CONOCIENDO PIEDRALAVES

CONOCIENDO PIEDRALAVES

Arquitectura popular serrana en Piedralaves

Aunque cuando pasó por aquí Camilo José Cela definió a Piedralaves como “linda y minúscula como una flor”, hoy este pueblo cuenta con una mayor población que antiguamente y a ello ha contribuido que es uno de los pueblos que primero quisieron explotar sus recursos turísticos en el valle del Tiétar, y de hecho, cuenta todavía con una arquitectura popular repartida por bonitos rincones del pueblo, donde veremos edificios típicos adornados con las pequeñas balconadas conservadas aquí en un buen número.

Escalinatas de acceso a la iglesia de Piedralaves

Entre esos rincones más atractivos debemos destacar el entorno de la iglesia parroquial, con sus escaleras de acceso que le dan una bonita perspectiva. Se trata de un edificio del siglo XVI que se encuentra bajo la advocación de San Antonio de Padua, santo muy venerado en toda esta zona de oriental de Gredos. Cuenta con una sola nave separada del presbiterio por un arco toral y en ella no debemos dejar de admirar su hermoso retablo barroco adornado con dorados y policromías que acogen varias imágenes de tipo popular, algunas del siglo XVI. El sagrario es también renacentista y se ornamenta con bajorrelieves de Santiago, San Andrés y Cristo Resucitado. Además, son de cierta calidad los retablos laterales y los de las capillas, así como el artesonado mudéjar ochavado que cubre la capilla mayor. La pila bautismal es gallonada, como tantas de las que encontramos en los pueblos vecinos.

Torre del Reloj de Piedralaves, abajo se observa una aguja de granito para el cerramiento taurino de la plaza

Muy cerca de la iglesia de Piedralaves está la Cruz de los Enamorados, llamada así por citarse antiguamente junto a ella las parejas de mozos y mozas al salir de la iglesia, y algunos edificios pintorescos a su alrededor, especialmente uno situado al norte del templo que se sostiene por elevados pilares de madera. Desde la cruz pasamos a una plaza presidida por la Torre del Reloj,

Cruz de los enamorados en Piedralaves

construcción berroqueña sobre la que se sitúan las campanas. Esta plaza de la Constitución cuenta en sus bocacalles con las antiguas agujas de granito que sostenían los palos para hacer el cerramiento en los festejos taurinos. Otras escaleras situadas al sureste nos llevan hasta el puente medieval sobre la garganta, otro lugar muy ameno por donde se accede a la ermita de la Concepción, que fue la antigua iglesia parroquial construida en el siglo XV, y que tenía, como todas, el cementerio junto a ella, camposanto cuyo solar está actualmente ocupado por un parque. En la salida occidental del caserío se encuentra rodeada por un parquecillo y un buen Vía Crucis de granito, la ermita de San Roque, presidida por su espadaña del siglo XVIII, aunque el edificio se remonta al siglo XVI.

Puente de Piedralaves

El propio nombre de Piedralaves tiene varias teorías para explicar su origen. Una de ellas  y la más justificada dice que significaría en realidad “al pie de la sierra”, aunque Camilo José Cela apunta otras versiones.La primera referencia a su término está en la crónica de un ataque de los árabes en que aparece la garganta de Nuño Cojo, nombre típico de algún repoblador medieval abulense. Perteneció como otras aldeas cercanas al señorío de La Adrada hasta conseguir su privilegio de villazgo en 1639.

Calvario en Piedralaves

PASEOS DESDE LA ADRADA

PASEOS DESDE LA ADRADA

TIÉTAR 4 Ruta de los tres Puentes
Puente Mosquea sobre el Tiétar en La Adrada

Ruta de los tres puentes

 La ruta que indicamos en la excursión de hoy nos llevará hasta el río Tiétar, conociendo así los agradables parajes del puente Mosquea sobre el Tiétar y el puente Chico sobre un pequeño afluente en la orilla izquierda. Aguas abajo, donde la carretera de La Iglesuela cruza también el río, se encuentra la puente Mocha, otro pintoresca construcción medieval. Todo el recorrido discurre entre pinares muy amenos en un trazado llano muy agradable.

El puente Chico sobre el arroyo afluente del Tiétar

 Recorrido aproximado10 kilómetros, 2 horas y media.

