SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

San Juan Bautista en azulejería del siglo XVI en Piedraescrita

Es considerado el último profeta y el precursor del Mesías que anuncia su llegada. Se considera también por ello como el vínculo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Fue predicador, llevaba vida ascética en el desierto y bautizaba en las aguas del Jordán a aquellos que venían a él en actitud de penitencia. Los datos que a través del evangelio se conocen sobre el Bautista son escasos, aunque también habla de él el historiador Josefo y el Corán. Es incluso venerado en Irak por los mandeos que le consideran el mayor de los profetas y fundador de su religión

Una de las escenas de su vida más representadas es el anuncio a su padre Zacarías de su nacimiento, otra de ellas muestra el momento en que su madre Isabel, prima de la Virgen, sabe por inspiración divina que su hijo será Juan. Otro momento apócrifo de su vida es en el que aparece él y su familia huyendo al desierto y en otra escena acompañando a la Sagrada Familia. A veces aparece como uno de sus símbolos un panal, ya que según el evangelio se alimentó en el desierto de miel y saltamontes.

San Juan Bautista bautizando a Cristo en azulejería talaverana del siglo XVI enPiedraescrita

Otros momentos relacionados con la vida del santo son la Visitación de la Virgen a su madre Santa Isabel y el bautismo de Cristo, representado en la ermita de Velada y en Piedraescrita, iglesia que como veremos cuenta con la más variada iconografía del santo. También ha sido pintada en muchos casos Salomé con la cabeza del bautista sobre una bandeja o simplemente la cabeza expuesta. En Piedraescrita aparece en el momento en que va a ser decapitado y Salomé aguarda con la bandeja para recoger la cabeza, como podemos ver en la imagen adjunta.

Juan recrimina a Herodes Antipas su unión incestuosa con la esposa de su hermano Herodías. Se trata de Salomé que, para convencer a Herodes de que tome venganza contra el Bautista, baila ante el rey consiguiendo que ordene cortar la cabeza al profeta.

Decapitación de San Juan bautista en la iglesia de Piedraescrita en un panel del siglo XVI

Pero la imagen más habitual del santo es como la que puede verse en un panel de azulejos de la ermita de la Virgen del Prado. Está situado junto a la entrada de la fachada norte, al final de los paneles sobre la genealogía de Cristo. Suele aparecer vestido con una piel de pelo de camello y con aspecto demacrado y macilento, y además acompañado del cordero crucífero, el Agnus Dei con la cruz de báculo largo con travesaño corto que es símbolo de su profecía en el momento en que dice al bautizar a Jesús: “He aquí el cordero de Dios”. Está representado así también en uno de los pequeños paneles que se encuentran sobre las columnas del pórtico, además de en la ermita de Cervera, en la iglesia de Lanzahita o en la de Piedraescrita. Otros símbolos suyos son el libro que lo acredita como profeta y la concha del bautismo. Los baptisterios de muchas iglesias están dedicados a él por su vinculación al bautismo.

Panel de azulejos del siglo XVI enmarcado en ferronerie situado en el pórtico de la ermita de la Virgen del Prado

En Candelada aparece siendo un niño en compañía de su padre Zacarías

Es el único santo del que la iglesia celebra su nacimiento, junto a la Virgen y Jesucristo, concretamente el 24 de Junio. Es fecha llena de rituales paganos precristianos por ser el día del equinoccio de verano. Por ejemplo, el que hacía que antiguamente se quemaran ese día los animales muertos para que los dragones no aumentaran su voluptuosidad y no arrojaran su semen sobre la tierra, lo que causaba grandes mortandades y de ahí las hogueras que se encienden ese día.

Azulejería del siglo XVII que representa a San Juan Bautista en la ermita del Prado de Talavera

Es protector contra la epilepsia, las enfermedades infantiles, los espasmos, el vértigo, el granizo, el temor y el delirio del baile, así como también es patrono de arquitectos, toneleros,  peleteros, guarnicioneros y talabarteros

Panel de azulejos en un frontal de la iglesia de Lanzahita que representa a San Juan Bautista con el Agnus Dei

DESTROZANDO EL PERFIL DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

EL PERFIL PERDIDO DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

Postal de camino con el viejo perfil del río en el que se ven torres desaparecidas de varias iglesias

Cuando hace unos días conocí el nuevo bodrio que se quería perpetrar en Talavera urbanizando la zona entre el claustro de la Colegial y la Ronda del Cañillo , incluido  un aparcamiento que pueda afectar a los restos arqueológicos sin duda prometedores de la zona, pensé que se da con ello la puntilla a ese hermoso perfil urbano y fluvial de nuestro Tajo a su paso por la ciudad.

Otra vista con las antiguas viviendas de una planta

Siempre he defendido que su histórico perfil es lo más parecido que existe al de la ciudad de Córdoba con su Guadalquivir,  su puente, romano, su muralla, el remate octogonal en la cúpula tanto de los jerónimos de nuestra ciudad como  de la catedral de la ciudad de los califas, a la que siempre fue leal Talabyra en contraposición con Toledo siempre levantisca contra el califato. Hasta tenía Talavera un paralelismo con Córdoba en la albolafia, la gran rueda movida por el río que tenía su semejante en otra rueda de arcaduces que nuestra ciudad tenía en la llamada torre de Nazar, aproximadamente frente a las dependencias actuales de Correos en ronda del Cañillo.

