VALVERDE DE LA VERA, CAPITAL DEL SEÑORÍO

VALVERDE, CAPITAL DEL SEÑORÍO

Ventana  de la iglesia de Valverde de la Vera

Tanto los pueblos veratos que ya conocemos, Madrigal y Villanueva, como las pequeñas localidades de Viandar y Talaveruela, pertenecieron al estado señorial de Valverde de la Vera, pueblo del que no tenemos noticias hasta el siglo XIII, en que es otorgado como señorío por Sancho IV a Nuño Pérez de Monroy y su descendencia. Esta familia, que tenían como castillo la magnífica fortaleza de Belvís de Monroy, también construyeron la de Valverde, al que en alguna ocasión pusieron sitio la familia de los Almaraz, señores de este pueblo arañuelo y enemigos acérrimos de los Monroy. Uno de los “almaraces” murió precisamente en uno de los sitios que pusieron al castillo verato y fue después vengado por su hijo asesinando éste a su vez a un Monroy. Seguir leyendo VALVERDE DE LA VERA, CAPITAL DEL SEÑORÍO

AL CHORRO DE LA VENTERA, LA MAYOR CASCADA DE GREDOS

Al Chorro de La Ventera,la mayor cascada de Gredos

El Chorro de la Ventera

 Como venimos observando, casi todos los pueblos del Valle del Tiétar están vinculados a una o dos gargantas serranas que son las que les proporcionan el agua para sus regadíos y su consumo. En el caso de Villanueva de la Vera son dos las gargantas principales que discurren por su término: la de Minchones y la de Gualtaminos.

Las Juntas,confluencia de La Hoz y Minchones

La primera de ellas nace en la parte occidental del término y discurre de oeste a este recibiendo afluentes como la garganta del Chorro, donde se sitúa la cascada mayor del sistema central, el Chorro de la Ventera, que entre la caída vertical de sus aguas y las chorreras posteriores tiene unos ochenta metros de desnivel. Son tales sus dimensiones que en las épocas de deshielo o grandes lluvias es visible desde los llanos de Campo Arañuelo. Es un paraje muy hermoso rodeado de grandes robles y donde es muy frecuente la presencia de cabras monteses que beben en las pozas transparentes.

Garganta de Minchones cerca de Las Juntas

Para llegar a El Chorro iremos hasta la confluencia de la carretera de Madrigal a Villanueva con la propia garganta de Minchones. Tomaremos el camino que parte de su orilla oriental y subiremos por él, viendo enfrente el cerro del Castrejón que, como su nombre indica, aloja un castro céltico. Abajo vemos la presa y vamos disfrutando de las vistas recorriendo la pista entre pinares hasta llegar a la confluencia del camino que ya conocemos que va desde Madrigal hasta el Recuéncano, cruzaremos la garganta de Minchones por un puente de tubos y seguiremos el camino como indica el plano. Llegaremos al final a una portera cerrada que podemos pasar por un pequeño portillo que hay en el vallado junto a ella y bajaremos hasta la garganta de Minchones para seguirla por la orilla, o por el camino si tenemos permiso, hasta llegar a la confluencia de la garganta del Chorro, por la que subiremos a las cascadas por la orilla de nuestra izquierda.

Turbinas de la central eléctrica de Minchones

El paraje entre alcornoques y robles de buen porte, es impresionante, sobre todo si vamos en época de lluvias o deshielo, y no es extraño que encontremos cabras montesas en las inmediaciones. La subida es algo dura y empinada pero podemos si lo deseamos observar la cascada desde abajo con pozas en las que podemos refrescarnos.

