella una de las parroquias medievales desaparecidas de Talavera, la parroquia de San Martín,

Detalle de una postal de Ruiz de Luna de 1906 en la que se observa el Puente Moris y la Potiña sin cubrir
Detalle del dibujo de Van der Winaerde del siglo XVI en el que se observa el puente Moris sobre la Portiña

El puente Moris aparece en una foto antigua de Ruiz de Luna y en el dibujo de Van der Wigaerde del siglo XVI. Se dice que el puente tenía ese nombre por un asesinato que se cometió en el lugar en la persona de un francés llamado Maurice.

La Portiña desembocaba finalmente en el Tajo junto al edificio de las hilaturas de la Real Fábrica de Sedas, luego cárcel y finalmente su solar ocupado por el instituto Ribera del Tajo a un lado y la zona de Entretorres al otro. Esa zona siempre fue problemática por  inundaciones y vertidos y muladares que se formaban por acumulación de desperdicios. El director de las Reales Fábricas de Seda Juan Ruliére adquirió un olivar ribereño a cambio de canalizar ese tramo de la Portiña, tal vez la canalización que se ve en las fotos anteriores de las láminas 22 y 20 del plan de Ensanche de 1945.

LA PORTIÑA DE SAN MIGUEL EN FOTOS DE 1945

LA PORTIÑA DE SAN MIGUEL EN FOTOS DE 1945

Hoy vamos a conocer la calle Portiña de San Miguel a través de las fotos del Ensanche de 1945 y aguna otra.

En ocasiones he dicho que Talavera más que una ciudad a la orilla del Tajo es una ciudad a la orilla de La Portiña, el arroyo en cuya desembocadura con el Tajo se situaron los primeros pobladores prehistóricos, antes incluso de los romanos que precisamente en esa elevación entre el Tajo y la Portiña que sirve de asiento al casco antiguo de Caesaróbriga.

Detalle de postal de Ruiz de Luna donde se ve el Puente de la Villa

La Portiña se fue cubriendo a su paso por nuestra ciudad desde las proximidades de la carretera de Cervera y luego en el recorrido que hacía por debajo del segundo recinto amurallado hasta confluir con el primer recinto en la zona de Puente Moris y la monumental puerta de Mérida.

Siempre se ha dividido en dos tramos según las parroquias de sus inmediaciones intramuros, la de San Miguel, desde la confluencia con la calle Cerería hasta la de Luis Jiménez de la Llave, donde comienza la Portiña del Salvador.

Quizá el nombre de La Portiña venga del el pequeño puertecillo por el que discurre justo en el lugar donde ahora se encuentra el muro del embalse y donde se desarrollaron los encuentros más violentos de la Batalla de Talavera.

Confluencia en 1945 de la calle Cerería, a la derecha, con San Ginés a la izquierda. Es el inicio de la Portiña de San Miguel ya cubierta en el llamado puente la Villa. Al fondo la calle Marqués de Mirasol.

En la confluencia de Cerería con La Portiña saltaba al arroyo un pequeño puente conocido como Puente la Villa por dar acceso a los arrabales nuevos y, por la plaza del Reloj y arco de San Pedro a la propia Villa, el caserío situado dentro del primer recinto amurallado. Más tarde se llamó puente de las Alcantarillas Nuevas, igual que a la puerta y torre que del segundo recinto amurallado situada allí.

 

Detalle de la foto interior con personajes talaveranos y ambiente todavía rural, y el irregular trazado de Marqués de Mirasol con trasformadores en la vía pública, cuya densidad de circulación era mucho menor.
Plazuela donde confluyen la calle San Ginés, marqués de Mirasol a la derecha y al fondo la plaza de la Cruz Verde, con la arquitectura tradicional de Talavera y acacias plantadas en el talud que formaba el cauce de La Portiña.
Talaveranos cargando leña en la plaza de la Portiña según detalle de la foto anterior
Detalla de la bajada desde el final de Marqués de Mirasola a la la plazuela donde confluye la calle de San Ginés.
El arroyo de la Portiña antes de ser cubierto. Postal de 1906 de Ruiz de Luna.