Perfiles urbanos de Talavera y de Córdoba

Todavía conservamos algunas imágenes de gran valor sobre este perfil Talaverano, que por otra parte es el que han pintado o retratado con más frecuencia los viajeros que han pasado por nuestra ciudad. En primer lugar, el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI en el que todavía vemos la mayor parte de las torres de las murallas y muchos tramos de sus lienzos,  y la torre de Nazar. Otros dibujos nos ayudan a visualizar ese perfil con elementos perdidos como la puerta del Río. Algunos están demasiado idealizados o son más tardíos, como aquellos del siglo XVIII en los que aparece la casa de la Hilanza de las Reales Fábricas de Seda.

Dibujo de Enrique Reaño sobre foto de Clifford del siglo XIX

La fotografía de Clifford, la más antigua de Talavera, representa también ese perfil y en él se pueden visualizar todavía torres de iglesias hoy desaparecidas como la de San Pedro, Santa Leocadia o San Clemente.

Varias fotografías de Ruiz de Luna son valiosísimos testimonios de la antigua belleza de esa parte de nuestra ciudad con las murallas lamidas por el río y las torres de la muralla que aún se conservaban en buen estado en los años 20 del pasado siglo.

Fotografía de Ruiz de luna de principios de siglo con la muralla lamida por el Tajo

El perfil se mantiene  hasta los años 60, cuando todavía se conservaban las pintorescas casitas de una sola planta que deberían haber mantenido sus alturas de un solo piso permitiendo así que se percibieran los arbotantes y los muros de la Colegial y los claustros de San Jerónimo y la mal llamada Casa de los Canónigos que también estamos consiguiendo destruir por perpetuo abandono.

Los restos de muralla no se reconstruyeron, sino que se convirtieron en la Ronda del Cañillo cuando sobre ellos echaron toneladas de escombros sin buscar alternativas a ese trazado.

En los años 70 se construye el primer petardo de horroroso ladrillo visto que se levanta con sus cinco plantas a mayor gloria de la fealdad y deterioro de un perfil histórico que debería haberse mantenido. Junto a él se ha erigido otro monumento al disparate con ese viejo truco de construir un piso más simulando que son áticos para mayor beneficio de promotores y con las autoridades urbanísticas mirando para otro lado. También es de dudosa estética el bloque que hace esquina en la rotonda frente al puente de Hierro.

Edificio de 5 alturas que se eleva junto al río tapando la Colegial

Pasamos así con la connivencia de sucesivos ayuntamientos de diferente color a destrozar ese perfil que debería ser seña de identidad de Talavera.  Hay otros petardos que podríamos reseñar como la ferralla pintada de minio gris que asoma como monstruo férreo por encima de los muros del museo etnográfico, en el que tambiénse  podría haber restaurado el muro de ladrillo junto al panel de cerámica de los pescadores, más parecido a la cerca de una cuadra que a la de un museo.

Otro de los edificios de escaso gusto estético que desentona con el perfil urbano de Talavera

En fin, como siempre el dinero y el mal gusto han vencido sobre el necesario cuidado que se debe tener con el patrimonio de una ciudad que, siendo la segunda en patrimonio de Castilla-La Mancha, podría ser mucho más hermosa y atrayente para los vecinos y turistas pero como siempre, no hay nadie al volante.

La ferralla del museo sobresale por encima del deteriorado y feo muro del museo

EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

Nuevo capítulo de mi libro agotado»Los Molinos de Agua de la Provincia de Toledo» en el que comenzamos a conocer la maquinaria de los molinos

Interior de un molino en Almendral de la cañada sobre la garganta Torinas
Interior de un molino en Almendral de la cañada sobre la garganta Torinas

Hasta ahora hemos ido conociendo la tipología molinera en función de las presas, los canales y los receptores hidráulicos pero, ya en el interior del molino, los elementos básicos son comunes a todas las formas descritas, con la excepción ya comentada de los engranajes necesarios para transformar en horizontal el movimiento vertical en el caso de las aceñas y en el de las ruedas gravitatorias. Vamos a referirnos a los molinos de agua tradicionales, ya que si nos introducimos en el mundo de las fábricas de harina, la complejidad tecnológica de las maquinarias nos haría entrar en el campo de la arqueología industrial más que en el de la etnografía (Foto 11). Seguir leyendo EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

EL TAJO COMO CLOACA MEDIEVAL

EL RÍO COMO CLOACA MEDIEVAL

Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro
Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro

Ya hemos comentado las normas para evitar en lo posible las molestias de los vertidos de la pescadería, pero en la Edad Media, como ahora, el río era el destino de toda la suciedad de la población. El carnicero y los triperos también tenían un lugar determinado para arrojar sus desperdicios, “logar donde vazíe los vientres e tripas de las reses e ganados…que sea sin perjuicio”

Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad
Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad

Las tenerías eran los lugares donde se curtían las pieles, una actividad muy sucia y maloliente que también se situaba en general en las cercanías del río. Podemos ver todavía las que se conservan en el actual museo etnográfico, que fue lagar de los jerónimos posteriormente, otra actividad también sucia que se situaba junto a las corrientes para arrojar los alpechines. Los cueros se debían lavar de la desembocadura “de la Portiña Ayuso”, es decir en la zona entre el actual instituto Ribera del Tajo y la Universidad.

Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969
Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969

A finales del siglo XV se escribe La Celestina por el que luego sería alcalde de Talavera, Fernando de Rojas, y para los que gustamos de imaginar a Talavera como escenario de la obra universal hay dos pasajes con referencias fluviales que nos lo sugieren: Dice Pármeno cuando habla de Celestina: “Tiene esta buena dueña al cabo de la ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, una casa apartada, medio caída, poco compuesta y menos abastada” Como acabamos de ver, junto a las riberas del Tajo se encontraban entre otras las tenerías de los jerónimos. Otro pasaje de La Celestina habla de que desde una torre, que podía ser cualquiera de las albarranas, entre las cuales Rojas disfrutó concretamente de la torre cercana al Arco de San Pedro, se observaban los “navíos del río”. Y sabemos que hasta mediados del siglo pasado había en Talavera pescadores fluviales.

Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas
Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas

También a finales de la Edad media hay referencias a la suciedad de las calles talaveranas y a los albañales que discurrían por las calles de Talavera y a los que hacen referencia muchos de los viajeros que pasaron por aquí. Cuando corrían todas acababan en el Tajo, en La Portiña o en lagunas absolutamente insalubres que se formaban en diferentes lugares de la villa.

LOS HOSPITALES DEL CAMINO DE GUADALUPE

LOS HOSPITALES DEL CAMINO DE GUADALUPE

Portada de la iglesia del monasterio de Guadalupe
Portada de la iglesia del monasterio de Guadalupe

Tenemos muy cerca el segundo camino histórico de peregrinación de la península, el Camino de Guadalupe.
Todo el territorio por el que discurría pertenecía a las Antiguas Tierras de Talavera. El mismo solar del monasterio y del caserío de la Puebla de Santa María de Guadalupe se encontraba en el alfoz talaverano y el concejo de la entonces villa del Tajo mantuvo numerosos pleitos jurisdiccionales con el poderoso cenobio protegido por los reyes desde su fundación en el siglo XIV por Alfonso el Onceno. La Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera vigilaba los caminos de peregrinación e incluso hasta el siglo pasado, el día ocho de Septiembre, día de la feria de Guadalupe, asentaba esta institución su tienda y su pendón a las afueras de La Puebla para demostrar así la jurisdicción que tenía sobre esas tierras.
En la división provincial del siglo XIX, tan nefasta para los intereses talaveranos, se desgajó de su extenso alfoz la parte de la comarca de La Jara y los lbores donde hoy, paradojas de la historia, se asienta el más paradigmático símbolo de Extremadura, la Virgen de Guadalupe. A través de Talavera discurría el camino por el que viajaban miles de fieles.Desde los más humildes que pretendían la curación de alguna enfermedad, hasta príncipes y prelados que deseaban visitar el monasterio famoso en toda Europa.
Una de las pruebas que aportan los defensores de Talavera como escenario en el que se inspiró Fernando de Rojas para el desarrollo de su tragicomedia de Calixto y Melibea, es la referencia en el texto a una expedición del embajador francés en peregrinación a Guadalupe. Ni Sevilla ni Salamanca, las otras dos ciudades propuestas como escenario para las andanzas de la vieja alcahueta, están situadas en el camino natural de Guadalupe y sin embargo sí está documentado el viaje de dicho embajador y su paso por Talavera a finales del siglo XV. En la Ciudad de la Cerámica existían numerosos hospitales que daban asistencia no solo a los peregrinos sino también a los muchos vagabundos y transeúntes que pasaban por ella, que siempre fue nudo de comunicaciones en el eje Toledo-Mérida y entre las mesetas norte y sur.

Hospital de la Misericordia de Talavera, hoy centro cultural Rafael Morales
Hospital de la Misericordia de Talavera, hoy centro cultural Rafael Morales

El más importante de esos hospitales fue el de la Misericordia fundado en el siglo XV por Hernando de Alonso, visitador del arzobispo Carrillo. La institución,cuyo edificio todavía puede verse en la Plaza del Pan y acoge hoy día el centro cultural Rafael Morales, daba asistencia a todos los pobres que lo solicitarán, los sanos por una sola noche «e otro día que vayan donde Dios los ayudare»; los enfermos, sin embargo, podian permanecer hasta que «sanen o fallescan”.
Las dolencias con las que más frecuentemente se ingresaba eran el paludismo,endémico en Talavera y todo el Campo Arañuelo, las gastroenteritis, cuyos enfermos tenían asignados la ropa y los colchones viejos ya que la diarrea «los pudría”.También ingresaban todas las enfermedades compañeras de la miseria y la inanición como las úlceras de las extremidades, patología respiratoria, parasitosis o alcoholìsmo.
En un plano del siglo XIX, podemos observar que en la planta baja se situaban los dormitorios, comedor y un patio exclusivos para los niños; el depósito de cadáveres,el «depósito de inmundicias” y el almacén de ropas y de camillas. El lavadero y tendedero para la ropa de los enfermos, fregadero de sus utensilios, despensa, cuarto para la bomba de incendios y «cuarto de locos». La vivienda del portero se encontraba en el sótano. En la planta superior estaba la sala de cirugía o de San Miguel,la enfermería de hombres o de los Santos Mártires y la de mujeres o de Nuestra Señora del Prado. Alacenas, cocina, refectorio,cuarto de cofres y la capilla eran, junto a las dependencias de las monjas,otras de las habitaciones de este hospital.

