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EXCURSIÓN AL CANTO AMARILLO EN GARCIOTÚM

Al Canto Amarillo

Molino del Saucedoso

Desde Garciotúm nos dirigiremos por la carretera en dirección oeste hasta llegar al arroyo de Las Cañadillas o Saucedoso, que ascenderemos corriente arriba observando los restos de estos curiosos artificios tan numerosos en la Sierra de San Vicente. También pasaremos junto a un puente levantado en el siglo XVII.

Puente sobre el arroyo Saucedoso

Llegaremos a la confluencia con el arroyo del Batán, llamado así por haber movido antiguamente uno de estas máquinas que daban el apresto a las lanas a fuerza de golpearlas con mazos movidos por el agua. Siguiendo su curso pasamos por parajes solitarios con una zona de pequeñas cascadas muy agradable.

Puente de los Pilones

Accedemos así a un camino que cruza sobre el llamado Puente de los Pilones, rústica obra de ingeniería realizada con enormes bloques graníticos. Justo enfrente, hacia el este, se divisa el Cancho Amarillo, gran bloque granítico que los líquenes han teñido de ese color, y que se asienta sobre una pequeña elevación  en un paraje ameno desde el que se contempla una hermosa vista panorámica de la sierra. Se trata del típico lugar con un halo misterioso, con algunos abrigos y cuevecillas y, cómo no, la leyenda de un tesoro, pues cuentan los lugareños que en el siglo pasado escribió un indiano que se había marchado a América al ayuntamiento local, advirtiendo de la existencia de un tesoro enterrado en este paraje, lo que despertó una auténtica fiebre del oro en la zona, y hasta desde  Pelahustán venían amparadas por la noche, gentes que cavaban durante horas con la esperanza de hallar las riquezas que escondía el cerro, aunque nunca las encontraron.

Uno de los enebros monumentales de los parajes que recorreremos

Seguimos hacia el cordel de merinas que desde Pelahustán se dirige hasta Talavera, para tomarlo en dirección noreste. Pero antes, podéis visitar en las cercas de la derecha un enebro monumental y el lugar donde se encuentra “El Calerón” un horno de cal tradicional, o calero. Benito Pérez Galdós hace una referencia a los mármoles de Garciotún en su novela “Angel Guerra”, pues eran explotados antiguamente en esta zona de piedra caliza y se utilizaron en la ornamentación de algunas iglesias de Talavera y su comarca.

Horno de Cal o Calero en Garciotúm

Continuamos nuestro trayecto dejando a la derecha un macizo granítico, Los Costizos, a los que iremos dando la vuelta, y si tenéis tiempo y ganas, os recomiendo que ascendáis a la cumbre por donde indica el plano y allí disfrutéis del panorama y del bosquecillo de enebros, alcornoques y encinas que lo adornan.

Arquitectura popular en el entorno de Garciotúm

Tomaremos para volver el camino de Nuño Gómez, que discurre entre prados, encinares y enebrales. Las rapaces nocturnas y diurnas anidan en los berrocales de todo nuestro recorrido y no será extraño que nos topemos con algunas.

CONOCIENDO GARCIOTÚM

CONOCIENDO GARCIOTÚM

Arquitectura popular en Garciotún

Nuestra excursión comienza hoy en el pequeño pueblo serrano de Garciotúm. El nombre de esta localidad, así como el de las otras dos que vamos a visitar, procede del nombre de los respectivos caballeros abulenses que repoblaron sus términos en la Edad Media, allá por el siglo XI y XII: García Fortún, Nuño Gómez, o un tal Pelayo, en el caso de Pelahustán, que fueron premiados por sus hazañas en la reconquista con el territorio sobre el que luego se asentarían estos tres pueblos de la Sierra de San Vicente. También un paraje con el nombre de “la ermita caída” pudiera sugerirnos en Garciotúm un poblamiento antiguo.

Piedra labrada de origen desconocido que puede para algunos tratarse de una ventana visigoda

Garciotúm fue aldea de Castillo de Bayuela, capital del señorío de Montesclaros, hasta hacerse villa en el año 1670. Antes de hacer la ruta visitaremos la ermita, la pintoresca placita de la iglesia, que es construcción del siglo XV, y un llamativo y original monumento megalítico moderno que se halla junto a la carretera. También daremos una vuelta por sus calles observando su arquitectura popular de mampostería granítica. Siempre tuvo una población reducida pero su entorno está adornado de un encanto natural especial.

Monumento granítico en Garciotún

Sí que existe, sin embargo, una referencia literaria a Garciotún, nada menos que de Benito Pérez Galdós que, en su novela “Angel Guerra”, hace una alusión a «los mármoles de Garciotún», aunque también hay constancia de la utilización de esta piedra en la Colegial talaverana o en la Basílica del Prado de la misma ciudad.

Su término se compone de prados y monte más o menos adehesado cruzando por él la cañada ganadera que desde Pelahustán se dirige hasta Talavera pasando por Castillo de Bayuela. Estas circunstancias han hecho que la actividad económica se halla centrado desde siempre en la ganadería y en la explotación de pequeños huertecillos, algunos frutales y cultivos hoy desaparecidos como los linares y el capullo de seda.

Iglesia parroquial de Garciotún

En el siglo pasado ocurrió una anécdota curiosa cuando un indiano escribió al ayuntamiento contando como él mismo había visto esconder un valioso tesoro en el llamado Cancho Amarillo, paraje curioso y digno de visitar, lleno de abrigos y cuevecillas. Durante una temporada, se despertó la fiebre de los buscatesoros, que acudían armados de pico y pala, incluso de noche en el caso de los vecinos de pueblos cercanos, que intentaban así eludir la vigilancia de los lugareños, celosos guardianes de un tesoro que jamás apareció. El Cancho Amarillo se encuentra próximo al llamado Puente de los Pilones, magnífico ejemplo de ingeniería popular construido con grandes bloques graníticos.

Ermita de la Purísima de Garciotún

Aguas abajo del puente podemos descender a parajes solitarios en una zona de pequeñas cascadas. También son dignos de visitar los molinos del arroyo Saucedoso, que se hallan en un bonito lugar donde también podemos observar el llamado» Puente Romano» de Castillo de Bayuela datado en el siglo XVII. Funcionó también en Garciotúm un horno de cal todavía conservado en el paraje de El Calerón, en cuyas proximidades se hallan magníficos ejemplares de enebro. Antes de partir de Garciotúm visitaremos un curioso y espectacular monumento de granito con inscripciones grabadas y hecho por un particular junto a la carretera. También podemos callejear observando su arquitectura popular serrana.

En próximos capítulos hablaremos de la curiosa fiesta de «la Malena»