LA JARA BELLA Y OLVIDADA

LA JARA BELLA Y OLVIDADA

La Jara Occidental desde el mirador de La Estrella

Otoño de 2017. No creo que haya en todo el territorio nacional una comarca menos conocida, aun teniendo grandes atractivos, que La Jara. Pero no les voy a hablar de la ciudad de Vascos, ni de los caminos de Guadalupe, de la Vía Verde o de sus cañadas.

En el día de la hoy diluida y denostada Hispanidad he ido a uno de sus pueblos, da igual cual sea. En el camino me pregunto cómo se habrá perdido por aquí una turista extranjera que caballera de su bicicleta se va poniendo como un tomate con este sol otoñal que le da a La Jara cierto tono africano, con la paja pisoteada por las ovejas de tanto rebuscar algo que llevarse a la boca, los almendros resistiendo a duras penas el calor con las hojas pardas, y las jaras ya amarillentas y pringosas intentando retener las últimas moléculas de agua. Sin embargo, su olor y el de los cantuesos se hace más intenso con este calor tardío.

Patio jareño

Quería hacer unas fotos de esos pozos, zahurdas y chozos que se encuentra más frecuentemente en el entorno inmediato de los pueblos. Lugares de cuadras y muladares que, aunque afeados por las naves de construcción más reciente y las escombreras, siguen teniendo cierto aspecto de aduar marroquí.

Y paseo viendo caídas las alambradas que intentaban marcar una propiedad que ya a nadie interesa, y los últimos intentos de los años sesenta y setenta por hacer el campo productivo, con sus uralitas y sus ladrillos de gafa, e imagino la ilusión del campesino que no se resignó y que cavó un pozo con su alberquilla como último intento de volver fértil el escaso suelo aprovechable sobre las pizarras, con un motor de gasoil de dos tiempos que se oxida, al igual que una vieja furgoneta en la cerca de al lado, de esas que se ponían a modo de chozo improvisado, otro ejemplo de ese arte kitsch rural de somieres utilizados de portera y de bañeras de desecho recicladas como abrevaderos.

Pozo jareño cubierto

Recorro el pueblo con la cámara y sé, porque me lo han preguntado muchas veces, que las escasas vecinas, que hablan con fruición de médicos y enfermedades asomándose recelosas al ver pasar al forastero, piensan que soy del catastro o de la empresa de electricidad, y me miran con desconfianza, porque a los pueblos casi nunca ha venido nadie a darles nada, solo a estrujarles.

Como es puente, han llegado al pueblo algunas familias urbanas de hijos del pueblo, y veo en un patio a tres chicas mirando sus móviles sin hablarse entre ellas, devorando una bolsa de pringosos aperitivos refritos en saludable aceite de palma. Y pienso que ninguna sabrá distinguir un gorrión de un jilguero y que para ellas esto de venir al pueblo a ver a la abuela, sin wi-fi, solo es un coñazo que esperan pasar lo antes posible.

Colemas de La Jara fabricadas con corcho

Y me acerco a un bar pensando observar y escuchar a gentes del país, y solo encuentro una joven pareja de Madrid que chulea de su viaje de novios a Cancún ante un vecino de mono y gorra de la Caja Rural. Entro y me atiende un hombre con tatuajes que da la sensación de ser uno de esos urbanos que ha venido al pueblo huyendo románticamente de la ciudad y que no durará mucho aquí, como tantos otros. Un enorme cartel del grupo de rock duro alemán Rammstein preside el bareto, aunque por lo menos me ponen unos torreznillos y no unas gambas que ya degustó Viriato, como me pusieron en el pueblo anterior, o cazón en adobo como si esto fuera la plaza de las Flores de Cádiz.

Tal vez no valga ya la pena guardar toda la cultura rural de nuestros pueblos que a nadie interesa y que los políticos desprecian absolutamente en su absoluta ignorancia. Quizá esto que hace uno no tenga ya ningún sentido y este polvo y las pajillas que levanta el aire solano, y que impregnan a la extranjera de la bici untada de crema, acabe también cubriendo las aldeas jareñas como acabó cubriendo las chozas de los hombres que hace cuatro mil años llevaron los pedruscos para levantar el dolmen de Azután, junto al que paso en ese momento, y que ni siquiera tiene un cartel que nos indique su presencia.

LA JARRA DE SANTA TERESA Y SUS REPRESENTACIONES EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SANTA TERESA DE JESÚS EN AZULEJERÍA TALAVERANA

Panel de azulejería de Talavera de la iglesia de Castillo de Bayuela que representa a Santa Teresa de Jesús

Nació en Ávila en 1515 en una familia numerosa. Con su hermano Rodrigo leía desde niña vidas de santos y ambos demostraban mucha piedad, hasta el punto que decidieron escaparse para hacerse mártires. En vista del fracaso de su iniciativa decidieron hacerse ermitaños construyendo una cabaña en el jardín de su casa. En la adolescencia, Teresa se alejó de su fervor religioso porque devoraba las lecturas de caballería y por la lógica inclinación de una joven de su edad por las modas y la belleza física. Su padre la envió a estudiar al colegio de las agustinas de su ciudad, pero tras una enfermedad severa aumentó su vocación y, aunque al principio se opuso su padre,fue a ver a su amiga Juana Suárez al convento de la Encarnación con la idea de quedarse con ella. Pero la enfermedad siguió afectándola todavía durante tres años, llevándola su padre a su casa para la convalecencia en compañía de Juana. Después de un tiempo de cierta relajación espiritual, tuvo la sensación ante un Cristo ensangrentado de que le reprochaba su falta de piedad, y creyó también que María Magdalena la intentaba guiar a un camino de penitencia. Comenzó a dedicarse a la oración con intensidad e incluso empezó a tener visiones que, salvo por su confesor jesuita y algunos de sus más allegados, fueron en principio muy criticadas y consideradas obra del demonio, hasta que recibió la visita de San Pedro de Alcántara que confirmó el origen divino de sus visiones. Comenzaron también sus experiencias místicas con episodios de éxtasis y la llamada Transverberación.

Santa Teresa en un retablo de cerámica, moderno de Talavera en a iglesia de Nombela

Santa Teresa es una de las Doctoras de la Iglesia por sus escritos místicos como “Castillo Interior”, “Camino de perfección”, o su “Libro de las Fundaciones”, pues fueron muchos los conventos de descalzas que fundó, a pesar de la oposición y las críticas de muchos que consideraban negativa la reforma del Carmelo. Murió el 4 de octubre de 1582.

