CAMINO REAL DE GUADALUPE (9) ENTRAMOS EN LA JARA

ENTRAMOS EN LA JARA

Chozo de falsa cúpula en La Jara Occidental

PUENTE DEL ARZOBISPO- VILLAR DEL PEDROSO

Después de conocer un hito del camino de Guadalupe tan significativo como es Puente del Arzobispo, vamos a cruzar el río Tajo y nos adentraremos en la actual provincia de Cáceres, concretamente en la comarca de La Jara que, aunque fue segregada de las Tierras de Talavera por la división provincial del siglo pasado, estuvo desde la Edad Media incluida históricamente en la comarca de influencia de esta ciudad. Una huella de aquella unidad territorial persiste en el hecho de que todavía estas comarcas segregadas administrativamente se mantienen a efectos eclesiásticos en el arzobispado de Toledo.

Colmenas de corcho en La Jara, los colmeneros fueron los primeros pobladores en la Edad Media

La Jara: Esta comarca natural está situada entre el Tajo y el Guadiana y forma un conjunto geográfico muy definido, aunque hoy día su territorio se encuentre dividido entre las provincias de Cáceres (Jara occidental y Los Ibores), Badajoz (Castilblanco y Valdecaballeros) y Ciudad Real (El Rincón de Anchuras).

Debido a su situación fronteriza entre cristianos y musulmanes en el curso de la Edad Media, fue La Jara durante varios siglos tierra casi despoblada que sufría los ataques y razzias de ambos bandos. Poco a poco, los colmeneros, ganaderos y cazadores se atrevieron a adentrase en su territorio y fueron asentándose en estas tierras roturando sus extensas zonas de monte agreste.

Paisaje jareño

Las tierras son generalmente pobres salvo algunos tramos de vega fluvial y las características llanuras elevadas llamadas rañas. Geológicamente hablando, los terrenos son antiquísimos, y todavía podemos observar las numerosas minas que intentaron explotar desde la prehistoria el oro, el hierro, el plomo o la plata de sus entrañas.

Desde un punto de vista paisajístico dividiremos la comarca en Jara Alta y Jara Baja. La naturaleza de La Jara Alta o serrana es mucho más rica debido a la variedad de sus ecosistemas, tanto en las elevaciones de la sierra de Altamira como en las zonas elevadas que son cabecera del río Pusa o el Jébalo, donde podemos contemplar bosques de robles o de rebollos, castaños, alcornocales y sobre todo encinar.

Paisaje de La Jara Alta

La caza es abundantísima ya que los venados, corzos y jabalíes pueblan sus montes. En el llano la caza menor hace las delicias de los aficionados. Son numerosos los cazadores, muchos de ellos italianos, que visitan la comarca para practicar la caza del zorzal; sin olvidar la abundancia en las especies clásicas: conejo, liebre, paloma y perdiz.

Cuadrilleros y tienda de la Santa Hermandad de Talavera en dibujo del siglo XVII

La carretera que nos lleva a Guadalupe coincide en sus primeros kilómetros con el viejo camino que todavía puede seguirse paralelo a ella durante la mayor parte del trayecto que nos separa del río Pedroso. Concretamente en este tramo el camino no es otra cosa que la Cañada Leonesa Oriental que al llegar frente al río Pedroso sigue recta hacia Navalmoralejo mientras que nosotros deberemos continuar en dirección suroeste, hacia El Villar del Pedroso, bajando hacia el cauce fluvial. Cerca de la carretera vemos aisladas construcciones levantadas en adobe y más tarde en pizarra. Algunas de ellas servían de precarias ventas que daban ocasionalmente paja y refugio a los romeros.

Labranzas, majadas y alguna venta arruinada jalonan el Camino Real de Guadalupe en este tramo

Antes de descender al valle del río Pedroso, la carretera se desvía del viejo camino que discurre durante quinientos metros más a la derecha después de separarse del cordel. Hoy no existe ya el primitivo puente que saltaba este riachuelo y si lleva agua deberemos cruzar por el de la carretera. Para los que quieran ser más escrupulosos en cuanto al seguimiento de la vieja ruta, pueden descender hasta la orilla oeste y subir aguas arriba unas decenas de metros para tomar luego el camino que todavía discurre entre un bosquecillo de chaparros y que volverá a salir a la carretera al cabo de dos kilómetros, pues el antiguo camino viejo de Villar a Puente ha desaparecido en un trecho de un kilómetro aproximadamente. El camino original iba paralelo al arroyo Morcillo y a la carretera, entre medias de ambos, como se observa en el plano del Instituto Geográfico. Lo más sencillo es seguir desde este momento la carretera durante los dos kilómetros que nos quedan hasta llegar a El Villar.

Un puente sobre el arroyo Morcillo junto a Villar del Pedroso