Recientemente ha aparecido en los medios una noticia que anuncia que el Ayuntamiento y la Uned van a realizar una reproducción de una lápida con una inscripción árabe en letra cúfica que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional.
La historia es triste porque fue el propio ayuntamiento talaverano el que la donó a la Real Academia de la Historia a mediados del siglo XVIII , y no solo la regalaron, sino que además pagaron de las arcas municipales los 100 reales que costó el trasporte en carreta hasta Madrid, como puede verse en el documento de la imagen adjunta.
Durante mucho tiempo se pensó que la lápida pertenecía al castillo de Baños de la Encina en Jaén, pero ya se ha demostrado por los historiadores Alberto Cantó e Isabel Rodríguez, entre otros, que se trata de la placa talaverana
En el cruce de Ronda del Cañillo con la calle Carnicerías, en la torre de la alcazaba que hace esquina entre las dos vías se mantiene en el muro un hueco donde estaba encastrada esta lápida de mármol con una inscripción que, según una tradición popular, decía: «Cuando el Tajo llegue aquí , Talavera , ¡Ay de ti !», pero es en realidad se trata de la placa conmemorativa de las obras de fortificación de las murallas y alcazaba o castillo (bury) talaveranos que acometiera Abderramán III, aunque el nombre que aparece en la inscripción es el de su hijo y sucesor Al-Hakan II.
Las trascripción de la inscripción árabe dice:
«En nombre de Dios, clemente y misericordioso,
ordenó construir esta torre Abdallah al Hakán
al-Muntasir bi -Llah, Emir de los creyentes
-al que Dios dé larga vida- por obra de su señor y
dirigente Manshud ben Naser. Se terminó
con la ayuda y apoyo de Dios, el mes de Ramadán
del año 356″
Actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional, aunque sería bueno que una de las piezas más importantes de la arqueología musulmana de Talabyra volviera al lugar de donde nunca debió salir, el muro donde ordenó instalarla Al-Hakan II. Pero mucho me temo que deberemos conformarnos con que se haga simplemente esa reproducción para que se instale de nuevo en la torre de la muralla, porque legalmente es difícil reclamarla por haber sido donada por el ayuntamiento.
Al menos en este caso no está la pieza en los sótanos del Museo de Santa Cruz de Toledo, donde yace tanto patrimonio talaverano usurpado. Como esa escultura romana de bronce de Hércules que iba a ser devuelta a Talavera «echando leches», como el AVE. Y todavía estamos esperando.
También se fortificaban los lugares estratégicos que dominaban los ríos y arroyos de nuestra comarca instalando torres, torrejones, torrecillas y atalayas distribuidas por toda la geografía comarcana. Es el caso de la torre de Alcaudete defendiendo el valle del Jébalo, de la de Navalmoralejo defendiendo la entrada del valle del arroyo Andilucha.
No vamos a entrar en una detallada descripción del recinto amurallado árabe, el que hoy conocemos como primer recinto amurallado y que tiene diferentes tipos de torres (semicirculares, cuadradas..) y puertas como el Arco de San Pedro, la de Mérida o la del Río) pero sí podemos señalar que la zona de la muralla que linda con el Tajo conserva restos en su parte occidental, junto a la Portiña, aunque los restos de las torres albarranas que se conservan en la zona de la calle de La Lechuga son ya de época cristiana. Sí se conserva un tramo de un lienzo que se sitúa junto al puente de Hierro que conserva la salida de una tarjea de probable origen romano. Entre el puente de hierro y el puente Viejo, sí que existía sin embargo una torre todavía visible en las fotosy en los grabados antiguos que se introduce en el cauce del río un poco al oeste del lagar de los jerónimos (museo Etnográfico) y que sostenía una rueda de arcaduces que elevaba el agua del río a la ciudad en época musulmana y más tarde a una huerta del monasterio jerónimo. Se trata de la puerta de Nazar, muy similar a la que todavía se mantiene en pie en Córdoba bajo el nombre de la Albolafia, era un artificio movido por la propia corriente para elevar el agua muy similar a la que había también en Toledo en la zona de Safont y que aparecía en los cuadros del Greco y que también ha sido recientemente restaurada. Si seguimos el recorrido aguas arriba nos encontramos el puente Viejo que aunque no conozcamos referencias históricas de época árabe, ya existía en época romana.
