LA VILLA DE MOMBELTRÁN
Hoy visitaremos la capital del valle de las Cinco Villas, La Villa de Mombeltrán. Para algunos autores es ésta una de las primeras poblaciones de Gredos, que se habría fundado como El Colmenar de las Ferrerías. Este nombre nos indica que al igual que sucedió en otras comarcas de la zona, como La Jara, tras haber estado muy despoblada durante los inseguros años de la reconquista, fueron los colmeneros los primeros que se atrevieron a instalar sus posadas de colmenas, y que además lo hicieron en un lugar en el que antiguamente había habido explotaciones mineras, y de ahí el nombre de “ferrerías”.
En el reinado de Fernando IV en el siglo XIII, fue un colmenero concretamente llamado Pascual Peláez quien instaló sus enjambres en estos parajes. Más tarde se fue asegurando el lugar mediante la instalación en el valle del Tiétar de algunas fortificaciones que, para autores como Eduardo Tejero Robledo, sería en el caso que nos ocupa la llamada torre de Fortún Fortúnez, que habría formado parte de la estructura del arruinado convento que se encuentra en término de La Villa y que en principio tuvo la advocación de Nuestra Señora de la Torre, aunque otros sitúan esta torre en lugares tan alejados como Oropesa.
En 1393, Enrique III concede carta de villazgo al lugar, y así se independiza jurisdiccionalmente de Ávila. Luego pasó a formar parte del señorío del condestable Ruy López Dávalos, y más tarde a don Juan de Aragón, para después pasar por un trueque a la orden de Calatrava. Otro cambio de territorios señoriales pone el señorío en manos del condestable don Álvaro de Luna, y cuando éste es ejecutado, es confiscado a su mujer Juana de Pimentel y Enrique IV se lo dona a don Beltrán de la Cueva, que forma un mayorazgo con las aldeas de Arroyocastaño, Las Cuevas, Gavilanes, Lanzahita, Mijares, Pedrobernardo, San Esteban, Santa Cruz y Villarejo.
Un paseo por el pueblo nos mostrará viviendas que todavía conservan el aire de la arquitectura serrana, e incluso algunas de ellas blasonadas, propiedad de la pequeña nobleza que siempre habitaba en torno a la cabeza del señorío. También podremos visitar en una de sus plazas el edificio que albergó el hospital de San Andrés, que acogía no sólo a los pobres transeúntes que bajaban el puerto, sino también a los muchos peregrinos que especialmente durante los siglos XVI y XVII viajaban hacia Guadalupe. Fue fundado por el prior del cabildo de la catedral de Ávila Ruy García Manso a comienzos del siglo XVI, centuria a la que pertenece la portada.
La iglesia parroquial se encuentra bajo la advocación de San Juan Bautista y merece también una detenida visita. Sus macizos volúmenes dan sensación de haber tenido en sus orígenes una probable función defensiva. La estructura actual conserva elementos de los siglos XIV y XV, otros gótico- renacentistas como la portada de acceso, y ya de pleno renacimiento como los retablos y altarcillos adornados con cerámica talaverana del siglo XVI. Se trata de paneles de azulejos que representan a santos franciscanos, a Santa Ana o San Joaquín y la caída del caballo de San Pablo. También podemos ver un buen retablo churrigueresco en la capilla mayor, la cual cuenta con una reja gótica de forja fabricada en Talavera como la imagen del santo, también tallada por un talaverano.
El rollo jurisdiccional se sitúa al norte del pueblo y simboliza el privilegio de villazgo que le fue concedido por el Rey en 1394. En el parque previo al castillo se encuentra el monumento al tercer gobernador de Chile, don Pedro Villagrá, que promulgó unas ordenanzas para evitar el abuso de los colonizadores con los indígenas. La ermita de Nuestra Señora de la Soledad está muy cerca y es construcción de finales del siglo XVII, luego modificada.
Pero el más característico de los monumentos de La Villa es su castillo, que se levanta al sur del casco, dominando todo en valle y sus vías de comunicación. Pertenece a los duques de Alburquerque, fue edificado en sillería y mampostería de granito y tiene una planta cuadrada con torres redondas y almenadas en las esquinas, de las cuales, la del homenaje en el lado norte era mayor y fue desmochada para igualarse con las anteriores. Cuenta también la fortaleza con una barbacana que lo rodea con escarpa y foso. Es edificio militar que fue mandado construir por don Beltrán de la Cueva y las obras duraron desde el año 1462 hasta 1479. Para algunos autores fue obra de Juan Guas como los castillos de Manzanares el Real y Belmonte de Campos, muy similares en sus características a éste de Mombeltrán. En el siglo XVI, siendo señor don Francisco de la Cueva, se realizaron nuevas obras en la fortaleza, incorporándose un rebellín con orejones para defender la puerta y un talud con un pasadizo de ronda abovedado. Parece que se financió con el montazgo que se cobraba en la aldea cercana y hoy despoblada de Arroyo Castaño.