La iglesia de San Miguel estaba situada prácticamente en la orilla de la La Portiña y aún se mantiene la torre con algunos restos de la misma como el pórtico y unos arcos mudéjares. En una de las fotos del Plan de Ensanche de 1945 que venimos viendo aparece todavía la torre cubierta y con un gracioso hueco del campanario mudéjar con su arco de herradura enmarcado por alfiz de ladrillo en la parte superior y de piedra en la inferior.

La Portiña de San Miguel ya cubierta con la torre todavía techada de la antigua iglesia

Pasada la iglesia de San Miguel había un postigo en el muro del segundo recinto amurallado que tenía una hornacina con una imagen de Ecce Homo conocida como Cristo de la Salud que da nombre a la calle actual y al que se tenía una gran devoción en la villa. Esta pequeña puerta se llamó anteriormente de Vengamedel.

Más adelante había otro puente llamado de las Alcantarillas Viejas o del Pópulo y que se correspondía con la puerta del mismo nombre del segundo recinto amurallado. Se sabe que en el siglo XVII había también allí una «pontezuela de piedra» sobre el arroyo de La Portiña.

Arcos mudéjares de la torre de San Miguel
Detalle de la foto anterior
El poco tránsito por la Portiña de San Miguel permitía disfrutar del sol a los vecinos

El arroyo de la Portiña por su doble condición de corriente fluvial y lindero con la muralla se convertía muchas veces en un muladar lleno de desperdicios que ocasionaba las protestas delos vecinos desde la Edad Media.

Foto de La Portiña de San Miguel, con la torre de la iglesia a la derecha

La zona más ancha en la confluencia con la calle de Santo Domingo y Salmerón se conoció antiguamente como plaza de los Caldereros, por haber allí varios artesanos de este oficio. También se llamó del Cardeal Loaisa por ser este prelado, confesor de Carlos V, el fundador del convento de Santo Domingo.

La topografía del antiguo arroyo de La Portiña condicionó las frecuentes inundaciones de la plaza y traemos aquí una de las fotografías en que se rescata a vecinos junto al antiguo kiosko.

Inundaciones en la zona del puente la VIlla.

LA CAÑADA DE ALFARES EN FOTOS ANTIGUAS

LA CAÑADA DE ALFARES EN FOTOS ANTIGUAS

Cañada de Alfares desde su inicio en la calle de San Francisco, en fotografía de la colección del proyecto de Ensanche de 1945

Esta calle de Alfares, Cañada de Alfares hasta 1958, tiene un nombre tan talaverano que lleva dos de las actividades más características de la ciudad, cañada como vía ganadera y alfares por la actividad cerámica de talleres como el de los Mansillas, Gaytanes o la Menora, ya desde el siglo XVI.

En las fotos del proyecto de ensanche observamos todavía los carros que transitaban por ella y que luego serían sustituidos por los vehículos a motor cuando la nacional V atravesaba nuestro casco urbano.

Cañada de Alfares en su tramo medio

Discurre siguiendo el recorrido del antiguo segundo recinto amurallado entre dos de sus antiguas puertas, la Puerta de Toledo, que se encontraba en la embocadura de la calle de San Francisco y la puerta de Zamora donde comienza la calle Marqué de Mirasol que durante un tiempo dio también nombre al tramo de Alfares siguiendo también ese segundo recinto amurallado del que ya no quedan restos. Las viviendas tienen los típicos balcones talaveranos que cantó Rafael Morales y en ella había bastantes edificios, patios y corrales de talleres, alfares y casonas de la burguesía talaverana a los que se accedía por la calle Puertas Falsas como su propio nombre indica

El círculo de Labradores en fotografía de principios de siglo

En el comienzo con el cruce con la calle de San Francisco se encontraba el antiguo círculo de Labradores. Lugar de encuentro de los propietarios agrícolas más pudientes aunque luego extendido a otros estratos de la población.

El círculo de Labradores a principios de los 70, al fondo la primitiva tienda de MarY

 

Asfaltado de la calle de Alfares a finales de los años 60 por el paso de la Nacional -V

EL PASEO DEL MUELLE Y EL DE LA ESTACIÓN EN 1945

EL PASEO DEL MUELLE Y EL DE LA ESTACIÓN EN 1945

Este es el aspecto que presentaban desde la Plaza de España la confluencia del entonces camino del Muelle a la izquierda y el de la Estación a la derecha.

