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SANTORAL DEL BARRO: SANTA ÁGUEDA

SANTA ÁGUEDA EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

Santa Águeda con los pechos en la bandeja como atributo junto a la palma del martirio. Ermita de Virgen de Gracia en Velada, cerámica de Talavera del siglo XVII

Esta santa nació a las faldas del volcán Etna, en la Catania de Sicilia. Su martirio sucedió como tantos otros durante el gobierno de Decio en el siglo III. El prefecto que gobernaba la isla de nombre Quintiliano, atraído por la gran belleza y la riqueza de la joven, que ya desde niña había hecho voto de castidad, intentó seducirla, pero, al resistirse la muchacha a tener relaciones con él, la encerró en un lupanar. Lo regentaba una mujer llamada Afrodisia y la santa se vio obligada a convivir con nueve prostitutas, aunque milagrosamente la mártir consiguió mantener su virginidad, al igual que santa Inés en una situación parecida. Como la santa se mantiene casta, el pretor ordena someter a Águeda a martirio dándole tormento en el potro primero y atándola luego a un poste y arrancándola los senos con unas tenazas.

Durante la noche recibe en su mazmorra la visita de San Pedro precedido de un niño con un farol. El apóstol cura sus heridas, quedando sus pechos en mejor estado que antes de ser martirizada. Como todavía seguía con vida, fue llevada de nuevo ante un tribunal que la condenó primero a ser lanzada a un suelo lleno de fragmentos de vidrio, la introdujeron después en una caja metálica con púas y por último fue quemada sobre unos carbones encendidos hasta que murió gritando de alegría y dando gracias a Dios por su martirio.

Cuadro del retablo de la iglesia de Montesclaros representando el martirio de Santa Águeda cuando le extirpan los pechos

Es curiosa la descripción de la muerte de Quintiliano según “La Leyenda Dorada”. Cuando va a examinar las riquezas de la santa para confiscarlas, se desbocan los caballos de su carruaje y cae a sus pezuñas, mordiéndole uno de ellos y dándole el otro una coz tan fuerte que lo lanzó a un río cercano y desapareció para siempre.

En Catania dicen conservar sus restos y su velo que ante la amenaza de erupción ha sido sacado en otras ocasiones en procesión alrededor del Etna. La muerte de la joven fue acompañada de terremotos y en el año de su aniversario se produjo una erupción del volcán, pero los habitantes de la región consiguieron salvar su vida gracias a una procesión con el velo de Águeda que desvió la corriente de lava.

Es por ello protectora contra volcanes y terremotos, y por extensión contra el fuego, el rayo y la tormenta. Es curioso constatar por ello que en Montesclaros, donde se celebra su fiesta el día cinco de enero, se hacen hogueras en las puertas de las casas, aunque al igual que en otros lugares este elemento del fuego es frecuente en muchas de las fiestas invernales, que en muchos casos suelen tener en sus ritos un origen pagano que más tarde fue cristianizado. Las fiestas de Santa Águeda tienen en muchos pueblos a las mujeres como protagonistas, tomando el mando de manera simbólica, por lo que se han relacionado sus fiestas con las de las antiguas matronalia romanas.

Las mujeres son las protagonistas principales en la fiesta de Santa Águeda, derivadas de las «matronalia» romanas

La santa siciliana, al igual que Santa Catalina, era de sangre noble, por lo que se la suele caracterizar ricamente vestida con la túnica talar de las nobles y la cabeza descubierta como las doncellas. Sus atributos más frecuentes, además de la palma del martirio, son los dos pechos sobre una bandeja, como en la representación de azulejos de la ermita de la Virgen de Gracia de Velada, donde aparece en uno de los retablillos laterales del siglo XVII. Las figuras son tan esbeltas que algunos han querido identificar a su autor con algún pintor del taller de El Greco. Más raro es que aparezcan otros elementos como unas tijeras con los pechos cortados, carbón incandescente, una antorcha como símbolo del fuego o el unicornio simbolizando a la virginidad.

Por supuesto, según las tradiciones populares, la santa ha sido considerada la protectora contra las enfermedades del pecho, aunque también es benéfica contra las quemaduras y la desgracia en general.

SAN GABRIEL EN AZULEJERÍA TALAVERANA

 

San Gabriel en una escena de la Anunciación de la ermita del Prado en Talavera

*Basílica de Nuestra Señora del Prado. Talavera de la Reina. Siglo XVII. Policromía. Enmarcado en cenefa de glifos y motivos renacentistas. La Virgen está ante un escritorio con un libro en el que según San Bernardo estaría leyendo la profecía de Isaías (7: 14): “La joven está encinta y dará a luz un hijo”, y para otros, como Alberto Magno, simboliza que María es la maestra de las siete artes liberales.

SAN GABRIEL

Es el tercer arcángel del que conocemos el nombre y como San Miguel o San Rafael tiene antecedentes en las religiones antiguas. Es aceptado por los hebreos y también por los musulmanes, que lo consideran el ángel que trasmitió el Corán a Mahoma. Una leyenda babilónica dice que estuvo temporalmente castigado por no haber seguido exactamente la misión encomendada por Dios. Aunque no se expresa explícitamente el nombre del ángel que se apareció a la madre de Sansón para anunciarle el nacimiento de éste, se le ha identificado tradicionalmente con San Gabriel, que también anuncia a Daniel el nacimiento del Mesías en un plazo de setenta años. En los textos apócrifos hay numerosas alusiones a él y tiene además la función de ángel guardián como San Miguel, por lo que en ocasiones podemos verle en las puertas de las iglesias como símbolo protector contra los demonios.