*Convento de las madres carmelitas de Talavera de la Reina. Siglo XX. Placa en policromía que forma parte de un panel en el que se indica el horario de visitas del convento. Representa el retrato más conocido de la santa que aparece con su hábito carmelita en actitud de oración y con una filacteria que dice: “…y el Espíritu Santo inspirando su sabiduría”.

Azulejería de Ruiz de luna repesentado a los santos abulenses en la iglesia de Arenas de San Pedro

*Iglesias  parroquiales de Castillo de Bayuela y Arenas de San Pedro. Series de Ruiz de Luna sobre los santos de la diócesis de Ávila. Siglo XX (hacia 1933). Policromía. Enmarcado en óvalo con motivos renacentistas de roleos y recortes, escudos de Castillo de Bayuela, y carmelitas, además de querubines. Se muestra con su hábito del Carmelo tomando la pluma y con una de sus obras en la mano debido a su condición de escritora mística y Doctora de la Iglesia.

Jarra de cerámica de Talavera en la que bebía Santa Teresa de Jesús

*Capilla del monasterio de los jerónimos. Siglo XX. Azul y blanco. Enmarcado con línea de perlas y bastones, listón azul, cenefa de motivos renacentistas con roleos y querubines. La santa inspirada por el Espíritu Santo mira al espectador mientras reza apoyada sobre su escritorio. Una ventana sugiere su aspecto de fundadora por vislumbrarse a través de ella un claustro conventual.

GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

Dolmen de Navalcán que habitualmente se halla inundado por el embalse de Guadyerbas

Hay dos excursiones en este blog cuyos enlaces adjuntamos que describen los parajes por los que pasa el río Guadyerbas por el embalse de Navalcán y hasta su desembocadura en el Tiétar pasando por el despoblado  de  Guadyerbas las Bajas.

https://lamejortierradecastilla.com/por-la-canada-y-el-guadyerbas-hasta-corchuela/

https://lamejortierradecastilla.com/un-paseo-por-guadyerbas-las-bajas/

Solo nos falta conocer el pueblo de Navalcán:

UNA VISITA A NAVALCÁN

Restos de la iglesia del despoblado de Guadyerbas las Bajas

En Navalcán se han hallado útiles de sílex del paleolítico, el dólmen que se halla sumergido en el embalse y del que hablaremos más detenidamente. Un pequeño campo de dólmenes de muy pequeño tamaño en la dehesa de Calabazas, fondos de cabaña calcolíticos y de la Edad del Bronce, alguna villa romana y despoblados medievales que unidos formaron el actual pueblo de Navalcán. Algunos de esos restos los hemos comentado en los enlaces referidos.

Los laboriosos navalqueños se han visto obligados a emigrar en algunas épocas de su historia, un  monumento al ausente se ha instalado en la plaza municipal junto a otro que recuerda a los habitantes de este pueblo que contribuyeron a la empresa americana. Esa diáspora no ha impedido que muchos de ellos vuelvan a su pueblo donde mantienen y reforman sus viviendas, lo que ha ocasionado la desaparición de la mayor parte del patrimonio arquitectónico tradicional. Todavía podemos ver algún rincón que guarda su tipismo y algunas viviendas levantadas en mampostería con pequeños balcones en la fachada.

Puente llamado «romano» sobre el arroyo de Navalcán

EL PATRIMONIO: La iglesia parroquial se encuentra bajo la advocación de la Virgen del Monte y es la típica construcción del siglo XVI en mampostería y sillería que tiene características comunes con casi todos los pueblos que pertenecieron a la diócesis de Ávila en la Campana de Oropesa, la Sierra de San Vicente y el Berrocal. Es una edificación de aspecto robusto con su torre achaparrada y el ábside reforzado con contrafuertes. El portal semicerrado de la fachada sur y la vivienda curato adosada al norte hacen perder al templo su perspectiva. Un panel de cerámica de Ruiz de Luna y algunas imágenes con sus retablos barrocos son dignos de reseñar, sobre todo la antigua talla del Santo Cristo de la Viga

Iglesia parroquial de Navalcán

Navalcán cuenta con dos ermitas, la de San Isidro de nueva construcción y la de San Pedro o de la Madre Isabel recientemente restaurada. En cuanto al patrimonio etnográfico podemos ver dos molinos hidráulicos, el primero de ellos aguas arriba del casco urbano tiene un bonito cubo y el segundo, aguas abajo del pueblo. En la entrada oriental del caserío se ha restaurado un gracioso puente medieval que salva el mismo arroyo además del “puente romano” al que nos referíamos al hablar de Guadyerbas las Bajas.

Dos navalqueñas con el traje tradicional

En Navalcán ir vestido con el traje típico se conoce como ponerse “Las Vistas”. No tiene su vestido tradicional nada que envidiar en vistosidad al traje lagarterano, como sucede con otros de la Campana de Oropesa. Ello se debe a que en este pueblo las labores tradicionales son también de gran belleza en sus diferentes tipos, como el “colchao”, el “deshilo” o los bordados de ramos y piñas. En la fiesta del Corpus se exhiben colchas, manteles y otras piezas de lo mejor de sus ajuares colgadas adornando las fachadas y altarcillos al paso de la procesión.

Son de destacar las bodas celebradas al estilo tradicional con todo el colorido de sus trajes típicos y el baile de la manzana en la plaza. Estos mismos rituales son los que impresionaron a la fotógrafo Inge Morth, esposa de Arthur Miller, premio Príncipe de Asturias por su obra como dramaturgo de fama internacional y conocido también por haber sido su primera esposa Marylin Monroe. Inge Morth realizó en los años cincuenta una serie de pintorescas instantáneas en Navalcán que ha donado años atrás a su ayuntamiento durante el homenaje que recibió.

Una de las preciosas fotos de Inge Morth realizó sobre una boda en Navalcán

Otras fiestas  que se mantienen en Navalcán son San Isidro el 15 de Mayo con romería a su ermita o las fiestas de verano de San Roque con los habituales elementos de los festejos estivales En invierno se festeja a San Pablo el día 25 de Enero y, aunque decaída en los últimos años, es de destacar la Semana de Quintos, en la que antiguamente recorrían los mozos el pueblo con el carnero que las novias adornaban con borlas de hilo.

Labores tradicionales navalqueñas expuestas en el Corpus

ARTESANÍA Y GASTRONOMÍA: En cuanto a la artesanía debemos reseñar, además de los magníficos bordados, los objetos de madera tallados con abigarrada decoración por los artesanos que hacen con raíz de fresno curiosos morteros, rabeles y otros objetos de arte pastoril.