Vemos hoy  fotografías del paseo del Muelle y el de la Estación,  paralelos y que nacen condicionados por la estación de ferrocarril del plan de Ensanche de 1945, imágenes  que se guardan en el Archivo Municipal.

Existía hasta finales del siglo XIX un camino llamado de las Cambrijas, esta es una especie de arbusto que a veces crece en zonas de cierta humedad, y un tanto espinoso. Era una zona donde se lavaba la ropa en Talavera y por donde se accedía a los antiguos depósitos de agua potable.

Camino del Muelle visto desde la Estación con naves de las que aún se conserva alguna de ellas

Cuando se levanta la estación de ferrocarril en 1870 se corta este camino por las vías y los muelles de carga y queda como paseo del Muelle, en torno al que se levantan algunos establecimientos hosteleros y naves industriales.

Paseo del Muelle en otra vista desde la estación. Todavía se ve transitar alguna carreta tirada por vacas o bueyes y algunos pinos típicos del entorno de las casas de huerta

PASEO DE LA ESTACIÓN

El paseo de la Estación, al fondo su fachada. El concepto de paseo siempre iba acompañado de la plantación de arbolado lateral.

La llegada del ferrocarril modifica y condiciona todo el entramado urbano al norte de Talavera, aunque también cierra y limita el crecimiento de la villa. Se diseña una vía de acceso a la estación pues el tren es símbolo en la época de avance y progreso de la sociedad y es además el acceso los viajeros que llegarán por ese medio a la ciudad. Primero fue la carretera de la estación y luego paseo.

Paseo de la Estación visto desde la misma. A la izquierda un bar y casa de comidas. Las calles todavía de tierra. Obsérvese la precaria iluminación viaria de la época.

Se llamó también avenida del Progreso a principio de siglo y avenida 14 de Abril durante la segunda república, aunque el nombre popular fue siempre calle o paseo de la estación, en torno a la que van creciendo hotelitos de clases más pudientes como el que actualmente se mantiene y que fue también antigua clínica de la Milagrosa en lo que entonces eran afueras, además de otras construcciones condicionadas por el propio ferrocarril con alguna venta o casa de huéspedes como el de El Pilar: «Gran Casa de Viajeros, Vinos y comidas, Tel. nº 242», como reza el rótulo.

Edificio del bar y casa de El Pilar que aún se conserva con su magnífica y peculiar azulejería de Ruiz de Luna
Primeros edificios de la fábrica de harinas.
Escena que me recuerda a las del cine realista italiano con dos personajes y un gato con el viento levantando el polvo en una calle entre el paseo de la Estación y el del Muelle.

MOLINOS DEL RÍO CEDENA

MOLINOS DEL RÍO CEDENA

Molino de Enmedio cerca de Villarejo de Montalbán

El Cedena, como río fronterizo, sirvió también a las localidades de la parte más oriental de La Jara y Valdepusa. Tenemos referencias de sus molinos ya en el siglo XVI, cuando en las relaciones de los pueblos de Hontanares, Navahermosa y Puebla de Montalbán se alude a ellos. Durante el siglo XVIII se enumeran en las relaciones de Lorenzana cuatro molinos y un batán localizados en el tramo alto del Cedena, mientras que en el catastro de Ensenada se refieren a ocho artificios de los que cuatro son molinos situados en su arroyo afluente de Malamonedilla o Pasadero. Los dueños de todos estos ingenios eran vecinos de Navahermosa. Localizados ya en el tramo bajo del río se sitúan hoy día los mismos tres molinos que se documentaban históricamente en el término de Villarejo de Montalbán

Molino con horno en Mel arroyo de Malamonedilla

Los tres primeros ejemplares del arroyo de Malamonedilla (Mm 1), (Mm 2) y (Mm 3) tienen un receptor muy similar de cubo-rampa fabricado en buena sillería. El primero de ellos cuenta con un horno de pan adosado (Foto 55), el segundo y el tercero nos permiten observar las borriquetas de obra que sostenían la piedra, dejando pasar debajo de ella la correa que movía en el primer caso una rueda secundaria y en el otro la maquinaria auxiliar. El segundo molino (Mm 2) tiene también la peculiaridad de haber adaptado un lavadero de ropa a su canal y el tercero se construyó utilizando como sillares tres aras romanas.

