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VIEJAS FOTOS DE COMERCIOS TALAVERANOS (1)

Puesto de Carnicería en el antiguo Mercado de Abastos

VIEJAS FOTOS DE COMERCIOS TALAVERANOS

Hoy traemos aquí una primera serie de fotos antiguas de comercios talaveranos. El comercio ha sido históricamente una de las actividades vitales para la economía de la ciudad. Ya el viajero Al Idrisi habla de los magníficos bazares de la ciudad hace casi mil años y hay muchísimas referencias históricas al intercambio comercial hasta el punto que a nuestra ciudad le llaman los pueblos comarcanos «el pozo», porque es donde viene todo a parar desde los pueblos de las antiguas tierras de Talavera  y de muchas comarcas cercanas.

Guarnicionería Cerdán
Guarnicionería Cerdán

En primer lugar vemos una fotografía de publicidad de guarnicionería Cerdán que fue publicada en un númerodedicado a Talavera de El «Castellano Gráfico»

Fotografía de los tejidos Casares
Fotografía de los tejidos Casares

Esta fotografía de la tienda de tejidos Casares tiene el mismo origen que la anterior y en ella se ven a tres clientas con el vestuario tradicional de las mujeres a principios del siglo XX con el guardapiés, el delantal, el pañuelo que en este caso se percibe más lujoso que el de diario además de la blusa, con el pelo recogido en un moño. A la derecha aparece el dueño y tras el mostrador dependientes y aprendices.

Farmacia de don Abel en la Corredera
Farmacia de don Abel en la Corredera

Esta tercera fotografía del castellano gráfico anuncia la farmacia de don Abel  en la corredera y a la izquierda aparece el mancebo que no es otro que mi abuelo Miguel Méndez-Cabeza Martín.

Automóviles y motocicletas Mingoranz
Automóviles y motocicletas Mingoranz

Última fotografía de comercios y único edificio que aún se mantiene en pie en la calle del Prado con la tienda de Mingoranz que sucesivamente comercializó, camiones, automóviles, motos y bicicletas.

 

«EL ENCUENTRO», RELATO SOBRE EL ENCUENTRO DE TARIK Y MUZA EN TALAVERA

EL ENCUENTRO

AÑO 713, 94 de la héjira

Representación decimonónica de Tarik
Representación decimonónica de Tarik

Las aguas transparentes del Tajo hacen remolinos entre los tajamares arruinados del viejo puente romano. Jóvenes mujeres bereberes con sus trajes multicolores lavan las vendas de los heridos en la orilla, mientras sus padres y maridos esperan en formación río abajo, junto a la plaza de Caesaróbriga, la villa que más tarde ellos llamarán Talabaira.

Tarik, el gobernador de Tánger que ha conquistado Hispania, va a pasar revista a sus tropas berberiscas. Muza, su señor, se acerca desde Emérita Augusta y la recepción debe ser magnífica. El general ha sabido que el gobernador de Ifriquiya viene furioso por la desobediencia de su liberto, aunque sus batallas le hayan proporcionado un magnífico botín.

Los rostros que Tarik va mirando mientras desfila delante de la caballería son rostros familiares para él. Tres años de batallas y victorias han conseguido que el general conociera hasta las cicatrices de sus soldados. Algunos formaban parte del primer destacamento de cien jinetes que habían cruzado el estrecho en  cuatro bajeles al mando de Tarif ben Maluk, con la complicidad de don Julián y de la facción goda de los hijos de Witiza.

Encuentro de Tarik y Muza

Todo había transcurrido tan rápido desde que las tropas cruzaron las Columnas de Hércules. En una de ellas instaló Tarik su campamento y ya siempre llevaría su nombre,  Chabal Tarik o Gibraltar, que dirán más tarde los cristianos. Sonríe a uno de los caballeros y recuerda cuando en la batalla de la laguna de la Janda le trajo el pendón del rey Rodrigo que corría en desbandada con sus tropas dejando atrás su campamento lleno de riquezas. Luego, una serie imparable de victorias y Córdoba y Toledo, la capital de los godos, que había sido abandonada antes de que él llegara dejando sus tesoros amontonados en iglesias y palacios.

Pasa después delante de los atambores y atabales, que tanto miedo provocan a los politeístas. Son un arma mejor que las espadas porque sin derramar sangre han conseguido abrir las puertas de las ciudades al paso de su ejército triunfador. Los aguerridos peones venidos desde el Atlas con sus adargas de ante que les protegen de flechas y lanzas. Los arqueros se alinean mirando al río y a continuación los lanceros, con las cintas multicolores de sus picas y las banderas que muestran los leones, las águilas y los dragones que atemorizan a los hispanos. Todo está en orden, tal vez sean poco uniformes las vestimentas de sus guerreros pues cada uno luce las telas y los adornos que ha arrebatado en el despojo de los vencidos, pero Tarik, el general del que se dice que puede hacer que sus soldados recen de espaldas a la Meca con sólo ordenarlo, no quiere privar a sus bereberes de la vanidad de exhibir su botín.

Todavía aparecen clavadas en las lanzas a lo largo del río las cabezas de los señores godos que habían opuesto resistencia en Talabaira a la entrada de tropas musulmanas. Se ven aquí y allá las ruinas que los antiguos habían dejado en esta ciudad y, cerca de la desembocadura del arroyo Portiña, todavía se erigen en pie las columnas de un templo pagano de Hércules.

Los mensajeros ya han avisado de la llegada inmediata de Muza y su ejército por la calzada de Emérita Augusta. Las tropas avanzan lentamente, haciéndose esperar. Están compuestas de árabes que no quieren inclinarse ante aquellos bereberes, vencedores, pero bereberes al fin y al cabo. Mientras que los soldados de Muza son árabes, del pueblo del profeta, solamente mostrarán desprecio por esa banda de desarrapados. Además, ellos también han conquistado con la ayuda de los judíos y los cristianos  traidores cien pueblos y ciudades desde Sevilla hasta la poderosa Emérita Augusta.

A un lado y otro del arroyo de La Portiña se sitúan los dos ejércitos con sus jefes frente a frente. Los soldados de Muza  no impresionan a los de Tarik aunque lleven sus capas y sus alfanges de empuñaduras doradas, y los arqueros sus rojas cananas sirias de cuero repujado. Las lanzas de los alféreces brillan al sol de la meseta con sus adornos de plata y los cascos de los capitanes incrustados de piedras preciosas lanzan destellos verdes y encarnados.