Se pueden adquirir en Navalcán a buen precio típicas labores tradicionales. Los eruditos dicen que son absolutamente autóctonas y remontan su origen al siglo III, y parece que sus curiosos motivos, como esvásticas, rombos y meandros son de procedencia copta y de una gran influencia oriental.

Son bordados de los denominados «de tejidillo», y tradicionalmente se hacían sobre lino con hilo de lana, especulándose también con la influencia sobre bordados incas que habrían llevado los navalqueños que pasaron a América en la conquista.

Detalle de una fachada en Navalcán

La cocina de Navalcán tiene ciertos platos característicos entre los que podemos destacar la chanfaina, consistente manjar que se hace con hígado de cordero, patata, pimiento, tomate, cebolla y pimentón. También es típica la caldereta de cordero o el picadillo. La matanza es parte fundamental de su gastronomía, en la que como algo característico habría que destacar el “bondejo”, que era la forma de conservar los huesos adobados en el estómago o en la vejiga del cerdo para luego ser utilizados durante el resto del año en diferentes guisos. Entre los dulces debemos señalar las “cristiones”, los suspiros o los mantecados, las puches y las perrunillas. En Navalcán podemos comer en tres o cuatro establecimientos y una casa rural también ofrece sus servicios.

LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

LLEGAMOS A PARRILLAS POR LA CAÑADA LEONESA

Arquitectura popular en Parrillas

Desde aquí podemos acceder a Parrillas por un camino que discurre hacia poniente o volver a la carretera y llegar por ella a este pueblo que tiene como primeras señales de poblamiento humano los útiles tallados en sílex que se encuentran en  las orillas del Guadyerbas. Se localizan en el ámbito del gran yacimiento paleolítico que se extiende por sus riberas, principalmente en término de Velada, y que tiene una antigüedad de entre ocho y diez mil años según los expertos. De la época de la Edad del Cobre y perteneciente al llamado Megalitismo Extremeño es el Menhir de Parrillas que más tarde visitaremos al continuar nuestro viaje por la cañada.

Todas las tierras que después conformarían la comarca de la Campana de Oropesa fueron reconquistadas a los musulmanes por caballeros abulenses en el siglo XI. Alfonso VII fijó los límites entre las tierras de Talavera y las de Ávila, división que ocasionaría no pocos roces, incluso armados y con derramamiento de sangre, aunque al final toda la Campana quedaría bajo el poder temporal y eclesiástico de Ávila.

En 1369, Enrique II concede a García de Toledo el señorío de Oropesa, en el cual se incluía el lugar de Parrillas que permanecería sujeto a la villa cabecera del condado. En 1642, Felipe IV, acuciado por las necesidades económicas que le ocasionaban sus campañas bélicas, concede, entre otros muchos, el privilegio de villazgo a Parrillas que se exime así de la jurisdicción de la Oropesa: “…eximo, saco y libro al dicho lugar de Parrillas de la jurisdicción de la dicha villa de Oropesa y le hago villa por sí y sobre sí con la jurisdicción civil y criminal alta y baja, mero mixto imperio en primera instancia…”

Para celebrar el trescientos cincuenta aniversario de este hecho en 1992 se erigió un rollo o picota de nueva construcción en cantería. La obra estuvo a cargo de la Escuela Taller de Oropesa y en ella se pueden observar el cuchillo, las argollas y el escudo municipal, como símbolos de la independencia judicial adquirida por Parrillas con respecto a su cabecera de señorío.

Iglesia parroquial de Parrillas

También debemos visitar la iglesia parroquial que custodia en su interior un buen retablo rococó que adornaba anteriormente la capilla mayor de la iglesia de El Salvador de Talavera. El edificio es similar a tantas de las iglesias berroqueñas del antiguo obispado abulense que se reparten por estas comarcas graníticas de “cumbres abajo” de la sierra de Gredos. Parece obra de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, salvo la capilla mayor que está documentada a finales de ese mismo siglo por los historiadores locales Jesús Gómez Jara y José María Gómez, que también apuntan la posibilidad de que la torre se edificara en su base con sillares de una construcción anterior que podría haber sido una atalaya medieval. El baptisterio está cubierto por bóveda de horno y tiene una buena pila granítica. En el exterior del templo le dan un toque pintoresco el portal y la cruz del antiguo cementerio con inscripción del siglo XVII.

Herrajes de una puerta en Parrillas

Aunque no es Parrillas pueblo de fachadas blasonadas conserva muchos rincones con el encanto de la arquitectura popular en granito. Quedan bastantes construcciones de mampostería de pequeños bloques de tonos oscuros ajustados con ripio esmerado, con la fachada enjalbegada en su totalidad o solamente en los vanos, generalmente de reducidas dimensiones por influencia de la arquitectura serrana. Son peculiares las grandes lajas de granito que se colocan como dintel en las entradas a enramadas y corrales. La placita de la fuente y la periferia del norte del casco cuentan con una mayor densidad de estas construcciones tradicionales. Otros elementos a destacar en Parrillas son el potro de herrar que mantiene todos sus elementos, incluidos los de madera, y el molino Ovejero, ingenio hidráulico que se encuentra yendo desde la cañada por la carretera hacia saliente. Es curiosa también la torre del ayuntamiento con una de las peculiares estructuras metálicas decimonónicas que adornan las casas consistoriales de los ayuntamientos de la zona.

Una de las fuentes de parrillas

Además de la romería de la Fuente Santa que tiene lugar a primeros de mayo, las fiestas tradicionales que se celebran en invierno son las de San Sebastián, el 20 de Enero. En esta festividad se camuflaron en muchos de nuestros pueblos ancestrales ritos que los romanos ofrecían al dios Jano y, aunque hoy día apenas quedan en Parrillas restos de aquella festividad pagana, es sabido que en tiempos pasados se disfrazaban las gentes de “muharraches”, de manera similar a los actuales morraches de Malpica. Se danzaba un baile llamado del zapateado, se lidiaba un toro o se repartían caridades, único aspecto que persiste en la fiesta actual que presenta ahora un aspecto fundamentalmente religioso. Otra tradición que aún se mantiene es la de encender en Nochebuena una hoguera, “la lumbre de los quintos”. La fiesta de verano se celebra el primer fin de semana de Agosto en honor del Cristo del Olvido.

