Archivo de la etiqueta: ruta

RUTA DESDE PUSA A CEDENA

RUTAS Y SENDEROS  13

DESDE PUSA A CEDENApusacedenaruta

Hoy nuestro paseo discurre por la parte más oriental de nuestra comarca, iniciamos nuestro recorrido en San Martin de Pusa. Vale la pena dar un paseo por el pueblo y observar algunos ejemplares de la arquitectura popular típica de la zona, es una arquitectura del llamado aparejo mudejarista o toledano, con fachadas con machones e hiladas de ladrillo que enmarcan paños de tapial o de mampostería. El palacio de los señores de Valdepusa que se encuentra en la plaza, es buena muestra de esta forma de construir, en el interior del palacio se esconde un verraco de piedra que formaba parte de la cimentación del edificio.

Iglesia de San martín de Pusa y delante la que fue casa del administrador de los marqueses de Valdepusa y lugar donde la tradición local asegura que durmió Santa Teresa
Iglesia de San martín de Pusa y delante la que fue casa del administrador de los marqueses de Valdepusa y lugar donde la tradición local asegura que durmió Santa Teresa

Desde la plaza nos dirigimos a la iglesia, una gran mole de ladrillo no exenta de gracia, en su interior podemos contemplar un magnífico sagrario de plata y ébano,  obsequio a la parroquia en el siglo XVII de los señores feudales.

En una casa cercana a la puerta oeste de la iglesia parece que pernoctó Santa Teresa en su andariego trajinar cuando volvía de Guadalupe vía Espinoso y se dirigía a ver a su sobrina en la Puebla de Montalbán.

Fuente de la plaza y detrás el palacio de los marqueses de Valdepusa
Fuente de la plaza y detrás el palacio de los marqueses de Valdepusa

No debemos marcharnos de San Martin sin conocer la Ermita del Cristo de Valdelpozo,también de aparejo mudejarista y bien conservado artesonado. En la casa aneja del santero ,en mitad de una habitación se encuentra el pozo donde fue arrojado el Cristo para preservarlo de la destrucción en tiempos tumultuosos.

Junto a la Iglesia discurre la carretera que nos llevará a Villarejo de Montalbán. Este pequeño pueblecito merece una parada para ver el puente romano que se encuentra aguas abajo del caserío. La iglesia también tiene cierto encanto, la escalera de caracol de la torre es de buena sillería de granito como el resto de la obra, y podemos observar en el coro algunos canecillos de madera bellamente labrados.

Seguimos por un camino paralelo al Cedena que asciende río arriba hasta encontrarnos con una elevación formada por grandes batolitos de piedra, es el conocido como Riscal de Velasco, y vale la pena ascender a la cumbre de este estratégico cerrete que albergó desde un yacimiento amurallado de la Edad del Bronce, hasta partidas de carlistas, pasando por un poblado romano y otro medieval. La vista sobre el valle del Cedena es muy hermosa.

Puente sobre el río Cedena junto al molino campanero
Puente sobre el río Cedena junto al molino campanero

Continuamos sin dejar el camino y los conejos y perdices se  cruzan con frecuencia, ya que es ésta una zona de gran abundancia cinegética. Llegamos a un caserío desde donde descendemos hasta el río, allí en un lugar donde la tranquilidad y soledad están aseguradas, encontramos un paraje de lo más ameno formado por el Molino Campanero del sigloXVII, un puentecillo que daba acceso a él y las praderas y arboledas cercanas al Cedena.

Vista desde la ermita de San Sebastián en Los navalmorales, con las rañas, olivares y sierras jareñas al fondo
Vista desde la ermita de San Sebastián en Los Navalmorales, con las rañas, olivares y sierras jareñas al fondo

Desde el Cortijo de los Pobres, que es el caserío antes aludido, parte un camino que nos conduce directamente a los Navalmorales. Otra alternativa es volver a Villarejo y tomar un camino asfaltado que nos lleva también  a este  pueblo, llamado así por estar antiguamente dividido en dos, Navalmoral de Pusa y Navalmoral de Toledo, que al fusionarse en el siglo pasado formaron la actual localidad, centro de comunicaciones y pequeña capital económica de la subcomarca de Valdepusa. Es de destacar la iglesia parroquial en piedra y ladrillo con una torre esbelta y con una curiosa reja adornando la ventana de una capilla.