Las trpoas musulmanas entran en Hispania...
Las trpoas musulmanas entran en Hispania…

Un redoble de los tambores anuncia la llegada de Muza que aparece magnífico sobre el caballo. Tarik ben Yihad, el conquistador de Hispania se adelanta sobre el suyo, cruza el arroyo, y apeándose de su montura se acerca a su señor que le recibe con gesto serio e irritado mientras el liberto hinca la rodilla en tierra en señal de sumisión. Ambos se saludan en el nombre de Alá pero, cuando Tarik va a comenzar a hablar, recibe un latigazo de Muza que levanta un rumor de sorpresa entre las tropas. El gobernador de Ifriquiya recrimina a su liberto que no haya obedecido sus órdenes esperándole después de las primeras victorias. No puede tolerar que un subordinado haya conquistado la gloria y el inmenso botín del que inmediatamente le pedirá cuenta. Los bereberes se muestran inquietos e indignados por el trato dado a su jefe y esperan una orden suya para lanzarse sobre los orgullosos árabes que tanto les han humillado, pero el general retrocede sumiso con la mejilla enrojecida por el latigazo. A una orden suya, un grupo de prisioneros godos se aproxima llevando en unas parihuelas grandes bultos cubiertos por ricas telas. Llegan ante Muza y las tropas lanzan un grito de admiración al destaparse los regalos que Tarik trae de Toledo para aplacar el enfado de su señor. Ante ellos se encuentra la Mesa de Salomón, toda ella fabricada en oro, plata y piedras preciosas. Es el más preciado tesoro de los reyes godos a los que, además, ha despojado Tarik de sus ricas coronas que aparecen enredadas con sus cadenas cuando se retiran las telas que las cubren. Ante tanta riqueza, Muza parece olvidar su enojo pero Tarik nunca olvidará el latigazo con el que fue humillado delante de sus tropas en Talabaira.

SIGUIENDO LA MURALLA, 3 RUTAS BREVES DE TALAVERA (II)

SIGUIENDO LA MURALLA

3 RUTAS BREVES PARA CONOCER TALAVERA (II)

Puerta de Sevilla, uno de los escasos restos del segundo recinto amurallado
Puerta de Sevilla, uno de los escasos restos del segundo recinto amurallado

En este segundo paseo talaverano vamos a seguir el recorrido del primer recinto amurallado, para ello partiremos de la confluencia de la calle Carnicerías con la Ronda del Cañillo, justo donde se encontraba el antiguo alcázar del que ya hablábamos en el recorrido anterior.

Lo primero que nos encontramos al subir la calle Carnicerías es un arco de ladrillo que no es otra cosa que la puerta de Sevilla, una de las muchas que tenía el segundo recinto amurallado. Se puede ver sobre el arco un escudo del cardenal Quiroga que la construyó en 1579. Vamos observando en nuestro paseo los diferentes aparejos con los que están fabricados los lienzos del primer recinto de la muralla y las muchas reparaciones que en ellos se pueden distinguir, no olvidemos que Talavera fue asediada alternativamente en infinidad de ocasiones no sólo por los cristianos y musulmanes, sino también en los enfrentamientos entre los reinos de taifa árabes.

Torre albarrana de la calle del Charcón
Torre albarrana de la calle del Charcón

Algunos paños puede que sean de antigüedad romana, otros son árabes al igual que las torres semicirculares y, es curioso observar embutidas entre la mampostería algunas aras romanas con inscripciones que han sido reutilizadas para levantar los muros. Pues bien, seguimos andando y encontramos la primera torre albarrana que se yergue imponente con su arquería y su bóveda de sillería, son al menos diecisiete estas torres que se construyeron en época ya cristiana y que representan la peculiaridad más significativa de la fortaleza talaverana, pues solamente se observan torres similares en los castillos de Escalona y de Melque. Sus grandes dimensiones llaman también la atención pues tienen nada menos que veintisiete metros de altura y ocho de ancho.

La muralla vuelve a ocultarse tras los edificios aunque asoman los frentes de las torres albarranas. Llegamos a la Plaza del Reloj donde confluían las calles en las que se asentaban los comerciantes que fueron desde finales de la Edad Media instalando sus tenderetes en los aledaños de la muralla. Junto a la Torre del Reloj se encontraba la Puerta de San Pedro una de la tres del primer recinto y que da nombre a esa calle (Arco de San Pedro).

Calzado tradicional de casa Mazuecos
Calzado tradicional de casa Mazuecos,, ya cerrado

Entre los comercios tradicionales de la zona tienen especial interés la Zapatería Mazuecos con una antigua tradición en la fabricación de artesanía del calzado y la  hasta hace poco sombrerería de Viuda de Cándido Martín que utilizaba métodos de solera en la manufactura de sombreros.

Descendemos ahora por la Corredera, llamada así porque en la Edad Media se celebraban carreras al pie del recinto amurallado. Es de destacar la primera torre albarrana que alberga una capilla del Cristo de los Mercaderes, llamado así al parecer por haberse costeado por este gremio en el siglo XVI.

Vivienda y espartería tradicional en la Corredera
Vivienda y espartería tradicional en la Corredera

Dos esparterías tradicionales se sitúan en las inmediaciones para el que quiera adquirir alguna pieza artesanal de este material o de cordelería. Una de ellas se encuentra en un edificio con soportales que nos puede dar una idea de cómo era el aspecto de la arquitectura tradicional urbana de la Talavera de otras épocas. En la misma plaza del Reloj se pueden todavía contemplar dos viviendas del siglo XVIII con pinturas que simbolizan las ocupaciones mercantiles de sus dueños.

Seguimos bajando la Corredera y en la siguiente torre albarrana podemos ver una placa de azulejos de Ruiz de Luna que recuerda una referencia literaria de Cervantes a la ciudad de Talavera, en su novela “Los Trabajos de Persiles y Segismunda”. Califica en ella a nuestra ciudad como “la mejor tierra de Castilla”. A la derecha se encontraba el convento de las Agustinas del cual solamente puede hoy observarse la antigua entrada al templo. Enfrente se está la Plaza del Mercado ocupando el solar que fue convento de los jesuita hoy desaparecido y del que solamente quedan los pináculos graníticos que adornan los laterales de la plataforma de acceso y el teatro Palenque adaptado a la antigua estructura de su iglesia. Una bonita fuente de cerámica adorna también este lugar que hasta hace poco fue punto de encuentro y trasiego comercial de los talaveranos y que va a ser destinado a un Centro de Demostración Artesana. Enfrente, podemos observar una hermosa casona representativa de las viviendas de cierta alcurnia que en otros tiempos abundaban en esta parte de Talavera y, un poco más abajo, frente a la siguiente torre albarrana, se sitúa la Casa del Arcipreste, construída en el siglo XVI. Es una vivienda también significativa de la arquitectura tradicional de la ciudad que cuenta con algunos zócalos de cerámica de interés en su interior.

Abside mudéjar de El Salvador
Abside mudéjar de El Salvador

Derribados los edificios colindantes, podemos observar otra torre albarrana ya exenta y una de las tres muestras de arquitectura mudéjar que todavía se conservan, se trata del ábside de la antigua iglesia de El Salvador, en su portada con atrio al norte parece que se juzgaba a la nobleza local. Contaba con varios altares barrocos de calidad reapartidos hoy por la comarca y en ella estaban depositados los restos de Fernando de Rojas hallados en un convento cercano hasta que fueron trasladados al Ayuntamiento y luego a La Colegial. Este edificio religioso ha sido adquirido por el ayuntamiento para un futuro museo de imaginería talaverana. Enfrente se sitúa el colegio Juan Ramón Jiménez edificación de estilo historicista similar a otras construcciones de estilo sevillano también decoradas con cerámica que se construyeron enTalavera a principios de siglo. En su interior se encuentra la famosa fuente de la Tortuga de Ruíz de Luna.