Artesanía de parrillas en madera, corcho, cuerno,calabazas …

Parrillas es pueblo amante de sus tradiciones como pocos en la comarca, y eso se nota no sólo en las fiestas populares, sino también en los artesanos que todavía siguen trabajando con sus manos viejos materiales para confeccionar antiguos útiles. Así, podemos encontrar un fabricante de albarcas, otro de zambombas de corcho, de carros y trillas, de miniaturas pastoriles, de sillas o de sombreros de paja.

En cuanto a la gastronomía tenemos que destacar que el 28 de enero se celebra el Día de la Matanza, donde podemos degustar la cachuela o los embutidos caseros locales como la morcilla de calabaza o la morcilla flaca. Son dignos de reseñar también los quesos y los platos de caza. En cuanto a los dulces podemos probar las rosquillas o las flores de sartén y son peculiares los cristiones en Carnaval, o la Torta de los Santos que se puede degustar el día uno de noviembre, jornada de excursión campestre por el paraje de “Los Valles”, excursión que lleva el nombre de “La Moragá”.

En las bodas se suelen elaborar las puches para la jornada de vísperas o de despedida de soltero y el mismo día de la boda todavía se conserva la costumbre de bailar “la manzana”.

EL GUADYERBAS Y MONTESCLAROS

EL GUADYERBAS Y MONTESCLAROS

Rollo jurisdiccional de Monesclaros

La orilla norte del río discurre por los territorios de Montesclaros, pueblo rodeado de alcornoques y encinas de gran porte con un bosque mediterráneo muy ameno, además de un robledal que pocos conocen. Nos podemos acercar a este pueblor desde el mismo río Guadyerbas por un cordel amojonado y volver haciendo la ruta de la Cal que también podemos encontrar en este blog. El arroyo Nahínos tiene unas riberas muy agradables para pasearlas entre bosque y algunas chorreras y pequeñas cascadas.

LA RUTA DE LA CAL

Uno de los hornos de Montesclaros

Desde el embalse de Navamorcuende el Guadyerbas entra en paisajes menos serranos,, más adehesados y tras pasar por las proximidades de la ermita de Guadyerbas y Sotillo desciende hacia el llano paralelo a la Cañada Leonesa Oriental, por lo que ese recorrido podéis verlo reflejado en dos de los enlaces de este mismo blog que os adjunto a continuación.

https://lamejortierradecastilla.com/por-el-guadyerbas-y-sotillo-de-las-palomas/

https://lamejortierradecastilla.com/canada-leonesa-oriental-vi-hacia-velada-por-sus-llanos/

Montesclaros nos recibe con su monumento que recuerda un record guiness y una fiesta tradicional en la que se cuelgan cáscaras de huevo del rollo jurisdiccional de la plaza.

Iglesia parroquial de Montesclaros

El rollo simboliza el privilegio de villazgo de Montesclaros, que hasta finales del siglo XV solo se conocía como un paraje con referencias como lugar de caza ya en tiempos de Alfonso XI.

Crucero gótico juno a la ermita de San Sebastián

El territorio queda vinculado al conde de Benavente y luego a su hija Juana Pimentel la conocida como Triste Condesa por la ejecución de su marido don Álvaro de Luna, pero es  su hija María de Luna quien da carta fundacional a Montesclaros en 1491 y es poblada con quince vecinos de Navamorcuende que labrarán aquellos montes y Alijares y se asentarán junto al camino de Castilla, en el portezuelo que estaba siendo azotado por la presencia de salteadores.

Monumento con la carta fundacional y recuerdo del Guiness de los huevos que se colgaron en la fiesta

La arquitectura popular de Montesclaros es granítica similar a la de El Berrocal y la sierra de San Vicente con viviendas sencillas de vanos pequeños y muchas de ellas enjalbegadas. Hay algunas que tienen largos perfiles con tejados prolongados.

Arquitectura popular en Montesclaros

Queda todavía un edificio que fue propiedad del señor de Montesclaros donde parece que residió su administrador.

Casona del señor de Montesclaros

El rollo aludido se levanta cuando Montesclaros se hace villa en el siglo XVI y tiene el escudo de los Mendoza.  El rollo está un tanto deteriorado pues aunque se percibe una inscripción del siglo XIX y el escudo, sus canes y pináculo están muy erosionados.

Detalle del rollo de Montesclaros

Queda también una fuente abovedada de granito junto a la iglesia que es muy parecida a las que hay en La Iglesuela.

Fuente abovedada de Montesclaros

La iglesia parroquial de nuestra Señora de los Remedios está construida también en sillería de granito. Es de estilo gótico con bóveda de crucería en el ábside y presenta el aspecto que tienen tantas iglesias de la zona de repoblación abulense. En su retablo se representa, entre otras, una pintura sobre el martirio de Santa Águeda cortándole los pechos con tenazas.

Martirio de Santa Águeda en el retablo de la iglesia de Montesclaros

Es la patrona de las enfermas de cáncer de mama y también de Montesclaros, y se le hace una fiesta en la que en la puerta de cada casa se encienden hogueras nocturnas ycon actos religiosos y procesión de gran predominio femenino, como suele ser en todas las celebraciones de esta santa que en algunos lugares las hacen proceder de las antiguas fiestas de la matronalia romanas

La ermita de San Sebastián tiene restos góticos y un bonito crucero de la misma época. En la iglesia hay una imagen de San Sebastián que bien podría pertenecer a esta ermita.

Imagen de San Sebastián en la iglesia parroquial

Desde ella parte la ruta que une todos los hornos de cal de Montesclaros y la cantera de la que salió el mármol para esculpir las fuentes de Cibeles y Neptuno como describimos en el enlace antedicho de la ruta de la Cal.

Ermita de San Sebastián en Montesclaros

POR EL GUADYERBAS Y SOTILLO DE LAS PALOMAS

CAÑADA LEONESA ORIENTAL V

POR EL GUADYERBAS Y SOTILLO DE LAS PALOMAS

Recorrido aproximado 11 kilómetros, tres horas

La Cañada Leonesa Oriental por Sotillo y el Guadyerbas

Ya repuestos, volvemos a la cañada siguiéndola a pie. El tramo siguiente es uno de los pocos de la cañada que venimos recorriendo que son intransitables con todoterreno. Llegamos así hasta un agradable lugar situado a las orillas del río Guadyerbas. En este paraje rodeado de fresnos y praderas se encuentra la ermita de Nuestra Señora de Guadyerbas, hoy convertida en pajar y de la que al menos desde el siglo XIII existen referencias históricas. Siempre tuvo fama la Virgen que acogía de buena intercesora para la lluvia: “Virgen de Guadyerbas, la hierba no nace/ y los corderitos se mueren de hambre/ Virgen de Guadyerbas, la del manto azul/ enviadnos agua para todo el común”, como decían los lugareños en unas coplillas. Es en realidad la iglesia de una antigua aldea hoy despoblada, como sucedió con el también cercano lugar de Parraces, del que cuentan que fue abandonado porque alguien envenenó sus aguas.