En el Nuevo Testamento aparece en varios pasajes y se le ha identificado tradicionalmente como el ángel que, por ejemplo, anuncia a los pastores el nacimiento de Jesús o se le ha considerado que es el ángel que anuncia la resurrección de Cristo, o el que trasmite por tanto a los hombres la voluntad de Dios.

San Gabriel en una escena de la Anunciación del monasterio de la Encarnación de madres Bernardas de Talavera

*Convento de la Encarnación  de las madres bernardas. Talavera de la Reina. Siglo XVII-XVIII. Policromía. San Gabriel sobre nubes sostiene el cetro mientras mantiene la mano derecha levantada.

Además de las anteriores, dos son las escenas en que aparece más representado en el arte cristiano. La primera es la de la anunciación a Zacarías de que iba a tener un hijo, el que sería San Juan Bautista, aunque al no creerle quedó mudo hasta su nacimiento. La segunda escena y la más abundante es la de la Anunciación a la Virgen del nacimiento de Jesucristo. En ella aparece María de pie o sentada, a veces con el cesto de la costura, y el ángel entre nubes con el dedo índice levantado. También suele verse a la paloma del Espíritu Santo o a Dios Padre en el cielo

San Gabriel en una escena de la Anunciación de Ruiz de Luna en la ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia

*Ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia. Siglo XX. Policromía.

San Gabriel La escena está pintada en tonos manganeso y pertenece a una representación de la Anunciación. Siglo XX. Mano levantada en actitud de bendición y arquitecturas en el fondo. Ruiz de Luna

San Gabriel suele aparecer vestido con túnica larga y ceñida, y a veces con manto. Se le caracteriza como un joven imberbe de cabello largo y rubio y, a partir del siglo XV, ceñido con una diadema. Casi siempre su dedo índice está levantado en actitud de hablar y lleva el palo del mensajero o una palma. Su atributo más característico es la azucena, la flor que simboliza la pureza de la Virgen María que es sostenida por San Gabriel o está en un jarro en medio de la escena. También aparece en muchas ocasiones la cinta o filacteria en la que se pueden leer las primeras palabras del Ave María. En la escena de la Anunciación, el ángel está casi siempre de pie pero a partir del renacimiento suele representarse de rodillas o descendiendo del cielo.

San Gabriel en un panel del siglo XVI en el Museo Ruiz de Luna

*Museo Ruiz de Luna. Policromía. Siglo XVI.

Forma parte de una escena de la Anunciación con el dedo índice levantado en señal de su anuncio, con la filacteria en la que se lee el Ave María. Viste túnica y manto y presenta larga melena rubia.

 

San Gabriel en una escena de la Anunciación de la iglesia de Garciaz (Cáceres)

*Iglesia de Garciaz. Policromía. Siglo XVI.

Forma parte de una escena de la Anunciación con el dedo índice levantado en señal de anuncio, con la filacteria en la que se lee el Ave María. Melena rubia y alas amarillas. Se apoya sobre nubes de formas espirales como Dios Padre en la parte superior.

 

UNA OBRA MAESTRA DE RUIZ DE LUNA, AZULEJERÍA DE LA IGLESIA DE ARENAS DE SAN PEDRO

Ángeles con guirnaldas representados en la capilla mayor de la iglesia de Arenas de San Pedro

En Arenas de San Pedro podemos visitar varias obras del gran taller de la cerámica talaverana de los Ruiz de Luna.

En 1924 se quemó el retablo de la iglesia de Castillo de Bayuela y don Marcelo Gómez Matías, su párroco, decidió hacer uno de cerámica encargándoselo a Juan Ruiz de Luna, que traemos aquí porque se completaba con unos paneles laterales en los que aparecían cartelas con santos y mártires vinculados a la diócesis de Ávila, a la que hasta los años 50 pertenecía Bayuela.

Don Marcelo marchó años después a un nuevo destino en Arenas de San Pedro y allí promovió a principios de los años 40 la decoración del presbiterio de la iglesia con un motivo similar al de Castillo de Bayuela, aunque completado con unos paneles superiores que ocupaban el espacio bajo los arcos y donde se dibujaban ángeles. El diseño de las representaciones de santos y  las cartelas son muy similares, prácticamente iguales en los dos pueblos, aunque en el de la Sierra de San Vicente se representan además a los apóstoles en una fila de azulejos inferiores.

La capilla mayor se encuentra pues decorada con azulejos que cubren los tres muros de ocupando los espacios ojivales que dejan los arcos y nervaduras. La parte superior de las tres paredes están cubiertos por una fantasía de ángeles, puttis y cabezas aladas  que sujetan guirnaldas de flores o juguetean en composiciones muy hermosas.

Capilla mayor de la iglesia de Arenas con su azulejería

Dos paneles corridos a lo largo de los dos muros laterales muestra a los santos y beatos vinculados a la diócesis de Ávila en medallones enmarcados en decoración renacentista . En el lado de la Epístola están los Confesores, como San Pedro de Alcántara, Santa Teresa, San Juan de la Cruz,  y en el del Evangelio los Mártires, entre los que destacan San Segundo, Vicente, Cristeta y San Pedro Bautista, natural del cercano San Esteban del Valle.