Detalle de la fachada del convento de las carmelitas
Detalle de la fachada del convento de las carmelitas

Seguimos el primer recinto amurallado y observamos a la derecha el convento de las Carmelitas, comenzado a construir en el siglo XVI por fundación de Catalina Oria, viuda de origen genovés. Es de estilo renacentista, aunque con añadidos posteriores, parece que su iglesia está formada por parte de la antigua parroquia de San Martín y el antiguo palacio de los marqueses de Velada y en su interior se hallan dos buenas tallas de Pascual de Mena representando a San José y a Santa Teresa.

Seguimos calle abajo y nos topamos con una de las más impresionantes torres albarranas del recinto amurallado de la calle del Charcón. Es curioso observar embutidas dos aras romanas entre las piedras de su aparejo, detrás se observan lienzos de construcción claramente árabe y una torre redondeada también de época musulmana.

Seguimos la calle del Charcón hasta la Casa de la Panadería, hoy ocupadas por los juzgados de lo social y que es vivienda representativa de la Talavera del siglo XVI. Se encuentra adosada a los restos de la que fue puerta de Mérida, uno de los tres accesos principales del primer recinto amurallado, junto con las ya señaladas de San Pedro y la Puerta del Río. Tomamos ahora por la calle de Entretorres hacia el río pasando por las excavaciones arqueológicas que han puesto al descubierto el recinto murado en ese tramo. Continuaremos ahora nuestro paseo aguas arriba del Tajo observando los restos de algún lienzo de muralla y alguna torre cuyas piedras han sido reutilizadas dejándola despojada de su sillería. Llegamos al Puente de Hierro, magnífica obra metálica de principios del siglo XX que marco un hito en su época como obra pública singular. Las orillas del río han sido adecentadas con el Plan de Riberas.

Puente romano-medieval de Talavera
Puente romano-medieval de Talavera

Continuamos nuestro agradable paseo por la orilla del río y a continuación observamos el llamado Puente Viejo o Puente Romano. Las ruinas que tenemos ante nuestros ojos fueron construidas en su mayoría en el siglo XV y el escudo que se puede percibir embutido en el llamado arco de Las Armas es de esa época. Mil veces fue arrasado por las crecidas del Tajo, mil veces hubo de ser reparado, de ahí su curioso aspecto. Parece que la dirección del primer tramo del puente, el más cercano a Talavera, era la dirección del primitivo puente romano cuyos tajamares, cuando el descenso de las aguas es más acusado, pueden observarse orientándose hacia la Isla del Chamelo, en dirección más sureste. La central eléctrica que se ve en la otra orilla se asienta sobre los restos de unos antiquísimos molinos a los que ya se referían hace casi un milenio los viajeros árabes que pasaron por Talavera.

TALAVERA EN TRES RUTAS BREVES

Después de Toledo y Cuenca, Talavera de la Reina es la tercera ciudad en riqueza patrimonial de Castilla-la Mancha, pues aunque hoy  día tiene un patrimonio histórico maltratado e insignificante si lo comparamos con la riqueza arquitectónica y artística que tuvo Talavera a lo largo de la historia, todavía podemos hacernos una idea de su antiguo esplendor.

Dibujo de Enrique Reaño sobre postal de los años 20 que representa la Plaza del Pan
Dibujo de Enrique Reaño sobre postal de los años 20 que representa la Plaza del Pan

TALAVERA EN TRES RUTAS BREVES (1)

EL CASCO VIEJO

Aunque he escrito dos libros sobre el patrimonio de Talavera que pueden servir como guía del mismo,  vamos a describir tres rutas urbanas sencillas para conocer esa riqueza de un primer vistazo, aunque profundizaremos en su conocimiento en otras entradas.

Vamos a comenzar con «la villa», el casco antiguo incluido en el primer recinto amurallado.

Talavera es una población que podemos definir con cuatro palabras: vado, vega, nudo y muralla. El Tajo a su paso por aquí es fácilmente vadeable, sus islotes y arenales, la anchura de su cauce, muy diferente de las cortadas orillas de la mayoría de los lugares por donde discurren sus aguas, atrajeron desde antiguo a las diferentes culturas que vieron aquí el lugar ideal para que pudieran vadear el río, las personas y también los animales que desde hace siglos transitaron por nuestras cañadas. Más tarde los romanos construyeron un puente al que siguieron otros dos.

Además, este vado estaba rodeado por una fértil vega, y por arroyos como la Portiña que hacían más fácil la vida de sus pobladores. En fin, sobre Talavera confluían caminos, calzadas y cañadas que la convertían en el nudo central de una gran comarca natural. De la importancia estratégica de la ciudad no cabe duda, pero su localización no es la adecuada para ser fácilmente defendible pues no se encuentra en un cerro elevado y las orillas del río que la circunda son suaves y, como hemos visto, fácilmente vadeables, por tanto no tiene defensas naturales y los talaveranos se vieron obligados a lo largo de la historia a construir unas impresionantes murallas que defendieran sus riquezas y su importancia estratégica militar.

Recorrer por tanto las murallas de Talavera, además de mostrarnos su monumento más significativo nos puede servir de guía para conocer la ciudad y su evolución histórica.

En las elevaciones enmarcadas por el Tajo y la desembocadura del arroyo de la Portiña es donde probablemente se instalaron los primeros pobladores históricos de estas tierras. Más tarde los romanos pueblan su Caesaróbriga junto a la calzada que unían Toletum con Emérita Augusta y construyen la muralla más primitiva, que básicamente coincidiría con el primer recinto murado musulmán. En este primer paseo vamos a conocer esa parte más antigua de la ciudad, el casco histórico protegido por ese primer recinto amurallado que es lo que en época medieval se conocía como “La Villa”.

Iniciamos nuestro recorrido en la plaza del Pan donde algunos arqueólogos han querido ver, debido su forma rectangular y al hecho de encontrarse allí el principal templo de la ciudad con algunos de los edificios más nobles, el que habría sido el antiguo foro romano de Talavera.

Detalle de la portada de la Colecgial
Detalle de la portada de la Colecgial

La plaza tiene su propio atractivo por la cerámica que adorna bancos y jardines. En su entorno construyó la nobleza local sus palacios como los que albergan el actual ayuntamiento o la comisaría de policía. Junto a esta última se encuentra el antiguo Santo Hospital de la Misericordia fundado en 1475 por Fernando Alonso, Visitador del Arzobispo, cuyo escudo figura en la fachada con el de dos de sus benefactores posteriores. Enfrente se encuentra “La Colegial”, más tarde iglesia de Santa María la Mayor, es el templo principal de la ciudad probablemente asentado sobre otro visigodo y más tarde sobre la mezquita de tiempos musulmanes. Es una construcción que se comienza en el siglo XIII y se acaba en el XVIII por lo que se mezclan en su estructura diferentes estilos.

