Este curioso azulejo talaverano se encontraba sobre la entrada de una vivienda del pueblo de Las Herencias, en La Jara.
Es curiosa la referencia a «los azarosos tiempos del cólera» a mediados del siglo XIX, 100 años antes de que escribiera algo similar el gran García Márquez.
En realidad se trata de dos azulejos. En el primero se representa a la Inmaculada Concepción en la ya decadente cerámica talaverana de la época, aunque el dibujo no deja de tener su encanto popular. La decoración de las cenefas son flores y motivos que nada tienen que ver con los de la azulejería renacentista.
En el azulejo de abajo se nombra a los dueños de la vivienda y al albañil que la construyó. Es cierto que el cólera produjo estragos horrorosos por ser una enfermedad que produce intensas diarreas muy violentas y deshidratación que en aquella época eran difíciles de tratar al no contar con los antibióticos ni los medios adecuados. Se trasmite por aguas con contaminación fecal y en aquella época sin saneamientos ni tratamiento de las aguas potables la infección se extendía rápidamente. La epidemia fue catastrófica y causó miles de muertos dejando algunas localidades prácticamente despoblados.