Es posible que el azud que daba agua al molino que se situaba en el primer ojo del puente sirviera también para inundar la barbacana en caso de asedio por los cristianos y que también existieran tanto la presa que alimenta a los molinos de Arriba en Palomarejos, como la que lleva la corriente a los actuales molinos de Abajo. Lo mismo sucede con los molinos y batán de Cabañuelas, de los que tenemos referencias en documentos muy tempranos posteriores a la reconquista, por lo que igual que los anteriores existirían con toda probabilidad en época musulmana.
El la torre más occidental del alcázar talaverano podemos aún hoy ver el hueco donde se encastraba una placa de mármol en la que se conmemoraba el fortalecimiento de las murallas árabes de Talabayra por Abderramán III, aunque el pueblo había querido ver en aquella inscripción con escritura cúfica otro mensaje: «Cuando el Tajo llegue aquí, Talavera ¡ay! de tí» condicionado por el temor que desde hace siglos han tenido los talaveranos por las grandes crecidas del río. Esa placa de mármol fue llevada a la Real Academia de la historia por el propio ayuntamiento a petición del erudito decimonónico Luis Jiménez de la Llave privando de este importante elemento histórico y arqueológico a la ciudad, aunque hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional
Muy cerca de allí estaba la fuente que daba nombre a la actual Ronda del Cañillo, fuente que es también muy probable que condicionara la instalación aquí del alcázar árabe por facilitar el abastecimiento de agua potable y no en zonas más elevadas como por ejemplo la cuesta de San Clemente. Esa fuente se denominó durante algún tiempo fuente de Tetuán, no por ninguna causa de época musulmana sino por hechos de las guerras del norte de -Africa en el siglo XIX.
Otro hecho curioso para reseñarlo es el gran parecido que tiene el perfil ribereño de nuestra ciudad con la propia Córdoba, capital del Califato, de la que Talavera fue siempre aliada con sus tropas bereberes contra la levantisca Toledo. En Córdoba incluso había una puerta de Talavera al norte de su casco antiguo que daba nombre a la salida de la ciudad hacia Talabayra, la ciudad que los propios árabes llamaban «la ciudad más al norte de Al-Andalus, en la frontera con los politeÍstas» es decir con los cristianos, que eran llamados así por los musulmanes por creer en la Trinidad y en los santos.
Ese perfil con el puente romano en los dos casos, los molinos varados en el río, la albolafia o la rueda de la torre de Nazar y los perfiles de la colegial y su catedral con el edificio de San Prudencio con gran parecido con las torres cordobesas de la catedral-mezquita.
El acceso principal se realizaba por una doble escalinata de piedra mientras que un postigo, en la parte opuesta, daba acceso al río. Entre sus dinteles y sillares se hallaron numerosas lápidas sepulcrales romanas. La planta del alcázar es rectangular con unas dimensiones aproximadas de 86×64 metros. Las excavaciones realizadas a la puerta de la alcazaba demostraron la existencia de un habitat tardorromano anterior de cierta importancia.
La primera referencia al Tajo aparece en las crónicas árabes en un episodio que se produce al inicio de la invasión musulmana cuando se produce cerca de nuestro río el encuentro entre Muza, que ordena desde el norte de África la invasión de España y su lugarteniente Tarik, el jefe de sus tropas y esclavo liberado por el propio Muza. Ese encuentro aparece en algunas crónicas como sucedido en Talavera y en otros estudios aventuran la posibilidad de haberse producido el encuentro más bien en la zona de Albalat, asentamiento árabe cercano al puente de Almaraz, aguas abajo de Talavera.
En dicho encuentro que también aparece en relatos literarios como en las Crónicas Moriscas de Washington Irving: «tan pronto como Tarik supo que Muza se aproximaba a la ciudad, salió para encontrarlo en Talavera, acompañado muchos de sus más distinguidos compañeros de armas, llevando consigo una recua de caballos y mulas cargados con un gran botín, mediante el cual pensaba conciliar el favor de su jefe…Así pues, cuando Tarik estuvofrente a él, Muza lo observó durante unos instantes con severo e indignado semblante.¿Por qué has desobedecido mis órdenes?…
He procedido de esa forma -le replicó Tarik- porque pensé que así serviría mejor la causa del islam y colmaría tus deseos. Cuanto he realizado ha sido en calidad de servidor tuyo. Contempla tu parte como comandante en jefe que eres del botín que he reunido
Así diciendo descubrió el inmenso tesoro en oro y plata y costosas blancas y piedras preciosas que traía.