Hospital de Puente del Arzobispo, hoy residencia de ancianos
Hospital de Puente del Arzobispo, hoy residencia de ancianos

Retomamos nuevamente el camino de Guadalupe y llegamos a Puente del Arzobispo. La fundación del pueblo y la construcción de su magnífico puente medieval están indisolublemente unidas a la peregrinación guadalupana.
Cuenta la tradición que viendo los trabajos y peligros que los peregrinos debían acometer para cruzar el Tajo, el arzobispo Tenorio ordenó construir el puente. Otra leyenda nos dice que él mismo sufrió un pequeño accidente al vadearlo en una barca y perdió su anillo, prometiendo que si volvía a su poder edificaría un puente. Ese mismo día, cuando le sirvieron un magnífico barbo para comer halló en su interior el anillo cumpliendo por ello su promesa.
La construcción del puente se vio acompañada de la de un hospital que acogería a todos los pobres y peregrinos de paso para Guadalupe. Se financiaba de las rentas que los ganados trashumantes dejaban al cruzar el puente y de unos molinos de agua propiedad también del arzobispo. El edificio del antiguo hospital se conserva todavía en la plaza del pueblo,es un edificio de aparejo toledano con buena rejería que aloja hoy día una residencia de ancianos. También puede visitarse el curioso edificio de los molinos que financiaban la institución hospitalaria, los mas potentes del río Tajo.
El camino más utilizado durante la edad media continuaba después hasta El Villar del Pedroso. Se mantiene en pie todavía en esta localidad el antiguo hospital en la calle principal, claramente alineada con el camino de Guadalupe. Es un edificio gótico fundado también, como el de la Misericordia de Talavera, por Hernando de Alonso que antes de ser visitador y clérigo en Talavera, fue párroco de esta villa.
Todavía se conserva en su fachada la placa con una inscripción que hace referencia a su fundación. Frente a este edificio se mantiene la hospedería para los peregrinos sanos y destinada a casa parroquial en la actualidad.

Placa fundacional del hospital de Villar del Pedroso
Placa fundacional del hospital de Villar del Pedroso

Desde El Villar del Pedroso subimos el puerto de Arrebatacapas donde debe detenerse el viajero. Todavía hoy, la visión de aquellas soledades es sobrecogedora. Los valles del Gualija y los Guadarranques con su extrema soledad y despoblación fueron desde antiguo lugar frecuentado por bandidos y contrabandistas. No olvidemos que en estos parajes comienzan sus andanzas los golfines, una de las primeras manifestaciones de un fenómeno tan hispano como es el bandolerismo. Lo agreste de la naturaleza de la zona hacía todavía más peligroso deambular por aquellos lugares de monte fragoso que escondían hasta hace poco manadas de lobos y donde, hasta finales del siglo XVIII,estuvo constatada la presencia de osos.

Hospital del Obispo en el camino real de Guadalupe
Hospital del Obispo en el camino real de Guadalupe

Todo ello, unido al peligro de los fríos y las nevadas invernales, movió a Diego Muros, un obispo canario, a dotar de medios a un hospital situado entre los robles de aquellas sierras y que se conoce como el Hospital del Obispo, aprovechando el edificio de un antiguo refugio de caza de Pedro El Cruel. En los años cuarenta se destinó a cuartel de la Guardia Civil para la represión de los maquis, que también escogieron estas sierras para el desarrollo de su guerrilla antifranquista. Actualmente es propiedad privada y se encuentra en restauración aunque pueden observarse la capilla gótica y las dependencias propiamente hospitalarias. Se sitúa en un paraje de gran amenidad donde el peregrino puede refrescar sus pies y su garganta en una fuente de agua fresca.

Uno de los hospitales de Guadalupe se estaba eb parte de las dependencias del actual Parador Nacional
Uno de los hospitales de Guadalupe se estaba eb parte de las dependencias del actual Parador Nacional

El gran numero de visitantes que atraía el Monasterio de la Virgen de Guadalupe hacía necesaria la construcción de hospitales que alojaran,no sólo a los fatigados peregrinos que con mejor o peor salud iban a venerar a la Virgen de las Villuercas sino que,además, debían dar una asistencia sanitaria conforme a los escasos medios de la época a los muchos enfermos que acudían hasta allí con la esperanza de una curación o mejoría milagrosa.
Fueron varios los hospitales de Guadalupe mejor o peor dotados,pero el que dependía directamente del monasterio era el conocido como hospital General o de San Juan Bautista. Ocupaba parte del edificio destinado actualmente a Parador Nacional de Turismo y era el de mayor entidad llegando a alojar hasta ochenta camas. En el siglo XV estaba regido por un fraile a cuyas órdenes trabajaban veinte hombres y veinticinco mujeres con veinticinco camas que se distribuían entre cinco huéspedes, cinco pobres y quince enfermos. El hospitalero debía vigilar que los ingresados tuvieran buena mesa, buena cama y limpieza, buen ministro y servidores caritativos con la orden de que «de mal doliente fagan bueno». El monasterio contrataba un «físico» por quince mil maravedíes al año y dos cirujanos por tres mil, que también deberían ocuparse de la enfermería del monasterio propiamente dicha. Ésta acogía a los monjes enfermos y se situaba en el actual claustro gótico de las dependencias conventuales. Parece seguro que en este hospital se realizaban necropsias y que en él se desarrollaron actividades docentes de medicina. Habría sido por tanto una de las primeras instituciones españolas dedicadas a la formación de facultativos.

Panel de azulejos que conmemora la primera autopsia científica en un hospital de Guadalupe
Panel de azulejos que conmemora la primera autopsia científica en un hospital de Guadalupe

Existía además otro hospital de mujeres que se construyó con los fondos de un rico artesano cordobés, un herrero que al morir su mujer ingresó como fraile en el monasterio jerónimo. También se conoce la existencia de otros hospitales como el de «Pobres», o el de La Pasión, destinado al «mal de bubas“, la sífilis, que dada su gran morbilidad también era tratada en dependencias aisladas del Hospital General.