Entre cada dos imágenes se reproduce algún símbolo relacionado con la figura representada como por ejemplo el escudo de Talavera junto a San Vicente Mártir, por ser nacido con sus hermanas Sabina y Cristeta en nuestra ciudad. Otros muestran el escudo de Arenas de San Pedro, la cruz del Carmelo, símbolos del obispado, de María,  la tiara papal etc…

San Pedro del Barco, uno de los santos de la diócesis de Ávila representados en la iglesia de Arenas

También cuenta el templo con un precioso Víacrucis del mismo autor con representación en los brazos de la cruz de los símbolos de la pasión y en el centro la escena de cada estación.

Una de las estaciones del viacrúcis de Arenas de San Pedro, también obra de Ruiz de Luna

Otros dos paneles situados en ambas naves laterales son placas conmemorativas de dos sacerdotes fusilados en la guerra civil y de la ocupación de Arenas por las tropas nacionales. Se enmarcan en las típicas obras de posguerra con este motivo y sobre las que otro día hablaremos.

Uno de los paneles laterales del retablo de una capilla lateral

En retablo de la cabecera de la nave norte está enmarcado también por azulejos con una curiosa composición polícroma de motivos florales y frutales en dos paneles alargados a ambos lados.

escudo de Arenas de San Pedro con el pueblo ardiendo y el lema «Siempre incendiada y siempre fiel
Composición de ángeles sobre el muro que da acceso a la sacristía

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA (6) ERMITA DEL ROSARIO DE CERVERA DE LOS MONTES

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA (6)                                                              ERMITA DEL ROSARIO DE CERVERA DE LOS MONTES

Detalle del panel de azulejería del sigloXVI de Talavera que representa a San Sebastián en la ermita de Cervera

Cervera de los Montes es un pueblecito típico de la comarca de El Berrocal en el que podemos visitar la ermita de la Virgen del Rosario junto al camino que se dirige a la localidad vecina de Segurilla. En ella  podemos disfrutar de un buen frontal de azulejería talaverana con representación en el panel principal de las imágenes de de San Juan Bautista con sus atributos habituales: vestido con una piel de pelo de camello, con aspecto demacrado y macilento, y acompañado del cordero crucífero, el Agnus Dei con la cruz de báculo largo con travesaño corto que es símbolo de su profecía, cuando dice al bautizar a Jesús: “He aquí el cordero de Dios”.

La Virgen del Rosario es la advocación de esta ermita y su imagen está en el centro enmarcada en un rosario dibujado. A su lado una representación de San Sebastián. también datable en el siglo XVI. El santo atravesado por las saetas queda colgado por ambas axilas de las ramas del árbol sin apenas poner los pies en el suelo con su habitual aspecto de mancebo..

Ermita de en Cervera de los Montes

Todo el conjunto de este frontal está enmarcado en roleos y decoración vegetal renacentista con flecos simulados en estos frontales que muchas veces simulaban los tejidos ornamentales litúrgicos.

Otros dos paneles laterales, sobre el muro de la ermita, son sendas representaciones de San Pedro  del  siglo XVI, en policromía. Imagen  sobre terraza con un fondo de árboles donde se muestra el santo en pie con el Libro y las llaves. En el otro lado una imagen de San Miguel con la báscula de las almas representadas como pequeños homúnculos y el diablo a sus pies con el arcángel vestido como soldado romano clavando su lanza en su rostro.

Conjunto cerámico de la ermita de en Cervera

En Cervera podemos visitar los restos de su castillo, un pintoresco calvario y viacrucis y su iglesia parroquial. Quedan también algunos elementos del edificio que Juan Rulière director de las Reales Fábricas de Talavera quiso establecer en este pueblo más saludable que Talavera con su endemia de fiebres palúdicas. También hay en el casco urbano y en los alrededores elementos de interés de su arquitectura tradicional en granito.

También podemos visitar en su entorno la encina monumental de Meregil y dos molinos harineros, uno en el arroyo del Molinillo y otro en el Marrupejo, junto a unas bonitas cascadas.

Virgen del Rosario en azulejería talaverana en la ermita de Cervera de su advocación

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA (5) IGLESIA DE MEJORADA

SANTUARIOS DE LA CERÁMICA (5) MEJORADA

Iglesia parroquial de Mejorada

La iglesia parroquial de Mejorada es construcción en mampostería con sillería en esquinas y vanos con algunos elementos de ladrillo como la parte superior de la torre. Evidencia elementos arquitectónicos desde el siglo XV al XXI y en su interior son de destacar su retablo y la magnífica reja del presbiterio y el artesonado de la capilla mayor.

En esta iglesia hay varios paneles cerámicos adornando los frontales del altar mayor bajo el retablo. En el centro aparecen paneles de Artesanía Talaverana con imágenes monócromas en medallón central y grutescos enmarcándolo. También aparecen representados los símbolos de la Pasión.

Dos paneles laterales junto al muro son del siglo XVI y representan la Adoración de los Magos y la Adoración de los Pastores.

También se representan con enmarcado de ferroneríe las imágenes de Santa Catalina y Santiago Peregrino.