El cuarto y último de estos molinos es de rampa pero apenas puede observarse por la maleza que la rodea. Varias cocinillas de hortelano se encuentran adosadas a su edificio (Mm 4).

Plantas de molinos del río Cedena

Ya en el propio Cedena y en las proximidades de las ruinas de Malamoneda, se han destruido recientemente dos ejemplares (Ce 1) y (Ce 2). Un gran cubo de sillería daba movimiento a dos piedras en otro molino(Ce 3) datado sobre un dintel con fecha de 1895. Seguimos descendiendo el Cedena y el cuarto ingenio que encontramos tiene también un cubo como receptor (Ce 4). Igual sistema tiene el quinto que, con una gran roca en el centro del edificio, es un curioso ejemplo de cómo las construcciones de molinos se adaptaban a todo tipo de circunstancias topográficas adversas en las riberas (Ce 5).

Molino tercero del río Cedena

El sistema receptor del sexto molino se encuentra modificado por la adaptación del edificio a vivienda de recreo. A juzgar por la envergadura que manifiesta tuvo que desarrollar una considerable potencia (Ce 6). Río abajo, dentro de la misma urbanización, se sitúa otro ejemplar con dos plantas como el anterior. La más baja servía para los trabajos de molienda y la primera hacía las veces de vivienda (Ce 7). Todos los cubos del Cedena tienen como característica común el estar fabricados con sillería bien rematada. El octavo molino se encuentra más alejado, es de cubo y está dotado de cocina, cuadra, habitación y zaguán.

Molinos de Cedena y afluentes

A continuación se encuentran los molinos de Villarejo de Montalbán. Fechado en el siglo XVII, como constata la inscripción de un dintel, aunque con referencias históricas anteriores, encontramos el noveno molino, el conocido como molino Campanero (C 9) (Foto56). Está situado en un paraje sumamente ameno con un puente construido exclusivamente para su servicio. En el siglo XVIII pertenecía a una cofradía de Malpica mientras que el molino siguiente o molino de Enmedio (C 10) era propiedad de una capellanía de Los Navalmorales.

Molino Campanero en el Cedena

Los tres molinos de Villarejo de Montalbán continuaban funcionando en 1845, así como los cuatro de Malamonedilla y otros dos en la zona alta del Cedena, ya dentro del ambito de Hontanar.

Molino junto al casco urbano de Villarejo de Montalbán

Merece la pena detenernos en el tercer molino de Villarejo que está situado junto al mismo casco urbano (fig. 71). En realidad se trata de dos ingenios, un molino tradicional de rampa por un lado y otro de cubo-rampa que, mediante su adaptación a una turbina, dio luz al pueblo y movilizó una pequeña fábrica de harinas. Conserva casi intacta la maquinaria y es una pequeña joya de arqueología industrial que debería conservarse.

Planta del molino de Villarejo de Montalbán

Una turbina corcho de cinco caballos movía una dinamo AEG de tres kilowatios que suministraba una corriente de 110 voltios. Con ella apenas se daba luz a unas pocas bombillas que eran todo el alumbrado público que tenía Villarejo. La turbina proporcionaba además la energía necesaria para el funcionamiento del molino que, en tiempos de escasez de caudal, se veía obligado a utilizar un motor de gasolina Dion Bouton para completar la insuficiente energía hidráulica.

A través de un sistema de correas, no sólo se movilizaban las piedras, sino también la dechinadora, la limpiadora, el cernedor y el sistema de sinfines que llevaba en cadena la harina y el cereal de una máquina a otra.

FOTOS DEL PLAN DE ENSANCHE TALAVERA 1945 (1)

FOTOS DEL PLAN DE ENSANCHE TALAVERA 1945 (1)

LAS ORILLAS DEL RÍO

Comenzamos hoy una serie de fotografías del Plan de ensanche de Talavera de 1945, que se hayan en el Archivo Municipal. El texto es la introducción realizada por el archivero Rafael Gómez.

