Veíamos en la entrada anterior la descripción de la vivienda en término de Calera durante el siglo XVI. Falta decir que según el historiador Noel Salomon, en aquella época los términos de Talavera y Calera eran los mayores productores de cereales de nuestro entorno.
Ello condicionó los edificios que fueron levantándose en el pueblo, pues se hacía necesario que se dotaran de corrales, pajares, cuadras y otras dependencias necesarias para el ganado de tiro que cultivaría tan buenas tierras y para el almacenaje de aperos, carros, paja y grano. De hecho es curioso cómo en el libro de Moreno Nieto se habla en 1960 de que se consume en sus chimeneas leña de encina y paja.
En 1960 ya se alude al empleo, no sólo del ladrillo macizo o «de era», sino que ya se emplea también el ladrillo hueco, especialmente en los secaderos que se hacen necesarios para las labores del tabaco de los regadíos: «Las casas construidas con adobe y ladrillo hueco, tienen la fachada enjalbegada. La cocina es de lumbre baja, está provista de campana y como combustible se utiliza leña de encina y paja.
En el corral anejo a la casa se hallan las cuadras, sobre las que están situadas los pajares y soportales para los carros y aperos de labranza, el gallinero, la zahurda etcétera. El tejado dispuesto a tres o cuatro aguas es de teja árabe. Los suelos son de baldosas o baldosín de cemento. Casa y corral tienen entradas independientes.»
La evolución natural de los antiguos materiales de adobe hacia el ladrillo hace que primero se vayan reforzando los muros de adobe o tapial con machones e hiladas de ladrillo para finalmente construirse con ladrillo completamente.
Mención aparte merecen ciertos aspectos de los materiales más característicos de esta localidad. En primer lugar el barro de Calera, que no olvidemos era de tal calidad que desde Talavera venían los ceramistas a por elbarro para sus cacharros por el llamado camino del barro, atravesando la vega. La cal, baste decir que la lleva Calera hasta en el nombre y por último, las tejas, pues es conocida en la comarca la calidad de las tejas que se cocían en los tejares caleranos, de tonos claros pero muy resistentes, pues se dice que si hombre se sube sobre sus bordes y se balacea sobre ellas, no se romperán.
Esas grandes dehesas y propiedades dejan su huella en algunos edificios de mayor empaque por ser de dueños más pudientes. Hay labranzas en las dehesas circundantes y viviendas en el casco con empleo de balcones y rejería y mayores volúmenes y huecos.
Podemos ver también algún edificio con influencia de la arquitectura de La Jara con el enmarcado de los huecos de las fachadas y arcos de medio punto rebajados en puertas y ventanas.
También comentaremos los viejos rótulos de algunas de las calles en azulejo del siglo XIX y el enlosado de granito en algunas de las calles principales que se debería conservar.
Me gustaría saber si el ejemplo incluido de grandes labranzas, es el de la finca El Alojar.
Lo de la resistencia de las tejas es cierto, pero no es una exclusiva. Las que hacía mi tío en Puente del Arzobispo también superaban esa prueba.
Sí, es una de las que están en su ámbito
Esta puerta es de la casa de mis abuelos, esta en la calle del palenque, buenos recuerdos