Santa Catalina de Alejandría en azulejería del siglo XVI-XVII  en la iglesia de Mejorada

Panel representado a Santa Catalina de Alejandría

Policromía. Siglo XVI-XVII. Frontal de altar en el que la imagen aparece enmarcada por florones en los lados y volutas y róleos en la parte superior que rodean a un marco de ferronerie adornado con frutos, matas y espadañas. Santa Catalina coronada lleva la palma del martirio, un fragmento de la rueda y la espada apoyada sobre la cabeza real de Majencio, como símbolo de su victoria sobre los cincuenta filósofos que él la envió.

Panel representando a Santiago el Mayor Peregrino

Policromía. Siglo XVI-XVII. Frontal de altar en el que la imagen aparece enmarcada por florones en los lados y volutas y róleos en la parte superior que rodean a un marco de ferronerie adornado con frutos, matas y espadañas. Santiago Peregrino vestido con capote anaranjado con estampado de vieiras que adorna también el sombrero. Báculo y calabaza en la mano izquierda y rosario en la derecha.

Adoración de los Magos en la iglesia parroquial de Mejorada. Azulejería del siglo XVI

Adoración de los Magos

Siglo XVI. Policromía. Enmarcado por friso de volutas rematadas en ramas con lista superior de hojas de acanto simplificadas. Con un fondo de cortinajes y dos puertas rematadas por arco de medio punto se ve a la Sagrada Familia. José detrás de la Virgen se sienta sobre un pedestal mientras el Niño toca la copa de la ofrenda de Gaspar que tiene su corona en el suelo.

Símbolos de la Pasión en cerámica de Artesanía Talaverana en la Iglesia de Mejorada

Adoración de los Pastores

Siglo XVI. Policromía. Enmarcado por friso de volutas rematadas en ramas con lista superior de hojas de acanto simplificadas. Al fondo se ve un bosque que en este caso parece menos idealizado y que podemos identificar con un encinar o un alcornocal. Delante están dos pastores sobre una pradera con su ganado. Uno de ellos toca la gaita y otro tiene en sus manos un cayado. Desde el cielo desciende un ángel que anuncia el Nacimiento, pero hay entre las nubes otro grupo de ángeles que puede ser una alusión al propio texto de Lucas cuando dice: “Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial”

En primer plano la Virgen y el Niño delante de un muro con dos pastores en actitudes de oración y uno de ellos con un zurrón, aunque sin ofrendas concretas. Detrás de María se ve un personaje que podría ser San José si no fuera por su juventud.

Retablo mayor de la Iglesia de Mejorada.

La azulejería de repetición es también de varias épocas, desde el siglo XVI hasta la de Artesanía Talaverana del siglo XX.

En el pueblo se puede visitar además de la iglesia y la arquitectura tradicional, el arruinado castillo, la próxima fuente de La Mora,un puentecillo medieval sobre el arroyo cercano y, en el cerro, cercano una curiosa atalaya medieval de apenas dos metros de altura, además de ermita, calvarios y cruces repartidos por el casco.

 

LA JARRA DE SANTA TERESA Y SUS REPRESENTACIONES EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SANTA TERESA DE JESÚS EN AZULEJERÍA TALAVERANA

Panel de azulejería de Talavera de la iglesia de Castillo de Bayuela que representa a Santa Teresa de Jesús

Nació en Ávila en 1515 en una familia numerosa. Con su hermano Rodrigo leía desde niña vidas de santos y ambos demostraban mucha piedad, hasta el punto que decidieron escaparse para hacerse mártires. En vista del fracaso de su iniciativa decidieron hacerse ermitaños construyendo una cabaña en el jardín de su casa. En la adolescencia, Teresa se alejó de su fervor religioso porque devoraba las lecturas de caballería y por la lógica inclinación de una joven de su edad por las modas y la belleza física. Su padre la envió a estudiar al colegio de las agustinas de su ciudad, pero tras una enfermedad severa aumentó su vocación y, aunque al principio se opuso su padre,fue a ver a su amiga Juana Suárez al convento de la Encarnación con la idea de quedarse con ella. Pero la enfermedad siguió afectándola todavía durante tres años, llevándola su padre a su casa para la convalecencia en compañía de Juana. Después de un tiempo de cierta relajación espiritual, tuvo la sensación ante un Cristo ensangrentado de que le reprochaba su falta de piedad, y creyó también que María Magdalena la intentaba guiar a un camino de penitencia. Comenzó a dedicarse a la oración con intensidad e incluso empezó a tener visiones que, salvo por su confesor jesuita y algunos de sus más allegados, fueron en principio muy criticadas y consideradas obra del demonio, hasta que recibió la visita de San Pedro de Alcántara que confirmó el origen divino de sus visiones. Comenzaron también sus experiencias místicas con episodios de éxtasis y la llamada Transverberación.

Santa Teresa en un retablo de cerámica, moderno de Talavera en a iglesia de Nombela

Santa Teresa es una de las Doctoras de la Iglesia por sus escritos místicos como “Castillo Interior”, “Camino de perfección”, o su “Libro de las Fundaciones”, pues fueron muchos los conventos de descalzas que fundó, a pesar de la oposición y las críticas de muchos que consideraban negativa la reforma del Carmelo. Murió el 4 de octubre de 1582.

*Convento de las madres carmelitas de Talavera de la Reina. Siglo XX. Placa en policromía que forma parte de un panel en el que se indica el horario de visitas del convento. Representa el retrato más conocido de la santa que aparece con su hábito carmelita en actitud de oración y con una filacteria que dice: “…y el Espíritu Santo inspirando su sabiduría”.

