Los pueblos que pasaron por El Tiemblo fueron dejando muestras de sus culturas desde la prehistoria, una de cuyas huellas más significativas son los llamados Toros de Guisando, de los que hablaremos en otro capítulo y que también por sus inscripciones demuestran la presencia romana. La época de los visigodos nos dejó como muestra de su paso una necrópolis de “lucillos” o sepulcros labrados en la piedra en el lugar de Valdepalomas, y ya desde la Edad Media hay documentos que nos hablan de El Tiemblo como aldea.
Así, en el siglo IX nos cuentan las crónicas que pasaron por aquí las reliquias de Santa Leocricia y San Eulogio. En el siglo X aparece el pueblo por primera vez con el nombre de “Trémulo” en latín, y en el siglo XI, en plena reconquista de la zona, pasan por aquí con sus tropas Alfonso VI y Alfonso VII, repoblándose después el territorio con gentes venidas del norte de la península. El monasterio jerónimo del cerro Guisando es obra del siglo XIV. En el siglo XV, El Tiemblo adquiere la condición de villa y en el XVI está documentado el paso por aquí de Santa Teresa y Felipe II.
El pueblo de El Tiemblo cuenta con algunos elementos patrimoniales de interés como es la ermita de su patrón, San Antonio de Padua, un edificio de dimensiones considerables de estilo barroco, levantada en granito y adornada por curiosos pináculos. En el interior es curioso observar los cuadros que relatan diferentes milagros del santo en la localidad. La iglesia parroquial fue construida entre los siglos XV y XVI y cuenta con dos esculturas de interés artístico. Delante de la ermita se encuentra un esbelto crucero del siglo XVIII, aunque también podemos ver en el pueblo otro más antiguo llamado de San Sebastián.
Otros dos edificios de interés de estilo neomudéjar son el matadero y las escuelas, ambos de principios del siglo XX. Desde el punto de vista etnográfico debemos hacer reseña de la industria artesanal de elaboración de tinajas, uno de cuyos hornos ha sido rehabilitado, y también el pozo de nieve que se sitúa cerca del Castañar.
En el río Alberche debemos señalar puentes como el de Valsordo y el de Santa Yusta además del molino del Arca de Piedra entre otros. Hay dos puentes medievales en la garganta de la Yedra, los llamados de la Casilla y el Pasil y bajo las aguas del embalse del Charco del Cura se encuentra el puente de la Ladera.
En el próximo capítulo conoceremos el famoso castañar de El Tiemblo.