Capilla de Los navalmorales con imagen del Cristo y azulejería talaverana de repetición con un original motivo,
Capilla de Los navalmorales con imagen del Cristo y azulejería talaverana de repetición con un original motivo,

Es de interés el ascenso a la ermita del Cristo que se levanta en la cumbre de la sierrecilla cercana, para contemplar desde ella las tierras rojas y los olivares, recomendable al atardecer.

Otros parajes dignos de una visita son los baños medicinales, de ellos parte un arroyo rodeado de huertecillos y agradable para el paseo. También son curiosos los pozos de las antiguas minas de La Herrera, situados junto a la carretera que conduce a Navahermosa y que abastecieron de mineral a las ferrerías del Mazo en Los Navalucillos.

Tanto en San Martin como en los Navalmorales podemos comer  platos caseros y caza en varios establecimientos y a precios muy asequibles.

Aceite y mazapán

No debemos marcharnos sin adquirir aceite de oliva virgen de la mayor calidad y de menor coste que los embotellados. Hay una cooperativa en Los Navalmorales y otra en San Martin donde comprarlo y reponerse del viaje con una rebanada de pan de pueblo con aceite y azúcar.

Tanto en San Martin como en Los Navalmorales se fabrica un mazapán exquisito, almendra y azúcar como únicos componentes y horno tradicional con leña de retama, tienen el secreto.

En término de los pueblos de Valdepusa se sitúan las bodegas de Griñón, Osborne y Capilla del Fraile que han dado realce al vino que desde hace mucho tiempo era ya considerado en la comarca pero sin el prestigio de las marcas señaladas.

SIGUIENDO LA MURALLA, 3 RUTAS BREVES DE TALAVERA (II)

SIGUIENDO LA MURALLA

3 RUTAS BREVES PARA CONOCER TALAVERA (II)

Puerta de Sevilla, uno de los escasos restos del segundo recinto amurallado
Puerta de Sevilla, uno de los escasos restos del segundo recinto amurallado

En este segundo paseo talaverano vamos a seguir el recorrido del primer recinto amurallado, para ello partiremos de la confluencia de la calle Carnicerías con la Ronda del Cañillo, justo donde se encontraba el antiguo alcázar del que ya hablábamos en el recorrido anterior.

Lo primero que nos encontramos al subir la calle Carnicerías es un arco de ladrillo que no es otra cosa que la puerta de Sevilla, una de las muchas que tenía el segundo recinto amurallado. Se puede ver sobre el arco un escudo del cardenal Quiroga que la construyó en 1579. Vamos observando en nuestro paseo los diferentes aparejos con los que están fabricados los lienzos del primer recinto de la muralla y las muchas reparaciones que en ellos se pueden distinguir, no olvidemos que Talavera fue asediada alternativamente en infinidad de ocasiones no sólo por los cristianos y musulmanes, sino también en los enfrentamientos entre los reinos de taifa árabes.

Torre albarrana de la calle del Charcón
Torre albarrana de la calle del Charcón

Algunos paños puede que sean de antigüedad romana, otros son árabes al igual que las torres semicirculares y, es curioso observar embutidas entre la mampostería algunas aras romanas con inscripciones que han sido reutilizadas para levantar los muros. Pues bien, seguimos andando y encontramos la primera torre albarrana que se yergue imponente con su arquería y su bóveda de sillería, son al menos diecisiete estas torres que se construyeron en época ya cristiana y que representan la peculiaridad más significativa de la fortaleza talaverana, pues solamente se observan torres similares en los castillos de Escalona y de Melque. Sus grandes dimensiones llaman también la atención pues tienen nada menos que veintisiete metros de altura y ocho de ancho.

La muralla vuelve a ocultarse tras los edificios aunque asoman los frentes de las torres albarranas. Llegamos a la Plaza del Reloj donde confluían las calles en las que se asentaban los comerciantes que fueron desde finales de la Edad Media instalando sus tenderetes en los aledaños de la muralla. Junto a la Torre del Reloj se encontraba la Puerta de San Pedro una de la tres del primer recinto y que da nombre a esa calle (Arco de San Pedro).