En los pies de foto comento las fotografías que en este caso son cuatro del río.También se presenta una foto aérea de Talavera de la misma fecha y que comentaremos en otra ocasión

Vista aérea de Talavera de 1945

El comienzo del siglo XX en Talavera supuso un crecimiento demográfico ininterrumpido, aunque con desigual incidencia según los momentos. El gran salto se produce una vez finalizada la Guerra Civil con una población cercana a los 20.000 habitantes, que en cuarenta años triplicará sus efectivos situándose en el 2000 en torno a los 75.000 habitantes. Consecuencia de este incremento poblacional fue el paralelo desarrollo de su viejo casco urbano, que había permanecido casi inmutable desde el siglo XVI. Pero ahora se mostraba incapaz para absorber el gran aluvión demográfico procedente de las comarcas limítrofes interprovinciales. La ciudad recibirá la afluencia de gentes procedentes de los pueblos cercanos.

Poco a poco se fue abandonando el antiguo espacio urbano para ocupar las nuevas áreas residenciales, sobre todo al norte y al oeste de la ciudad, luego al este. Simultáneamente se comenzó un paulatino y constante abandono de los recintos murados que incidirá negativamente en la desaparición de su antiguo entramado urbano, y en la destrucción y abandono de la vivienda tradicional talaverana. Motivaba este aumento demográfico el hecho dela instalación del plan de regadíos del Alberche, con el aprovechamiento de las aguas procedentes del embalse de Cazalegas.

Obsérvese la limpieza y el caudal del río con sus arenales limpios y la isla con su arbolado

La Vega del Tajo se transformó y los cultivos tradicionales de cereales, vid y olivo que caracterizaban la agricultura fueron sustituidos por el maíz, algodón, tabaco, pimiento y otros productos hortofrutícolas, lo que requería abundante mano de obra en todo su laboreo.

Talavera, además, está ubicada en un nudo de comunicaciones vital dentro de la meseta castellana y su porvenir económico, industrial, comercial y su riqueza agropecuaria indujeron al ayuntamiento a la redacción de un plan de ordenación urbana.

La Ronda del Cañillo con los escombros sobre la muralla en 1945

También escaseaban las viviendas en Talavera, a tenor de la información dada por el propio ayuntamiento. En estos momentos la ciudad se está dotando de los servicios de abastecimiento de agua potable y construyendo la red de alcantarillado.

Detalle: Extremo norte del puente viejo en 1945

En otro orden de cosas se comienza la canalización y soterramiento del arroyo Portiña que, procedente del norte atravesaba el casco urbano en dirección este—oeste. Sus continuos desbordamientos provocaban daños no solo en los campos sino también en la ciudad. En años posteriores se terminarían sus obras y se comenzarían las de otros arroyos como el Berrenchín o el Papacochinos. El ayuntamiento, por acuerdo de 10 de enero de1944, aprobó la elaboración y redacción de un proyecto de ensanche y reforma interior a la Comision de Obras. El Proyecto de Ensanche de la Población fue finalmente encargado en 1945 al madrileño Antonio Cámara Niño, que era arquitecto jefe de Proyectos de la Dirección General de Regiones Devastadas, el cual redactó la memoria, elaboró los planos y lo ilustró con las fotografías que ahora se publican en su totalidad.

Las directrices básicas del proyecto eran las de plantear una ampliación de la población de 1945, en torno a los 20.000 habitantes, hasta ponerla en condición de albergar una población de 50.000 habitantes en un plazo de diez años. Como límite en el plazo de treinta años podría crecer hasta los 100.000 habitantes. El presupuesto de este ambicioso plan ascendía a la suma de 54.650 pesetas, cantidad nada despreciable. En sesión del ayuntamiento pleno de 15 de mayo de 1944 se justificaba la necesidad de resolver el asunto cuanto antes porque “es de singular interés para la ciudad, a la que hay que encauzar y fijar las bases de su futuro desarrollo y, al propio tiempo, para que las edificaciones del porvenir se ajusten al plan de ensanche». El propio alcalde, Justiniano López-Brea García-Heras, lo explicaba con claridad pues “es inevitable el crecimiento de Talavera, como consecuencia de la próxima puesta en práctica de los riegos del Canal Bajo del Alberche, por lo que no hay más remedio que pensar en una ciudad nueva».