Restos de queseras cerca del Chorro de laVentera

Como hemos visto en la ruta anterior, otro de los afluentes que desemboca en la orilla izquierda es la garganta de la Hoz, que como su nombre indica discurre en gran parte de su trazado por un cañón de grandes pendientes con numerosas pozas de aguas limpias y de color esmeralda de las que la más conocida y frecuentada es la del Recuéncano, una charca de grandes dimensiones con una enorme roca granítica por la que los bañistas se deslizan a modo de un gran tobogán, aunque el recorrido de esta garganta nos deparará numerosas sorpresas y parajes solitarios de gran belleza. Desde la confluencia de La Hoz con Minchones, en el lugar llamado de Las Juntas, la corriente gira en dirección sur para continuar su trayecto pasando por una antigua central eléctrica en ruinas que conserva restos oxidados de sus antiguas turbinas, y más tarde llega hasta un pequeño embalse situado a los pies de un castro céltico que conserva los restos de sus murallas pétreas.

La garganta de Gualtaminos se halla más cerca del núcleo urbano de Villanueva y es de menor caudal y longitud, aunque cuenta con lugares de interés como las accesibles cascadas del Diablo.

Casadada del Diablo en la garganta de Gualtaminos

VISITAMOS VILLANUEVA DE LA VERA

VISITAMOS VILLANUEVA DE LA VERA

Rótulo en cerámica que representa la plaza de Villanueva de la Vera

Villanueva de la Vera tiene el mayor término de la comarca y, como Madrigal, perteneció al estado señorial de Valverde hasta que consiguió su independencia con el privilegio de Villazgo de 1643.

Arquitectura popular en Villanueva de la Vera

Es otro de los pueblos de la comarca que cuenta con un mayor número de edificaciones de arquitectura tradicional, con numerosas portadas de piedra adinteladas o con arcos de medio punto que llevan fechas de ejecución del edificio principalmente del siglo XIX y algunas del XVIII. Las balconadas se reparten por todo el caserío en muchos casos con gran aproximación entre las de ambos lados de la calle. Los balaustres de los balcones son muy variados en su corte o torneado y los aleros llegan casi a tocarse en muchas de lasabigarradas callejuelas que rodean a la Plaza Mayor que, por otra parte, es también  muy pintoresca, con viviendas porticadas sobre pies de granito o de madera muy elevados en algunos casos, Algunas construcciones tienen hasta cuatro alturas, el ayuntamiento está presidido por una curiosa espadaña de piedra sobre la que se ha instalado el reloj. Delante se encuentra la antigua fuente con su pilón circular.

Detalle de arquitectura popular en Villanueva

Entre los monumentos que debemos visitar se encuentra la iglesia parroquial, edificada en mampostería con sillería en las esquinas y en algunos otros elementos como sus grandes contrafuertes. La portada principal se sitúa en el lado norte y es de arco carpanel con dos arquivoltas, basas, columnillas y capiteles góticos decorados con follaje. Sobre ella hay una hornacina y dos escudos de los Zúñiga y los Velasco, señores del lugar. La portada oeste y la del muro sur son más modestas estando la segunda tapiada en la actualidad.

Calabaceros, uno de los ritos de la curiosa fiesta del Peropalo

El interior se divide en tres naves por pilares de buena altura sobre los que cargan los arcos. La capilla mayor se cubre con bóveda de crucería y en cuanto al patrimonio del templo hemos de señalar los paneles de cerámica renacentista talaverana. Uno de ellos representa a Santa Úrsula y las Once mil Vírgenes, y el otro una cruz de curioso diseño. El retablo mayor es churrigueresco y de cierta calidad, aunque la iglesia cuenta con otros retablos del siglo XVIII. En sus hornacinas se exhiben imágenes con cierto interés, algunas del siglo XVI.

Una de las Ermitas de Villanueva de la Vera

También cuenta Villanueva con dos ermitas de aire popular, la de Santa Ana y la de San Antón, situadas en ambos extremos del pueblo.

No debemos de irnos sin adquirir el queso verato o el tasajo.

Dejaremos para otra ocasión la descripción de la compleja e ineresantísima fiesta del Peropalo.