Azulejería de Ruiz de luna repesentado a los santos abulenses en la iglesia de Arenas de San Pedro

*Iglesias  parroquiales de Castillo de Bayuela y Arenas de San Pedro. Series de Ruiz de Luna sobre los santos de la diócesis de Ávila. Siglo XX (hacia 1933). Policromía. Enmarcado en óvalo con motivos renacentistas de roleos y recortes, escudos de Castillo de Bayuela, y carmelitas, además de querubines. Se muestra con su hábito del Carmelo tomando la pluma y con una de sus obras en la mano debido a su condición de escritora mística y Doctora de la Iglesia.

Jarra de cerámica de Talavera en la que bebía Santa Teresa de Jesús

*Capilla del monasterio de los jerónimos. Siglo XX. Azul y blanco. Enmarcado con línea de perlas y bastones, listón azul, cenefa de motivos renacentistas con roleos y querubines. La santa inspirada por el Espíritu Santo mira al espectador mientras reza apoyada sobre su escritorio. Una ventana sugiere su aspecto de fundadora por vislumbrarse a través de ella un claustro conventual.

SAN FRANCISCO DE ASÍS EN LA AZULEJERÍA TALAVERANA

SAN FRANCISCO DE ASÍS

Panel de azulejos que representa a san Francisco en la iglesia parroquial de Candeleda
Panel de azulejos que representa a san Francisco en la iglesia parroquial de Candeleda

San Francisco nació en 1182 en una rica familia de comerciantes de telas que le puso por nombre Juan. En su niñez sentía repugnancia por los leprosos hasta que en cierta ocasión conmovido por la situación lamentable de uno de ellos se bajó del caballo para darle una moneda, le besó la mano y desde ese momento en su interior se transformó  “lo amargo en dulzura del alma y del cuerpo”. Se inició así una vida de entrega a los pobres y enfermos cada vez mayor. Comenzó a regalar sus vestidos y riquezas, lo que ocasionó una discusión con su padre cuando dio al obispo su dinero para reconstruir la iglesia de san Damián, pero Francisco se desnudó y lanzó el dinero y los vestidos al suelo, quedando desnudo en señal de renuncia a los bienes materiales. El obispo le cubrió con su capa y desde entonces el santo vistió sólo unos calzones y una túnica con un ceñidor. No volvió a tener dinero jamás y a los hermanos de la orden que fundó les prohibió que ni siquiera aceptaran dinero como limosna.

Se mortificaba el santo ayunando y entregándose a severas penitencias y flagelaciones para evitar las tentaciones de la carne. Recriminaba a los ricos su apego por los bienes materiales y su falsa espiritualidad, llegando a subirse al púlpito de la iglesia de Asís y cosechando las burlas de los presentes, lo que no impidió que cada vez se le unieran más discípulos. Fundó así las órdenes menores, otra orden de mujeres que seguían a santa Clara y una tercera de seglares.

Su gran amor por todas las criaturas le hizo hablar en muchas ocasiones a los animales a los que siempre llamaba hermanos, llegando incluso a predicar a los pájaros. Las fieras también le obedecían, como un lobo que simbolizaba según algunos a un bandido que se convirtió dejando su vida críminal.

Cuando fue llevado ante el Papa Inocencio III, éste le dijo que más parecía un cerdo que un hombre, pero intercedió por él el cardenal Colonna que hizo ver al pontífice que Francisco se ajustaba en realidad a la vida que había predicado Jesucristo. Además tuvo el Papa un sueño en el que la iglesia de san Juan de Letrán se derrumbaba pero Francisco lo impedía, por lo que acabó de convencerse. Le permitieron así predicar y que siguieran creciendo sus adeptos que se extendieron por todo el mundo, llegando Francisco a acompañar a los soldados en una cruzada. Cuando volvió a Italia había graves desarreglos en su orden y se retiró a orar al monte Alverna. Murió San Francisco en 1226 y a veces se le ha pintado muerto, vestido con el hábito, incorrupto y mirando al cielo en éxtasis.

San francisco representado en la azulejería de la iglesia de El Casar de talavera
San francisco representado en la azulejería de la iglesia de El Casar de talavera

*Iglesia parroquial de El Casar de Talavera. Retablos laterales. Siglo XVI. Policromía.

Se trata de unos medallones que adornan la greca renacentista delimitada a su vez por flecos fingidos que enmarca a los paneles principales de los frontales. San Francisco aparece con el hábito franciscano y la cruz como único atributo.

Panel de azulejos que representa a San Francisco en la ermita Virgen de Gracia de velada
Panel de azulejos que representa a San Francisco en la ermita Virgen de Gracia de velada

*Ermita de la Virgen de Gracia de Velada. Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía.

Las figuras son tan esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad como puede observarse por la elegancia de la postura, la gracia del rostro. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y grecas de hojas de acanto y cadeneta. El santo aparece con su hábito, la cruz y el cíngulo de nudos.

Panel de azulejos que representa a San francisco en el convento de Arenas de San Pedro
Panel de azulejos que representa a San francisco en el convento de Arenas de San Pedro

*Convento de San Pedro. Arenas de San Pedro. Zaguán de entrada. Siglo XVIII (1724). Policromía. Enmarcado en greca con trazo central en zig-zag relleno de media flor. Composición menos habitual en la que el santo vestido con hábito de su orden contempla la cruz envuelta en nubes situada sobre un árbol con montañas al fondo.