La ronda del cañillo frenta a la alcazaba o huerto de San Agustín

El plan quedo aprobado definitivamente en 1945 y expuesto al público, pero el último trámite el de ser estudiado y ratificado por la Comisión Provincial de Urbanismo no se cumplió, aunque sirvió de modelo para el desarrollo posterior de los distintos ensanches, a través de las parcelaciones parciales de los predios rústicos colindantes con la ciudad. El Plan de Ensanche establecía avenidas y otras calles radiales sobre un plano en cuadricula. Para dejar expedita la zona del ya denominado ensanche, se preveía que los arroyos Portiña, Berrenchín, Papacochinos, Cornicabral y Tamujar quedaran cubiertos, así como el respeto a las edificaciones existentes. La altura máxima de las edificaciones no podría superar las siete plantas en las calles y avenidas más anchas.

Detalle de la foto en que e observan las murallas sin las cocinillas o viviendas precarias que se adosaron probablemente en los años 50

El ensanche quedo establecido en cuatro zonas: zona urbana, zona de almacenes y pequeña industria, zona industrial y zona agrícola. A medida que la urbanización crecía se iban adoptando las preceptivas ordenanzas que regulaban la edificación de cada una de las zonas y dentro de ellas los distintos sectores en construcción. Se comenzó de esta manera la parcelación de las huertas que rodeaban la ciudad; Huerta de las Nieves, de Santa María, del Camino del Pilar, de San José, de la Bomba, Huerta Caballero, Huerto de Manzano. Los distintos ensanches tomaron los nombres de los parajes a los que se referían. Ensanches del Campo del Ferial, de la Estación, del Matadero, de la Puerta de Cuartos, etc.

El puente de Hierro y el Tejar de Ruiz de Luna en1945

Para ilustrar este ambicioso y moderno plan urbanizador se completó el proyecto con fotografías, cuyo autor desconocemos. Estas se hicieron sobre las distintas zonas del área urbana conocida hasta entonces y de los parajes que se iban a incluir en el plan. Y aunque no tuvieron una intencionalidad o carácter estético, sino más bien técnico, lo cierto es que la gran mayoría son de un gran valor fotográfico v al tiempo un auténtico documento histórico. Porque, además, son el fiel reflejo de una sociedad y del espacio al cual se halla vinculado. Nos muestran tipos y gentes, con sus vestidos y ropas, con los medios que utilizan para desplazarse o para el transporte. Etnografía, arquitectura popular, costumbres, modos de vida y dedicación laboral pasan ante nuestros ojos y nos enseñan la ciudad en los años duros de posguerra. Hay rincones entrañables, panorámicas inusitadas, vistas inéditas, edificios emblemáticos y parajes desaparecidos. Toda la memoria colectiva de la ciudad recogida en ochenta fotografías para el recuerdo.

Detalle de la foto anterior conlas viviendas junto al puente de Hierro y el tejar de Ruiz de Luna

ARCHIVO MUNICIPAL

LOS EMPALAOS DE VALVERDE DE LA VERA

LOS EMPALAOS DE VALVERDE DE LA VERA

Fotografía del Museo del Empalao

 El rito más conocido entre los de este pueblo, y todos los de la Vera en general, es el que se celebra en Semana Santa desde tiempo inmemorial conocido como de “Los Empalaos”. Se desarrolla el Jueves Santo por la noche y las primeras referencias a la “Cofradía de disciplinantes y Germandad de la Pasión de Jesucristo” datan del siglo XVI, cuando se escriben las primeras ordenanzas y reglamentos y se conceden indulgencias plenarias, aunque parece que el ritual y la hermandad existían desde fechas anteriores. Cuando Carlos V llegó a Yuste, le informaron sus ayudantes sobre los disciplinantes en términos que daban a entender que era costumbre un tanto bárbara y brutal, pues hasta finales del siglo XVII se azotaban violentamente los disciplinantes.

Otra de las fotografías del museo del Empalao

Vestir a los empalaos no solo es todo un ritual sino también una técnica delicada en la que no se debe apretar mucho las cuerdas porque dificultan la respiración, ni tampoco dejarlas demasiado flojas porque, aparte de no producir la mortificación del disciplinante, pueden acabar produciendo heridas. Tanto las llagas como los hematomas producidos eran tratados desde siempre con vino blanco que compraba la cofradía, aunque hoy día se utilizan otros remedios más actualizados.