HASTA EL CIRCO DE GREDOS POR EL CAMINO DE LOS NEVEROS

HASTA EL CIRCO DE GREDOS POR EL CAMINO DE LOS NEVEROS (o al Almanzor por Peña Chilla)

 El punto de partida de esta excursión comienza en uno de los lugares más altos accesibles con vehículo todo terreno o en bicicleta, aunque podemos hacer andando el recorrido completo desde el Raso o desde el aparcamiento de la garganta Tejea, al final del camino del castro.

Vista de algunos edificios de la majada de Braguillas

 

Partimos de El Raso y tomamos el camino del castro vettón que podemos visitar de paso, continuando por la misma pista casi hasta el final de la misma, en el paraje de Pinillos. Doscientos metros antes del aparcamiento asciende otra pista en dirección sur que tomaremos, aunque si vamos en coche o en bicicleta hay que advertir del mal estado de la misma por las numerosas piedras sueltas del camino.

Como a dos kilómetros de nuestro recorrido encontramos a la izquierda unas rejas que protegen las pinturas rupestres de Peña Escrita, sobre las que ya hemos hablado.

El embalse de Rosarito desde la ruta que vamos a hacer hoy.

La vista panorámica se va haciendo impresionante sobre el valle del Tiétar con los embalses de Rosarito y de Navalcán, los regadíos de la Vera, las llanuras del Campo Arañuelo y al fondo las sierras de La Jara y Las Villuercas. Cruzamos el arroyo de la Vejiga y después de un recorrido total desde El Raso de unos 13 kilómetros habremos llegado al paraje de El Hornillo o Jornillo.

Majada del Hornillo

Desde la pequeña plataforma de aparcamiento vemos a la izquierda, mirando al norte, una vieja majada. A la derecha parte un camino que asciende en dirección nordeste hasta un paraje de grandes bloques graníticos con verdes prados cruzados por el arroyo que parte de la fuente que da nombre al lugar Majalvenero. Aquí es donde podéis equivocaros pues la tendencia natural es seguir hacia el collado desde donde se contempla una magnífica vista sobre la garganta de Chilla y el arroyo del Chorro, pero no es ese el camino mejor, pues nos conviene más subir hacia la izquierda en dirección a otra elevación llena de bloques graníticos para seguir el camino de los Neveros o de Tío Domingo que va más próximo a la cresta y que se transitaba para llegar a un pozos de nieve.

Chorreras de la Vejoga

El camino está marcado con pequeños majanos de piedra y discurre por un paisaje similar de granito con mogorros como el del Helechar y collados como el de El Barril o el de Hinojoso, desde donde contemplamos a uno y otro lado las gargantas de Tejea y Chilla. La vegetación apenas presenta algunos ejemplares de roble pues predominan los piornales y los cantuesares. Pronto damos vista a la peña de Chilla de 2009 metros. El camino discurre por su lado este que es un enorme lanchón inclinado. Por el lado oeste, el que da a la garganta Tejea, es mucho más abrupta y casi siempre rondan buitres en torno a ella. Ya antes habremos visto alguna cabra hispánica que abunda por la zona, sobre todo en los pastos del naciente del arroyo del Chorro.

Bosques en las laderas de nuestro recorrido

A continuación, el camino nos lleva hasta el pequeño collado o silla de La Peña donde el paisaje se hace casi lunar, con el gran bloque pétreo del macizo central de Gredos enfrente.

Desde los casi mil novecientos metros de este collado se asciende hasta los casi dos mil seiscientos del Almanzor en un recorrido sobre el mapa de sólo dos kilómetros, lo que nos orienta sobre la gran pendiente que hemos de subir y lo penoso de esta última parte del recorrido, aunque las vistas nos compensarán del esfuerzo. Pasamos primero el risco Redondo luego el risco del Cachorro, el cuchillar de las Navajas que ya nos sugiere lo  peligroso del paso y por la portilla Bermeja accedemos por fin hasta el Almanzor. Para los no acostumbrados a estas cumbres tal vez sea mejor conformarse con llegar solamente a Peña Chilla.

macizo central de gredos con el Almanzor a la izquierda visto desde nuestro recorrido

Recorrido aproximado desde El Raso 22 kilómetros, desde el aparcamiento de Tejea 14 kilómetros, desde el Hornillo 7 kilómetros. Recorrido completo desde El Raso, solo ida, 7 horas.