*Museo Ruiz de Luna. Talavera de la Reina. Siglo XVIII. Policromía. Este panel forma parte de otro mayor situado sobre la entrada del antiguo Convento de la Madre de Dios, en el que pidió ser sepultado Fernando de Rojas. La imagen de San Francisco se enmarca en greca de roleos y el santo aparece entre nubes con la cruz como atributo.

San Francisco en azulejería de la iglesia de Piedraescrita
San Francisco en azulejería de la iglesia de Piedraescrita

*Iglesia de Piedraescrita. Robledo del Mazo (Toledo). Policromía. Siglo XVI.

Panel enmarcado por columnas abalaustradas decoradas con grutescos y roleos renacentistas polícromos y cabezas de querubín. San francisco aparece con los estigmas de pies, manos y costado con hábito y cíngulo con el Libro y la cruz como atributos en un paisaje con árboles y un tronco sobre terrazas.

Una de escenas más representadas sobre el santo, además de las ya referidas, es la conocida como de “los estigmas”. Este cuadro representa una visión que tuvo el santo mientras se retiró al monte Alverna. Aparece un hombre en forma de serafín con seis alas que dos a dos forman los pies y las manos y con los brazos en cruz o crucificado, y mientras el santo contempla la escena aparecen en sus manos, pies y costado las heridas de Cristo en la Pasión. Después de esta visión el santo seguiría con las llagas durante los dos años que pasaron hasta su muerte. Más tardía es la representación de Cristo crucificado la que se dibuja en lugar del serafín. A veces aparece también  un discípulo que duerme mientras el santo tiene la visión.

Representación de San francisco en la ermita de la Virgen del prado, procedente del hospital de San Antonio Abad
Representación de San francisco en la ermita de la Virgen del prado, procedente del hospital de San Antonio Abad

Es el caso tanto del panel de la basílica de la Virgen de El Prado, concretamente situado en el retablo de san Antón, como el de la torre de la iglesia de san Francisco, ambas en Talavera. En los dos se pueden observar cómo se dibuja esta composición en la que desde la imagen del serafín descienden unos a modo de hilos o rayos que se corresponden en el cuerpo del santo con los respectivos estigmas en manos, pies y costado.

Otra escena que aparece en cerámica de Talavera se encuentra en el convento de san Pedro de Alcántara en Arenas de San Pedro. En ella el santo abraza el cuerpo de Cristo crucificado que se desclava en parte para así poder abrazar a Francisco.

Cuando solamente se representa la imagen del santo, aparece con el hábito franciscano marrón o gris atado con el cordón de tres nudos como símbolo de la pobreza, la castidad y la obediencia. En muchas ocasiones se aprecian los mismos estigmas de la pasión en las manos, pies, e incluso en el costado a través de una abertura en el hábito, como es el caso de los paneles de azulejos de Candelada, Velada o Piedraescrita.

Otros de sus atributos son la Cruz, la azucena en señal de castidad, el rosario, o la calavera como recuerdo de la mortalidad del hombre. También pueden aparecer instrumentos de penitencia como el látigo o los clavos o tener el globo terráqueo a sus pies. En la representación de la ermita de la Virgen de Gracia en Velada, en Piedraescrita y en otras como la del retablo de Candeleda o el de El Casar de Talavera sólo aparece con la cruz y el libro y los estigmas.

SAN MATEO EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

SAN MATEO EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

San Mateo en azulejería del siglo XVI en la iglesia de Higuera de las Dueñas

San Mateo, primer evangelista, era publicano o cobrador de impuestos de Cafarnaúm antes de su conversión. Cristo pasó por delante de su caseta de aduanas y le dijo sígueme. Mateo organizó un banquete al que invitó a sus antiguos compañeros y a otros pecadores, lo que causó el escándalo de los fariseos y Jesús les respondió que “no había venido a llamar a los justos sino a los pecadores”.

Primero predicó en los alrededores de Judea y escribió su evangelio hacia el año 50 en la lengua popular de los judíos, el arameo. Por ello se le considera el evangelizador de los hebreos. En su evangelio describe muchos detalles de la infancia de Jesús y su objetivo principal es demostrar que es el Mesías.

San Mateo en azulejería del siglo XVI en la iglesia talaverana de El Salvador

Los textos apócrifos dicen que, tras la dispersión de los apóstoles, Mateo, el que San Marcos llama Leví hijo de Alfeo, va a Etiopía donde predica el evangelio durante treinta y tres años. Allí dos magos acompañados de dos dragones se hacían adorar como dioses pero triunfa sobre ellos. También resucita a Ifigenia, la hija del rey Egipo que se convierte al cristianismo junto a toda su familia pero muere y su hermano, el rey Hirciaco, quiere casarse con su sobrina Ifigenia y le ofrece a Mateo la mitad de su reino si consigue convencerla, pero a ello se opone el evangelista. Invita al monarca a ir a misa el siguiente domingo y allí delante de todos dice que el que se atreviera a raptar a la mujer del rey debería ser castigado con la muerte y como Ifigenia quiere ingresar en un monasterio con otras doscientas doncellas, su esposo es Dios e Hirciaco no debe atreverse a casarse con la esposa de su rey celestial. Furioso por ver así burladas sus expectativas el rey ordena a uno de sus esbirros que asesine a Mateo, lo que hace con un hacha decapitándolo, para otros muere por lapidación, y una tercera versión asegura que fue quemado vivo.