Cuentan algunos cronistas que Muza golpeó a Tarik con su látigo y lo destituyó, aunque luego hubo de restituirle en su puesto por orden de Damasco. Entre las riquezas que Tarik presentó a Muza cuentan otras leyendas que se encontraba la mítica mesa del rey Salomón la mayor joya conocida por sus metales y piedras preciosas que el general musulmán arrebató a los reyes godos de Toledo.
También los viajeros árabes nos dejaron descripciones de nuestra ciudad en la que aparecen algunos aspectos relacionados con los ríos y el agua. es el caso de la descripción que hace de Talabayra el geógrafo Al-Idrisi:
Talavera es una gran villa construida en la orilla del Tajo; el castillo está perfectamente fortificado y la villa es notable por su belleza, extensión y la variedad de sus producciones. Los bazares son dignos de verse y las casas están agradablemente dispuestas. Un gran número de molinos se elevan sobre las aguas del río. Capital de una provincia importante, Talavera está rodeada de campos fértiles. Sus barrios son hermosos y antiguos y se encuentran allí monumentos de remota antigüedad. Está situada a setenta millas de Toledo. La villa de Toledo, al oriente de Talavera, es una capital no menos importante.
Esos molinos de los que habla este cronista son los mismos sobre los que más tarde se asentarían los actuales. Se trata de aceñas, los grandes molinos de rueda vertical que iremos viendo a lo largo del río con sus característicos tajamares entre los que se sitúa la rueda que luego, mediante el cambio del movimiento vertical en horizontal mediante un engranaje conseguía mover las piedras. Todavía no se habían extendido los molinos de cubo en los pequeños ríos y las venerables aceñas centralizaban toda la molienda.
También se nos habla de los baños árabes de Talavera donde todavía nos queda una referencia en la calle del Baño. Estas y otras instalaciones balnearias eran las herederas de las romanas y la cultura musulmana les las desarrolló en todas sus ciudades, como es el caso de los baños cuyos restos permanecen todavía en pie en el arroyo de la Mora en la ciudad de Vascos.
Los árabes desarrollaron toda una cultura del agua de la que por ejemplo en el idioma castellano nos han quedado numerosas palabras que sería largo enumerar pero entre las que podemos poner como ejemplo la propia aceña, el azud o presa, acequia, albañal, aljibe, noria…
También podemos encontrar numerosos rastros del árabe en la toponimia de nuestros ríos y arroyos, como es el caso del Alberche, Guadyerbas, Guadalupejo, Gualija, Guadarranque, Albaladiel, Guadmora,palabras todas ellas de origen musulmán, aunque algunas como Guadhierbas ya son mixtas pues contiene elementos árabes -guad y castellano -hierba como el de algunas huertas y parajes de nuestra vega como Aldahui, Alijar, Aflejes, Alcoba, Alija, Allozar, Mencachón (Ben-Cachón), Allozar, Almofrague, Baharil.O pueblos como Alcaudete, «Nava-Almorcuende», Alía, Azután,Garvín, Alcolea, Mohedas o Marrupe, que para algunos significa «masar-ar-rubait» o «molino de la pequeña rápita», otro topónimo acuático etc.
Muchas de esas palabras también están condicionadas por la fuerte presencia de la población mozárabe en la zona, cuya prueba más importante es que después de la reconquista a esa población se le permitió en Talavera seguir rigiéndose por el Fuero Juzgo, la antigua normativa de esos cristianos arabizados culturalmente que vivían en territorio musulmán.
Otro de los elementos de la herencia musulmana están relacionados con las murallas de una ciudad como Talavera, capital, como dice Al Idrisi, de una provincia importante, un «iqulim» o comarca que era independiente de Toledo y tenía su propio gobernador y su juez o cadí cuya población dependía de Talabayra, ciudad con una gran importancia estratégica pero que se hallaba en un llano, junto a un río y que por tanto el mismo debía formar parte de su sistema defensivo, además de las murallas que los árabes hicieron mayores y más fuertes.