ENTRAMOS EN LA VERA POR MADRIGAL

ENTRAMOS EN LA VERA POR MADRIGAL

Puente sobre la garganta de Alardos en Madrigal de la Vera

Entramos en la comarca de La Vera y en la comunidad extremeña y, aunque esta zona es continuación del valle del Tiétar, tiene características geográficas y etnográficas muy particulares. Es también una zona cuyas poblaciones se sitúan en el piedemonte de Gredos y cuyos habitantes han tenido desde antiguo una gran vinculación con la cultura del agua y los regadíos, además de la tradicional ocupación de los pueblos serranos en la ganadería de caprino.

La Garganta de Alardos delimita ambas comunidades y es por venir del macizo central, con elevaciones de sus picos por encima de los 2.500 metros, una de las corrientes más caudalosas, aunque las captaciones para agua potable y regadíos hagan que no dé esa imagen. Esta garganta es salvada por un magnífico puente medieval, el “puente Viejo” con un gran arco justo en la zona más turística inmediata a Madrigal. Esta zona tiene algunas pozas, camping y restaurantes muy frecuentados por turistas que hacen que este pueblo, no muy rico en recursos patrimoniales, sea uno de los más visitados.

Quesera bajo una cascada en término de Madrigal de la Vera

Su arquitectura popular es una de las que cuenta con un mayor número de edificaciones tradicionales de interés, pues sobre todo en la parte más alta del casco urbano hay numerosas viviendas de entramado, muchas de ellas con balcones y solanas en el segundo o el tercer piso, pues es el pueblo verato que mayores alturas tiene en estas edificaciones.

La iglesia parroquial es de nueva construcción, aunque utilizando elementos de la primitiva, construida en el siglo XV, como demuestra su portada conservada en la fachada sur. También cuenta Madrigal con varias fuentes, como la de los Seis Caños, o con algunos molinos, entre los que destacamos uno que fue central eléctrica y hoy es casa rural y otro que todavía puede funcionar con energía hidráulica y que está destinado a moler pimentón.

Fuente de los Seis Caños en Madrigal de la Vera

El término de Madrigal se extiende a lo largo de la ribera occidental de la garganta, en la que confluyen otros afluentes con atractivos parajes naturales. En la cabecera confluye la garganta del Sauce y la Tejea sobre la que se yerguen los dos picos de los Hermanitos de Tejea, llamados así para diferenciarlos de sus homónimos del Circo de Gredos. Por debajo de ellos se encuentra un castro vettón con restos de su antiguo amurallamiento y que tal vez sea el más elevado de estas sierras. Por la orilla del lado de Madrigal convergen otras corrientes, como las de Encinoso, El Hornito, Regaderas, o Helechoso, que cuentan con algunos lugares de gran belleza, entre largas chorreras que descienden desde las cumbres. En la orilla de Candeleda se asienta el castro de El Raso del que ya hemos hablado, y en la desembocadura de la garganta el santuario prerromano de Postoloboso que estuvo dedicado al dios Uaélico, relacionado con el culto pastoril a los lobos y que siguió durante siglos teniendo su función religiosa como ermita justo enfrente de la presa de Rosarito, embalse que sirve para regar con sus aguas los regadíos de La Vera especialmente los de tabaco, ya que más del noventa por ciento del tabaco rubio nacional se planta en la vega verata del Tiétar, y es por ello que vemos salpicados por el valle numerosos secaderos. Este cultivo es el actualmente mayoritario junto al pimiento del que se extrae el magnífico pimentón de La Vera.