San Mateo en la iglesia de Piedraescrita

Hirciaco junto a su hijo prendió fuego al monasterio, pero las llamas no le afectaron y sin embargo saltaron al palacio del rey que se quemó completamente. El hijo fue poseído por un espíritu maligno que le obligó a confesar su crimen ante el sepulcro de Mateo. El rey contrajo la lepra y se suicidó arrojándose sobre su propia espada, reinando después un hermano de Ifigenia.

San Mateo en azulejería talaverana del siglo XVII en la basílica del Prado

La representación más frecuente del santo lo pinta sentado escribiendo el evangelio bajo la inspiración del ángel, más bien un hombre alado, que es su símbolo y uno de los “cuatro seres vivientes” apocalípticos del sueño de Ezequiel que representan a cada uno de los evangelistas. También es su símbolo el hombre por hacer hincapié en la humanidad de Cristo. Como apóstol puede llevar una bolsa o una tablilla de contador en recuerdo de su antiguo oficio, por lo que a veces también se representa la escena en que sentado en su oficina cobrando impuestos es llamado por Jesús.

El libro con citas de su evangelio es uno de los atributos de Mateo. Basílica del Prado

Otro de sus símbolos es el hacha en recuerdo de su ejecución. Sus atributos como evangelista son el libro, en el que a veces se pueden leer varias inscripciones de su evangelio, como es el caso del de la basílica, la pluma, el tintero y el hombre alado. Como apóstol viste túnica talar y palio. Es patrón de los funcionarios de hacienda y aduanas, los cambistas y los contables.

San Mateo en cerámica de Ruiz de Luna del siglo XX en la iglesia de Castillo de Bayuela

Aparece en los evangelistas representados en la iglesia de Higuera de las Dueñas y en Castillo de Bayuela se encuentra representado en el púlpito junto a los otros tres evangelistas en obra de Ruiz de Luna.

En su evangelio describe la genealogía de Cristo por lo que antes de los paneles que la representan en la basílica de El Prado aparece la imagen del apóstol. También puede que se le represente por ser patrón de una de las cofradías o gremios que financiaron los azulejos.

San Mateo de Ruiz de Luna en el púlpito de Bayuela

San Mateo es un santo también vinculado a Talavera por celebrase en su honor las ferias del 21 de septiembre, día de su festividad.

SAN PABLO EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

SAN PABLO

San Pablo representado en panel de la iglesia de San Pedro en Garrovillas. Es obra de Juan Floris, uno de los precursores de la cerámica talaverana y maestro de ceramistas  que residió en nuestra ciudad. No se sabe dónde se cocieron los azulejos de esta obra maestra.

Nació en Tarso, ciudad que tenía la ciudadanía romana. Era hijo de una familia devota de tradición farisea que le envió a estudiar con el famoso rabino Gamaliel. Su nombre es Saúl en hebreo y Paulo en latín, pero sabemos poco de su vida hasta que aparece como el joven romano que presencia el martirio de San Esteban, debido a que en principio participó en la persecución de los cristianos por sus firmes creencias en la religión hebrea. Las primeras descripciones le dibujan como un hombre bajo, calvo, desgarbado y con barba negra.

La conversión de San Pablo se produce cuando, yendo a Damasco, cae del caballo cegado por una luz que bajó del cielo y contempla a Jesucristo acompañado de tres ángeles. Esta visión ha sido explicada por algunos como una experiencia mística y por otros como una alucinación derivada del calor reinante y de la oftalmía que padecía. El caso es que Pablo comenzó desde entonces a predicar a los judíos para retirarse después a meditar y escribir al sur de Damasco, de donde tuvo que huir. Pero vuelve a Jerusalén a ver a Pedro y más tarde inicia su actividad apostólica con San Bernabé. Primero predican en Chipre y luego van a Asia Menor donde, siempre sometido a la persecución de los judíos, sigue desempeñando su actividad apostólica. Incluso cae en una celada en la que es apedreado y dado por muerto.

Tuvo que hacer frente a las disputas dentro de la Iglesia sobre si los gentiles debían seguir la Ley de Moisés como los judíos. Después de sus tres viajes apostólicos fue encarcelado en Roma durante dos años para ser finalmente degollado, ya que por ser romano no podía ser crucificado como Pedro. Se le considera el apóstol de los gentiles por antonomasia y su obra escrita ha hecho que se le valore como el principal apóstol después de Pedro, aunque en realidad no llegara a conocer a Jesús.

San Pablo en azulejería del siglo XVI, en el pórtico de la basílica de la Virgen del Prado

*Basílica de la Virgen del Prado. Friso superior del pórtico en su lado sur, junto a otras imágenes de origen desconocido. Siglo XVI. Policromía. Enmarcado en greca de hojas de acanto amarillas y verdes. Pudiera ser originario del Hospital de San Antonio Abad, como gran parte de los azulejos del templo, pero también es posible que pertenezcan a algún otro edificio derribado como la cercana ermita de San José, o el monasterio de Santo Domingo, por el gran parecido de la cenefa con las del púlpito llevado de ese cenobio. Aparece Pablo con su atributo principal, la espada con la que fue degollado, y con el Libro.