Puente Mocha sobre el Tiétar

Otros parajes 

Otros parajes podemos disfrutar en La Adrada conociendo la zona serrana mediante el segundo recorrido que nos llevará hacia el norte desde la ermita de la Yedra pasando cerca del molino de Momblanco, uno de los que quedan de los numerosos artificios que movía esta garganta, algunos de ellos para obtener papel a partir de trapos viejos. Ascendemos después pasando cerca del bonito paraje del charco de la Hoya, para luego seguir el trazado marcado en la ruta que nos llevará por pistas forestales hasta el paraje de la Llega y, si estamos dispuestos a una subida de unos cuarenta minutos más a pie, hasta el pino del Aprisquillo, un ejemplar singular de pino cascalbo de grandes dimensiones.

Molino de La Adrada

Si finalizado el recorrido paralelo a la Garganta de Santa María, nos dirigimos a la derecha iremos al collado de las Vacas, desde donde podremos bajar por Casillas siguiendo la ruta del Borbollón, que describimos en el capítulo de Sotillo. Desde La Adrada podemos ir también hasta Piedralaves por una antigua carretera forestal, hoy muy deteriorada, que nos llevará a la garganta de Hornillos y a otros parajes de gran belleza con espléndidas vistas panorámicas.

Poza de la Hoya en la Garganta de Santa maría de La Adrada

CELA EN LA ADRADA

El libro Camilo José Cela “Judíos, Moros y Cristianos”, de obligada lectura para todos aquellos que quieran mirar debajo de estas faldas de Gredos, se hace, entre otros muchos pasajes jugosos una hermosa descripción de La Adrada, donde “en mejores tiempos, los monjes de El Escorial fabricaron el recio y bien barbado papel de tina, en el que se libraban las bulas de todo el arzobispado de Toledo: artesanía noble y envuelta en bendiciones y en licencias de ayunos. Del castillo de La Adrada, como de tantas y tantas otras cosas resta muy poco más que el recuerdo. La Adrada, cabalgando entre el cerro de Marinea y el monte del Madroñal, el cerro de la excusa y los riscos del Berrueco, es pueblecito de monte y huerta fina, pastizal abundoso y arroyos ­­–la Hondaliza, el Franquillo, la Santa María, decidores y alegres como pajaritos. La huerta de La Adrada, venero fecundo, brinda dos cosechas, y el pinar, blando tapiz, dos suertes de pino: el negral de la resina, que por Ávila es rodeno y, para algunas gentes salgareño y pudio, y el albar de la madera, que es royo, por esta tierra, y por Madrid, blanquillo”.

Hoy, el castillo restaurado no nos daría la impresión de ruina absoluta que le dio al viajero Cela.

Llamador en La Adrada

CONOCEMOS LA ADRADA

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CONOCEMOS LA ADRADA

Cúpula de la ermita de La Adrada

Debemos comenzar la visita de La Adrada, capital del señorío, por su castillo recientemente restaurado, que alberga en la actualidad el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar. Vale la pena visitarlo pues en él se ofrece una didáctica proyección sobre la evolución del castillo y una interesante y divulgativa exposición sobre los diferentes periodos históricos de la comarca que vamos recorriendo.

En el cerro que domina la localidad y que hoy alberga la fortaleza se edificó en el siglo XII una pequeña iglesia que luego tendría tres naves y daba sus servicios religiosos a los primeros aldeanos que repoblaban el territorio. Más tarde se fortifica la torre de la iglesia para dotarla de más capacidad defensiva. Ya en el siglo XV don Álvaro de Luna, al poco de tomar posesión de La Adrada, construye el castillo con la muralla y las torres defensivas en mampostería y ladrillo. Después fue modificando su estructura para convertirse en un edificio más palaciego y menos militar, por lo que aumentaron las dependencias residenciales y se construyó un hermoso patio renacentista que ha sido reconstruido con su empedrado, su pozo y su aljibe.

Interior del castillo de La Adrada

También la iglesia fue modificada para que su capilla mayor albergara el salón del palacio y sobre su bóveda se construyera la torre del homenaje. Quedan además restos de las columnas que sostenían los arcos y bóvedas de la iglesia, que por sus proporciones parece haber formado parte de una edificación de considerables proporciones. En el arco de la capilla mayor es curioso observar los símbolos que los canteros grababan en la piedra para identificar y cobrar su trabajo. También son curiosas las estelas medievales que marcaban las tumbas de los habitantes de La Adrada enterrados en las inmediaciones de la antigua iglesia pues, aunque tienen grabados símbolos cristianos o siluetas esquemáticas de los sepultados, son circulares o redondeadas y presentan un aspecto muy rústico y un tanto céltico.