La corona de espinas es uno de los elementos del atuendo de los Empalaos

Como nos describe Angel Correas, lo primero que se coloca al penitente es el “timón”, un palo redondo que formaba parte del arado romano tradicional y que sostiene a los brazos en cruz. Luego se van colocando las sogas alrededor de los brazos y el timón hasta la punta de los dedos, así como en torno al torso del empalao. La parte de abajo se viste con una enagua blanca de mujer.

Cristo de la iglesia de Valverde con la estola y los símbolos de la Pasión

En la cabeza se coloca un velo también blanco delante de la cara para guardar el anonimato del penitente. Por detrás del cuello se colocan dos espadas antiguas que sobresalen en aspa por encima de la cabeza. Encima del velo lleva una corona de espinas. El empalao siempre va descalzo y a mitad de cada brazo cuelgan tres “vilortas”, anillas de hierro que también formaban parte del antiguo arado y que van balanceándose y produciendo un sonido lúgubre al paso del disciplinante. Completa el vestuario del empalao una tela blanca rectangular como las que adornan muchas cruces y que y que como en ellas cuelga de los brazos.

El Cirineo siempre auxilia y acompaña al Empalao

El empalao va siempre acompañado del “cirineo” que antes se denominaba hermano de luz, pues llevaban las velas que lo alumbraban o actualmente la lámpara de aceite, y auxiliaban al empalao ante cualquier caída o incidencia. Va vestido con una manta antigua o una capa. Las mujeres no se visten de empalao pero sí pueden ser penitentes vestidas de “nazareno”, descalzas, con velo negro y corona de espinas, y llevando una pequeña cruz

Otro de los personajes de los Empalaos es

El recorrido sigue las estaciones del vía crucis que se reparten por el pueblo y en las tres cruces de la estación del Calvario que se encuentra junto a la carretera se recita a las doce de la noche una poesía dedicada a la “Madre Afligida”. También se acercan a rezar un padrenuestro a la ermita del Cristo. Antiguamente también se vestían y azotaban los empalaos la noche del dos de Mayo pues era la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

En Valverde de la Vera se puede visitar un Museo delEmpalao donde además podemos conocer la casa típica verata y una pequeña muestra etnográfica.

Elementos etnográficos en el Museo del Empalao

UN BAÑO EN EL RECUÉNCANO, PASEO EN GREDOS

Un baño en el Recuéncano

Arquitectura popular en el valle de Minchones

 Aunque nuestro objetivo de hoy está en término de Villanueva de la Vera, vamos a partir desde Madrigal por la pista que lleva a El Burreño. Preguntaremos por su comienzo a las afueras del pueblo, en su extremo norte. Después seguiremos por la pista asfaltada entre castaños y robles hasta llegar a un pinar donde se acaba el asfalto. A la derecha vamos viendo las huertas y majadas veratas repartidas por el arroyo de Helechoso y El Burreño. Trasponemos después al valle de Minchones parándonos a contemplar las magníficas vistas.

La garganta de Minchones desde el collado de Burreño

Pasamos entre robles y llegamos a la majada de “Los Abuelitos” continuando hasta llegar al puente de tubos que cruza la garganta de Minchones. Allí pararemos y subiremos por la orilla oriental hasta llegar a una poza de grandes dimensiones. 

Higos puestos a secar en El Alcornocal, cerca de la garganta de la Hoz

Se encuentra en la garganta de la Hoz, un afluente de Minchones que desemboca en la orilla izquierda  y que, como su nombre indica, discurre en gran parte de su trazado por un cañón de grandes pendientes con numerosas pozas de aguas limpias y de color esmeralda de las que la más conocida y frecuentada es la del Recuéncano, una charca de grandes dimensiones con una enorme roca granítica por la que los bañistas se deslizan a modo de un gran tobogán, aunque el recorrido completo de esta garganta,3 o 4 kilómetros río arriba, nos deparará numerosas sorpresas y parajes solitarios de gran belleza.

Garganta de la Hoz desde el arroyo del Molinillo

Desde el mismo puente podemos también bajar por una senda en la misma orilla de saliente hasta la confluencia de La Hoz con Minchones, en el hermoso paraje de Las Juntas, aunque en el camino encontraremos otras pozas.

 Recorrido aproximado 14 kilómetros 3 horas y media

Quesera en El Alcornocal, por encima de El Recuéncano