Es conocido que para hacer más difícil el asalto a la ciudad en el recinto amurallado ribereño se dispuso que un azud desviara el agua del río para inundar la barbacana bajo las murallas y que así se defendiera mejor la ciudad. El problema es que con toda probabilidad ya existía entonces la presa de los molinos de Abajo reteniendo el agua para mover las aceñas y que cuando en cierta ocasión se asediaba la ciudad, bastó con romper esa presa para que bajara el nivel de las aguas y así poder asaltar Talavera con mayor facilidad.
Estos ripios son el texto del Romance del Caballero Cornudo que sirvió como guión del primer romance de ciego ilustrado editado por la Asociación de Vecinos de San Jerónimo. Se basa en una leyenda medieval que, aunque tiene varias versiones, parece que tuvo algo de verdad y que veremos en otra entrada de este blog.
Hace ya casi mil años
esta historia comenzó.
En Ávila la bien cercada
un caballero vivió
que se llamaba Nalvillos
bravo guerrero se armó
luchaba contra los moros
multitud de ellos mató
Su mujer era muy bella,
verán lo que la ocurrió:
El día de San Lorenzo
cuando iba de procesión
el moro de Talavera
prisionera la cogió,
la trajo para esta villa
En su alcázar la encerró
Pasó gran dolor esos días
y Nalvillos decidió
ir a salvar a su hembra,
a sus caballeros llamó
con cincuenta de ellos vino,
en la atalaya paró,
ocultar a los caballos
y esconderse les mandó
Si oyerais mi bocina
acudid en mi favor
Se viste de campesino
y a Talavera marchó
cortando un poco de hierba
venderla bien simuló
pasando así la muralla
y al alcázar se llegó
Su mujer por la ventana
muy pronto le divisó
y le hizo subir luego
al palacio con temor
podría llegar pronto el moro
y causarle gran dolor
¡Ay¡ ya gritan en la guardia
que llega el gobernador
La mujer del gran Nalvillos
le manda muy azorada
que se esconda en un baúl.
Entra el moro y la casada
en el lecho con él yace,
él la goza muy turbada
pues Nalvillos les escucha
mientras ella es bien amada
por ese perro traidor
Después de la cabalgada
ella queda muy ardiente
muy vencida y entregada
y en voz baja va y le dice
Mohamed toma tu espada
pues yo te voy a entregar
al que antes de la alborada
seguro vas a matar,
Que se trata de Nalvillos
Tu enemigo más mortal
Si me cubres de riquezas
yo te lo he de entregar
que se esconde en ese cofre
pues me vino a rescatar
Si es cierto, responde el moro,
yo te habré de regalar
y la mitad del tesoro
de Talabira tendrás
El jeque llama a la guardia
Preso Nalvillos ya está
y al jeque que le pregunta
cómo cree que morirá
Nalvillos bien le responde
lo que ahora escucharás:
Si en su misma tesitura
él se hubiera de encontrar
que en la montaña más alta
y cercana a la ciudad
él le habría de matar
quemándole muy bien luego
en una hoguera infernal
Tienes razón dice el moro
y así lo haré sin tardar
vayamos a la atalaya
y acabemos esto ya
Tocando las chirimías
Suben los moros gozosos
Pero al llegar a la cumbre
Ya no están tan jubilosos
Nalvillos tocó la bocina
y los cristianos furiosos
salieron de su escondite
Y a los moros temerosos
hicieron gran mortandad
yendo luego victoriosos
A conquistar Talabira
Mil tesoros muy hermosos
como botín se llevaron
y al árabe presuntuoso
junto a su amante traidora
el Nalvillos muy celoso
vivos los mandó quemar
Vosotros que esto escucháis,
aprended bien la lección:
Cuernos a nadie perdonan
Ni al noble ni al pobretón
y sólo entran por las puertas
de lado, de frente no
pues se lo impiden las astas,
este cuento se acabó.
Miguel Méndez-Cabeza Fuentes
Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes
Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR