Archivo de la etiqueta: Postoloboso

DIOSES LOBO Y PINTURAS RUPESTRES EN CANDELEDA

ARQUEOLOGÍA CANDELEDANA

Ciervo de las pinturas rupestres de la Zorrera en Candeleda

Ya hemos conocido el castro vettón de El Raso, pero el territorio de Candeleda en la base del macizo central de Gredos cuenta con otros interesantes yacimientos arqueológicos.

Panel completo de pinturas de la Zorrera

Tan feraz y estratégico lugar no podía por menos que haber sido poblado desde antiguo y así, encontramos pinturas rupestres que nos llevan a pensar en el poblamiento de estas elevaciones desde el neolítico. En esta época han sido datadas las pinturas halladas en el risco de la Zorrera, en un abrigo al que se accede fácilmente por el camino que sube desde el final de la pista que nos lleva por el castro del Raso hasta la Garganta Tejea.

Otras pinturas del término de Candeleda

Localizaremos fácilmente las pinturas por encontrarse protegidas por una reja. Podemos distinguir varias fases y técnicas en las mismas. El panel A consta de una estructura arquitectónica en forma de peine, y lo que parecen tres figuras humanas esquemáticas. El trazo es más grueso que el de las imágenes del otro panel donde aparecen entre otros motivos un hombre con cuernos y varias figuras de animales entre las que podemos vislumbrar cérvidos o cápridos, además de una gran imagen cuadriculada.

Ara dedicada al dios Endovélico o Uaélico

Y siguiendo con la arqueología de Candeleda, debemos apuntar la existencia de un  dios celta. Muy cerca de la desembocadura en el río Tiétar de la Garganta de Alardos, corriente sobre la que domina el castro vetón de El Raso, se encuentra un paraje de curioso nombre conocido como Postoloboso. Es uno de esos lugares que sin duda cuentan con el aura de lo mágico desde hace miles de años. Allí se encontraron dos aras votivas consagradas al dios Vaélicus, una deidad local relacionada con el sustantivo celta “uailo” que quiere decir lobo. Era una divinidad infernal y funeraria con cuyo emblema, la piel de lobo, vestían los heraldos de algunas poblaciones indígenas.

Ermita de San Bernardo en el antiguo yacimiento de Postoloboso

Los restos romanos que todavía pueden verse en el lugar son numerosos, ruedas de molino de mano, una gran piedra de lagar, fustes, tégulas etc. También fue santuario en época visigoda y más tarde, en época cristiana, se erigió allí una iglesia o ermita de San Bernardo. Pero ya seguiremos con la historia de Candeleda. Vamos a conocer ahora algo de la naturaleza candeledana subiendo al macizo central de Gredos.

Piedras de molino y otros restos arqueológicos en Postoloboso

DIOSES DEL AGUA

DIOSES  DEL AGUA

En este nuevo capítulo de «Ríos de Historia» se trata del culto a los dioses relacionados con el agua y los ríos en la comarca de Talavera

Ya sabemos que algunas deidades vettonas estaban relacionadas  con el agua como es el caso del culto al dios Vaélico que dejó algunas aras votivas en el entorno del castro de El Raso y la desembocadura de la garganta de Alardos en el Tiétar.

Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda

Ya en época romana también se han encontrado inscripciones en lasestelas halladas en la misma Talavera a una diosa también relacionada con las aguas que es la diosa Ataecina, que para algunos eruditos también se relacionaba con los vados de los ríos y con los caminos y cañadas ganaderas. Es además la diosa del renacer, de la primavera y de la fertilidad, de la naturaleza y también de la curación, tiene relación concultos lunares y está también relacionada con la noche. Los romanos la identificaron con Proserpina, diosa también de los campos que volvía en primavera desde los infiernos para darles fertilidad. Su hija era Ceres la tan venerada en Talavera en la antigüedad con la fiesta de las Mondas.

Tiene así mismo la diosa Ataecina una componente como deidad o ninfa protectora de las aguas mineromedicinales, lo que entronca con su carácter de dispensadora de la salud y la fecundidad humana y de los campos. Es por ello que su culto se realizaba en altares o aras ubicados en las cercanías de estas surgencias de aguas que eran consideradas como poseedoras de especiales virtudes, aunque su santuario principal se situara en la lejana ciudad bética de Turóbriga, y aunque el mayor número (unas cincuenta) de las dedicatorias a esta diosa céltica, es en los muros, suelos y alrededores inmediatos de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal ( palabra que significativamente quiere decir zona encharcada), cercana a la localidad cacereña de Alcuéscar, y levantada en el mismo lugar donde existió un antiguo santuario dedicado a la Dea Sancta Adaegina.

Escultura moderna que representa al los dioses vetones Endovélico y Ataecina en el embalse de de Arenas de San Pedro

La nuestra «Señora», «La Santa Señora» o «La Santa Diosa», unos epítetos muy poco frecuentes que también se dan en el dios Endovéllico o Vaélico y demuestran su importancia religiosa. Es representada con diferentes atributos, destacando la paloma blanca, la palma o el ciprés, la vid y sobre todo la cabra, de la que se han encontrado en sus lugares de culto exvotos representándola. Además de invocarla para pedir una curación también se hacía para maldecir a alguien, y el resultado podía ser desde pequeñas aflicciones del maldito hasta su muerte.

Para algunos puede que la diosa que fenicios y cartagineses llamaban Astarté y Tanit, reflejadas en la Dama de Baza y la Dama de Elche, fueran otras iconografías de esta divinidad.  Coincidió en algún lugar de Extremadura que los cristianos mantuvieron su culto bajo la advocación de Santa Eulalia.

En la propia Talavera hay una dedicatoria a esa diosa que

dice “A Ataecina, Flavio, hijo de preso le cumplió un voto con libre ánimo” , según Domingo Urbina

También en Caleruela hay otra muy curiosa en la que un soldado llamado Baso, hijo de Ioubeo, “caballero del ala vetona” del ejército romano “puso un ara en cumplimiento de un voto con libre ánimo”  Según transcripción de José Vidal Madruga:

Bassus / Turobri(gensis) / eques a/l(a)e Vetto/num ara/m posit / Ataecin/ae votu/m solv(it) / [l]iben[s] / [merito]