Ermita del Guadyerbas cerca de Sotillo

Un kilómetro después, llegaremos al pueblecito de Sotillo de las Palomas, otro lugar que formó parte del señorío de Navamorcuende, hasta que se hizo villa a finales del siglo XVII, aunque no queden restos de los símbolos erigidos en madera para atestiguarlo: “la horca fue colocada en el lugar de Fuente la Viña, en el camino de Marrupe, y la picota  en la plaza pública, frente a la Casa del Concejo”.

Escudo de los Dávila en el cabecero de la iglesia

El origen del  pueblo parece haber sido un palomar construido por un tal Juan Blazquez en la zona de la ermita de Guadyerbas por lo que se conoció como Soto del Palomar el paraje donde más tarde se asentaría. Daremos una vuelta por su caserío observando su arquitectura popular serrana, con las casas de una sola planta de mampostería granítica con los cercos de huecos y ventanas enjalbegados. Muchas de las viviendas tienen patio. Y echaremos un vistazo a su iglesia, que tiene cierto encanto con su espadaña y su portalillo sobre columnas de piedra. En su interior es de destacar el púlpito y un retablo barroco de cierta calidad.

Uno de los fresnos monumentales junto a la ermita de Guadyerbas

Un molino se sitúa en el Guadyerbas y tiene la curiosidad de haber funcionado con una máquina de vapor, aunque cuentan con sorna los mayores del pueblo que si hubiera seguido moliendo habría acabado con toda la leña de las magníficas dehesas que rodean a Sotillo.

Como fiestas de invierno celebran la Candelaria y San Sebastián, con el tradicional encendido del “chozo” por los quintos.

Desde aquí todo el cordel es transitable en vehículo hasta Velada, aunque en este primer tramo, si lo deseamos, podemos encaramarnos a pie hasta los restos de la medieval atalaya de Torrejón. Para ello deberemos tomar un camino que parte desde la entrada de la finca Carrascosa para llegar a la atalaya y desde allí, una vez hayamos disfrutado de las vistas y la soledad del paraje, descender de nuevo a la cañada por la cara occidental del cerro sobre el que se eleva.

La fiesta de verano en Sotillo se celebra al patrón, Santiago

El trayecto que vamos siguiendo es muy agradable, entre prados y dehesas con el Guadyerbas y sus amenos bosquecillos de ribera paralelos a nuestro recorrido. Nos cruzamos poco después con la carretera de Segurilla a Montesclaros. Cerca pasa el antiguo camino de Los Caleros por el que desde los hornos de Montesclaros se bajaba la cal hasta Talavera para luego comercializarla en la comarca e incluso en Madrid, ciudad que también tiene esculpidas con la piedra caliza de Montesclaros las esculturas de Neptuno y la Cibeles Hasta la capital llegaron los grandes bloques de piedra que por el cauce del Guadyerbas se llevaron a Velada y luego a Talavera y Madrid, donde los labraron para hacer las esculturas. El ayuntamiento de Montesclaros donó hace unos años al de Madrid la piedra necesaria para la restauración de una mano de la Cibeles después de haber sufrido atentados vandálicos de los forofos futboleros.

Arquitectura popular en Sotillo de las Palomas

A la izquierda de la cañada vamos viendo las elevaciones de El Berrocal, con su espeso bosque mediterráneo, más adehesado a la otra orilla del Guadyerbas, río al que podemos también descender por algún camino trasversal para disfrutar de sus hermosos bosques de ribera. Vamos llegando así al baldío de Velada famoso por la producción de sandías y carillas.

Gredos al fondo del valle del Guadyerbas por donde discurre la cañada

ACABAMOS DE CONOCER NAVAMORCUENDE

ACABAMOS DE CONOCER NAVAMORCUENDE

Torre de la iglesia de Navamorcuende con la sierra nevada al fondo

EL PALACIO Y LA IGLESIA

El antiguo palacio señorial actualmente se utiliza como bar y hace unos años, sala de cine. Es un edifico inacabado de sillería granítica.

Palacio de los marqueses de Navamorcuende, hoy establecimiento hostelero

Para apreciar de verdad la antigua grandeza de Navamorcuende es imprescindible acercarse a la iglesia que sin duda merece por sí sola una visita a la villa. Se trata de una gran mole de granito de perfecta sillería, con armónicas proporciones y poseedora de la serena y austera belleza de la línea recta. Como dice el Conde de Cedillo, consta de una nave reforzada por contrafuertes del Renacimiento. Por el exterior está decorada con dos cuerpos de pilastras dóricas.

Cúpulagranítica de la entrada principal de la iglesia de Navamorcuende

Hay tres portadas de las que la principal está orientada a occidente. Tienen un arco de medio punto con un pórtico dc excelente bóveda cupuliforme.

La torre consta de dos cuerpos; en el segundo está el campanario. Los remates de la mayoría de las columnas son enormes bolas graníticas. Donde está situado el actual templo hubo, sin duda uno anterior, del cual puede ser un resto la alta y hermosa sacristía. Es una construcción de sillería con su bóveda de crucería ojival en la que se guarda una hermosa joya de orfebrería del siglo XV. Un cáliz de plata dorada revelado y cincelado.

Contrafuertes renacentistas de la iglesia de Navamorcuende

La obra se debe a un tal Pedro de Tolosa, quien fue cesado en El Escorial donde estaba trabajando con Juan de Herrera. Paseando por las calles de Navamorcuende se encuentran hermosos ejemplos de la arquitectura popular serrana. También merecen una parada las dos fuentes: el “pilón de la Jorge” y el “de la iglesia”,  de tiempos de Carlos IV como reza su inscripción.

Fuente de Navamorcuende de tiempos de Carlos IV

También hay que reseñar una ermita dedicada al Cristo de los Remedios al oeste del casco urbano. Es construcción del siglo XVIII de planta rectangular con espadaña y entrada occidental con pórtico sobre columnas. está dotada de un camarín con ventana en muro oriental.