Es de destacar el rosetón múdejar de la puerta principal teniendo el acceso norte  por la conocida como puerta de los Apóstoles que es del siglo XVI. Son interesantes los capiteles adornados con figuras humanas de sabor todavía románico y las bóvedas de crucería de las naves principales y de algunas de sus capillas. De gran belleza es el sepulcro de los Loaysa en pizarra negra y otro enfrente de él en mármol blanco, ambos del siglo XV. En esta misma capilla se encuentra la piedra sobre la que la creencia popular ha querido ver las huellas de los pies y el báculo de San Vicente, piedra que tiene una rocambolesca historia en la que el ayuntamiento talaverano financió el robo de la misma por un individuo al que sorprendido, se quiso procesar en Castillo de Bayuela ya que la roca en cuestión se encontraba en la Sierra de San Vicente. Alberga también este templo los resto de Fernando de Rojas, el autor de “La Celestina” y según algunos también los de doña Leonor de Guzmán asesinada en el alcázar de la ciudad por orden de la reina doña María de Portugal. Otra curiosidad histórica es la visita del Arcipreste de Hita a los canónigos de la colegial para reprenderles por su escandalosa costumbre de vivir amancebados con barraganas, visita que el mismo Juan Ruíz nos cuenta en su Libro del Buen Amor. No dejaremos de recorrer el bonito claustro gótico.

Puerta posterior del antiguo ayuntamiento. tal vez por esa puerta entraba el alcalde por el estado noble, el bachiller Fernando de Rojas
Puerta posterior del antiguo ayuntamiento. tal vez por esa puerta entraba el alcalde por el estado noble, el bachiller Fernando de Rojas

Junto a La Colegial se encuentra el que fue antiguo ayuntamiento de Talavera, en el ejerció sus funciones de alcalde Fernando de Rojas y actualmente alberga la Delegación de la Junta de Comunidades por lo que puede ser visitado.

Monasterio Jerónimo de Santa catalina en un cupón de los años 50 pro coronación de la Virgen del Prado
Monasterio Jerónimo de Santa catalina en un cupón de los años 50 pro coronación de la Virgen del Prado

Entre este edificio y la torre de La Colegial se accede a la plaza del Cardenal Tenorio llamada así en honor de este paisano que construyó y fundó numerosas obras hospitalarias y monasterios además de su realización más conocida, el puente del Arzobispo. Por esta plaza se accede a una de esas fundaciones, el Monasterio de Santa Catalina, aunque hoy día es más conocido por el nombre de San Prudencio, debido a que alberga la institución que llevaba ese nombre y que acogió a niños desvalidos de Talavera, Velada y Vitoria. Su protector, Jacinto Aguirre era vasco, su hijo Prudencio, al que debe su nombre la institución, murió siendo niño y las posesiones de este terrateniente, mayoritariamente situadas en término de Velada sirvieron para financiarla. Este Monasterio de Santa Catalina, cuyo símbolo, la rueda con que fue martirizada, se puede contemplar labrado en el exterior del ábside, fue habitado por monjes jerónimos y por ello también se conoce su iglesia como de San Jerónimo. Aunque la primitiva construcción de 1397 era mudéjar y queda algún resto que nos sugiere ese estilo como la puerta y alguna ventana situadas en la plaza del Cardenal Tenorio, la mayor parte del edificio de la iglesia pertenece a los siglos XVI y XVII y es de estilo predominantemente renacentista con un toque de herreriano. El cabecero es de composición muy bella con retablo barroco y frontones segmentados con figura y pináculos. La escalera de subida al coro es una curiosa construcción granítica suspendida. Para contemplar la iglesia en toda su magnitud debemos rodear el conjunto por la calle Río Tajo y la travesía de San Jerónimo y así acceder además al antiguo lagar de los monjes destinado a museo etnográfico.

Panel de azulejos de Ruiz de Luna que representa a San Prudencio en la entrada de la Fundación Aguirre
Panel de azulejos de Ruiz de Luna que representa a San Prudencio en la entrada de la Fundación Aguirre

Tomamos la calle del Horno que se dirige al antiguo huerto de San Agustín. Precisamente ahí se encontraba el antiguo alcázar de Talavera, donde vivieron los gobernadores árabes y cristianos, pernoctaron los reyes y fue asesinada y enterrada la madre de Enrique de trastamara, doña Leonor de Guzmán. Hoy solamente quedan sus cimientos y algunos muros en el interior del huerto, aunque se está excavando para hacer un parque arqueológico. Por esa misma calle accedemos al Museo Ruíz de Luna, si está abierto podremos conocer una de las mejores colecciones de cerámica del mundo, recogidas en su mayoría por este ceramista que supo reimpulsar la más paradigmática artesanía de nuestro pueblo. El edificio donde se ubica no es otra cosa que el propio convento de San Agustín fundado por San Alonso de Orozco en 1566. Fue la Casa Madre de la Orden de los Agustinos Recoletos y antes de ser museo también se alojaron en el edificio las primera instalaciones docentes de Talavera.

Aeco de San Agustín por donde pasaban los frailes al huerto.
Aeco de San Agustín por donde pasaban los frailes al huerto.

En la placita de San Agustín se puede contemplar la fachada de ladrillo de la iglesia del convento que, como otras construcciones que veremos más adelante, es obra de Fray Lorenzo de San Nicolás, arquitecto que dejó en Talavera durante el siglo XVII una buena muestra de su peculiar obra en ladrillo. Esta iglesia también fue teatro, liceo y casa de vecindad y está destinada a exhibir la azulejería del museo.

Murallas de la alcazaba en una antigua postal
Murallas de la alcazaba en una antigua postal

Salimos de la plaza de San Pedro y nos dirigimos hacia la izquierda pasando por el convento de la Encarnación de las madres Bernardas. Fue fundado con la dote del mayorazgo de doña María de Albornoz al que se uniría al enviudar el de su marido el marqués de Aravaca, cuando falleció ahogada mientras se bañaba bajo los arcos del Puente Viejo. En este monasterio se encuentra el sepulcro del cardenal Gil de Albornoz, de la familia de los fundadores. Nos dirigimos después hasta la plaza de Villatoya, que deba su denominación a la presencia en la misma del palacio de los marqueses de Villatoya. Es un palacio gótico del siglo XV donde durmieron varios reyes de paso por la ciudad, se accede por una portada de arco rebajado decorado con exorno de pináculos y bolas y el portal cuenta también con dos robustos arcos torcidos.

Seguimos nuestro paseo por la calle del Teatro y en la desembocadura de la misma encontramos el Teatro Victoria que le da nombre, es un edificio de principios de siglo recientemente restaurado. La fachada tiene un encanto especial por su decoración con personajes del teatro y la música en cerámica de Ruíz de Luna.