San Pablo cae del caballo camino de Damasco. Iglesia de Mombeltrán

*Iglesia parroquial de La Villa de Mombeltrán. Siglo XVI. Policromía. Paneles laterales del retablo de Santa Ana. Enmarcado en cenefa de roleos en policromía. Uno de los retablillos representa la escena de su conversión, con Pablo caído en tierra y en el cielo una luz con el nombre de Dios en hebreo, griego y latín con tres ángeles, de los que uno sostiene una cruz. Va acompañado de otros soldados vestidos a la romana. Fondo con ciudad, árboles y montañas. Un rótulo en latín describe bajo los azulejos esta escena de la conversión, cuando oye la voz de Dios que le dice “Saulo, Saulo ¿Porqué me persigues?”.

San Pablo en azulejería talavera del siglo XVI en la ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa

*Ermita de la Virgen de Peñitas. Oropesa (Toledo). Siglo XVI. Enmarcado en cenefa de motivo renacentista entre filetes amarillos y blancos con el santo representado en hornacina rematada en venera con la espada y el Libro abierto como atributos.

*Retablo procedente del hospital de San Antonio Abad hoy en la basílica del Prado. Talavera de la Reina. Policromía. Siglo XVI. Enmarcado en columnas salomónicas y pilares decorados con motivos vegetales de hojas, frutos y grutescos. El santo está sobre una peana con grutesco y presenta como atributos una gran espada y el Libro.

LA IGLESIA DE PIEDRAESCRITA

LA IGLESIA DE PIEDRAESCRITA

Pantocrator románico mudéjar pintado en el ábside de la iglesia de Piedrescrita
Pantocrator románico mudéjar pintado en el ábside de la iglesia de Piedrescrita

Cuenta la leyenda que en tiempos medievales, “poco después de la expulsión de los sarracenos”, un vaquero de Espinoso aprovechaba con los  ganados propiedad de su amo talaverano las hierbas frescas del entorno y se le apareció la Virgen en un lugar cercano al pueblo, sobre una roca conocida como “El Canto de la Virgen”, donde hace unos años se ha erigido un sencillo monumento conmemorativo. Le encomendó la construcción de una ermita y los lugareños se empeñaban en erigirla en otro lugar diferente al que hoy le sirve de solar, sucediendo que los muros levantados por el día aparecían derruidos a la mañana siguiente, hasta que por fin el templo fue construido donde actualmente se ubica, justo en la divisoria entre las aguas del Guadiana y el Tajo. Está documentado históricamente que en 1188 el obispo Gonzalo Pérez otorga licencia para la construcción de una iglesia a un tal Nuño Nuñez y a su mujer Aderazo Gómez que aportaban la dote necesaria para su mantenimiento.

El templo es una edificación sencilla con un ábside que fue octogonal y, según parece, formaba únicamente la sencilla construcción primitiva, más tarde modificada añadiéndose la nave principal. El edificio tiene a los pies un campanario de tres huecos que fue construido en el siglo XVIII. Se accede a la iglesia por un pórtico descendiendo cuatro escalones, ya que el piso del templo se encuentra por debajo del nivel actual del suelo y hay constancia de la existencia de una antigua fuente dentro de la ermita que, como hemos dicho, es una iglesia en realidad. Los muros están fabricados en mampostería de lajas de pizarra con revoco exterior enjalbegado.

Los demonios conducen las almas de los condenados tras el Juicio Final. Azulejería de Piedraescrita del siglo XVI
Los demonios conducen las almas de los condenados tras el Juicio Final. Azulejería de Piedraescrita del siglo XVI

Pero lo realmente interesante desde el punto de vista artístico es el interior de este monumento. Sus paredes  están en gran parte recubiertas de valiosa azulejería talaverana del siglo XVI y XVII con escenas del Nuevo Testamento. En el lado de la epístola destaca un San Cristóbal de grandes dimensiones frente al que se sitúa un panel con una fila de arcabuceros similar al que se encuentra en la ermita de la Virgen del Prado de Talavera, aunque no es esta la única similitud en los motivos dibujados en Piedraescrita. Otros paneles representan a diferentes santos y en el testero se aparece un juicio final con la resurrección de los hombres que son extraídos de las tumbas por ángeles y demonios. Un azulejo parece representar al autor de parte de los paneles cerámicos.

En el cuarto de esfera que cubre la capilla podemos contemplar la pintura al fresco de un Pantocrátor con estrellas y una luna con cara femenina. Esta es la pintura románica más meridional del territorio nacional. Son también de interés un magnífico Cristo crucificado del siglo XVII, la pila bautismal y una escultura de la Virgen en cerámica talaverana.

Iglesia de Piedraescrita, situada en la divisoria de aguas entre el Tajo y el Guadiana
Iglesia de Piedraescrita, situada en la divisoria de aguas entre el Tajo y el Guadiana

Justo por encima del pueblo domina el paisaje la cumbre de Las Moradas, el pico más elevado de La Jara en el que persisten restos de amurallamientos donde se habrían refugiado los primeros pobladores cristianos huyendo de las razzias musulmanas.

En un risco de cuarcita que mira desde la cumbre hacia el caserío se percibe una especie de inscripción con más de siete metros de longitud y uno de altura que es en realidad un «gusano gigante», una cruciana o rastro de un trilobites en el fondo del mar que ocupó La Jara hace millones de años. También hay referencias al hallazgo de otras inscripciones hoy desaparecidas en el entorno de la iglesia que habrían justificado el nombre de “Piedra-escrita”.

Esta es una de las pocas esculturas de cerámica talaverana, Se encontró enterrada y fragmentada y se restauró