Calzado tradicional de casa Mazuecos
Calzado tradicional de casa Mazuecos,, ya cerrado

Entre los comercios tradicionales de la zona tienen especial interés la Zapatería Mazuecos con una antigua tradición en la fabricación de artesanía del calzado y la  hasta hace poco sombrerería de Viuda de Cándido Martín que utilizaba métodos de solera en la manufactura de sombreros.

Descendemos ahora por la Corredera, llamada así porque en la Edad Media se celebraban carreras al pie del recinto amurallado. Es de destacar la primera torre albarrana que alberga una capilla del Cristo de los Mercaderes, llamado así al parecer por haberse costeado por este gremio en el siglo XVI.

Vivienda y espartería tradicional en la Corredera
Vivienda y espartería tradicional en la Corredera

Dos esparterías tradicionales se sitúan en las inmediaciones para el que quiera adquirir alguna pieza artesanal de este material o de cordelería. Una de ellas se encuentra en un edificio con soportales que nos puede dar una idea de cómo era el aspecto de la arquitectura tradicional urbana de la Talavera de otras épocas. En la misma plaza del Reloj se pueden todavía contemplar dos viviendas del siglo XVIII con pinturas que simbolizan las ocupaciones mercantiles de sus dueños.

Seguimos bajando la Corredera y en la siguiente torre albarrana podemos ver una placa de azulejos de Ruiz de Luna que recuerda una referencia literaria de Cervantes a la ciudad de Talavera, en su novela “Los Trabajos de Persiles y Segismunda”. Califica en ella a nuestra ciudad como “la mejor tierra de Castilla”. A la derecha se encontraba el convento de las Agustinas del cual solamente puede hoy observarse la antigua entrada al templo. Enfrente se está la Plaza del Mercado ocupando el solar que fue convento de los jesuita hoy desaparecido y del que solamente quedan los pináculos graníticos que adornan los laterales de la plataforma de acceso y el teatro Palenque adaptado a la antigua estructura de su iglesia. Una bonita fuente de cerámica adorna también este lugar que hasta hace poco fue punto de encuentro y trasiego comercial de los talaveranos y que va a ser destinado a un Centro de Demostración Artesana. Enfrente, podemos observar una hermosa casona representativa de las viviendas de cierta alcurnia que en otros tiempos abundaban en esta parte de Talavera y, un poco más abajo, frente a la siguiente torre albarrana, se sitúa la Casa del Arcipreste, construída en el siglo XVI. Es una vivienda también significativa de la arquitectura tradicional de la ciudad que cuenta con algunos zócalos de cerámica de interés en su interior.

Abside mudéjar de El Salvador
Abside mudéjar de El Salvador

Derribados los edificios colindantes, podemos observar otra torre albarrana ya exenta y una de las tres muestras de arquitectura mudéjar que todavía se conservan, se trata del ábside de la antigua iglesia de El Salvador, en su portada con atrio al norte parece que se juzgaba a la nobleza local. Contaba con varios altares barrocos de calidad reapartidos hoy por la comarca y en ella estaban depositados los restos de Fernando de Rojas hallados en un convento cercano hasta que fueron trasladados al Ayuntamiento y luego a La Colegial. Este edificio religioso ha sido adquirido por el ayuntamiento para un futuro museo de imaginería talaverana. Enfrente se sitúa el colegio Juan Ramón Jiménez edificación de estilo historicista similar a otras construcciones de estilo sevillano también decoradas con cerámica que se construyeron enTalavera a principios de siglo. En su interior se encuentra la famosa fuente de la Tortuga de Ruíz de Luna.

Detalle de la fachada del convento de las carmelitas
Detalle de la fachada del convento de las carmelitas

Seguimos el primer recinto amurallado y observamos a la derecha el convento de las Carmelitas, comenzado a construir en el siglo XVI por fundación de Catalina Oria, viuda de origen genovés. Es de estilo renacentista, aunque con añadidos posteriores, parece que su iglesia está formada por parte de la antigua parroquia de San Martín y el antiguo palacio de los marqueses de Velada y en su interior se hallan dos buenas tallas de Pascual de Mena representando a San José y a Santa Teresa.