Bolaños o piedras de trueno, proyectiles medievales de piedra para la artillería

También podemos recorrer parte de la muralla, la barbacana, la puerta principal reconstruida y fortificada con dos pequeñas torrecillas, y observar los proyectiles de los cañones que en este caso son de piedra, las llamadas piedras de trueno o bolaños. El castillo se encontraba en estado de franco deterioro y expolio de muchos de sus elementos decorativos, pero la restauración, aunque algo excesiva, ha sido afortunada.

Tanto en el libro de la Montería de Alfonso XI como en la Crónica de Juan II y la de su Halconero se relata la afición de los monarcas y de don Álvaro de Luna por tener largas jornadas de caza en las sierras y bosques de La Adrada, y tanto don Álvaro como Ruy Dávalos, condestables de Castilla y señores de La Adrada cayeron en desgracia ante sus monarcas, siendo el uno decapitado y el otro obligado a exiliarse en Aragón.

Arquitectura popular en La Adrada

Después de conocer el castillo donde residía el señor del estado de La Adrada vamos a dar una vuelta por el pueblo, donde no dejaremos de visitar su bonita ermita de la Virgen de la Yedra, que ha sido recientemente restaurada y está situada en lo que fuera el prado de La Nava, donde también quedan los restos de un lavadero tradicional. El edificio de la ermita está construido en mampostería combinada con ladrillo mediante un pintoresco aparejo que todavía es más llamativo en el interior por los curiosos diseños de tradición mudéjar en la ornamentación de la capilla mayor, que además está decorada con paneles de cerámica de Talavera con el motivo de repetición del florón, el mismo que decora los arrimaderos de El Escorial. Esta azulejería es típica del siglo XVI, aunque la ermita ya existía en el siglo XIV y parece que tenía cierta dependencia de la abadía de Burgohondo. El cimborrio que cubre la capilla mayor es del siglo XVIII.

Azulejos de Talavera en la restauración de la Ermita

La iglesia parroquial es de sobrio estilo herreriano con una sola nave y bóveda de arista con pilares toscanos. Al siglo XVIII pertenece el retablo barroco de cierta calidad con la imagen central de El Salvador, y en esta misma centuria se fabricaron los retablos de las capillas laterales y el órgano. Las conchas y los soles adornan simbólicamente las portadas respectivas.

La Adrada es pueblo que con el turismo y las nuevas construcciones ha visto casi desaparecer su arquitectura popular, aunque quedan algunos edificios significativos, como una vivienda en esquinazo llamada del Tío Talís y otras más señoriales como la llamada Villa María, o una típica fonda. Hay zonas recientemente ornamentadas como la llamada plaza del Riñon o la fuente de La Niña, llamada así por la escultura que la adorna. También tenemos junto a la carretera de La Iglesuela una antigua fábrica resinera.

CONOCIENDO EL MONTE DE SOTILLO Excursión de Casillas al Borbollón

CONOCIENDO EL MONTE DE SOTILLO

Excursión de Casillas al La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es TIETAR-2-De-Casillas-al-Borbollon.png

 

Ramaje de un pino autóctono de Gredos ((Pinus sylvestris)

Podemos conocer el monte de Sotillo haciendo una excursión, ya sea andando o en todoterreno. Con ese objetivo ascenderemos por la carretera que nos lleva a Casillas, para desde allí subir por la piscina y el prado de Las Eras hasta el llamado collado de la Casa.

Ermita del Prado de las Eras, paraje al comienzo de nuestro recorrido

En este lugar, acondicionado como zona recreativa, encontraremos un camino que se dirige hacia el oeste, hasta el paraje conocido como El Borbollón, en el que se ha restaurado el edificio de una antigua majada para albergar un aula de interpretación de la vegetación de la zona, con una breve ruta botánica a través de la que conoceremos las especies vegetales más frecuentes, en un paisaje de pinares solitarios con magníficas vistas.

En la ruta algunos paneles describen el proceso de recogida de la resina de los pinos resineros

El camino desciende luego tomando dirección este, para volver hacia Casillas pasando por la garganta de Majalobos, la más vinculada a Sotillo, que en esta parte más alta discurre por castañares y prados. Podemos después bajar hacia Sotillo por la misma carretera por la que subimos a Casillas al comenzar nuestra ruta.