Portada de la iglesia de Madrigal de la Vera

Los veratos siempre han sabido adaptarse a cualquier tipo de regadío ya que el microclima suave de la comarca ha hecho que se cultiven desde frambuesas a kiwis y otras plantas más propias de climas tropicales. La elevada pluviosidad de la zona con hasta 1200 litros por metro cuadrado en las cercanías de la sierra y temperaturas que en invierno suelen estar 3 o 4 grados por encima de las cercanas zonas mesetarias y en verano otros tres o cuatro por debajo, hace que veamos naranjos e incluso plataneros delante las viviendas y labranzas. La variedad de cultivos es muy acusada y así encontramos en las zonas de secano las típicas especies mediterráneas, como el olivo, la viña o las magníficas higueras cuyo fruto se exporta seco o fresco.

Esta cultura del agua y el regadío en La Vera es muy antigua y ya en el siglo XVII, en las relaciones de los productos que se vendían en la Plaza mayor de Madrid aparecen numerosas especies frutales procedentes de La Vera. No es extraño por ello que todavía se pueda recorrer el llamado Camino Real de Veratos que unía la comarca con la Villa y Corte.

Arquitectura popular en Madrigal de la Vera

SUBIENDO LA GARGANTA LÓBREGA

SUBIENDO LA GARGANTA LÓBREGA

 Es ésta una garganta de longitud considerable que lleva este nombre hasta su confluencia con la Garganta Blanca, donde juntas forman la Garganta de Santa María. Lóbrego quiere decir oscuro y tenebroso, pero aunque algo más umbrosa, no creo que estos hermosos parajes merezcan nombre tan miedoso.

Garganta Lóbrega. majada del Castaño

La ruta que describimos hoy consiste en recorrer en coche la pista de la Garganta Blanca aparcando en el refugio de la Albarea, como hemos indicado también para el acceso a la Garganta Blanca. Desde allí continúa la pista en dirección este, pero se encuentra cerrada por una cadena. Podemos seguir a pie por la pista durante veinte minutos hasta la zona de confluencia de la garganta Lóbrega con la Blanca. La pista finaliza precisamente en el comienzo de la garganta Lóbrega, donde deberemos seguir por una senda que asciende por la orilla occidental, aunque al principio esta senda está casi perdida.

La Garganta Lóbrega desde la majada del Castaño

Pronto pasamos el paraje conocido como la majada de Jacinto y cerca se une el camino que sube desde la propia garganta. Pasamos el arroyo de Parrolejo y el camino mejora hasta la Quebradilla, donde elevada sobre la loma se encuentra la Majada de Riole. Enfrente vemos junto a la garganta las majadas de Robledillo y del Castaño. El camino continúa bastante practicable hasta Las Cerradillas, donde junto a un pequeño castañar se sitúan las ruinas de algunos corrales, casas y un horno de pan.

Visión de la garganta Lóbrega desde La Mira

El camino comienza a ser más árido con más rocas y menos arbolado, pasamos la Vega de los Muertos y en la siguiente vega del Pelicanto podemos seguir la orilla derecha por una senda estrecha, abrupta y poco visible, o pasar a la orilla izquierda, donde el camino es más practicable, a través de varios prados hasta el arroyo del Jocino, donde el camino vuelve a pasar a la orilla oeste. Pasamos por unos corrales y covachones llegando hasta el fondo de la garganta. Allí el camino pasa de nuevo a la orilla izquierda para ascender hacia La Mira, la segunda cumbre de Gredos después del  pico Almanzor.

Berengón en una majada de la Garganta Lóbrega

 Recorrido aproximado desde La Albarea hasta el fondo de la garganta 8 kilómetros, ida y vuelta 4 horas

 Otra posibilidad para acceder a esta garganta es seguir a pie desde Candeleda la garganta de Santa María por el camino que el rey Alfonso XIII hizo construir para acceder mejor a los cazaderos que se encuentran en torno al Refugio del Rey, cerca de las elevaciones del Puerto de Candeleda.