Espadaña y ventana del abside de la ermita del Cristo

Hay calles y callejones de nombres intensamente evocadores como la calle del Levi que segtin don Vicente Lázaro Lázaro, investigador local y de quien se han tomado parte de los datos, era la calle en la que vivía maese Leví, judío de la aljama de Navamorcuende que tenía una muy reonocida fama de galeno sangrante. En cierta ocasión en que cayó enfermo en Sotillo un hijo del alguacil del Concejo de Sotillo, el médico judío se pasó de sangrías -era el siglo quince- y el joven murió. Para colmo de males, Leví era judío y rico y en alguna ocasión había prestado dinero al regidor de la villa, quien no hizo ningún caso a la denuncia de Benito Sánchez que solicitaba justicia. Un tal Faco Silvestre, Hombre Bueno de la villa pide justicia a los mismos Reyes Católicos que a la sazón, mandan dar Carta Real para que maese Levi “sea prendido y castigado, ya sea en Navamorcuende, como en los lugares de Mejorada, Monresaclaros o en la ciudad de Talavera donde solía curar”. Otra calle se llama de Pedro Limón que fue un guerrillero en la Guerra de Independencia contra los franceses.

Rótulo de la calle del Leví en Navamorcuende

Hay en Navamorcuende otros puntos de interés; un interés evocador y literario, también histórico. Un paseo por la Puerta de la Mora, por ejemplo, trae a la memoria una hermosa leyenda de cuando los tiempos de moros y cristianos. Según decían, la hija del rey moro de Toledo Almenon se llamaba Aixa Galiana. Almenon murió, pero había dejado testamento. La última voluntad del rey moro encomendaba su hija Aixa al rey cristiano para que llegado el momento, la casara con el moro que mejor le pareciese al rey cristiano.

Aixa, como hija de rey, había heredado numerosas propiedades. Las cosas son como son y nadie puede predecir el futuro aunque luego no tengan mayor remedio así que Aixa fue llevada a Ávila donde estaba Nalvillos Blazquez hijo del Señor de Navamorcuende quien, como es debido, se enamoró rápida y perdidamente de la joven mahometana.

Nalvillos por amor se convirtió al Islam y desde 6-nlOI1C6s fue conocido como <El morillo», Dicen, por cierto, que ese es el origen del nombre del callejón que da al poniente del palacio, la Puerta de la Mora. Aixa, a su vez, por llevar la contraria y enredar un poco más la cosa, se hizo cristiana pero eso sí, se casó con Nalvillos.

Iglesia de Navamorcuende

Pero por esas cosas de la vida, tras complicados avatares, se enamoró de Jazmin Hiaya, caballero moro de Talavera. Por la Puerta de la Mora huye Aixa a la ciudad alfarera traicionando a Nalvillos. El esposo engañado define sus fuerzas y cerca de Talavera. Por la zona del todavia llamado Postiguillo, cercano a la Puerta de Zamora, entró en la ciudad y prendió a los amantes.

Las consecuencias no fueron precisamente agradables por cuanto ambos fueron condenados por el marido engañado, alas no muy leves penas de morir descuartizado él y quemada viva ella; cada uno en un sitio, así que Aixa acabó como una tea en Ávila y Jazmín, hecho cuartos en Talavera. Una vez más encontramos la Sierra de San Vicente, Avila y Talavera unidas; aunque en la presente ocasion, el resultado no sea feliz. Hay otra versión más documentada de esta leyenda que he publicado en este blog con el título: “La leyenda del caballero cornudo”

La plaza de Navamorcuende antes de un festejo taurino

FIESTAS Y JUDIOS

En Navamorcuende siempre hubo, gracias a Dios, ganas de fiesta De la condición festera de los lugareños quedan dichos, cantares y refranes por toda la Sierra y aunque al parecer, los repobladores medievales de Navamorcuende eran del valle abulense de Amblés, olvidaron pronto la característica austeridad y templanza de las gentes de Castilla la Vieja. El refrán siguiente no deja dudas “En Navamorcuende, borrachas en el Real lechuceras y en el Almendral de arriba, son flores de primavera”.

Las fiestas más características, desde antiguo, en Navamorcuende han sido las de septiembre. Hasta ahora se ha conservado una enorme afición a la fiesta taurina y a “correrse el toro” en honor de nuestra Señora de la Nava. En los encierros de Navamorcuende participa todo el mundo.

Antiguamente existió una romería hasta la Ermita del Piélago donde se encuentra el lugar conocido como la Salve en el que los romeros se detenían para rezar esta oración. Navamorcuende fue una población con una importante aljama. Cuando la Corona de Castilla en 1474 se dedicó a controlarlas, la de Navamorcuende debía pagar novecientos maravedíes, lo que indica la importante población de origen hebreo puesto que esa cantidad era algo más de la mitad de lo que pagaban las aljamas dc Oropesa y Puente del Arzobispo.

SEGUIMOS EL GUADYERBAS POR NAVAMORCUENDE

SEGUIMOS EL GUADYERBAS POR NAVAMORCUENDE

Chrreras del naciente del Guadyerbas

Una vez visitado el patrimonio del Piélago vamos a seguir el río Guadyerbas dejando a la derecha los molinos que se sitúan por debajo de la carretera.

Discurrimos por parajes muy amenos de chorreras y cascadas entre rebollares con unas magníficas vistas hacia el valle alto del río con el embalse de Navamorcuende desde donde después de disfrutar del paisaje podemos subir por una pista de nuevo a Navamorcuende para visitar el pueblo del que vamos a empezar por conocer la historia.

Navamorcuende desde la Cañada Leonesa Oriental

Si Castillo de Bayuela es la cabeza de la vertiente sur de la Sierra de San Vicente, Navamorcuende lo es de la parte norte.

Esa condición , exige un mayor detenimiento en esta villa. El término de Navamorcuende es el mayor en extensión de los pueblos de la Sierra. Situado en la carretera de Talavera a Casavieja, está a veinticuatro kilómetros de la ciudad del Tajo.

Desde Navamorcuende hay una magnífica vista de Gredos y muy cerca pasa la Cañada Real de Merinas, que es la Cañada Leonesa Oriental y que sirve de eje a todos los pueblos que han estado relacionados con Navamorcuende.

Estampa de Navamorcuende

El caserío se encuentra situado en un prado elevado (nava) junto a un arroyo del Lugar que discurre entre las elevaciones de Cruces y Navalasierra.

Una vez más hay dificultades para encontrar el significado exacto del nombre del pueblo. La primera parte, NAVA está claro y ya ha quedado explicada; la segunda, no es tan fácil. Podría ser “del conde” o bien “del morcuero”; un morcuero es un montón de piedras. Hay otro intento de explicar el nombre según el cual sería un derivado del árabe con el significado de NAVA-MORKOWINDI, que vendría a significar “nava del caballo blanco” aunque todo esto de la toponimia siempre dio lugar a muchas fantasías.