UNA RUTA POR LA JARA ALTA

UNA RUTA POR LA JARA ALTA

Majada en el valle alto del Pusa, en la Jara Alta
Majada en el valle alto del Pusa, en la Jara Alta

Para iniciar esta ruta nos acercaremos hasta Los Navalucillos. Este pueblo se formó por la unión de Navalucillos de Toledo y su homónimo de Talavera que formaban parte respectivamente de los Montes de Toledo y de La Jara o montes de Talavera. El término de esta localidad es de una naturaleza agreste y montuosa con parajes solitarios que sorprenderán al viajero y sobre todo al senderista que, calzándose unas botas, quiera adentrarse en esta tierra donde convivieron los osos, los lobos, los venados y los corzos con colmeneros, ballesteros, mineros, bandoleros, partidas carlistas o “maquis” y que hoy día sigue siendo un lugar ideal para la caza mayor y también para la pesca, ya que en Navalucillos existe un coto intensivo de trucha.

En la población de Navalucillos se puede ver una arquitectura popular de tradición mudejarista con algunas curiosas viviendas que construyeron cuadrillas de albañiles emigrados de Portugal. En la iglesia se encuentran los restos de un guerrillero famoso que luchó contra los franceses y vale la pena también visitar la ermita de la Virgen de Las Saleras a la que se dedica una bonita procesión con velas encendidas el ocho de septiembre. También los carnavales son celebrados por los navalucillenses con la típica fiesta de invierno de orígenes muy antiguos en la que salen los marraches disfrazados.

Navalucillos es famoso en la comarca por su tapeo, la ruta de los cortitos de los Domingos puede tumbar al más avezado a base de aperitivos siempre variados y de platos de caza mayor como el venado o el jabalí. También podemos llevarnos artesanía, concretamente la alfarería tradicional que se fabrica y vende en el Bar El Cacharrero donde, además de muchas piezas típicas de cántaros, cazuelas, hornillos, pucheros etc, podemos encontrar la que el artesano considera de más éxito entre sus piezas “El botijo erótico”, un verdadero homenaje a Príapo.

Artesanía cacharrera en Navalucillos
Artesanía cacharrera en Navalucillos

Pero adentrémonos en la naturaleza salvaje de la Jara Alta y tomemos la carretera que se dirige hacia el sur y que une Navalucillos con sus aldeas. Dos o tres kilómetros más adelante llegamos al río Pusa donde unos merenderos sirven de esparcimiento a las gentes que se acercan en verano a bañarse. Si están abiertos podemos hacer también aquí una rústica parada gastronómica. Aguas arriba de estos bares, sobre la orilla derecha se sitúan unas ruinas que vale la pena curiosear , se trata de los restos de las antiguas ferrerías de El Mazo que, mediante energía hidráulica, movían todo un complejo metalúrgico del siglo pasado. Se abastecía del mineral que se extraía de las minas de la Herrera en el cercano pueblo de Los Navalmorales y llegaron a emplear hasta trescientos pares de mulas para acarrear el mineral. Durante la construcción de estos edificio parece que falleció y está enterrado en Navalucillos uno de los ingenieros, hermano de Michelín, descubridor del neumático.

Ferrerías del Mazo en los Navalucillos
Ferrerías del Mazo en los Navalucillos

Ascendemos a continuación por la carretera que deja a su izquierda la presa del Pusa y los barrancos por los que este río asoma desde el macizo central de los Montes de Toledo hacia las rañas de la Jara y Valdepusa. Una vez coronada la subida, se desvía hacia la izquierda una pista que nos llevará hasta el valle de Las Becerras, allí se sitúan un campamento, un merendero donde descansar bajo los castaños y el coto truchero. Todo este impresionante valle donde se unen el Pusa y su arroyo tributario de El Chorro tiene parajes realmente agrestes por donde hacer senderismo entre los que destaca el Chorro que da nombre al arroyo y que se llama así por la hermosa cascada que a los pies del Rocigalgo, cumbre más elevada de la cordillera, se deja caer desde una altura de veinte metros entre robles, rebollos, quejigos y un árbol protegido y especialmente arcaico, el tejo.

Cascada de El Chorro y al fondo Rocigalgo
Cascada de El Chorro y al fondo Rocigalgo

Continuamos nuestro viaje y volvemos a la carretera, recorrido un kilómetro, junto a las orillas del Pusa, se ha preparado una zona de pic-nic cerca de una fuente. Seguimos ascendiendo hasta llegar a Robledo del Buey que, como todos los pueblecillos que vamos a visitar, todavía conserva algunas edificaciones en la arquitectura tradicional jareña de muros de pizarra. Tomamos a continuación la carretera que nos llevará hasta el valle de Robledo del Mazo recorriendo hermosos parajes serranos entre rebollares, pinares, encinares y alcornocales hasta llegar al pueblecito de Navaltoril, uno de las cuatro aldeas que junto al mismo Robledo forman el municipio.

