Nos encontramos ante una de las últimas grandes fechorías cometida por los políticos locales y regionales contra el patrimonio talaverano.
Allá por los primeros años 80 el ayuntamiento decidió derribar la Cárcel de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera, una de las primeras policías rurales de Europa, además de antecedente histórico de la Guardia Civil y de las fuerzas armadas españolas. Estaba situado el edificio al final de la calle mesones, junto al torreón que permanece en pie de la antigua puerta de Zamora, y su solar está ocupado hoy por una horrenda plaza sin la menor gracia decorada con un espeluznante ladrillo visto.
Solamente quedan los azulejos que dicen lo de «aquí estuvo», costumbre esta muy talaverana de derribar o esperar a que se caigan los monumentos para luego poner un panel de azulejos como testigo de la ignominia.
A un vecino italiano de la plaza se le salían los ojos de las órbitas cuando un día vio llegar a la excavadora que hizo añicos el histórico edificio saltando por los aires las tablas pintadas del artesonado mudéjar del siglo XIV que decoraban el techo, y todavía hay vecinos que conservan algunas de ellas
Julián Sobrino, un profesor del instituto Juan Antonio Castro, que hoy es un prestigioso especialista universitario en arqueología industrial de la Universidad de Sevilla , denunció esta barbaridad ante la consejería de la Junta de Comunidades y le respondieron, más o menos, que en cuestión de gustos no hay nada escrito, aunque lo que sí está escrito es la enorme necedad que pueden llegar a tener aquellos que nos gobiernan,
A día de hoy la desidia continúa porque además de tener quever el petardo de plaza que se hizo en el lugar, no se ha movido un dedo por recuperar al menos la capilla, que sigue siendo el almacén lleno de trastos de un tallar mecánico.
Comentamos aquí fotografías de la calle Mesones o Medellín, una vista desde el norte de ediciones Campos y otra de Ruiz de Luna desde el sur
Esta calle es uno de los ejes principales del urbanismo de la antigua Talavera. Va desde la Plaza del Reloj (y la puerta principal de la ciudad que era el Arco de San Pedro) hasta la Puerta de Zamora.
Atraviesa los Arrabales Nuevos que se encontraban entre el primer recinto amurallado y el segundo, que discurría paralelo a la Cañada de Alfares y que se abre en la Puerta de Zamora por donde entraban y salían los viajeros que venían desde el norte. No olvidemos que Talavera es lo que es porque se encuentra junto al vado del Tajo más cercano al puerto del Pico, la vía natural que comunicaba las dos mesetas para el paso de personas, ganados y mercancías. Es curioso que el nombre aluda a Zamora y no a Ávila como ciudades de referencia al norte de Talavera durante la Edad Media, y de hecho la calle aparece también en documentos medievales como calle de Zamora. Dejaremos esta puerta y el extremo norte de la calle para otro capítulo.
Durante los siglos XV y XVI alojó la casa que hacía esquina con la plaza del Reloj la Audiencia o juzgado y alguna otra dependencia municipal.
Se llamó también calle Medellín, desde 1888 hasta 1937, pues se dirigía hacia el cerro de ese nombre, donde tuvo lugar la Batalla de Talavera.
En ella se encontraban numerosas pensiones y mesones para los muchos viajeros que transitaban por la ciudad, pero también fue una calle muy comercial donde se encontraban establecimientos entre los que hemos conocido el del sugerente nombre de Berlín Industrial, «Resti», la sombrerería de Viuda de Cándido Martín, la pastelería Marfil, el Mesón del Potro (en la pequeña plazuela que es prácticamente un ensanchamiento de la calle en su intersección con el Baño y Ramón y Cajal).
La otra vieja plaza alberga la iglesia de Santiago, de la que hablaremos más ampliamente. Al otro lado estaba la plaza que albergaba el cine Calderón, que formaba parte antes de un convento franciscano.
Al final de la calle se encontraba una institución tan emblemática como es la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera construcción mudéjar fatalmente destruida en los años 80 para hacer el bodrio que hoy ocupa su lugar, junto a la puerta de Zamora. De ambos monumentos también mostraremos imágenes antiguas en otra entrada de nuestro blog.
Todavía se conservan algunos edificios de arquitectura tradicional, como el que hoy día se encuentra justo frente a Santiago construido en ladrillo, aunque en estas fotos se muestra una arquitectura tal vez más rica que la actual, con grandes miradores y balconadas, así como algunos edificios decorados con arquitecturas fingidas pintadas en sus muros.
Si observamos el detalle de la segunda foto vemos el rótulo que anuncia la «Posada del Fresco de Sotero, El Extremeño», mercancía tan talaverana como los botijos colgando a la entrada de un comercio. También se lee un rótulo que anuncia a un sastre , tres personajes rústicos con su faja y su montera con dos de ellos conduciendo dos borricos con su carga. En la Plaza del Potro se ve el rótulo de otro establecimiento de un tal García. En el centro de la calle, el consebido albañal y al fondo la iglesia de Santiago.
Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes
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