Seguimos calle abajo y nos topamos con una de las más impresionantes torres albarranas del recinto amurallado de la calle del Charcón. Es curioso observar embutidas dos aras romanas entre las piedras de su aparejo, detrás se observan lienzos de construcción claramente árabe y una torre redondeada también de época musulmana.

Seguimos la calle del Charcón hasta la Casa de la Panadería, hoy ocupadas por los juzgados de lo social y que es vivienda representativa de la Talavera del siglo XVI. Se encuentra adosada a los restos de la que fue puerta de Mérida, uno de los tres accesos principales del primer recinto amurallado, junto con las ya señaladas de San Pedro y la Puerta del Río. Tomamos ahora por la calle de Entretorres hacia el río pasando por las excavaciones arqueológicas que han puesto al descubierto el recinto murado en ese tramo. Continuaremos ahora nuestro paseo aguas arriba del Tajo observando los restos de algún lienzo de muralla y alguna torre cuyas piedras han sido reutilizadas dejándola despojada de su sillería. Llegamos al Puente de Hierro, magnífica obra metálica de principios del siglo XX que marco un hito en su época como obra pública singular. Las orillas del río han sido adecentadas con el Plan de Riberas.

Puente romano-medieval de Talavera
Puente romano-medieval de Talavera

Continuamos nuestro agradable paseo por la orilla del río y a continuación observamos el llamado Puente Viejo o Puente Romano. Las ruinas que tenemos ante nuestros ojos fueron construidas en su mayoría en el siglo XV y el escudo que se puede percibir embutido en el llamado arco de Las Armas es de esa época. Mil veces fue arrasado por las crecidas del Tajo, mil veces hubo de ser reparado, de ahí su curioso aspecto. Parece que la dirección del primer tramo del puente, el más cercano a Talavera, era la dirección del primitivo puente romano cuyos tajamares, cuando el descenso de las aguas es más acusado, pueden observarse orientándose hacia la Isla del Chamelo, en dirección más sureste. La central eléctrica que se ve en la otra orilla se asienta sobre los restos de unos antiquísimos molinos a los que ya se referían hace casi un milenio los viajeros árabes que pasaron por Talavera.

RUTA DE LOS TRES CASTILLOS

RUTA DE LOS TRES CASTILLOS

Castillo de Villalba en término de cebolla, frente a Malpica
Castillo de Villalba en término de cebolla, frente a Malpica

La comarca de Talavera fue tierra de atalayas y torres defensivas más que de grandes castillos. Era la propia ciudad con sus tres recintos amurallados, la fortaleza principal del alfoz.

Hoy vamos a ir al sector más occidental de esta tierra, a Valdepusa territorio segregado de La Jara, donde conoceremos tres castillos poco conocidos y realizaremos además un agradable  recorrido por las orillas del río que da nombre al señorío.

Esquema del recorrido de la ruta descrita de mi libro Rutas y Senderos de talavera y Comarca. Autor del dibujo de Jose maría Perianes

Esquema del recorrido de la ruta descrita de mi libro Rutas y Senderos de Talavera y Comarcas. Autor del dibujo de Jose maría PerianesPara comenzar esta ruta nos aproximaremos hasta Malpica de Tajo. Justo enfrente de la desviación de la carretera que nos trae desde Talavera podemos subir a observar en un cerro inmediato y rodeado de olivos el castillo de Villalba, edificado en tan estratégico lugar para controlar el paso de viajeros y ganados que durante siglos transitaban por estas cañadas y calzadas romanas.

Castillo de Villalba en Cebolla

Esta fortaleza dicen que estuvo habitada por templarios y está construida en ladrillo y canto rodado con argamasa y en ella se rodaron unas escenas de la película “Con el viento solano” de Mario Camus, premiada en Cannes.

Cruzamos el Tajo hacia Malpica y vale la pena dirigirse al puente de hierro desde donde se contempla una hermosa vista del castillo-palacio en el que residían y aún residen los señores que ostentaron el Señorío de Valdepusa. Nos encontramos ante una construcción residencial que, aunque está estratégicamente defendida por el río, tiene una función más palaciega que defensiva.

