Baños de la Retortilla. Sus edificios se encuentran casi arruinados pero, deambulando con precaución entre sus restos, todavía podemos observar las dependencias que servían como cocina de campana con su rústico fregadero y el hueco para las tinajas de agua y aceite, las habitaciones en las que se alojaban desde el siglo pasado las personas que aquí acudían en mulas para buscar alivio a sus dolencias reumáticas; la cantina, los almacenes con sus alacenas, el palomar, que es una curiosa construcción circular en pizarra donde se criaban los pichones, considerados por creencia popular como alimento beneficioso para enfermos y embarazadas. Incluso dos naves más modernas en las que vivían los trabajadores de la vía que luego sería la Vía Verde de La Jara
Por debajo de este primer edificio se halla otra edificación en la que se encuentran los baños propiamente dichos. Una conducción llevaba las aguas medicinales hasta una primera alberca de almacenamiento y de aquí pasaban a una habitación donde se encontraba el horno y la retorta para calentar las aguas. Este sistema de calentamiento puede que sea el origen del nombre de los baños de La Retortilla que, como tantos otros de la comarca, también se denominan “de la Guarra”, aunque también podría tener su origen la denominación en una curva o “retuerta” muy pronunciada que hace el río Uso en sus proximidades. Todos estos baños populares tienen la misma fantástica historia en cuanto a su descubrimiento. Un cerdo o un jabalí tullido se revuelca en el manantial y cura sus males, más tarde el afortunado hallazgo es aplicado a los humanos.
Por el estucado de sus muros, otra pieza adyacente al horno parece haber sido una especie de pequeña piscina cubierta o un aljibe para el almacenamiento del agua. Entramos en el edificio ya muy derruido y se perciben las habitaciones con sus bañeras. Todas bajo el nivel del suelo, salvo una bañera exenta que fue robada hace tiempo.
Sentados a la puerta podemos evocar aquellos años en los que este rústico balneario se llenaba de gentes y el curioso ambiente que reinaría en este agreste y popular centro de hidroterapia.
Soy Fidel Cano García. << Preciosas y imágenes antiguas que he podido visualizar en este hermoso recorrido de las tierras Talaveranas, cercanas, a los montes de Toledo. << Soy nacido en Robledillo. Pueblo, situado en el valle del gevalo, un paraje para visitar, y gozar de sus bosques autos tonos. < En estos bonitos bosques, viví yo hasta los 21 Años. Han pasado ya 55 Años que salí de al
, y todavía no lo he podido olvidar.
Preciosas imágenes, ojalá algún día se pueda restaurar este fantástico balneario.
Yo tengo vagos recuerdos de haber estado dentro de una bañera de obra, con azulejos blancos, bañándome con mi madre aquejada de “reumas”, en esos “ Los Baños “, como también eran conocidos por la zona. José María Sánchez Hidalgo, de La Estrella.