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EXCURSIÓN A LA MINA DE ORO DE SIERRA JAEÑA

 

Vista desde la Sierra Jaeña, cerca de las minas, donde se ve a la izquierda el cerro Mogorro y al fondo la sierra de La Estrella

Recorrido aproximado 8 kilómetros, tres horas.

 Tomaremos un camino que sube hasta las instalaciones mineras y que parte de la carretera, en la salida oriental del pueblo.

Vamos ascendiendo y tomamos el tercer camino que sale a la izquierda, pasamos junto a una majada serrana de cuarcita y pizarra típica de la arquitectura de la zona y, envueltos por el aroma de las jaras, llegaremos a las casas de la mina donde se situaban las viviendas de los mineros, las cuadras, la administración y las dependencias donde se trataba el mineral con las correspondientes albercas de lavado y decantación.

Dependencias arruinadas de la mina de oro de sierra Jaeña

Las vistas sobre La Jara, con las Villuercas y la Sierra de la Estrella al fondo,  las rañas de encina y cereal y las barreras de olivar ciertamente impresionan. También podemos observar cómo en medio de los canchales característicos de estas sierras, que aquí ocupan grandes superficies, se ven las manchas de la tierra extraída en diferentes bocaminas, pero la que nos interesa se encuentra justo detrás y por encima de estas casas mineras. Subiremos por una senda hasta la gran acumulación de materiales que se sitúa delante de la entrada a la galería.

Boca de la mina de oro de sierra Jaeña

Podemos entrar dentro con linternas pero con sumo cuidado en la misma bocamina  por estar hecha sobre conglomerado de arcilla con canto rodado que le da cierto aspecto de inseguridad, aunque ese terreno se convierte a los dos metros en la roca madre de la galería, en la que también se ven los orificios de ventilación y las vetas de cuarzo con puntos dorados que brillan con la luz, pero que en su mayoría son piritas, el llamado “oro de los tontos”, por confundirlo muchos neófitos con el oro verdadero.

Galería de la mina de oro de Sierra Jaeña

Si subimos por la ladera unos veinte metros llegaremos a un camino que tomaremos hacia la izquierda hasta la confluencia de otros en un collado. Junto al primero que encontramos se halla un gran boquete en el suelo que es otra explotación aurífera lo que deducimos por verse los restos del cuarzo aurífero que buscaban los mineros. Luego llegamos a otra confluencia ya en el mismo collado Guerra, y desde allí tomamos el camino a la derecha descendiendo por una mancha de bosque mediterráneo realmente bien conservado que nos puede dar idea de cómo eran nuestros bosques antes de que sufrieran la acción de los hombres.

Arquitectura popular en el camino de la mina

Bajamos en este agradable paseo en el que veremos baños de jabalíes y no será extraño que se nos cruce algún venado, o algún corzo, hasta llegar a otro camino en el collado de La Barrosa, llamado así por tener otra explotación minera con ese nombre, a la que se accede bordeando por la derecha la parcela de la vivienda situada en el collado, y siguiendo un camino que va hasta la casa minera y la galería hecha en la roca viva. Desde esta última mina regresaremos a Buenasbodas según nos indica el plano.

Entrada a la galería de la mina de Barros.

BUENASBODAS

Arquitectura popular en Buenasbodas

Buenasbodas es una de las antiguas aldeas de la Tierra de Talavera que todavía pertenece al ayuntamiento de Sevilleja, aunque últimamente ha aumentado su población hasta alcanzar e incluso superar a su cabecera. En las proximidades se encontraron piezas de piedra pulimentada que nos demostrarían la presencia del hombre del neolítico en la zona o al menos de la Edad del Bronce pues, aunque ya se trabajaran los metales en esta época, todavía se tallaban instrumentos líticos.