Blasón de los Dávila en un contrafuerte de la iglesia

EL SEÑORíO

El señorío de Navamorcuende comprende el lugar de este nombre, el de Cardiel y cuatro aldeas más. Es un señorío de muy antiguo origen, el más antiguo que se conoce en las tierras de Talavera y de los pocos anteriores a los Trastamara.

Durante el siglo XIII constituye uno de los heredamientos incluidos en la jurisdicción concejil de Ávila, que es la ciudad que otorga la concesión de señorío, siendo el de Navamorcuende de los pocos no fundados directamente por el monarca Alfonso X. Es en el año de 1276 cuando el caballero Blasco Ximénez lo recibe por sus señalados servicios, con facultades de repoblación y derechos de vasallaje “sobre aquellas personas que acudan a morar en dichos lugares, de tal manera que tales pobladores fagan a dicho Blasco Ximénez pechos e facendas, e todas las otras cosas que vasallos deban facer a su señor e non a nos ni a otro ninguno”.

Palacio de los Marqueses de Navamorcuende hoy ocupado por un bar

En 1641 Felipe IV lo hace marquesado manteniéndose largos pleitos con los marqueses dc Velada, que disputan la titularidad del señorío. El escudo de los Dávila que se puede ver en fuentes, iglesias, etc., consta de seis roeles en fondo de azur.

Cuenta una leyenda que el origen del escudo es que “comiendo en presencia del rey de Castilla los señores de Navamorcuende y Villafranca, les sirvieron a los postres un plato de sabrosos frisuelos El de la familia de Navamorcuende, no tan aficionado a ellos, comió seis. El de Villafranca, trece. Habiéndose de pelear al día siguiente contra los árabes, dijo el rey: “Cuidado, que tantos moros habréis de matar coma frisuelos habéis comido…”, y así lo hicieron y por eso tomaron el escudo de seis roeles sobre fondo azul los señores de Navamorcuende y trece los de Villafranca”.

Algunos señores de la dinastía fueron famosos como don Diego Dávila Coello y Pacheco, virrey del Perú, capitán general en Chile, corregidor de la ciudad de Lima y defensor del puerto de Valparaíso contra el corsario inglés Drake. Fue éste el primer marqués de Navamorcuende. El impulsor de la construcción de la imponente iglesia fue el XIV señor, don Enrique Dávila. También fue quien instituyó los festejos taurinos que tanta tradición han tenido en Navamorcuende; una tradición que ha llegado hasta los tiempos actuales, en los que no se puede concebir una fiesta sin toros.

Azulejo del siglo XIX que representa a la Virgen del Prado en una fachada de Navamorcuende

En la novela de Enrique Larreta “La gloria de don Ramiro” se describe muy aproximadamente la personalidad dc don Enrique Dávila, con una fuerte personalidad, por cierto. El autor explica que era “un hombre de estatura gigantesca, cuando quería apartar alguna congoja reventaba uno o dos caballos por el camino de Villatoro, peinaba hacia atrás, su tez era borrosa y trasnochada, sus ojos pequeños y los vecinos de Ávila, al cruzarse con él sentían que era poco más que ver al propio diablo. Pero era ferviente cristiano que se arrevfa a decir pxiblicanzenre qua cfhecho de que ei cuerpo de Santa Teresa se encontra en Alba de Tormes era una trapacería del Duque de Alba”. Un intento de sublevación contra Felipe ll no podía acabar más que con una sentencia que le condenara a ser degollado a manos del verdugo, aunque se libró por poco, por pertenecer a una de las más antiguas casas nobiliarias de Castilla.

¡¿QUÉ TE HAS FERIAO!? Sobre el porqué de las ferias en Talavera

¡¿QUÉ TE HAS FERIAO!?

Artículo obre el porqué de las ferias en Talavera publicado en una revista de la COPE de las ferias de mayo de 2017

Cartel de las ferias de Talavera de

Siempre he mantenido que Talavera se sitúa en un lugar que desde la prehistoria fue cruce de caminos. El lugar al sur del puerto del Pico donde mejor se puede vadear el padre Tajo. El lugar donde se cruzan el eje norte-sur entre las dos mesetas por donde desde siempre discurrían las cañadas trashumantes, con el eje este-oeste que seguía el valle del Tajo con las calzadas romanas.

Y ya desde aquella época se ha acudido desde todas las comarcas vecinas a esta ciudad milenaria para abastecerse de todo aquello que no podían producir en sus aldeas de casi autárquica economía las rústicas gentes de nuestra gran comarca natural.

Pero al mismo tiempo, Talavera era el lugar donde comercializar los excedentes de sus productos y sus ganados mientras adquirían las herramientas y objetos necesarios para desarrollar su trabajo o para hacer algo más cómoda su vida.

Un viajero musulmán llamado Al- Edrisi que pasó por la Talabayra musulmana hace más de mil años decía que “la villa es notable por su belleza, la extensión y la variedad de sus producciones. Los bazares son dignos de verse y las casas están agradablemente dispuestas”.

Y ya entonces de decían los árabes que “Talavera es capital de una provincia importante” esa korá, esa gran comarca para la que las ferias serían después una fecha señalada en su calendario.

PLaza de toros de Talavera en postal de Ruiz de Luna

Conquistada la villa por los cristianos, convivieron en ella las tres culturas quedando gran parte del comercio local en manos de familias judías que instalaban sus tenderetes apoyados en los fuertes lienzos del primer recinto amurallado. Moriscos y mozárabes eran magníficos artesanos.

Y tanta era la actividad comercial de la ciudad que Sancho IV concede en 1294 la celebración de una feria ocho días antes de San Andrés y ocho después, para que la villa sea “más rica, la tierra mejor poblada y sus gentes más honradas”.

A lo largo de la historia cientos de actividades artesanales han completado su tradicional economía agropecuaria y así, en el siglo XVIII, trabajan en Talavera esparteros, sombrereros, boteros, plateros, cereros, herreros, cordoneros, tintoreros, jaboneros, clarineros, alfareros, carpinteros, tallistas, torneros, silleteros, carreteros, latoneros, doradores, cuchilleros, guarnicioneros, arcabuceros, cencerreros, botoneros, alpargateros , cedaceros y muchos más.

