INCENDIO EN LA COLEGIAL

INCENDIO EN LA COLEGIAL

Dibujo de enrique reaño sobre postal de los años 20
Dibujo de Enrique Reaño sobre postal de los años 20

En la noche del 22 de Septiembre de 1846 la iglesia sufre un gran incendio cuya descripción vamos a extraer de la crónica de un reportero de «El Semanario Pintoresco Español» llamado Rafael Monje que pasa por Talavera en 1847:

«¡Noche de espantoso recuerdo en los fastos de Talavera y de laudable remembranza para sus hijos! – Serían las ocho y media de la noche , cuando las campanas de la Colegial anunciaron el fuego que, habiendo prendido en el maderamen interior del órgano por inadvertencia del artífice que lo afinaba, se descubría ya por encima del tejado apoderándose con la rapidez del rayo de los corpulentos tirantes que sustentaban las naves colaterales. Alborótase el vecindario, e impelido por la voracidad de las llamas y el toque de somatén, se lanza indistintamente al lugar donde el peligro amenazaba más de cerca o propendía a mayores daños. Las señoras de la primera categoría se olvidaban de su débil complexión, apresurándose a salvar entre sus brazos las ropas exquisitas, las colgaduras, los objetos combustibles y los vasos de oro y plata. Rompíanse a golpes de hacha las portezuelas de los relicarios y las gabetas de los roperos cuyas llaves no aparecían tan pronto.

Rosetón gótico mudéjar dela Colegial en un reportaje de Blanco y Negro de 1969
Rosetón gótico mudéjar dela Colegial en un reportaje de Blanco y Negro de 1969

El rumor de la fuerza de las llamas cada instante crecía más, viéndose en pocos minutos el coro convertido en una fragua donde fluía el estaño derretido del órgano; los vidrios de las ventanas liquidados y el plomo que los aseguraba deshecho como cera en las paredes. Por todas partes crujían las maderas abrasadas, chispeaban las piedras, gritaba el pueblo y se derramaba el agua a torrentes entre el fuego que saltaba a los retablos, incendiándose como si estuviesen bañados en resina, y el humo que sofocaba la respiración y tostaba a los operarios. En medio de este caos infernal vimos un celoso sacerdote llevar entre sus manos temblorosas el sacrosanto copón y caminar bajo la salvaguardia del Dios vivo, con tanta lentitud y compostura como si nada pasase en su enderredor …y sus vestiduras participaban ya del fuego; y caían sobre su venerable cabeza los pedazos de argamasa que se desprendían de las bóvedas, candentes como el horno de un alfarero. ¡El santuario iba dejando de existir y la religión triunfaba en todos los corazones!

Dibujo de detalle arquitectónico de la Colegial de Jesús Morales
Dibujo de detalle arquitectónico de la Colegial de Jesús Morales

Eran las doce cuando se dio por terminada la catástrofe. El estrago había sido inmenso. Ni una astilla quedó en el coro; ni el menor vestigio del órgano; ni un palmo de pared donde no hubiese  marcado su negra huella el elemento destructor»

Detalle arquitectónico de La Colegial de Jesús Morales
Detalle arquitectónico de La Colegial de Jesús Morales