La tercera forma de acceso es mucho más larga pero de gran belleza por el recorrido que nos lleva hasta ella. Iniciamos el acceso desde la carretera que va de Candeleda a Poyales donde, aproximadamente a los cinco kilómetros, parte la pista forestal de la garganta, que sube por el valle del río Muelas para luego girar a la derecha y pasar por la fuente de la Hoya y la Casa del Guarda. Arriba, a la derecha, dejamos un puesto de observación forestal y rodeando el monte vamos a dar entre robledales y pinares a la Garganta de Santa María, pero manteniéndonos todavía a una considerable altura de la ladera.

Otra vista de la Garganta Lóbrega con sus enebrales

Vamos descendiendo por la pista a través de parajes de gran belleza con el macizo central del alto Gredos enfrente y una vista privilegiada sobre el espaldar del circo de la Laguna Grande. Llegamos después de más de doce kilómetros de recorrido hasta la garganta Lóbrega e incluso nos introducimos en ella hasta la majada de Cimorro. Desde aquí deberemos seguir por una senda que nos llevará garganta arriba hasta la majada de Robledillo. Después, la senda asciende hasta un bonito conjunto de arquitectura popular que es la majada del Castaño con varios chozos y un berengón o construcción de techo vegetal que sirve para alojar a las cabras. También desde esta majada podemos tomar un camino que nos lleva a un paraje muy agreste con chorreras en el arroyo del Castaño. La vegetación predominante de la garganta Lóbrega es el enebro con bosquetes de robles.

Inicio de la garganta Lóbrega

DIOSES LOBO Y PINTURAS RUPESTRES EN CANDELEDA

ARQUEOLOGÍA CANDELEDANA

Ciervo de las pinturas rupestres de la Zorrera en Candeleda

Ya hemos conocido el castro vettón de El Raso, pero el territorio de Candeleda en la base del macizo central de Gredos cuenta con otros interesantes yacimientos arqueológicos.

Panel completo de pinturas de la Zorrera

Tan feraz y estratégico lugar no podía por menos que haber sido poblado desde antiguo y así, encontramos pinturas rupestres que nos llevan a pensar en el poblamiento de estas elevaciones desde el neolítico. En esta época han sido datadas las pinturas halladas en el risco de la Zorrera, en un abrigo al que se accede fácilmente por el camino que sube desde el final de la pista que nos lleva por el castro del Raso hasta la Garganta Tejea.

Otras pinturas del término de Candeleda

Localizaremos fácilmente las pinturas por encontrarse protegidas por una reja. Podemos distinguir varias fases y técnicas en las mismas. El panel A consta de una estructura arquitectónica en forma de peine, y lo que parecen tres figuras humanas esquemáticas. El trazo es más grueso que el de las imágenes del otro panel donde aparecen entre otros motivos un hombre con cuernos y varias figuras de animales entre las que podemos vislumbrar cérvidos o cápridos, además de una gran imagen cuadriculada.

Ara dedicada al dios Endovélico o Uaélico

Y siguiendo con la arqueología de Candeleda, debemos apuntar la existencia de un  dios celta. Muy cerca de la desembocadura en el río Tiétar de la Garganta de Alardos, corriente sobre la que domina el castro vetón de El Raso, se encuentra un paraje de curioso nombre conocido como Postoloboso. Es uno de esos lugares que sin duda cuentan con el aura de lo mágico desde hace miles de años. Allí se encontraron dos aras votivas consagradas al dios Vaélicus, una deidad local relacionada con el sustantivo celta “uailo” que quiere decir lobo. Era una divinidad infernal y funeraria con cuyo emblema, la piel de lobo, vestían los heraldos de algunas poblaciones indígenas.

Ermita de San Bernardo en el antiguo yacimiento de Postoloboso

Los restos romanos que todavía pueden verse en el lugar son numerosos, ruedas de molino de mano, una gran piedra de lagar, fustes, tégulas etc. También fue santuario en época visigoda y más tarde, en época cristiana, se erigió allí una iglesia o ermita de San Bernardo. Pero ya seguiremos con la historia de Candeleda. Vamos a conocer ahora algo de la naturaleza candeledana subiendo al macizo central de Gredos.