Rincón del casco viejo en la Plaza de San Agustín
Rincón del casco viejo en la Plaza de San Agustín

Frente al teatro se halla un palacio, el de los condes de la Oliva, otro ejemplar de los muchos palacios de la hidalguía local que hubo en Talavera. Nos hallamos en la plaza del padre Juan de Mariana, hijo de un canónigo de la Colegial y precursor en España de las ciencias históricas a quien se levantó el monumento que se erige en la plaza por suscripción nacional en 1888. “Príncipe de los Historiadores” se le llama en la placa que puso la Real Academia de la Historia en el pedestal de su estatua de bronce, con motivo de cuya inauguración Benito Pérez Galdós dijo que Talavera era “la patria de la historia por ser la patria de Mariana”. Enfrente del monumento se encuentra el ayuntamiento actual que fue palacio arzobispal. Terminamos aquí nuestro recorrido por “La Villa”, la Talavera más antigua cercada por el primer recinto de la muralla.

FOTO AÉREA DE 1934 Y PATRIMONIO DESTRUIDO DESDE ENTONCES

FOTO AÉREA DE 1934 Y PATRIMONIO DESTRUIDO DESDE ENTONCES

Fotografía aérea de 1937
Fotografía aérea de 1937

Vamos a recorrer con atención esta foto realizada en plena Guerra Civil y que además de otras cuestiones sumamente interesantes, como la arquitectura popular de la ciudad y los cambios urbanísticos, nos muestra algunos elementos patrimoniales desaparecidos desde entonces que comentaremos.

Vemos cómo se mantiene todavía en pie la iglesia de san Miguel con la torre y el templo todavía con sus cubiertas
Iglesia de san Miguel y plaza de Aravaca

En primer lugar observamos todavía techada la torre de la iglesia de San Miguel, el edificio del templo parece encontrarse completo y todavía no se comunicaba la plaza de San Miguel con la Portiña de San Miguel. El pórtico sur todavía no está tapiado formando la vivienda actual.

En la Plaza de Aravaca se conservaban los edificios antiguos, como el de la derecha que era el palacio de los marqueses que dan nombre a la plaza.

San Pedro y Torre del Reloj
San Pedro y Torre del Reloj

La segunda foto parcial nos muestra la torre del reloj con su vieja estructura anterior a esta y el edifico adosado que da la sensación de ser una torre albarrana reutilizada en la que se percibe el hueco relleno de la propia torre. Puede que esta fuera la torre que pidió Fernado de Rojas que le permitiera utilizarla al ayuntamiento.

A la izquierda se observa el techo almenado de la torre que aloja la capilla del Cristo de los Mercaderes.

La plaza de Santa Leocadia y calles Carnicerías y Pescaderías
La plaza de Santa Leocadia y calles Carnicerías y Pescaderías

La tercera imagen nos enseña la plaza de Santa Leocadia con el templo tras el edificio con numerosas ventanas. La torre de la iglesia todavía se mantiene en pie.

Es también curioso reseñar la existencia todavía de la calle carnicerías con la manzana que entonces la separaba de la plaza de Santa Leocadia, hoy inexistente, la torre albarrana que ha sido restaurada y que entonces se mostraba con los muros descarnados, sin sillares. y la que entonces era calle pescaderías y que pasaba por la puerta de Sevilla, hoy exenta.

Iglesia y claustro del antiguo convento de San Francisco
Iglesia y claustro del antiguo convento de San Francisco

En la cuarta foto vemos la iglesia de San Francisco pero mantiene todavía el claustro y la planta del monasterio franciscano que fue antes de convertirse en parroquia.

Convento de la Trinidad
Convento de la Trinidad

Por fin traemos una quinta foto parcial en la que todavía se mantiene en pie el monasterio de La Trinidad, cuya destrucción fue uno de los últimos atropellos a nuestro patrimonio y del que solamente quedan las portadas  del antiguo convento en los portales del edifico moderno que se construyó en su solar.

DIOSES DEL AGUA

DIOSES  DEL AGUA

En este nuevo capítulo de «Ríos de Historia» se trata del culto a los dioses relacionados con el agua y los ríos en la comarca de Talavera

Ya sabemos que algunas deidades vettonas estaban relacionadas  con el agua como es el caso del culto al dios Vaélico que dejó algunas aras votivas en el entorno del castro de El Raso y la desembocadura de la garganta de Alardos en el Tiétar.

Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda

Ya en época romana también se han encontrado inscripciones en lasestelas halladas en la misma Talavera a una diosa también relacionada con las aguas que es la diosa Ataecina, que para algunos eruditos también se relacionaba con los vados de los ríos y con los caminos y cañadas ganaderas. Es además la diosa del renacer, de la primavera y de la fertilidad, de la naturaleza y también de la curación, tiene relación concultos lunares y está también relacionada con la noche. Los romanos la identificaron con Proserpina, diosa también de los campos que volvía en primavera desde los infiernos para darles fertilidad. Su hija era Ceres la tan venerada en Talavera en la antigüedad con la fiesta de las Mondas.

Tiene así mismo la diosa Ataecina una componente como deidad o ninfa protectora de las aguas mineromedicinales, lo que entronca con su carácter de dispensadora de la salud y la fecundidad humana y de los campos. Es por ello que su culto se realizaba en altares o aras ubicados en las cercanías de estas surgencias de aguas que eran consideradas como poseedoras de especiales virtudes, aunque su santuario principal se situara en la lejana ciudad bética de Turóbriga, y aunque el mayor número (unas cincuenta) de las dedicatorias a esta diosa céltica, es en los muros, suelos y alrededores inmediatos de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal ( palabra que significativamente quiere decir zona encharcada), cercana a la localidad cacereña de Alcuéscar, y levantada en el mismo lugar donde existió un antiguo santuario dedicado a la Dea Sancta Adaegina.

Escultura moderna que representa al los dioses vetones Endovélico y Ataecina en el embalse de de Arenas de San Pedro

La nuestra «Señora», «La Santa Señora» o «La Santa Diosa», unos epítetos muy poco frecuentes que también se dan en el dios Endovéllico o Vaélico y demuestran su importancia religiosa. Es representada con diferentes atributos, destacando la paloma blanca, la palma o el ciprés, la vid y sobre todo la cabra, de la que se han encontrado en sus lugares de culto exvotos representándola. Además de invocarla para pedir una curación también se hacía para maldecir a alguien, y el resultado podía ser desde pequeñas aflicciones del maldito hasta su muerte.

Para algunos puede que la diosa que fenicios y cartagineses llamaban Astarté y Tanit, reflejadas en la Dama de Baza y la Dama de Elche, fueran otras iconografías de esta divinidad.  Coincidió en algún lugar de Extremadura que los cristianos mantuvieron su culto bajo la advocación de Santa Eulalia.