Vistas desde la ruta del Borbollón

Poco antes de llegar al pueblo, vemos un puente sobre el que habría discurrido la vía del tren trazada para unir Madrid con Arenas de San Pedro. Poco después de pasarlo, podremos tomar a la derecha una pista que nos vuelve a llevar a la garganta de Majalobos, donde se encuentran entre bosques las dos pequeñas y pintorescas presas de abastecimiento de Sotillo.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P3161097.jpg

Uno de los magníficos pinos autóctonos(Pinus sylvestris) que podemos contemplar en el camino

Al sur del pueblo hay otra ruta botánica en torno al monte de La Pinosa, una pequeña elevación cubierta de un hermoso pinar.

 Recorrido aproximado 11 kilómetros, 3 horas.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P3161105.jpg

Embalse en la garganta de Majalobos

Puente de la línea férrea que habría unido Madrid con Arenas de San Pedro, pero que no se finalizó

EL TIÉTAR ENTRA EN EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

EL TIÉTAR ENTRA EN EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

Don Álvaro de Luna

EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

Casillas y Sotillo de la Adrada son los primeros pueblos del señorío de La Adrada que vamos a encontrar en nuestro recorrido por el Valle del Tiétar, cuya cabeza, La Adrada, fue capital del estado al comienzo de la Edad Media.

Estelas circulares medievales de la necrópolis de La Adrada

En 1393, el condestable de Castilla y corregidor de Ávila don Ruy López Dávalos recibió del rey Enrique III un gran señorío al sur de Gredos que incluía lugares tan lejanos como La Adrada, Arenas de San Pedro, Castillo de Bayuela o Puebla de Santiago del Arañuelo, muy cerca ya del Tajo en las proximidades del actual pueblo de Valdeverdeja. En 1422 le son confiscados estos territorios y de ellos La Adrada, Arenas y Bayuela pasan a formar parte de los extensos territorios del otro condestable, don Álvaro de Luna como herencia de su mujer.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P9242965-1024x768.jpg

Ermita de Sotillo de La Adrada

Tras su ejecución por orden del Rey, Bayuela y Arenas siguen en poder de su esposa la “Triste Condesa”, ya que habían sido recibidos por ella en herencia de su padre, pero La Adrada y los pueblos que formaban el estado (Sotillo, Casasviejas, Casillas, Fresnedilla, Piedralaves e Iglesuela) los recibe don Beltrán de la Cueva como donativo de Enrique IV. Pasará todo este territorio a manos de su segundo hijo don Antonio de la Cueva y Mendoza, separándose así del señorío de Mombeltrán en manos del duque de Alburquerque, hermano mayor de la familia.

Arquitectura popular en de Sotillo de la Adrada

SOTILLO DE LA ADRADA

Apenas un hilo de agua es el Tiétar a su paso por Sotillo de la Adrada, población que comenzó siendo simplemente una aldea de La Adrada, pero que actualmente se ha convertido en el núcleo más habitado de la zona. Las primeras referencias del lugar aparecen en 1186 recién reconquistado el territorio por Raimundo de Borgoña.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P9242976-768x1024.jpg

Retablo de la iglesia de Sotillo de la Adrada

La cercana capital del señorío no permitió que Sotillo tuviera su propio concejo hasta finales del siglo XVI y que fuera una villa independiente hasta principios del siglo XVIII. En el pueblo podemos ver su fuente de los Cinco Caños y algunos rincones con elementos de construcción tradicional con los típicos balcones del Tiétar, especialmente en la calle de las Parras y la calle Larga.

El ayuntamiento también es una de esas características casas consistoriales del siglo XVIII que podemos ver en la zona. Aunque la iglesia parroquial remonta su origen al siglo XV, el edificio está muy reformado y apenas se distinguen elementos originales de interés, salvo el retablo barroco y el artesonado de la capilla mayor, además de una imagen que representa a la Santísima Trinidad, advocación de la parroquia. El otro edificio religiosos de Sotillo alberga a la patrona, la Virgen de los Remedios y es construcción del siglo XVII.

PASEO POR LAS FUENTES DEL TIÉTAR

 PASEO POR LAS FUENTES DEL TIÉTAR

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es TIETAR-1-En-las-fuentes-del-Tietar-copia.pngComenzaremos nuestro recorrido en la desviación de la carretera que sube desde la zona del naciente del Tiétar hasta el pueblecito serrano de Casillas. Muy cerca se encuentra el embalse de Los Morales que recoge las aguas de la garganta de El Castañar, que vierte sus aguas hacia el Alberche pero que se encuentra en un paraje de gran belleza con un tupido bosque de castaños que se corresponde simétricamente en la vertiente norte de la sierra con el bosque de castaños de El Tiemblo.