Piedras de molino y otros restos arqueológicos en Postoloboso

EXPLORANDO LA GARGANTA DE CHILLA

Explorando la Garganta de Chilla

Garganta de Chilla al comienzo del camino al que se llega desde la ermita

 A esta garganta le da nombre la Peña de Chilla, un risco prominente que se encuentra sobre la cuerda que la delimita por el oeste. Esta zona es conocida también por encontrarse en ella el santuario de la Virgen de Chilla en las laderas. Partimos desde El Raso hacia el castro celta y en la primera curva tomamos una pista que nos conduce por otro camino hasta una explanada donde podemos dejar el vehículo si lo llevamos. Comenzamos a andar por la orilla oeste y pronto nos cruzamos con el arroyo del Chorro, que desciende formando cascadas y chorreras, dos de las cuales se encuentran cerca del camino, arroyo arriba.

Casa del llano de … el mejor acceso para recorrer el tramo alto de Chilla

En la zona más alta se encuentra una majada hasta la que sube directamente una senda desde la Vega de la Zarza. Pasamos junto a un corral y luego ascendemos algo para pasar por encima de un castañar, hasta llegar a dicha vega de la Zarza en cuyo entorno se encuentran varias majadas y chozos, además de un puente de madera sobre la garganta que es mejor cruzar para seguir por la otra orilla.

Arroyo del Chorro, afluente de la garganta de Chilla

Seguimos nuestro camino ascendiendo y, junto a la confluencia de los dos arroyos que bajan en ese mismo lado, encontramos restos de otras majadas. El paisaje comienza a tomar la forma típica de los cauces altos de las gargantas de Gredos con los grandes bloques graníticos rodados y la vegetación escasa que les caracteriza. Llegamos así a la vega del Enebral desde donde la pendiente se hace mucho mayor formando el gran farallón del macizo central.

Esta planta es parásito de las raíces de otras especies

Podemos volver por una senda muy agradable que llega hasta el mismo santuario de Chilla, junto a la fuente y el altar al aire libre que se encuentra cerca de la ermita. Bajaremos después por el camino indicado hasta el puente de Chilla para subir luego hasta El Raso.

Tramo alto de la garganta de Chilla

Recorrido aproximado 17 kilómetros, 5horas

LA ERMITA DE CHILLA 

LA ERMITA DE CHILLA
Ermita de la Virgen de Chilla en Candeleda
En un espléndido entorno se encuentra la ermita de la Virgen de Chilla, patrona de Candeleda, pero también muy vinculada a lugares tan lejanos como Calera y Chozas o Mejorada. Cuenta la leyenda que un pastor llamado Finardo, natural de Calera, cuidando sus ganados en el entorno de su pueblo, vio como se le aparecía la Virgen en dos lugares distintos del término de esa localidad. Uno de ellos se encuentra en las inmediaciones de la Vía Verde de la Jara, y en el lugar se ha construido una nueva ermita dedicada a la Virgen, aunque se ha cambiado el nombre de Virgen de Chilla por el Virgen de la Vega.

 

Azulejos talaveranos obra de en la casa del santero de la Virgen de Chilla
En la anterior capillita que existía en el lugar se puede ver una piedra con una curiosa inscripción  de difícil interpretación sobre la que es tradición tuvo lugar la aparición. Los caleranos, cuenta la leyenda, que en principio no hicieron caso al pastor, considerando que lo que contaba sólo eran fantasías, pero cuando éste se encontraba con su rebaño en las inmediaciones de la garganta de Chilla, tuvo lugar una nueva aparición en la que la Virgen curó una de sus cabras, lo que en este caso sí fue creído por las gentes de Candeleda porque María le estampó al pastor dos dedos en su rostro, y por ello erigieron una ermita en el lugar.
Aparición al pastor Finardo de la Virgen de Chilla

Esa ermita de estilo herreriano ha tenido después diferentes reformas, especialmente en el siglo XVIII, que han ido conformando el estado actual del edificio. Junto a él se encuentra también la casa del santero levantada con la pintoresca arquitectura de entramado de la zona y un merendero con un pequeño refugio de peregrinos. Bajo las copas de grandes árboles, con una fuente generosa se encuentra un agradable paraje en el que también se ha instalado un altar donde se dicen las misas en las celebraciones religiosas.