En la propia Talavera hay una dedicatoria a esa diosa que

dice “A Ataecina, Flavio, hijo de preso le cumplió un voto con libre ánimo” , según Domingo Urbina

También en Caleruela hay otra muy curiosa en la que un soldado llamado Baso, hijo de Ioubeo, “caballero del ala vetona” del ejército romano “puso un ara en cumplimiento de un voto con libre ánimo”  Según transcripción de José Vidal Madruga:

Bassus / Turobri(gensis) / eques a/l(a)e Vetto/num ara/m posit / Ataecin/ae votu/m solv(it) / [l]iben[s] / [merito]

DOS HISTORIAS PARALELAS

DOS HISTORIAS PARALELAS

El mudéjar de Guadalupe guarda grandes similitudes con la arquitectura de la Colegial de Talavera El mudéjar de Guadalupe guarda grandes similitudes con la arquitectura de la Colegial de Talavera

1154 (Río Guadalupejo)

Un hombre jadeante se inclina para beber en las orillas del río Guadalupejo. Sus cuatro compañeros aguardan inquietos, ocultos entre los alisos. Miran en todas las direcciones, como esperando una desgracia que puede sobrevenir en cualquier momento.

Uno de ellos observa cómo el borrico que les acompaña levanta dolido la pata por la caída que ha sufrido en plena huida. Los fugitivos presentan un aspecto poco adecuado para andar por estas sierras, con sus túnicas de seda llenas de arabescos y desgarradas por las zarzas. El que va armado toma el asno del ramal y se dirige hacia la espesura donde, después de descargar un fardo con sumo cuidado, se santigua y asesta una certera puñalada en el cuello al animal que cae desangrándose dando espasmódicas coces de agonía. Con el mismo cuchillo descoyunta una de las patas del pollino que se echa al hombro. Se acerca al resto del grupo y en voz baja le dice al más anciano:

-¡Vamos! Ese no volverá a delatarnos con sus rebuznos. Deprisa, que nos van pisando los talones.

El grupo asciende la empinada cuesta de la ribera entre los robles, han conseguido su objetivo. Los perseguidores han dejado en paz al grueso del grupo que se separó al cruzar el Guadiana dirigiéndose hacia La Xara. Pero, aunque los despistaron, ahora casi oyen la respiración de los soldados de la media luna.

-Debemos esconderla antes de que nos cojan – dice el anciano señalando el fardo.

Junto a una fuente se levantan algunas pizarras que intentan formar una balsa para que beba el ganado. Los hombres sacan sus cuchillos y excavan con ellos la tierra. Ponen una de esas lanchas en el fondo del agujero y otras en los lados formando una caja. Introducen el paquete en su interior. Mientras, el anciano escribe sobre un pergamino que deposita también en el nicho antes de taparlo con piedras y tierra. A continuación,  los cinco hombres desaparecen entre los castaños.

,,,y pidieron los mozárabes huidos de Sevilla ser acogidos en las tierras de Talavera ,,,y pidieron los mozárabes huidos de Sevilla ser acogidos en las tierras de Talavera

Año de 1155 (Talavera)

Junto a la torre de la Colegial esperan los vecinos la llegada del cabildo. Los regidores y hombres buenos van apareciendo por la plaza del Pan y se sientan en la escalinata que, desde tiempo inmemorial, ha servido para las reuniones públicas de la villa. Al final hacen acto de presencia los canónigos el arcediano y otros clérigos de la villa.

Bruscamente cesan el bullicio y los comentarios de la gente cuando ven aparecer, ataviados con vestidos a la morisca, a unas decenas de personas que a primera vista parecerían mendigos, sino fuera por que sus rostros y los nobles pero destrozados harapos que les adornan indican una crianza acomodada.

Imagen de la virgen de Guadalupe en cerámica

A la cabeza va un hombre de edad vestido con sus atributos de obispo que en voz alta se dirige al concejo diciendo:

– Cuando Ab al Mumerr y sus fieras almohades comenzaron a matar a los nuestros en Sevilla, cuando la desgracia llegó a nuestras casas y fueron quemadas nuestras iglesias. Dejamos nuestra tierra, en la que antes nos permitieron vivir los hijos de Mahoma y tuvimos que huir hacia el norte. Llegamos a vuestra villa donde fuimos acogidos y alimentados como hermanos. Hoy, mis amados hijos quieren apelar nuevamente a vuestra caridad para poder ganar el pan que hasta ahora vuestra beneficencia nos ha otorgado. Por esta razón, pedimos a la villa tenga a bien otorgarnos, dentro de los límites de su alfoz, la tierra donde poder construir nuestras casas, aprovechar nuestras granjerías y labrar nuestra propia tierra

Un rincón de Gargantilla, anejo Sevilleja de La Jara, que antes se llamó Cordobilla por ser repoblada por mozárabes huidos de Córdoba

-Los regidores han deliberado y, animados por vuestros hermanos mozárabes que habitan en esta villa, hemos decidido concederos para poblar las tierras que junto a la sierra del Puerto Viejo se hallan incultas y despobladas, para vosotros y vuestros hijos.

-Dios premiará en el cielo lo que hacéis con estos cristianos desdichados que, en recuerdo de la ciudad donde nacieron, llamarán Sevilleja a su nueva patria – respondió el obispo Clemente.

Imagen que muestra la aparición de la Virgen a Gil Cordero indicándole donde se halla la imagen de Guadalupe Imagen que muestra la aparición de la Virgen a Gil Cordero indicándole donde se halla la imagen de Guadalupe

 1274 (  Río Guadalupejo )

Dos hombres se afanan en cargar una mula con anchos caños de corcho recién pelado. Emprenden el camino dejando atrás los rojizos troncos desnudos de los alcornoques.

-Vamos Damián – dice uno de ellos- hay que cubrir la santa imagen antes de que empiecen las lluvias

-Pero decidme ¿Cómo fue hallada la Virgen?. Sabéis que soy nuevo en Alía y no conozco la historia.

-Pues resulta que se hallaba un pastor llamado Gil Cordero por estas sierras y perdió una de sus vacas. La encontró muerta cerca del río y, cuando iba a hacer la cruz sobre ella para desollarla, la vaca se levantó viva apareciéndose la Virgen María en ese momento. Le dijo que fuera a su tierra y avisara a los clérigos y a las gentes para que buscasen en el lugar donde estaba la vaca muerta, porque allí se hallaba una imagen suya. No creyeron al pastor pero, cuando un hijo de él sanó milagrosamente de una mala enfermedad, decidieron cavar y hallaron la imagen con una campanilla y un pergamino. Ya sabéis que con estos corchos haremos el tejado de la capilla que la guardará.

EL ALCALDE BRUJO DE TALAVERA

EL ALCALDE BRUJO DE TALAVERA

Detalle de un panel de azulejos talaveranos en que se representa al diablo
Detalle de un panel de azulejos talaveranos en que se representa al diablo

El licenciado Alonso de Montenegro era alcalde de Talavera a mediados del siglo XVI. En 1558, una beata que vivía junto al convento de la Madre de Dios le denuncia por nigromante o brujo ante el comisario del Santo Oficio, según nos cuenta J.Blazquez de Miguel en su magnífico trabajo sobre «Herejía y Heerodoxia en Talavera».