Laguna de Los Morales cerca de Santa María del Tiétar

Podemos recorrer el camino que circunda el embalse en un agradable paseo, para a continuación ascender por la carretera hacia Casillas. Recorridos aproximadamente dos kilómetros y medio, tomaremos un camino que desciende hasta la ermita de San Marcos, de reciente construcción, pero que da vista a una hermosa panorámica del valle del Tiétar en su cabecera, con una fuente cercana en la que podemos refrescarnos.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P7272969.jpg

Ephippiger ephippiger La chicharra alicorta es un insecto de gran tamaño, de coloración verdosa predominantemente, aunque podemos encontrar animales más marrones.
Es característico de la chicharra alicorta el gran escudete del cuello que se encorva hacia atrás y que protege las alas.

Unos doscientos metros antes de llegar a la ermita, parte un camino hacia la derecha que nos lleva en un breve recorrido de otros doscientos metros hasta la laguna de Colinar, que tiene junto a ella otra pequeña lagunilla. Ambas han sido represadas para abastecimiento y son un paraje agradable.

Ermita de San Marcos

Desde la ermita podemos seguir el camino hasta una nueva presa, la que embalsa las aguas de la garganta de Pajarero, la primera tributaria del Tiétar. Antes de llegar a ella parte un camino hacia la derecha que nos lleva hasta las zahúrdas de la Cancha, una curiosa construcción ganadera techada con falsa bóveda de granito y dispuesta en forma de “U”.

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Restos de un molino en la ruta de los molinos aludida en el texto

Desde el muro de la presa parte la llamada Ruta de los Molinos que, subiendo por la orilla izquierda de la garganta, pasa por viejas instalaciones molineras en ruinas durante un trayecto de dos kilómetros.

Panel de azulejos Talaveranos en la ermita de San Marcos con la imagen del santo con el león como símbolo

En la orilla derecha del embalse se encuentran los parajes de El Canto de La Mora y el Castrejón, dos elevaciones con nombres de reminiscencias arqueológicas situadas en un bosque de pinos, a donde se accede mejor desde la carretera que desciende desde Casillas hasta Sotillo de la Adrada según indica el plano.

Fuente de la Cancha

EL TIÉTAR (1), NACE EN LA VENTA DEL COJO

NACE EN LA VENTA DEL COJO, SANTA MARÍA DEL TIÉTAR Y CASILLAS

Nacimiento del Tiétar en la zona de la venta del Cojo

Hoy comenzamos a recorrer uno de los ríos más importantes de nuestra comarca. Se trata del río Tiétar, que nace en el límite entre las provincias de Madrid y Ávila, cerca de la carretera nacional 501 y justo en la frontera de los términos de Santa María del Tiétar y Rozas de Puerto Real. La carretera discurre por el trazado de la antigua Cañada Leonesa Oriental y junto a ella se sitúa la Venta del Cojo, que daba servicio a los ganaderos trashumantes y en cuyo entorno brotan los manantiales que darán los primeros caudales a nuestro río.

Arquitectura popular en el pueblo de Casillas

Durante gran parte de sus ciento cincuenta kilómetros discurre al sur de la sierra de Gredos, de la que recibe por su orilla derecha el caudal de las gargantas de la sierra, mientras sirve de frontera entre las provincias de Ávila y Toledo, para adentrarse más adelante en Cáceres, donde desemboca en el Tajo, recorriendo antes la comarca de La Vera.

Zonas de esparcimiento en la zona de la ermita de Casillas en el Prado de las Eras

Casillas es un pueblo que perteneció al señorío de La Adrada. Es un lugar típicamente serrano, pero muy modificado en su arquitectura tradicional, por lo que solamente podemos ver algunos rincones pintorescos y la iglesia parroquial con su espadaña y las magníficas vistas desde su atrio. Mucho más interesante es el entorno, que cuenta con lugares de gran frescura poblados sobre todo de castaños que se alternan con prados, enmarcados ambos por extensos pinares. Un paraje muy agradable es la zona de esparcimiento de El Prado de Las Eras, en la que las praderas, una lagunilla y una zona de picnic hacen de éste un lugar agradable para pasar el día en familia. Si queremos ascender hasta aquí pasaremos junto a la piscina municipal, que también se encuentra en un bonito entorno con magníficas vistas.