Representación del milagro de los marinos de Mejorada en la ermita de Chilla

La casa del santero es de arquitectura tradicional de entramado y tiene un bonito azulejo representando a la Virgen de Chilla.

Casa del Santero de la ermita de la Virgen de Chilla

Dentro de la ermita se encuentra la imagen de la Virgen y cuadros que refieren algunos milagros, como aquel en el que salvó a una joven de un toro que la atacaba y otro que nos explica la vinculación con el pueblo de Mejorada, pues parece ser que en el siglo XVI, cuando iban en un navío de guerra español un capitán llamado Juan Briceño con soldados de esta población, se encomendaron a la Virgen de Chilla en una situación de enfrentamiento desigual con dos barcos turcos y uno holandés y la Virgen candeledana les favoreció salvándoles de una situación de verdadero riesgo para sus vidas. Las gentes de Mejorada han tenido una gran devoción a la imagen de Chilla y siguen acudiendo en romería todos los años por un camino utilizado para ello desde hace siglos.

Otro de los milagros representados en Chilla, cuando salva de un toro a una moza

ASCENDIENDO LA GARGANTA TEJEA

 Ascenso por la garganta Tejea

Pozas en la Garganta Tejea

 Puede que el nombre de esta hermosa garganta, afluente de la de Alardos, derive de la existencia de tejos, especie arbórea hoy en remisión en toda la sierra. Nos podemos introducir en su alto recorrido siguiendo desde el Raso por la pista que lleva al castro vettón.

Puente sobre la Garganta Tejea

Siguiéndola hasta el final llegamos a una zona donde se puede dejar el vehículo y desde donde parte una senda que lleva hasta el puente Pinillos para después, cruzando el puente, seguir por la orilla oeste ascendiendo por la garganta. Pasada la vega de las Berceas (berzas) es mejor coger la senda que sube hasta unas majadas para después llegar a los Chozos de tío Domingo y la fuente del Brial. A partir de aquí el paisaje se va haciendo más árido con grandes canchales de piedra y llegamos a la vega del Zapato, desde donde poco antes sale una senda que asciende por la ladera de la izquierda, aunque luego se pierde. El final de la garganta es muy abrupto y su cauce desciende muy encajonado por la zona de los Barquetes.

Los Hermanitos de Tejea

El paseo es muy ameno, con el sonido de la garganta, los chozos, queseras y majadas, que nos encontramos en el trayecto, y las agradables pozas trasparentes donde podremos bañarnos. No es extraño que veamos cabras monteses.

Aquellos que lo deseen pueden subir por una vaguada hasta los Hermanitos de Tejea, dos picachos gemelos con vistas desde su cara oeste sobre un paisaje de gran belleza con despeñaderos impresionantes. Delante del más sureño de los dos picos se perciben los restos de la muralla de otro castro.

Majada de Braguillas

Podemos también subir desde el aparcamiento final por una pista que sale a la derecha hasta las pinturas rupestres y la majada de Braguillas, a la que igualmente se puede subir por un sendero desde el castro de El Raso.

En el plano solamente figura el trayecto que se realiza desde la pequeña zona de aparcamiento, pues desde El Raso, pasando por el castro, no hay pérdida ya que solamente debemos seguir la pista. Este aparcamiento del que hablamos es también el mejor lugar para darnos acceso a la cabecera de la garganta de Alardos.

 

Recorrido aproximado 11 kilómetros, 3 horas y media

Con subida a los Hermanitos de Tejea 5 horas