En una discusión con su hermana la denunciante le había oído decir que los dos eran moros, y que el abuelo de ambos le había dejado un libro de encantamientos por el que sin tener dinero ni heredades podría tener de comer para toda la prolongada vida que le esperaba. Para que los encantamientos del libro tuvieran su efecto debía cumplir con los preceptos de sus antepasados y renegar de la fe cristiana, a lo que le obligó su padre escupiéndole después en la cara para confirmarlo. El brujo le ordenó a su hermana que también renegara y adorara al diablo pero ella se negó, por lo que la discusión fue a mayores golpeándola y arrastrándola del pelo.

A ella también le achacaban las gentes no pocas barbaridades, pues se decía que había consentido el asesinato de uno de sus hijos, otro se había ahogado en extrañas circunstancias y un tercero había sido azotado salvajemente por su propio padre y su tío Montenegro, crucificándole y coronándole de espinas.

Representación de los demonios llevando las almas condenadas en el Juicio Final en azulejería de Piedraescrita
Representación de los demonios llevando las almas condenadas en el Juicio Final en azulejería de Piedraescrita

También la acusaban de permitir las relaciones de su hijo con varias mujeres entre las que se encontraba una criada de la casa a la que hicieron abortar y enterrar el niño en el corral después de asesinarlo. Incluso se aseguraba que en un cuarto retirado de su casa conservaban carne momificada de niños colgando del techo y que Montenegro mantenía además relaciones sexuales con su hermana. El alcalde nigromante contrajo matrimonio tres veces en tierras navarras y otra más con una mujer de Santa Olalla con fama de judía pero con cierta fortuna, terminando así con sus apuros económicos.

Llegó más tarde a ser alcalde de Talavera y se decía que castigaba a los buenos y mandaba liberar a los malos, entre los que se contaba una mujer a la que favoreció a cambio de que le enseñara sus artes maléficas. Se acusó a la presunta bruja de haber ido con él al cementerio de El Salvador donde le aconsejó que a la luz de una vela de pez y delante del libro de su abuelo reverenciase a Lucifer y a cambio de su favor le entregasesu alma y la de sus tres hijos. También conseguía, según las acusaciones de varios testigos, provocar fuertes tormentas e inundaciones contra los “cristianillos talaveranos” y sabía conjuros de amor por los que hacía que se enamoraran los jóvenes. Cuando más tarde se casó con las tres mujeres navarras y fue descubierto, el polígamo reconoció serlo y alegó estar enamorado de las cuatro mujeres. No se libró por ello de ser condenado a galeras, aunque por ser hidalgo pudo evitar el castigo pagando una multa. El comisario del Santo Oficio consultó el caso con el prior del convento dominico de San Ginés, pero no sabemos si porque era hombre influyente o porque no había pruebas de los hechos denunciados se olvidó la cuestión.

Demonios y monstruos en un panel del siglo XVI sobre la vida de San Antonio Abad

Los Montenegro eran una noble familia que fundaron a finales del siglo XV la capilla de Santa María del Pópulo en la Colegial enterrándose allí el fundador de la misma y padre o abuelo de nuestro brujo, llamado también Alonso de Montenegro.

FOTOS ANTIGUAS DE VEHÍCULOS

Diligencia en la calle mesones a principios de siglo
Pequeño autobús en la plaza del Reloj a principios de siglo
Vehículos de los años 30 junto a la antigua delegación del Banco Español de Crédito
Vehículos en la Plaza del Reloj en los años 50
Aparcamiento de motos en la plaza del Reloj en los años 60

Un guardia detiene a un vehículo en los años cincuenta en la Plaza del Reloj. detrás aparece el bar Metro nuevo y la consulta de Tuñón el dentista

Un guardia detiene a un vehículo en los años cincuenta en la Plaza del Reloj. Detrás aparece el bar Metro nuevo y la consulta de Tuñón el dentista

Vespas circulando delante del guardia en los años sesenta en la plaza de la La Tropical. Todavía circulan carros tirados por caballerías en la todavía rústica Talavera de la época. Al fondo edificios desaparecidos junto a lo que era el Hostal del Tigre, y a la izquierda en construcción el edificio emblemático de el gran arquitecto talaverano de la Casa
Vespas circulando delante del guardia en los años sesenta en la plaza de la La Tropical. Todavía circulan carros tirados por caballerías en la todavía rústica Talavera de la época. Al fondo edificios desaparecidos junto a lo que era el Hostal del Tigre, y a la izquierda en construcción el edificio emblemático de el gran arquitecto talaverano de la Casa
Carrera ciclista con viejo autobús de apoyo a los equipos
Los ciclistas acompañan a la comitiva fúnebre del ciclista talaverano Joaquín Polo fallecido en accidente
Taller de tractores en la puerta Cuartos
Taller de tractores en la puerta Cuartos?
Autobús de la línea Toledo-Talavera de 1938
Autobús de la línea Toledo-Talavera de 1938
La Jareña
Los antiguos autobuses urbanos en los años 70. Parada de los Arcos del Prado
Otra línea de autobuses que daba servicio a La Jara
Vehículos agrícolas en CIMASA

BRUJAS TALAVERANAS

BRUJAS TALAVERANAS

La Celestina, la más famosa de las brujas talaveranas
La Celestina, la más famosa de las brujas talaveranas

En la patria de La Celestina, la más famosa hechicera de todos los tiempos, encontramos en los procesos inquisitoriales investigados por Juan Blázquez de Miguel varios casos de talaveranas encausadas por sus supuestas prácticas brujeriles.

Una de ellas es Rosa, una criada de la noble familia de los Gaitán que es acusada ante el Santo Oficio por intentar hacer determinados rituales para atraer a los hombres con los que pretendía relacionarse. Estos conjuros se unían a veces a la ligazón o provocación de impotencia del amado para que no pudiera mantener con otras mujeres relaciones sexuales. Y de ahí precisamente viene la palabra ligar, empleada para definir las relaciones entre jóvenes, o flirteo que dicen los anglosajones. Estos rituales eran muy variados pero en el caso que nos ocupa se hacían mediante algunas jaculatorias que recitaba a Santa Margarita, y otra más curiosa en la que Rosa mezclaba a personajes mitológicos con sus deseos sexuales: “Conjúrote agua mistura dañada por el gran Plutón y por Proserpina y por la laguna Estigia y su confusión por el cancerbero y las furias infernales y por todos sus secuaces y por aquellos que conjurar te puedo”. Aunque la Inquisición intervino en este caso no dieron demasiada importancia a las invocaciones de la chacha enamorada.