Desde Navaltoril tomamos la carretera hacia la izquierda para dirigirnos hasta Piedraescrita lugar mágico con una iglesia que merece la pena visitar. Situada en la divisoria de aguas entre el Tajo y el Guadiana, el paraje es sumamente pintoresco, hacia el sur el Rincón de Anchuras con el arroyo de Linchero que para los que gusten de pasear puede ascenderse subiendo junto a su limpia corriente donde todavía podemos encontrar nutrias y algún corzo o venado que bajen a beber desde las intrincadas sierras que lo bordean. Desde el podemos recorrer caserío hacia el norte unos cientos de metros hasta el lugar donde la leyenda refiere que se apareció la Virgen de Piedraescrita a un vaquero. A esta imagen se la atribuye ser “muy lloveora” y se la saca en procesión en épocas de sequía, ese día tanto los vecinos de Espinoso del Rey como los de Piedraescrita y el valle se reúnen junto al río Gébalo, en la zona conocida como de Las Juntas, y en procesión desarrollan un bonito ritual para solicitar la lluvia. La fiesta de la Virgen se celebra el uno de mayo. La iglesia conserva el pantocrator románico más sureño de España pintado en su ábside pero además se pueden contemplar los valiosos paneles de azulejería de Talavera del siglo XVI y XVII que adornan sus paredes con escenas del juicio final, de la vida de Cristo y un curioso “cristobalón” cruzando las aguas en las que se puede ver representada la fauna del Tajo recreada por el ceramista talaverano. Es un placer recrearse en el detalle de esta antigua cerámica sin olvidar también un cristo del siglo XVI. La llave del templo hay que pedirla en el pueblo.

Ermita de Piedraescrita
Ermita de Piedraescrita

Podemos pasear por las callejuelas de los pueblecillos del valle recorriendo pintorescos rincones de arquitectura tradicional. Para volver hay varias opciones pero recomendaré en este caso desplazarse a la pequeña aldea de Robledillo para desde allí dirigirnos a Espinoso del Rey por una pista asfaltada que discurre por amenos parajes. En el camino hay otro lugar de pic-nic junto a una fuente donde se puede descansar para continuar viaje a Espinoso donde veremos su rollo y su ermita. Por supuesto no podemos marcharnos sin adquirir una garrafita de aceite jareño virgen de las cooperativas de Espinoso o de Los Navalmorales.

Azulejería talaverana del siglo XVI en la ermita de Piedraescrita
Azulejería talaverana del siglo XVI en la ermita de Piedraescrita

FOTOS ANTIGUAS DE LA CALLE MESONES

FOTOS ANTIGUAS DE LA CALLE MESONES

Comentamos aquí fotografías de la calle Mesones o Medellín, una vista desde el norte de ediciones Campos y otra de Ruiz de Luna desde el sur

Calle Mesones fotografiada desde la Plaza del Potro
Calle Mesones fotografiada desde la Plaza del Potro en la colección de postales de Ediciones Campos

Esta calle es uno de los ejes principales del urbanismo de la antigua Talavera. Va desde la Plaza del Reloj (y la puerta principal de la ciudad que era el Arco de San Pedro) hasta la Puerta de Zamora.

Atraviesa los Arrabales Nuevos que se encontraban entre el primer recinto amurallado y el segundo, que discurría paralelo a la Cañada de Alfares y que se abre en la Puerta de Zamora por donde entraban y salían los viajeros que venían desde el norte. No olvidemos que Talavera es lo que es porque se encuentra junto al vado del Tajo más cercano al puerto del Pico, la vía natural que comunicaba las dos mesetas para el paso de personas, ganados y mercancías. Es curioso que el nombre aluda a Zamora y no a Ávila como ciudades de referencia al norte de Talavera durante la Edad Media, y de hecho la calle aparece también en documentos medievales como calle de Zamora. Dejaremos esta puerta y el extremo norte de la calle para otro capítulo.

Durante los siglos XV y XVI alojó la casa que hacía esquina con la plaza del Reloj la Audiencia o juzgado y alguna otra dependencia municipal.

Se llamó también calle Medellín, desde 1888 hasta 1937, pues se dirigía hacia el cerro de ese nombre, donde tuvo lugar la Batalla de Talavera.

En ella se encontraban numerosas pensiones y mesones para los muchos viajeros que transitaban por la ciudad, pero también fue una calle muy comercial donde se encontraban establecimientos entre los que hemos conocido el del sugerente nombre de Berlín Industrial, «Resti», la sombrerería de Viuda de Cándido Martín, la pastelería Marfil, el Mesón del Potro (en la pequeña plazuela que es prácticamente un ensanchamiento de la calle en su intersección con el Baño y Ramón y Cajal).

Casa palaciega en la esqueina Mesones-Ramón y Cajal. Actualmente ha sido muy reformada y no queda nada del blasón, aunque en el interior del edificio actual sí queda el patio típico talaverano con sus columnas.

La otra vieja plaza alberga la iglesia de Santiago, de la que hablaremos más ampliamente. Al otro lado estaba la plaza que albergaba el cine Calderón, que formaba parte antes de un convento franciscano.

Al final de la calle se encontraba una institución tan emblemática como es la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera construcción mudéjar fatalmente destruida en los años 80 para hacer el bodrio que hoy ocupa su lugar, junto a la puerta de Zamora. De ambos monumentos también mostraremos imágenes antiguas en otra entrada de nuestro blog.

Detalle de la calle Medellín con la antigua torre del reloj al fondo y los tradicionales albañales surcando el centro de la vía
Detalle de la calle Medellín o Mesones con la antigua torre del reloj al fondo y los tradicionales albañales surcando el centro de la vía

Todavía se conservan algunos edificios de arquitectura tradicional, como el que hoy día se encuentra justo frente a Santiago construido en ladrillo, aunque en estas fotos se muestra una arquitectura tal vez más rica que la actual, con grandes miradores y balconadas, así como algunos edificios decorados con arquitecturas fingidas pintadas en sus muros.