Prados cercanos al puerto de Casillas desde donde accedemos alparque Iruelas o el castañar del Tiemblo

Desde Casillas podemos acceder además a numerosos parajes de interés en las cumbres de la sierra. En primer lugar, tenemos un acceso privilegiado al Parque del Valle de Iruelas, al que podemos llegar por el puerto de Casillas. La bajada hasta el parque y su centro de interpretación solamente puede hacerse en todoterreno o andando, pero desde el mismo puerto sale una ruta recomendable por su brevedad y sus vistas panorámicas hasta el pozo de nieve que se ha restaurado en el ámbito del Castañar de El Tiemblo, y que sin lugar a dudas es uno de los mejor conservados de nuestro país. También desde el puerto de Casillas podemos iniciar una marcha que nos lleve en dirección oeste hasta el pico del Cancho Berrueco, con vistas panorámicas sobre el valle del Alberche y el parque de Iruelas al norte y el valle del Tiétar al sur.

Maquinaria molinera con las piedras y el cabrio en un molino en ruinas de Santa María del Tiétar

La garganta de Pajarero sigue descendiendo desde casillas hasta pasar cerca de Santa María del Tiétar, población que todavía aparece en los años cincuenta con su antiguo nombre, Escarabajosa, nombre que no debía gustar a sus habitantes cuando lo cambiaron por éste otro en el que se refieren al río que nace en su término. Aunque después de la Reconquista perteneció a la ciudad de Ávila, por concesión del rey Juan II se incluyó después en los estados de don Álvaro de Luna en el siglo XV y por tanto en el señorío de Escalona, con el que pasó a los marqueses de Villena tras ser degollado el valido manteniéndose en sus estados hasta la abolición del régimen señorial en el siglo XIX. Al igual que Casillas, este pueblo tiene la mayor parte de sus edificaciones de nueva construcción, aunque se conservan algunas casas tradicionales y su iglesia granítica también muy reformada con su pórtico y su escalera de acceso.

Santa María del Tiétar y Sotillo de la Adrada al comienzo del valle del Tiétar

FERRERÍAS DEL MAZO, Patrimonio en peligro 17

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Entrada del cubo donde elagua del pusa se acumula para dar movimiento a las ferrerías

FERRERÍAS DEL MAZO

Denominación.-

Ferrerías de San José del Mazo

 Término Municipal.-

Los Navalucillos

 Situación.-

En las riberas del río Pusa, cerca la carretera de Navalucillos a Robledo del Buey

Instalaciones del Mazo. edificio principal

 Categoría.-

Bien inmueble

 Descripción del Bien.-

Las instalaciones metalúrgicas de mayor entidad fueron las ya referidas de las ferrerías de San José del Mazo.

En 1844, don José Safont, rico hacendado catalán, especulador que había hecho su fortuna adquiriendo bienes desamortizados, compró un molino en las orillas del Pusa y construyó todo un complejo metalúrgico movido por energía hidráulica.

Se abastecía de una presa sobre el río, y para su funcionamiento fue necesario construir un canal de gran longitud con acueductos para salvar arroyos y perforaciones costosas en el terreno pizarroso de las orillas. Se conservan también restos de naves, hornos, viviendas de administración y operarios etc…

Edifico principal de las ferrerías de El Mazo

Lo construyó el ingeniero francés Elías Michelin (hay quien dice que era hermano del descubridor del neumático), que se encuentra enterrado en Los Navalucillos. Esta industria llegó a emplear a trescientos hombres, y supuso un gran impulso demográfico para la población de Los Navalucillos, ya que mantuvo su actividad fabril hasta principios del siglo XX.

 Cronología principal.-

Siglo XIX

 Protección legal.-

Las genéricas de protección del patrimonio de España y Castilla-La Mancha

 Propietario.-

Privado

Detalle de los edificos de las ferrerías

 Valoración del Bien.-

  • Valor histórico
  • Valor para para la arqueología industrial

Principales riesgos apreciados.-

  • Riesgo de desaparición por ruina total

 Bibliografía de referencia.-

MOLINOS DEL PUSA Y AFLUENTES

MOLINOS DEL PUSA Y AFLUENTES

Molino de Bodegas en el río Pusa

Alrededor del curso del río que le da nombre se formó el señorío de Valdepusa, ejemplo ilustrativo de la evolución histórica de la repoblación molinera tras la reconquista. Las primeras alusiones que aparecen corresponden a los molinos de Corralejo, sobre el Tajo y cerca de Malpica, eran propios del señor y cercanos a su castillo feudal1. El poblamiento medieval va ascendiendo por el río Pusa y en los deslindes con Talavera en el siglo XV aparece un molino del Andariego, topónimo que todavía hoy existe cerca de Santa Ana de Pusa.2

Ruinas de otro molino en el Pusa

El feudal construye varios artificios sobre el Pusa que aparecen en las relaciones de 1578. En verano se secaba el río y los vecinos debían acudir a moler al Tajo, a los molinos del señor y a otros que son particulares, lo que ya nos indica cierta liberalización de este sector económico.

Cubo de ladrillo y mampostería de uno de los molinos del Pusa

Si consultamos el Catastro de Ensenada del siglo XVIII, vemos que en San Martín de Pusa sigue moliendo el artificio que el señor tenía en el Pusa, pero en Navalmoral de Pusa, una capellanía es dueña de cinco molinos asentados algunos de ellos en las orillas del arroyo Navajata, mientras que el lugar de Santa Ana contaba ya en su término con dos molinos.

Canal elevado casi megalítico en un molino del arroyo Navajata

Subiendo el río se encontraba Navalucillos de Talavera, pueblo que pertenecía históricamente a La Jara aunque el Pusa pasa también por su término. Este pueblo se servía de cinco molinos en el Pusa, uno de ellos patrimonio de una cofradía.

Mediado el siglo XIX, hay dos molinos en San Martín, “algunos” en Santa Ana, seis en Navalmoral de Pusa y cuatro en Navalucillos.

Molino sobre el Pusa

De todos los ejemplares del río Pusa enumerados anteriormente quedan restos en la actualidad de once artificios con su sistema receptor repartido a partes iguales entre las rampas y los cubos, aunque algunos de estos tienen el suelo tan inclinado que podríamos considerarlos como receptores de cubo-rampa.En dos casos, (Pu 6) y (Pu 10) (Foto 53 y 54), el ingenio movilizaba dos piedras. Tienen plantas de tipo medio con varias dependencias anejas entre las que se incluye en tres de ellos la presencia de un horno de pan y una habitación con funciones exclusivamente de tahona.

Molino de Malpasillo en Santa Ana de Pusa

Se sitúan los molinos de Pusa a lo largo de todo el trayecto ribereño desde la zona serrana de Navalucillos hasta el puente cercano a San Martín, donde se encuentra el último reconocible (Pu11) que tiene un gran azud y conserva todavía el edificio, aunque ya no es perceptible el sistema receptor por haberse adaptado a motor en sus últimos años de funcionamiento, aunque mantiene el resto de la maquinaria.

El noveno ejemplar se adaptó a una turbina que también producía luz para Santa Ana y Retamoso y probablemente también molió con motor ya que conserva el depósito de refrigeración (Pu 9).

Molino en el arroyo Navajata de San Martín de Pusa

En el afluente del Pusa llamado arroyo Navajata, en el tramo que ahora se conoce como arroyo de Los Navalmorales, molieron tres molinillos, el primero tenía una rampa y un cubo anejo como receptores ( Na 1) y es el último de los tres que dejó de moler. El segundo (Na 2) conduce el agua, por un canal construido con bloques de piedra de grandes proporciones elevados sobre pilares, hasta un receptor de rampa construido con excelente sillería. Tiene una balsa de almacenamiento que servía además a un canal de riego. El tercer molino también era dinamizado por una rampa de buena sillería.

Al pasar por San Martín toma este arroyo el nombre del pueblo. A la salida del casco urbano se pueden todavía ver, aunque muy modificados por actividades ganaderas, los restos del llamado Molinillo con el que acabamos nuestro recorrido por los molinos de La Jara y Valdepusa (Sm 1)3.

1PALOMEQUE TORRES, A. : Opus cit.

2SUÁREZ ÁLVAREZ, Mº.J.: Opus cit.p. 87.

3VIÑAS,C. y PAZ, R.: Opus cit.JIMÉNEZ DE GREGORIO, F.: Opus. cit. Los Pueblos de … PORRES,J. y OTROS Opus cit. MADOZ, P. Opus cit. Ver los epígrafes respectivos a “San Martín de Pusa”, “Santa Ana de Pusa”, “Navalmoral de Pusa” y “Navalucillos de Talavera”.

CAMINO REAL DE GUADALUPE (18) Y LLEGAMOS CON CERVANTES A GUADALUPE,

Y LLEGAMOS CON CERVANTES A GUADALUPE,

CAMINO REAL DE GUADALUPE (18)

Humilladero de Guadalupe antes de su restauración

Humilladero de Guadalupe ya restaurado

Es obligada la parada en El Humilladero, lugar desde donde los peregrinos daban vista por primera vez al monasterio y agradecían a la Virgen de Guadalupe su protección en el camino. Es el equivalente al Monte do Gozo desde donde los peregrinos ven Santiago de Compostela por primera vez, y se trata de un monumento gótico-mudéjar de gran valor artístico. Se construyó a principios del siglo XV bajo el priorato del padre Yáñez y se restauró en el siglo XVI durante el del padre Siruela, cuando se labraron de cantería las gradas de la cruz y se alzó el techo en forma de pirámide decorada con azulejos.

Detalle del Humilladero de Guadalupe

Es de planta cuadrada abierto por los cuatro lados mediante puerta rematada con arco carpanel sobre el que se levanta un arco apuntado decorado con un rosetón gótico realizado en ladrillo mudéjar. Sobre este cuerpo cuadrado se levantaba un segundo en forma de pirámide cubierta de azulejos. Casi todo el monumento, salvo los contrafuertes de las esquinas, está construido en ladrillo aplantillado que estuvo enyesado y enlucido. Son encantadores los capiteles de granito decorados con rostros típicos de la arquitectura gótico- mudejar de Guadalupe.

Puente sobre el camino de Guadalupe antes de llegar al humilladero

El descenso hasta la Puebla de Santa María de Guadalupe y su monasterio es muy pintoresca por las vistas que sobre la población, el monasterio y el paisaje circundante de bosques de pinos, castaños que podemos disfrutar. En parte discurre paralelo a las antiguas conducciones de agua que abastecían el monasterio y es una senda muy agradable.

Vista de Guadalupe desde el Humilladero

CERVANTES PEREGRINO

Desde este humilladero vieron por primera vez el monasterio muchos peregrinos entre los que se estuvo Miguel de Cervantes. Se sabe que después de su cautiverio en Orán vino, como tantos otros liberados de las prisiones otomanas, a ofrecer sus grilletes a la Virgen de Guadalupe. Eran tan numerosos los grillos y cadenas que colgaban como exvotos de los muros del templo que debían en ocasiones fundirse en los martinetes del monasterio. En su novela póstuma “Los Trabajos de Persiles y Segismunda” describe ese momento en que:

Guadalupe, desde el sendero que desciende desde el humilladero

“Apenas hubieron puesto los pies los devotos peregrinos en una de las dos entradas que guían el valle, que forman y cierran las altísimas sierras de Guadalupe, cuando, con cada paso que daban, nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; pero allí llegó la admiración a su punto cuando vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la santísima imagen…que es libertad de los cautivos, lima de sus hierros y alivio de sus pasiones… Entraron en su templo, y, donde pensaron hallar por sus paredes pendientes por adorno las púrpuras de Tiro, los damascos de Siria, los brocados de Milán, hallaron en lugar suyo muletas que dejaron los cojos, ojos de cera que dejaron los ciegos, brazos que colgaron los mancos, mortajas que se desnudaron los muertos”.

Camino de Guadalupe cerca de su final

A Cervantes se le atribuye también una comedia que lleva por título «Comedia de la Soberana Virgen de Guadalupe y sus Milagros y Grandezas de España» que dicen fue escrita durante el cautiverio en Argel para ser representada en los baños. En ella se dice del monasterio de las Villuercas:

Adornan este alcázar soberano

profundos pozos, perenales fuentes

huertos cerrados, cuyo fruto sano

es bendición y gloria de las gentes

cipreses altos, palmas eminentes

altos cedros, clarísimos espejos

que dan lumbre de gracia, cerca y lejos.

El cinamomo, el plátano y la rosa

de Hiericó se halla en sus jardines

con aquella color, y aun más hermosa

de los más abrasados querubines.

Del pecado, la sombra tenebrosa

ni llega ni se acerca a sus confines

todo es luz, es gloria, todo es cielo

este edificio que hoy se muestra al suelo