SAN ILDEFONSO
HISTORIA
Durante el siglo XVII, el arzobispo don Gaspar Quiroga, siguiendo la resolución del Concilio de Trento que recomendaba la creación de colegios y seminarios en las poblaciones importantes, dispuso crear uno en Talavera encomendándolo a los padres de la Compañía de Jesús. Primero se instalaron frente a la iglesia de la Santa Hermandad, en las inmediaciones de la Puerta de Zamora, más tarde parece que el mismo Felipe II dona a los jesuitas unas casas, conocidas como de la Encomienda de Calatrava y, además, amplían el solar con la Huerta de la Cárcel (probablemente se refiere a la prisión del concejo situada cerca del Palenque y no a la de la Santa Hermandad). Se construye así el convento en su localización definitiva ocupando la manzana de los actuales Mercado de Abastos y teatro Palenque.
La financiación inicial corrió a cargo del arzobispo que donó 1000 ducados y del concejo que aportó otros 200 para que en el colegio se impartiera “lengua latina, doctrina cristiana y buenas costumbres”, comenzando su actividad docente en 1582 con dos maestros de latín y uno de teología moral.
Durante el siglo XVII se van construyendo los edificios colegiales. La iglesia se finaliza en 1710 con diversas aportaciones de clérigos y particulares que, con sus memorias y fundaciones, llegan a dotar a la institución de un considerable patrimonio.
DESCRIPCIÓN
En el archivo municipal se conserva el libro de obra y fábrica de este templo cuyo autor fue Melchor de Bueras. Es un ejemplo de cómo la obra de Fray Lorenzo de San Nicolás dejó su influencia en Talavera.
Como el colegio se puso bajo la advocación de San Ildefonso, en la portada del templo aparecía representada la imposición por la Virgen de la casulla a este santo.
La iglesia tiene una planta típicamente jesuítica con sus tres naves, alojando las dos laterales las capillas que tienen sobre ellas otras sobrecapillas abalconadas. Una de ellas estaba bajo la advocación de San Matías por haber sido el canónigo Matías González gran protector de la institución, asumiendo la dirección de la obra y dando el impulso definitivo para su finalización. Estatuas de San Ildefonso, San Francisco de Borja, San Estanislao y San Luis fueron encargadas para ser expuestas en otras capillas. Antonio Ponz, a su paso por Talavera, critica un tabernáculo rematado por una estatua de la resurrección con decoración, a su parecer, decadente de la época.
La obra estaba ejecutada principalmente en ladrillo aunque un zócalo corrido fue levantado con piedra extraída de la muralla, contribuyendo así a su deterioro. La cal se trajo de Pepino donde todavía pueden verse los hornos de la finca La Calera y otras explotaciones más pequeñas en el paraje conocido como “Los Calerones”.
El templo tenía considerables proporciones y estaba rematado con una enorme cúpula en media naranja rematada con linterna, cruz y bola de grandes dimensiones.
CURIOSIDADES
En 1755 hubo un gran terremoto que derribó todo el remate de la cúpula. Será esa tal vez la bola a la que se refiere el dicho talaverano para referirse a personas muy obesas cuando se comenta “ Fulano está como la bola del Palenque” aunque también puede que se refiera a las bolas de remate de los pináculos que decoran la plataforma sobre la que se situaba el edificio de los jesuitas y en la que hoy se levanta el Mercado de Abastos.
En el convento se refugió el general San Juan cuando, acusado injustamente por un cura trabucaire de haberse retirado de la defensa de Somosierra durante la guerra de la Independencia contra los franceses, fue asesinado por la turba y su cuerpo expuesto junto a la ermita y disparado por los soldados.