LEYENDA DEL CABALLERO CORNUDO
Estos ripios son el texto del Romance del Caballero Cornudo que sirvió como guión del primer romance de ciego ilustrado editado por la Asociación de Vecinos de San Jerónimo. Se basa en una leyenda medieval que, aunque tiene varias versiones, parece que tuvo algo de verdad y que veremos en otra entrada de este blog.
Hace ya casi mil años
esta historia comenzó.
En Ávila la bien cercada
un caballero vivió
que se llamaba Nalvillos
bravo guerrero se armó
luchaba contra los moros
multitud de ellos mató
Su mujer era muy bella,
verán lo que la ocurrió:
El día de San Lorenzo
cuando iba de procesión
el moro de Talavera
prisionera la cogió,
la trajo para esta villa
En su alcázar la encerró
Pasó gran dolor esos días
y Nalvillos decidió
ir a salvar a su hembra,
a sus caballeros llamó
con cincuenta de ellos vino,
en la atalaya paró,
ocultar a los caballos
y esconderse les mandó
Si oyerais mi bocina
acudid en mi favor
Se viste de campesino
y a Talavera marchó
cortando un poco de hierba
venderla bien simuló
pasando así la muralla
y al alcázar se llegó
Su mujer por la ventana
muy pronto le divisó
y le hizo subir luego
al palacio con temor
podría llegar pronto el moro
y causarle gran dolor
¡Ay¡ ya gritan en la guardia
que llega el gobernador
La mujer del gran Nalvillos
le manda muy azorada
que se esconda en un baúl.
Entra el moro y la casada
en el lecho con él yace,
él la goza muy turbada
pues Nalvillos les escucha
mientras ella es bien amada
por ese perro traidor
Después de la cabalgada
ella queda muy ardiente
muy vencida y entregada
y en voz baja va y le dice
Mohamed toma tu espada
pues yo te voy a entregar
al que antes de la alborada
seguro vas a matar,
Que se trata de Nalvillos
Tu enemigo más mortal
Si me cubres de riquezas
yo te lo he de entregar
que se esconde en ese cofre
pues me vino a rescatar
Si es cierto, responde el moro,
yo te habré de regalar
y la mitad del tesoro
de Talabira tendrás
El jeque llama a la guardia
Preso Nalvillos ya está
y al jeque que le pregunta
cómo cree que morirá
Nalvillos bien le responde
lo que ahora escucharás:
Si en su misma tesitura
él se hubiera de encontrar
que en la montaña más alta
y cercana a la ciudad
él le habría de matar
quemándole muy bien luego
en una hoguera infernal
Tienes razón dice el moro
y así lo haré sin tardar
vayamos a la atalaya
y acabemos esto ya
Tocando las chirimías
Suben los moros gozosos
Pero al llegar a la cumbre
Ya no están tan jubilosos
Nalvillos tocó la bocina
y los cristianos furiosos
salieron de su escondite
Y a los moros temerosos
hicieron gran mortandad
yendo luego victoriosos
A conquistar Talabira
Mil tesoros muy hermosos
como botín se llevaron
y al árabe presuntuoso
junto a su amante traidora
el Nalvillos muy celoso
vivos los mandó quemar
Vosotros que esto escucháis,
aprended bien la lección:
Cuernos a nadie perdonan
Ni al noble ni al pobretón
y sólo entran por las puertas
de lado, de frente no
pues se lo impiden las astas,
este cuento se acabó.
Miguel Méndez-Cabeza Fuentes