Paisaje de la Jara Alta al sur del Buenasboda

En el siglo XIV ya aparece en el Libro de la Montería de Alfonso XI la sierra de «Bonas Bodas» como un paraje rico en caza mayor, y en el siglo XVI ya figura como una pequeña aldea dependiente de Sevilleja. Buenas-bodas no hace relación a los matrimonios de este pueblo, como nos orientaría el dicho de “Buenasbodas, malos casamientos”, que dicen los vecinos de los pueblos cercanos, sino que según algún autor erudito alude a las budas, unas plantas que viven en las zonas húmedas de estas sierras.

Buenasbodas tiene otras explotaciones mineras además de las minas de oro de Sierra Jaeña

Su iglesia nace como una ermita bajo la advocación de San Blas y es muy modesta, como todos estos pequeños templos serranos, salvo el de Piedraescrita.

También conserva el casco urbano numerosos elementos de arquitectura popular levantada con muros de cuarcita y pizarra, en construcciones que tienen la hermosa sencillez que caracteriza a la arquitectura de La Jara Sus edificios tienen una sola planta y a lo sumo otra destinada a troje, con un patio o portal de entrada y los corrales traseros.

Majada en el entorno de Buenasbodas

En el ámbito de Buenasbodas se sitúa el arroyo del Mazuelo que impresiona por lo agreste de su vegetación a lo largo de su recorrido paralelo a la carretera de Espinoso. Cerca de su desembocadura en el Jébalo se encuentra una antigua central eléctrica en el paraje de El Martinete. Subiendo por el canal de la central nos adentramos en una de las zonas más solitarias y salvajes de la Jara Serrana como describimos en la ruta de los grabados rupestres.

El río Jébalo a su paso por el Martinete

Las minas de oro de Sierra Jaeña fueron las de mayor producción aurífera de la península durante el siglo XVIII, aunque se tiene constancia de su explotación desde el tiempo de los romanos hasta el pasado siglo. De sus vetas se extraía el oro finísimo con el que se fabricaban durante el siglo XVI las monedas conocidas como “doblas jaeñas”.

En cierta ocasión fueron arrasadas sus instalaciones por el alcalde de Talavera, obedeciendo una orden real por un problema de concesiones. Se destruyeron sus dependencias y se quemaron las chozas de los mineros. En su última etapa se conocieron con el nombre de “La Oriental”. Se conserva en el museo de la minería jareña de Buenasbodas alguna de las viejas cajas blindadas con fuertes herrajes para guardar el polvo de oro extraído.

Cofre donde se guardaba el polvo de oro de la mina de La Oriental, exhibido en el museo de la minería de La Jara en Buenasbodas

Hoy apenas se mantienen en pie los restos de los muros de los edificios donde se procesaba el mineral con los almacenes, canalizaciones, túneles y hornos en los que se desarrollaba el proceso. Puede entrarse con iluminación y mucha precaución a la bocamina principal y observar en sus galerías las vetas de cuarzos auríferos y piritas.

Iglesia y ayuntamiento de Buenasbodas

El acceso a las minas de oro se hace más fácilmente desde Buenasbodas, donde se ha instalado un aula de interpretación de la minería en La Jara que deberemos visitar antes o después de hacer nuestra excursión. En ella se pueden ver interesantes paneles explicativos y algunos elementos del utillaje minero como un cofre reforzado con metal para guardar el polvo de oro, y que lleva grabado “La Oriental”, faroles, carretillas mineras etc…

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

Seguimos describiendo los molinos de La Jara con los ejemplares que se encuentran a orillas de Riofrío, un afluente del río Huso

Molino de cubo de Riofrío

El afluente del Uso con un mayor y más continuo caudal es Riofrío que, junto al comentado molino de Uso, es el de más antiguas referencias molineras en La Jara. La continuidad de su caudal ya era descrita en el siglo XVI, cuando se decía que con sus aguas podía molerse todo el año. Es esta la corriente provincial con un mayor aprovechamiento energético para la molienda, dado que en su recorrido de unos diez kilómetros quedan ruinas de nada menos que veintiún molinos. Dieciseis son de cubo y de ellos siete tienen suficiente altura como para ser considerados como de bombo.

Conjunto molinero de Riofrío

Solamente uno de ellos (Rf 20) es de presa jareña que está reforzada por grandes contrafuertes. Otros dos (Rf 3) y (Rf 8) son de cubo-rampa . El último ejemplar (Rf 21) es el conocido como molino del Estanco, denominado así por el estanque o balsa que origina su presa, situada justo en la misma desembocadura de este riachuelo en el Uso y levantada transversalmente a la corriente. La presa abastece directamente a dos cubos, uno de los cuales fue adaptado para una turbina (Foto 44). El primer molino de Riofrío es apenas identificable pero sus restos orientan a que su receptor hubiera sido una rampa.

Molino del Estanco en la desembocadura de Riofrío en el Huso

Casi todos los edificios cuentan con las dependencias básicas: cocina, cuadra, sala del molino e incluso dormitorios como en el caso de (Rf 6),(Rf 11) o (Rf 14) (Fotos 45 y 46). Otras ejemplares tienen sin embargo dependencias aisladas del propio molino donde se situaban estas piezas secundarias e incluso una modesta casa de molinero. En esas habitaciones se pudren dentro de muchos de estos molinos de Riofrío las viejas cernedoras a manivela o movidas por el eje de la piedra con una correa.

Molino de cubo de Riofrío

Otro tipo cuenta con cuadra y zaguán donde esperaban e incluso dormían los moledores (Rf 3) (Foto 47), (Rf 7) y (Rf 8). Los de Riofrío son molinos que en general podemos considerar por su dotación arquitectónica como de tipo medio, en contraposición a las fábricas de harina y los grandes molinos del Tajo con sus grandes edificios o, en el otro extremo, los numerosísimos molinillos que solamente cuentan con la sala de moler La propiedad de todos estos molinos estaba más vinculada a Sevilleja y Gargantilla pero, sin embargo, los molineros eran más frecuentemente originarios  de La Nava de Ricomalillo.

Otro ejemplar del los veintidos artificios que molían en Riofrío

Todo el conjunto molinero del Riofrío, su valiosa arquitectura popular y su entorno alegrado con huertas, posadas de colmenas, palomares y majadas que incluso llegaron formar una aldea con gran trasiego de gentes de La Jara, tiene un gran interés cultural que hace urgente su protección y conservación.

Molino de Riofrío con un gran cubo.

LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA, Patrimonio Comarcal en peligro (16)

LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA,

Patrimonio Comarcal en peligro 15

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Instalaciones mieneras desde la bocamina principa

Denominación.-

Minas de oro  de Sierra Jaeña

Instalaciones de procesamiento del mineral de las minas de oro de SierraJaeña

Término Municipal.-

La Nava de Ricomalillo-Buenasbodas

Situación.-

En la Sierra Jaeña

Categoría.-

Bien inmueble y excavaciones mineras

Fotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevadaFotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevada

Descripción del Bien.-

Fueron las minas de mayor producción aurífera de la península durante el siglo XVIII, aunque se tiene constancia de su explotación desde el tiempo de los romanos hasta el pasado siglo. De sus vetas se extraía el oro finísimo con el que se fabricaban durante el siglo XVI las monedas conocidas como “doblas jaeñas”.

En cierta ocasión fueron arrasadas sus instalaciones por el alcalde de Talavera obedeciendo una orden real por un problema de concesiones. Se destruyeron sus dependencias y se quemaron las chozas de los mineros. En su última etapa se conocieron con el nombre de “La Oriental” y hasta hace poco se conservaban en Buenasbodas algunas de las viejas cajas blindadas con fuertes herrajes para guardar el polvo de oro extraído.

Hoy apenas se mantienen en pie los restos de los muros de los edificios donde se procesaba el mineral con los almacenes, canalizaciones, túneles y hornos en los que se producía el proceso. Puede entrarse con iluminación y mucha precaución a la bocamina principal y observar en sus galerías las vetas de cuarzos auríferos.

Bocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra JaeñaBocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra Jaeña

Cronología principal.-

Siglo III ?-Siglo XX

Protección legal.-

La normativa genérica

Chimenea de ventilación de las minas de oro

Propietario.-

Privado

Valoración del Bien.-
-Valor histórico

-Arqueología Industrial

Principales riesgos apreciados.-

Riesgo de derrumbe de los restos de edificios mineros y de las galerías de las minas

Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945
Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945
Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña

Bibliografía de referencia

-Jiménez de Gregorio, F., Los Pueblos de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Toledo

-Larruga, E., Memorias políticas y económicas sobre frutos, comercio, fábricas y minas de España, Madrid 1792

LA MINERÍA EN LA JARA I

LA MINERÍA EN LA JARA I

Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita
Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita

Hace ya más de cuatro milenios, en la Edad del Cobre, unos pueblos que empezaban a conocer la metalurgia se situaron en cerros fácilmente defendibles, en las vías de comunicación que eran entonces los riachuelos que descendían de las sierras de La Jara. Eran las llamadas culturas del periodo Calcolítico Precampaniforme, conocían ya la agricultura y el pastoreo, pero solamente la explotación de recursos mineros superficiales  justifican  la densidad despoblamiento de estas zonas poco rentables para la agricultura, si las comparamos con las muy cercanas del valle del Tajo. De hecho, se han hallado trincheras con un claro intento de beneficiar el mineral, en las cercanías de estos asentamientos de la Edad del Cobre, en los valles del Jébalo, Uso, Cedena  y Pusa.

Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945
Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945

Los pueblos que construyeron los dólmenes de Azután, o de la Estrella siguieron aprovechando las vetas, pobres pero muy  superficiales  y por tanto de fácil acceso, de las tierras de Talavera, otras explotaciones de su entorno así lo atestiguan. Muchas trincheras y pozos de La Jara de difícil datación, pueden orientar hacia un aprovechamiento minero del hierro por parte de los pueblos prerromanos y de los mismos romanos, a los que se relaciona ya con los primeros intentos de extraer el mineral de la principal mina de esta comarca, la mina de oro de La Nava de Ricomalillo, ésta, llamada La Oriental, así como la mina de la Sierra Jaeña, con la que no debemos confundirla, parece que estuvieron unidas por un antiguo camino o calzada con la Ciudad de Vascos. Las escorias halladas en las excavaciones arqueológicas de esta impresionante ciudad hispanomusulmana parecen añadir ese aspecto minero a la ya conocida función defensiva de la frontera del Tajo contra los cristianos.

Ruinas de las instalaciones de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Ruinas de las instalaciones de la mina de oro Pilar en Sierra Jaeña

En el siglo XVI aparecen las primeras referencias documentadas a intentos, muchas veces fallidos, de prospecciones y explotaciones mineras en La Jara. La población actual de La Mina de Santa Quiteria se fundó cuando a mediados de esa centuria los habitantes de la vieja aldea de Cordobílla se trasladan junto a una mina de plomo en la que encontraban más trabajo.

En 1599 se da una pragmática por la que se ordena llevar un registro de minas, y por tanto, desde esa fecha podemos tener datos más concretos de las explotaciones.

La mina de oro «La Oriental» a la que ya nos hemos referido, se sigue labrando en el 1690 con abandonos y reaprovechamientos sucesivos durante los siglos XVIII y XIX. En Buenasbodas se han conocido cajas fuertes con el nombre de la mina, y llegaron a funcionar varios hornos de pan y un mortero para pulverizar el mineral. En la Historia de Talavera de Cosme Gómez de Tejada, hay una referencia a las doblas de oro finísimo acuñadas con el metal de estas minas.

Galería de la mina de Sierra Jaeña
Galería de la mina de Sierra Jaeña

En el siglo XVIII se produjo un curioso episodio, cuando se intenta por parte de varios socios recomenzar la extracción del mineral en La Oriental; las desavenencias entre ellos hacen que una de las partes reclame a la Corona sus supuestos derechos. El Rey ordena al corregidor de Oropesa que tome las medidas necesarias para interrumpir los trabajos, éste parece escurrir el bulto, tal vez por encontrarse la mina fuera de su jurisdicción, y dice encontrarse enfermo, delegando en el alcalde de Talavera, el cual acude a la explotación arrasando y quemando las viviendas y chozas de los trabajadores y las dependencias donde se procesaba el mineral. El evidente abuso autoridad supuso incluso lesiones físicas para algunos mineros e hizo que se entablen procesos judiciales donde se reconocen los daños causados, pero ya la mina quedó de nuevo sin explotación.