Castillo de Malpica de Tajo

En las proximidades de Malpica, podemos visitar, por un camino que parte de la carretera que se dirige a San Martin de Pusa a la izquierda, los restos de la villa romana de las Tamujas que, aunque se encuentra en un estado lamentable, nos da una idea de la planta de las viviendas que disfrutaban los poderosos señores romanos que explotaban las buenas tierras de la vega del Tajo.

Volvemos a Malpica y tomamos la carretera que se dirige al pueblecito de Bernuy y, al llegar al Pusa, nos desviamos por un camino que asciende por sus orillas, al principio entre huertecillos y regadíos y más tarde junto a más o menos degradadas fresnedas, alamedas, y saucedales. Ya más alejados de la orilla son los encinares y tierras de labor las que alegran el recorrido, en las laderas del valle, sobre todo si son muy empinadas, podemos encontrar manchas muy bien conservadas del bosque mediterráneo que originariamente cubría todas las rañas de la Jara y Valdepusa. No os extrañe que puedan saliros al paso varios guardas de caza, la abundancia de perdices y conejos que se cruzarán en el camino harán que os expliquéis tanta vigilancia, y es que esta zona es una de las más ricas en caza menor de la comarca. Los italianos acuden aquí atraídos por la caza del zorzal principalmente ya que los muchos olivos y acebuches que veréis en el trayecto son el habitat ideal para las palomas y zorzales de paso.

Los primeros pobladores medievales de estas tierras fueron ascendiendo río arriba y primero repoblaron la zona del actual San Martin de Pusa. Si subimos por la orilla sur encontraremos unos grandes muros de argamasa arruinados que no son otra cosa que los restos de uno de esos primeros intentos repobladores, Venta de Mozárabes; el nombre no puede ser más sugerente.

Ruinas del castillo de Santisteban en san Martín de Pusa
Ruinas del castillo de Santisteban en san Martín de Pusa

Llegamos al puente de la carretera de Talavera a los Navalmorales, y cerca de la orilla oeste podemos detenernos a observar un horno de tejar, con la boca de carga de fuego, la de carga de ladrillos que se sostienen sobre un entramado de arcos, «el hormiguero», y enfrente la caseta de los tejeros, el pozo del agua, la alberca de amasar el barro, la era donde se secaban los ladrillos antes de cocerse. Podemos detenernos e imaginar los afanes de estos artesanos antes de tomar un cordel a la izquierda que parte de la carretera junto a un caserío que se sitúa unos centenares de metros más arriba en dirección a Talavera. Avanzando unos quinientos metros sobre la primera terraza del río se encuentran los restos del tercer castillo, apenas un par de muros que se mantienen en pie milagrosamente, se trata del castillo de Santisteban, otro despoblado de los que más tarde darían origen a la población de San Martin. Vale la pena encaramarse junto a las ruinas para contemplar una bonita vista panorámica del valle del río Pusa.

Tomamos ahora el cordel que va paralelo al río, pero por la terraza superior, y discurre entre un bosquecillo de chaparros y acebuches que, si tenemos tiempo y ganas, podemos abandonar para descender a las orillas del río y dar un solitario y ameno paseo por el sotobosque.

El Pusa y el puente de Malpasillo cerca de Santa Ana de Pusa
El Pusa y el puente de Malpasillo cerca de Santa Ana de Pusa

Finalmente el cordel se une a la carretera o a un camino asfaltado que se dirige hacia Santa Ana de Pusa, el último de los lugares que se repoblaron en el señorío de Valdepusa. Es un pueblo con un entorno muy agradable, sobre todo el encajonado cauce del Pusa que forma pequeños cañones y tablas muy cerradas entre los batolitos graníticos. Para este paseo se parte desde el cementerio hasta la orilla misma donde se encuentran los restos de un molino de agua, pasamos la zona de Malpasillo lugar llamado así por poderse cruzar el río de un sólo pero peligroso paso, tan delgado es el corte que las aguas han labrado en la roca. Después pasamos junto a un bonito puente del siglo pasado y seguimos andando por la orilla durante unos tres kilómetros hasta llegar a un cañón de mayor altura y similar a los del Jébalo en Alcaudete o el Uso junto a la Ciudad de Vascos, en estos barrancos acabamos nuestro recorrido por el valle bajo del Pusa.