Calle Mesones desde la Plaza del Reloj en fotografía de Ruiz de Luna
Calle Mesones desde la Plaza del Reloj en fotografía de Ruiz de Luna

Si observamos el detalle de la segunda foto vemos el rótulo que anuncia la «Posada del Fresco de Sotero, El Extremeño», mercancía tan talaverana como los botijos colgando a la entrada de un comercio. También se lee un rótulo que anuncia a un sastre , tres personajes rústicos con su faja y su montera con dos de ellos conduciendo dos borricos con su carga. En la Plaza del Potro se ve el rótulo de otro establecimiento de un tal García. En el centro de la calle, el consebido albañal y al fondo la iglesia de Santiago.

Detalle de la fotografía de Ruiz de Luna
Detalle de la fotografía de Ruiz de Luna

INCENDIO EN LA COLEGIAL

INCENDIO EN LA COLEGIAL

Dibujo de enrique reaño sobre postal de los años 20
Dibujo de Enrique Reaño sobre postal de los años 20

En la noche del 22 de Septiembre de 1846 la iglesia sufre un gran incendio cuya descripción vamos a extraer de la crónica de un reportero de «El Semanario Pintoresco Español» llamado Rafael Monje que pasa por Talavera en 1847:

«¡Noche de espantoso recuerdo en los fastos de Talavera y de laudable remembranza para sus hijos! – Serían las ocho y media de la noche , cuando las campanas de la Colegial anunciaron el fuego que, habiendo prendido en el maderamen interior del órgano por inadvertencia del artífice que lo afinaba, se descubría ya por encima del tejado apoderándose con la rapidez del rayo de los corpulentos tirantes que sustentaban las naves colaterales. Alborótase el vecindario, e impelido por la voracidad de las llamas y el toque de somatén, se lanza indistintamente al lugar donde el peligro amenazaba más de cerca o propendía a mayores daños. Las señoras de la primera categoría se olvidaban de su débil complexión, apresurándose a salvar entre sus brazos las ropas exquisitas, las colgaduras, los objetos combustibles y los vasos de oro y plata. Rompíanse a golpes de hacha las portezuelas de los relicarios y las gabetas de los roperos cuyas llaves no aparecían tan pronto.

Rosetón gótico mudéjar dela Colegial en un reportaje de Blanco y Negro de 1969
Rosetón gótico mudéjar dela Colegial en un reportaje de Blanco y Negro de 1969

El rumor de la fuerza de las llamas cada instante crecía más, viéndose en pocos minutos el coro convertido en una fragua donde fluía el estaño derretido del órgano; los vidrios de las ventanas liquidados y el plomo que los aseguraba deshecho como cera en las paredes. Por todas partes crujían las maderas abrasadas, chispeaban las piedras, gritaba el pueblo y se derramaba el agua a torrentes entre el fuego que saltaba a los retablos, incendiándose como si estuviesen bañados en resina, y el humo que sofocaba la respiración y tostaba a los operarios. En medio de este caos infernal vimos un celoso sacerdote llevar entre sus manos temblorosas el sacrosanto copón y caminar bajo la salvaguardia del Dios vivo, con tanta lentitud y compostura como si nada pasase en su enderredor …y sus vestiduras participaban ya del fuego; y caían sobre su venerable cabeza los pedazos de argamasa que se desprendían de las bóvedas, candentes como el horno de un alfarero. ¡El santuario iba dejando de existir y la religión triunfaba en todos los corazones!

Dibujo de detalle arquitectónico de la Colegial de Jesús Morales
Dibujo de detalle arquitectónico de la Colegial de Jesús Morales

Eran las doce cuando se dio por terminada la catástrofe. El estrago había sido inmenso. Ni una astilla quedó en el coro; ni el menor vestigio del órgano; ni un palmo de pared donde no hubiese  marcado su negra huella el elemento destructor»

Detalle arquitectónico de La Colegial de Jesús Morales
Detalle arquitectónico de La Colegial de Jesús Morales

EL TAJO MEDIEVAL Y SUS AFLUENTES

EL TAJO MEDIEVAL Y SUS AFLUENTES

En este capítulo de «Ríos de historia» comentamos la repoblación medieval de nuestro territorio a través de los afluentes del Tajo, con sus torres de observación

Castillo de Malpica, residencia medieval del señor de Valdepusa
Castillo de Malpica, residencia medieval del señor de Valdepusa

Ya hemos visto cómo Talavera es reconquistada y baja la frontera con los musulmanes hasta el Guadiana, quedando entre su corriente y el Tajo un extenso territorio, La Jara, que habrá de ser repoblado desde Talavera bajo la autoridad de su concejo. El viejo puente romano es restaurado una y mil veces, y una y mil veces es derribado por la fuerza de las aguas, pero su existencia es fundamental para la comunicación de nuestra villa con su alfoz, para todo el trasiego de gentes de Castilla y de otros reinos hispanos e incluso de francos que se vienen a mezclar con los mozárabes que permanecieron, los judíos o los moriscos que poblarían no solo la ciudad madre sino también los valles de los afluentes y los arroyos.