Las casetas de la feria a finales de los años 60

Esos objetos, desde la hoz hasta la montura, desde el fuelle al plato de cerámica que adornaría sus zaguanes, eran objetos trabajados con las propias manos, realizados con esos materiales que eran nobles por ser naturales, y todos ellos fabricados con una finalidad concreta en cada caso, la finalidad de facilitar y hacer algo más llevadera la vida. Y eso mismo fue la Fiaga hasta que desapareció

De la compra de aquellos utensilios, ropas etc. nos quedaba a los chavales la pregunta que nos hacíamos durante la feria: ¿Qué te has “feriao”? Y enseñábamos la garrotilla de niño o una de aquellas pelotas de colores con una goma, o un juego de pistolas con las que jugaríamos “a los indios y los americanos”, simulando con estas compras las que tradicionalmente  venían haciendo los mayores.

Siempre estuvieron vinculadas las ferias al tradicional mercado de ganados, celebrándose actualmente el 15, 16 y 17 de Mayo las ferias de San Isidro, y las de San Mateo el 20, 21 y 22 de Septiembre. Hoy día siguen siendo un foco de atracción para todas las gentes de la comarca que acuden a Talavera para disfrutar de las atracciones y espectáculos ofrecidos al público, muy diferentes del teatro chino de Manolita Chen, The Guatemala´s Monster o la “Vaca Juanita de las siete patas” que llegué a conocer. O aquellas motos que giraban hasta la horizontalidad en una caseta cilíndrica de madera y los espejos de la risa o el tren de la bruja.

El mercado de ganados siempre estuvo asociado a las ferias

Hoy vienen como en otras épocas a darse una vuelta por el recinto ferial, comprar algún objeto en la muestra de artesanía o acudir a los toros en nuestra plaza, santuario de la tauromaquia por haber muerto Joselito en unas ferias de mayo.

Una fiesta que formó siempre parte del espíritu de nuestra ciudad hasta el punto de que desde el cerro Negro un bando de la Guerra Civil, da igual cual de ellos, bombardeaba el entorno del coso de Talavera con envidia de sus enemigos por no poder acudir a los toros.

EL CONVENTO DEL PIÉLAGO, LA ERMITA Y LA ABADÍA

EL CONVENTO DE EL PIÉLAGO

Son varios los edificios relacionados con los Santos Mártires que se sitúan en el Piélago y la cumbre de la Sierra de San Vicente.

Restos de los muos de la antigua abadía de San Vicente

LA ABADÍA DE SAN VICENTE DE LA SIERRA

En primer lugar tenemos que hablar de la llamada Abadía de San Vicente que a mediados del siglo XII se fundó en estas alturas por monjes de la orden regular de San Rufo que venían de Aviñón. Fueron enviados aquí por el Papa Adriano IV que solicitó la fundación a el rey Alfonso VII. Una de las causas de estas fundaciones era la repoblación de los territorios recién reconquistados a los musulmanes.

El castillo árabe de la cumbre parece que formó parte de sus dependencias y el abad tenía encomendadas las llaves del mismo. Fue la primera fundación de canónigos regulares dependientes de la diócesis de Toledo, aunque se encuentre en territorio del obispado de Ávila. Tuvo gran influencia en la comarca de Talavera.

Pero los restos que quedan del mismo son apenas unos muros de anchura considerable que se encuentran en el collado inmediato al castillo en su lado oriental.

Ermita de la Virgen del Espino o de los Ángeles en fotografía del libro de Esteban y Jesús Sánchez sobre Hinojosa

LA ERMITA DEL PIÉLAGO

No debemos confundirla con el eremitorio de la cueva de los Santos Mártires pues era una ermita que primero estuvo bajo la advocación de la Virgen del Espino más tarde del Piélago y porteriormente Nuestra Señora de los Ángeles, advocación muy frecuente de las ermitas de y conventos de los carmelitas pues fue esta orden la que se estableció en el convento del Piélago junto al que se sitúan las ruinas de la ermita ocultos por las hiedras y las zarzas.

La imagen era venerada en toda la comarca y se hacían numerosas procesiones y rogativas demandando lluvias o salud ante las epidemias.

Virgen del Espino, hoy en la iglesia de Hinojosa, en foto del libro de Esteban y Jesús SanChez

EL CONVENTO CARMELITA DEL PIÉLAGO

Fachada del convento del Piélago

El ermitaño Francisco de Raudona, del que hablamos en el capítulo de la cueva de los Santos Mártires y cuyo enlace adjuntamos más abajo, en el año 1683 pide al provincial de la orden carmelitana fundar un convento junto a la ermita de la virgen del Piélago donde se fue con sus anacoretas bajo la regla de los carmelitas calzados con permiso de los concejos de Hinojosa y Castillo de Bayuela.

Fuente del convento del Piélago

También el Real de San Vicente cedió terreno y un pozo de nieve. Hubo cierta oposición del obispo de Ávila hasta que finalmente llegaron los frailes el 16 de agosto de 1687 desde Torrijos, donde se reunieron procedentes de Madrid, Alcalá de Henares, Valdemoro y Toledo. La ermita de la cueva también quedó en propiedad del monasterio.Su economía mejoró con muchas donaciones y compras de terrenos.

Con su iglesia hoy en ruinas y las dependencias conventuales no muy afortunadamente restauradas sirve hoy como campamento de verano del arzobispado.

Escudo real en la fachada del convento

Se fundó junto a una de las fuentes que dan origen al río Guadyerbas y está construido en sillería de granito y mampostería del mismo material aunque la iglesia presenta algunas zonas aparejo de ladrillo.

Hornacina y escudo de los carmelitas en el convento del Piélago

Las bóvedas del templo se hallan derrumbadas aunque quedan restos reconocibles de algunas capillas. Muchos elementos nobles de la arquitectura del convento han sido pasto del robo y la destrucción.

Interior del convento del Piélago

Los frailes se financiaban especialmente con los pozos de nieve, los molinos y las recuas de mulas que poseían y que alquilaban para hacer portes.

Parte trasera de las dependencias restauradas del monasterio

La legislación de los franceses durante su invasión las sucesivas desamortizaciones y regulaciones contra los monasterios en el siglo XIX llevaron a que en 1835 solamente quedaran 5 monjes y el cenobio fue disuelto pasando a manos particulares hasta que los dueños lo donaron al arzobispado en 1956.

Los que también queráis saber algo más sobre la cueva de los Santos Mártires que dio origen al convento podéis ver el enlace adjunto publicado también en este blog

https://lamejortierradecastilla.com/la-cueva-de-los-santos-martires/

Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes

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