Potosí, Mariposa, Nueva California, Abundancia, El Desquite, El Porvenir, Matildita, Ultra-tumba, El Disloque, La Sultana, Fortuna, o Mina del Miedo son algunos de los sugerentes nombres con los que los paisanos del siglo XIX bautizaban a sus pozos en nuestra particular fiebre del oro jareña.

Si subimos a las cumbres de las sierras de Sevilleja podemos percibir sobre el terreno los montones de escoria, los pozos y trincheras que desde la prehistoria se han venido excavando, pero parece que al igual que en el Oeste americano, aventureros y visionarios intentaron enriquecerse rápidamente.

Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro
Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro

En algunas ocasiones eran personajes ilustrados, como sacerdotes (mina de Don Juan), militares (teniente-coronel Mendez-Cabeza, en una mina de Arroyo Blanco en Aldeanueva de Barbarroya) o acaudalados locales los que iniciaban prospecciones con más riesgos que beneficio en la mayor parte de las ocasiones.

Pero otras veces, vecinos humildes de los pueblos de La Jara emulaban a los dueños de las pocas explotaciones pro-ductivas y después de trabajar en alguna de ellas como asalariados emprendían la aventura en solitario o en pequeños grupos.

Las duras condiciones que de por sí lleva aparejado el laboreo minero se agravaban con las condiciones de aislamiento y las climatológicas, ya que las minas se encontraban localizadas en su mayor parte en los lugares más inhóspitos de lo que yo denomino La Jara profunda, las zonas más deforestadas y desiertas de los términos de Sevilleja, Campillo, Aldeanovita etc… Podemos imaginarnos a estas pobres gentes armadas de su miseria y de su ilusión por encontrar algún filón que les permitiera abandonar sus, en muchas ocasiones, paupérrimas tierras.

Picos, palas, bateas y algún borrico eran todo su armamento para extraer el material de profundos pozos, algunos de más de veinte metros, y transportarlos hasta las zonas de lavadero que en estas tierras de La Jara podían encontrarse muy lejos, por la sequedad del suelo pizarroso.

Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras
Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras

Todavía a principios de siglo, los habitantes de La Nava, veían como algunos entusiastas intentaban buscar pepitas de oro con la batea en el arroyo Joyegoso que desciende de La Oriental, al más puro estilo de las películas del Oeste. Incluso en los años posteriores a la Guerra Civil, hubo intentos de sacarle a estos jarales algo más que unas pocas espigas de centeno, y así, en la década de los cuarenta, aún se tramitan permisos de prospección y explotación. La mayor parte de las vetas de La Jara occidental son de galenas argentíferas y de blenda, y la última intentona minera en esta comarca quiso aprovechar, en los años ochenta, la plata de una de ellas en Anchuras, otro pueblo de La Jara con gran tradición minera además de los ya nombrados, y de Los Navalucillos, en La Jara Oriental.

De aquellas antiguas explotaciones quedan conducciones y paredones en ruinas, de las dependencias para el procesado del material, ruinas de algunas viviendas y de los martinetes y ferrerías -como la del Mazo en el río Pusa-. De todas ellas hablaremos en otro artículo. Es interesante la visita de estos pozos y galerías donde se escondieron bandoleros y guerrilleros, y que en nuestra última contienda civil tuvieron una utilidad mucho menos productiva que la minera, acoger a los represaliados de ambos bandos cuyos cadáveres fueron arrojados a ellos, pero esa es otra historia.

EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍOrutariofrio

En el ámbito de Buenasbodas y Gargantilla, aunque muchos molineros eran de La Nava de Ricomalillo,  se localizan gran parte de los molinos de cubo de Riofrío. Nada menos que veintitrés artificios se reparten a lo largo de los aproximadamente diez kilómetros de cauce de este río jareño.

Molino de Riofrío y dependencias anexas de vivienda, cuadras...
Molino de Riofrío y dependencias anexas de vivienda, cuadras…

Ya hay constancia de la existencia de al menos uno de estos molinos en el siglo XIV y forman un conjunto de gran interés etnográfico pues se aprovecha prácticamente toda la potencia del agua por captarse casi inmediatamente el caudal para mover el rodezno de un molino nada más salir del cárcavo del anterior, aguas arriba. Seguir leyendo EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA

Fotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevada
Fotografía antigua en la que se ven las instalaciones mineras de Sierra Jaeña tras una nevada
Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945
Fotografía antigua con las instalaciones de la mina de oro llamada Pilar en 1945

Fueron las de mayor producción aurífera de la península durante el siglo XVIII, aunque se tiene constancia de su explotación desde el tiempo de los romanos hasta el pasado siglo. De sus vetas se extraía el oro finísimo con el que se fabricaban durante el siglo XVI las monedas conocidas como “doblas jaeñas”.

Vagoneta minera a la entrada del centro de interpretación de la minería jareña en Buenasbodas

En el año 1731 fueron arrasadas sus instalaciones por el alcaide mayor de Talavera obedeciendo una orden real por un problema de concesiones, al haber enfermado el corregidor de Oropesa al que se le había encomendado en principio.  Se destruyeron sus dependencias y se quemaron las chozas de los mineros.: «llegaron a las minas con escolta de caballería, atemorizaron sus gentes, se apoderaron de las llaves de ella, de los materiales y pertrechos, quemaron las casas de los trabajadores e hicieron otras vejaciones, hasta que consiguieron el intento de que se dejase la mina desierta»

En su última etapa se conocieron con el nombre de “La Oriental” y hasta hace poco se conservaban en Buenasbodas algunas de las viejas cajas blindadas con fuertes herrajes para guardar el polvo de oro extraído.

Bocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra Jaeña
Bocamina de La Oriental. mina de oro de Sierra Jaeña

Hoy apenas se mantienen en pie los restos de los muros de los edificios donde se procesaba el mineral con los almacenes, canalizaciones, túneles y hornos en los que se producía el proceso. Puede entrarse con iluminación y mucha precaución a la bocamina principal y observar en sus galerías las vetas de cuarzos auríferos.

Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Galería de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña

Es curiosa la descripción de los hechos comentados por los que el Rey ordena coger muestras de la piedra del mineral que hubiera en la mina «puesta en costales y serones cerrados y sellados para que se traigan a esta ciudad, donde su majestad ha resuelto se hagan ensayos de ella…para ver si tiene cuenta beneficiarla o no».

Después la benefició don Juan Portalegre en nombre de la real hacienda hasta 1736, año en que se volvieron a cerrar por su muerte y se entregaron sus llaves a un regidor «vecino de dicho lugar», quien luego le entregó los enseres a Francisco Portalegre, hijo del anterior que hizo otros trabajos y fundiciones y ordenó mandar 5 arrobas del material a la corte.

Cofre reforzado para guardar el oro de la mina en el aula de interpretación de Buenasbodas

Un inventario decía que los enseres que pertenecían a la real hacienda eran «nueve azadas de hierro, cuatro montones de cal como de tres mil fanegas, y otro montón de ciento ochenta, dos casas con noventa pies de largo cada una en las que había mucha porción de mineral.

En el alquería, otra casa concluida con diferentes departamentos, había cuatro hornos de distintos tamaños y hechuras, una tahona, un mortero y otra casa con provisiones para el beneficio de la mina que sería molesto referir»

En 1748 se hace otro inventario y solamente hay dos molinos de piedra, dos cajones de piedra y beta, una bigornia de hierro, una cazuela de hierro y una tahona» porque otros materiales se habían entregado por deudas de la explotación al tal Joseph Álarez.

Instalaciones en ruinas de las minas de oro de sierra Jaeña