Ruinas del castillo de Santisteban junto al río Pusa
Ruinas del castillo de Santisteban junto al río Pusa

Por el Pusa, río de “posadas” de colmenas van ascendiendo los nuevos pobladores y dejan la toponimia marcada por su presencia como en la Venta de Mozárabes cerca de su orilla. O el castillo de Santisteban, del que apenas quedan los restos de cal y canto de su torre. Y desde Malpica irán ascendiendo las gentes y fundarán San Martín en torno a un “Pozuelo” a las orillas de uno de sus arroyos, donde quedan todavía restos de una torrecilla en el entorno del que luego será palacio de los señores de Valdepusa, territorio éste que será enajenado a la villa de Talavera para ser donado por el rey a don Diego Gómez en el siglo XIV. Los señores de Valdepusa construirán su castillo desde donde se fomentará la repoblación del señorío. Santa Ana también junto al mismo río y Navalmoral de Pusa que en el mismo arroyo que San Martín, aguas arriba, unirá luego su caserío a Navalmoral de Toledo, formando siglos después Los Navalmorales con los dos pueblos hermanos separados sólo por el arroyo. Siempre la linde del agua. Y ya fuera de Valdepusa seguirán los colmeneros y cabreros poblando el valle del Pusa hasta Navalucillos de Talavera, que también se unirá con su vecino Navalucillos de Toledo, solo separado por la calle “de la raya”.

Los primeros núcleos de población a las orillas del río Sangrera nacieron en torno a Torrecilla de la Jara en cuya zona ya se conocían numerosos yacimientos romanos y visigodos. En este mismo valle nacerán Las Abiertas y luego San Bartolomé, además de Espinoso y Pueblanueva, la última población en ser fundada como su propio nombre indica.

Casi en el mismo nacimiento del río Jébalo, justo en la divisoria entre el Tajo y el Guadiana, se encuentra la iglesia de Piedraescrita en cuyo ábside se haya pintado un pantocrátor románico- mudéjar, la muestra más sureña de este estilo artístico, ya que a partir nuestra zona no dio tiempo a que la reconquista cristiana instaurara este estilo pues ya comenzaba a difundirse el gótico cuando se repoblaba La Jara. Ya en el Jébalo, bajo es Alcaudete una de las primeras poblaciones repobladas desde antiguos asentamientos musulmanes que crecieron en torno a una torre o fortificación luego reformada, que es la torre de la casa parroquial que se encuentra entre la iglesia y el río. Jébalo abajo una de las primeras propiedades medievales que aparecen en los documentos es la dehesa de Castellanos en cuyo entorno se encuentra otra torre medieval que da nombre a la finca La Torre. Justo en la desembocadura del Jébalo en el Tajo, una isla que queda sin sumergirse por el reculaje del embalse de Azután y que aloja otro yacimiento medieval.

En la cabecera del valle del Uso los repobladores son gentes cristianas, mozárabes de Sevilla y Córdoba, que fundan respectivamente Sevilleja y Cordobilla (núcleo hoy despoblado y en las proximidades de la actual Gargantilla). Vienen a Talavera con su obispo Clemente tras las persecuciones de los almohades y piden al concejo tierras talaveranas en las que asentarse. En la Cabeza del Conde junto al Uso en el término de La Estrella también se hallan restos medievales.

Torre medieval de observación en Navalmoralejo
Torre medieval de observación en Navalmoralejo

En el valle del Andilucha se levanta aguas debajo de Navalmoralejo otra torre de observación medieval, como la de Torlamora cerca del Pedroso, como la de la Oliva y la de Garvín ya más próximas al Tajo.

Al norte de Talavera tenemos ejemplos similares como el desparecido pueblo de Las Atalayuelas de Guadyerbas primitiva localización de Velada que se abandona por las escasas aguas del arroyo del Molinillo junto al que se asienta. Por el mismo motivo también desciende a orillas del arroyo Zarzueleja lo que luego sería Gamonal desde la primitiva población que se encontraba en las ruinas de la que hoy conocemos como ermita de la Encarnación del siglo XIV. La atalaya del Alberche protegía el paso hacia Cardiel y la Sierra de San Vicente

Ermita de la Encarnación en gamonal, antes iglesia del despoblado medieval de Zarzuela
Ermita de la Encarnación en gamonal, antes iglesia del despoblado medieval de Zarzuela

Guadyerbas las Altas, hoy bajo el embalse y Guadyerbas las Bajas que, cerca del llamado Puente Romano del mismo río conserva restos de los muros de su pequeña iglesia y tiene una presa en un arroyo cercano no sabemos si romana o medieval. Ambos núcleos serían el origen de la población de Navalcán. Cerca de la garganta Torinas otra torre daría lugar a la población de Almendral de la Cañada.

En el valle del Tiétar, una de las primeras poblaciones es La Torre, en el término de Gavilanes y otra más que se situaba cercana a Mombeltrán. Son por tanto todos esos valles fluviales los caminos, las arterias que conducirán a los nuevos habitantes de nuestra tierra hasta sus nuevos asentamientos que en general eran más pequeños que los actuales pero cuyas pequeñas aldeas confluyen luego en otras poblaciones mayores que en general llegarán hasta nosotros.

La torre de Azután en el proyectode navegación del Tajo del siglo XVII

EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍOrutariofrio

En el ámbito de Buenasbodas y Gargantilla, aunque muchos molineros eran de La Nava de Ricomalillo,  se localizan gran parte de los molinos de cubo de Riofrío. Nada menos que veintitrés artificios se reparten a lo largo de los aproximadamente diez kilómetros de cauce de este río jareño.

Molino de Riofrío y dependencias anexas de vivienda, cuadras...
Molino de Riofrío y dependencias anexas de vivienda, cuadras…

Ya hay constancia de la existencia de al menos uno de estos molinos en el siglo XIV y forman un conjunto de gran interés etnográfico pues se aprovecha prácticamente toda la potencia del agua por captarse casi inmediatamente el caudal para mover el rodezno de un molino nada más salir del cárcavo del anterior, aguas arriba. Seguir leyendo EXCURSIÓN A LOS MOLINOS DE RIOFRÍO EN LA JARA

Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes

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