Hubo en el siglo XVI varias brujas en Talavera conocidas por toda la población. Una de ellas era Francisca Virueña, que había enseñado algunos conjuros a Montenegro, el alcalde brujo de nuestra ciudad al que nos referiremos en posteriores capítulos. Otra bruja que tenía atemorizada a la villa por su agresividad era una tal Isabel Hernández. Ambas eran amigas, pero enemigas acérrimas de una beata llamada Catalina González, quien por otra parte había denunciado a Montenegro ante el Santo Oficio. En cierta ocasión en la que la encontraron en la ermita de los Santos Mártires, hoy desaparecida pero que se situaba en las cercanías de la actual iglesia del mismo nombre, intentaron ahorcarla entre las dos brujas, cortarla la lengua y aplastarla la cabeza con una piedra si no renegaba de su fe. Para convencerla intentaron también hacerla ver lo rica que sería si se entregaba a las fuerzas infernales, y para ello lanzó Francisca dinero al aire invocando a Barrabás, a Satanás y al Diablo Cojuelo, asegurando los testigos que las monedas estuvieron un rato revoloteando por el templo.

La más famosa bruja que aparece en los expedientes de la Inquisición referentes a Talavera fue Catalina Sánchez. De ella se decía que a medianoche hacía toda una serie de ritos satánicos en torno a la iglesia de San Andrés, junto al panteón de los Carvajales, unos nobles talaveranos protectores de esa iglesia cuyos restos se encontraron en el siglo XIX revueltos y maltratados al abrir la cripta. Llevaba Catalina nueve monedas, número cabalístico, que colocaba en las esquinas del templo, y como hemos podido ver en tantas películas, trazaba un círculo, considerado como puerta del infierno por oposición a la cruz. Se metía en él e invocaba después a los Carvajales en la iglesia de San Andrés

Placa de los Carvajales en la iglesia de San Andrés, bajo la que Catalina hacía sus brujerías

Los elementos más pintorescos eran utilizados por las brujas en sus pócimas demonios que aparecían en forma de cochinos que intentaban acometerla, aunque ella se defendía lanzándoles agua bendita y amenazándoles con reliquias de santos.

En 1649 es procesada otra mujer llamada Mariana Álvarez por sus prácticas curanderiles para quitar el “fuego en el rostro”. Otro curandero de Castañar de Ibor al que acudían las mujeres que habían dejado de producir leche en la lactancia, daba unas sopas de pan a una perra que estuviese criando y cuando el chucho las tenía bien babeadas se las daba a la mujer para que produjera leche.

Otras prácticas por las que fueron procesadas brujas de la tierra talaverana estaban relacionadas con los juegos de azar y otros procedimientos con los que intentaban hacerse ricas. Como el que usaba una mujer apodada “la Carroña” que ya en el siglo XVIII llevaba una sota de espadas a misa y cuando consagraban la hostia decía “Adórote sota de espadas”. Con esta simpleza pretendía ganar a los naipes la riqueza que le había negado la fortuna.

Las Hechiceras

...y el galán perdió su virilidad...
…y el galán perdió su virilidad…

Juan Blázquez nos cuenta en su estudio sobre los procesos de la Inquisición en Talavera varias causas en las que las mujeres hacían prácticas hechiceriles, algo diferentes en el concepto a las de las brujas, pues en general solamente pretendían con ellas atraer a los varones. Una de estas hechiceras era Francisca, una prostituta con marido consentidor que había sido desterrada a Talavera. Se la conocieron varios hechos entre los que abundaban los rituales para conseguir que determinados varones se enamoraran de sus clientas y durante los que invocaba en su patio al Diablo Cojuelo, mientras con un sarmiento azotaba a una banqueta. Era éste un demonio muy popular y conocido por su rapidez, sus travesuras y haber traído a los humanos los pecaminosos bailes de la chacona y la zarabanda.

Juana de Mora hacía también conjuros para atraer a los caballeros hacia sus enamoradas, que para conseguirlo debían quitarles alguna prenda, como botones o trozos de tela de sus trajes. Algo en definitiva que antes hubieran tocado sus víctimas, como hace La Celestina cuando le pide a Melibea un papel con una oración que tiene a Santa Apolonia contra el dolor de muelas, lo que se conoce como prácticas de philocaptio por los estudiosos de los temas brujeriles.

Teresa García era otra hechicera que utilizaba un conjuro mientras quemaba romero en su cocina. Si los restos y cenizas quedaban blancos era buena señal, pero si quedaban negros había poca esperanza de que volviera el hombre amado. Más chocante aún era coger un tiesto de tierra pisada con el pie izquierdo y decir el conjuro más utilizado en estos menesteres: “ Con dos te miro, con tres te mato, la sangre le bebo, el corazón le parto, que vengas tan sujeto a mí como la suela de mi zapato”.

Otro remedio utilizado por una bruja llamada Francisca era hacer un bollo con sangre menstrual de la enamorada y dárselo a comer al hombre deseado, asegurándose la eficacia del remedio colocando bajo la cama un tiesto con un cagajón de burro y semillas de centeno, que luego, ya crecido, se cortaba y se mezclaba con lechuga dándoselo al infeliz de turno. Las habas se utilizaban para, según se dispusieran al tirarlas, saber si habría o no relaciones sexuales con el amado.

También eran elementos muy frecuentes en estos ritos el cilantro, la sal, y la soga o el unto de ahorcado.La muy conocida bruja talaverana Catalina Sánchez decía conocer unos polvos secretos que rociados sobre la cabeza del amado le hacían caer en los brazos de su clienta, despertándosele por la noche un gran deseo de tener relaciones sexuales con ella. Como otras hechiceras, también ligaban a los hombres, es decir, les dejaban impotentes para que no tuvieran relaciones con otras mujeres o simplemente

“Se quejaba por toda la villa de que se había acostado con tres piernas y se había levantado con dos” por motivos de venganza. Como le sucedió con María Peña a un tal Miguel de Lagartera, que tuvo con ella una disputa por el trigo en un molino y por la noche le hizo desaparecer el pene, según él mismo clamaba por toda la villa, diciendo que se había acostado con tres pies y había amanecido con dos. Él mismo después de intentar otros remedios, acudió a la hechicera que, metiendo sus manos bajo un guardapies que le colocó y manipulándole la zona hechizada consiguió que le apareciera el preciado órgano por el que tanto suspiraba la víctima. Otra forma de ligar a los hombres era hacer cinco nudos en un pañuelo manchado de semen de la víctima, elemento muy frecuente también en estos conjuros junto a los pelos del pubis. Uno de estos hombres aseguraba a sus vecinos y al Santo Oficio que «se sintió muy malo, con grandes dolores en sus partes…y el miembro viril se le encoxió de tal manera que le parece ha quedado casi sin nada»

Ya en el siglo XVIII, otra bruja llamada Bernarda González utilizaba para desligar o curar la impotencia otros métodos más pintorescos. El primero era dar al afectado tres cintas verdes con tres nudos que debería ir arrojando en la calle en diferentes lugares. El otro sistema consistía en conseguir en tres iglesias diferentes tres pucheros de agua bendita y cocer en ella una gallina negra para después lavarse los genitales rezando cinco Credos a San Antonio. Esto de la ligazón era creído hasta por la propia Iglesia que lo condenaba y daba algunos remedios para ello, como rezar en demasía, la repetición exhaustiva de la señal de la cruz, e incluso el exorcismo.