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EL RÍO PUSA POR SAN MARTÍN

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Iglesia parroquial de San Martín de Pusa. Los arcos que se ven pertenecen a la casa donde probablemente descansó Santa Teresa

EL RÍO PUSA POR SAN MARTÍN

Hoy seguimos el Pusa desde la zona de la cueva del Bandido Moraleda, donde el río discure por un valle ya más ancho sin estar encajonado entre paredes graníticas.

Las fresnedas y saucedas se hacen más tupidas y en loas zonas más alejadas del río y en las barreras crece el monte Mediterráneo.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0090.jpg

Cruz que desde un alto domina el arroyo de San Martín, afluente del río Pusa

En la orilla de la izquierda se levantam los restos descarnados de un torreón que formaba parte del castillo de Santisteban, una construcción militar del siglo XIV que defendía el acceso al valle. Frente a él desemboca el arroyo de de San Martín, más arriba llamado de Navajata, un arroyo en cuyas orillas se plantaban los famosos albaricoques de secano de hueso dulce hoy casi desaparecidos. También hay referencias de una mina de plata, varios molinollos de agua arroyo arriba, entre San Martín y Los Navalmorales, pero también algunas huellas de yacimientos romanos en las labranzas de San Isidro y Macarro Bajo, donde había una villa y puede que una basílica.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es PC129156.jpg

Fresneda en el río Pusa

San Martin de Pusa, donde vale la pena dar antes de salir un paseo por el pueblo y observar algunos ejemplares de la arquitectura popular típica de la zona, que es una arquitectura del llamado aparejo toledano, con fachadas de ladrillo que enmarcan paños de tapial o de mampostería.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P8060515.jpg

Casona palacio de los señores de Valdepusa

El palacio de los señores de Valdepusa que se encuentra en la plaza, es buena muestra de esta forma de construir. Este palacio se construyó cuando el centro económico del señorío se desplazó a San Martín y, aunque en Malpica estaba el castillo, aquí se construyó esta casona palacio para residencia de los Fernández de Córdoba. En el interior del palacio se esconde un verraco de piedra que formaba parte de la cimentación del edificio y que nos demuestra la presencia de los vetones, aunque son también numerosos los restos romanos hallados en su término, incluyendo varias inscripciones epigráficas.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P8060492.jpg

Herrajes de la puerta de la ermita del Cristo de Valdepozo

Desde la plaza nos dirigimos a la iglesia, una mole de ladrillo no exenta de gracia y que impresiona cuando se llega desde Los Navalmorales. En su interior podemos contemplar un magnífico sagrario de plata y ébano, obsequio a la parroquia de los señores feudales en el siglo XVII.

En una casona cercana a la iglesia parece que pernoctó Santa Teresa en su andariego trajinar.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P8060500.jpg

Azulejo de cerámica talaverana del siglo XIX que representa al Cristo de Valdepozo

No debemos marcharnos de San Martin sin conocer la Ermita del Cristo de Valdelpozo, de aparejo toledano y bien conservado artesonado. En la casa aneja del santero y en mitad de una habitación se encuentra el pozo donde fue arrojado el Cristo para preservarlo en los tiempos tumultuosos de la Guerra de la Independencia. Para algunos este es el “Pozuelo” que daba nombre a la primitiva población que dio lugar a San Martín.

Arquitectura tradicional de San Martín de Pusa

RUTA DE LOS TRES CASTILLOS

RUTA DE LOS TRES CASTILLOS

Castillo de Villalba en término de cebolla, frente a Malpica
Castillo de Villalba en término de cebolla, frente a Malpica

La comarca de Talavera fue tierra de atalayas y torres defensivas más que de grandes castillos. Era la propia ciudad con sus tres recintos amurallados, la fortaleza principal del alfoz.

Hoy vamos a ir al sector más occidental de esta tierra, a Valdepusa territorio segregado de La Jara, donde conoceremos tres castillos poco conocidos y realizaremos además un agradable  recorrido por las orillas del río que da nombre al señorío.

Esquema del recorrido de la ruta descrita de mi libro Rutas y Senderos de talavera y Comarca. Autor del dibujo de Jose maría Perianes

Esquema del recorrido de la ruta descrita de mi libro Rutas y Senderos de Talavera y Comarcas. Autor del dibujo de Jose maría PerianesPara comenzar esta ruta nos aproximaremos hasta Malpica de Tajo. Justo enfrente de la desviación de la carretera que nos trae desde Talavera podemos subir a observar en un cerro inmediato y rodeado de olivos el castillo de Villalba, edificado en tan estratégico lugar para controlar el paso de viajeros y ganados que durante siglos transitaban por estas cañadas y calzadas romanas.

Castillo de Villalba en Cebolla

Esta fortaleza dicen que estuvo habitada por templarios y está construida en ladrillo y canto rodado con argamasa y en ella se rodaron unas escenas de la película “Con el viento solano” de Mario Camus, premiada en Cannes.

Cruzamos el Tajo hacia Malpica y vale la pena dirigirse al puente de hierro desde donde se contempla una hermosa vista del castillo-palacio en el que residían y aún residen los señores que ostentaron el Señorío de Valdepusa. Nos encontramos ante una construcción residencial que, aunque está estratégicamente defendida por el río, tiene una función más palaciega que defensiva.

Castillo de Malpica de Tajo

En las proximidades de Malpica, podemos visitar, por un camino que parte de la carretera que se dirige a San Martin de Pusa a la izquierda, los restos de la villa romana de las Tamujas que, aunque se encuentra en un estado lamentable, nos da una idea de la planta de las viviendas que disfrutaban los poderosos señores romanos que explotaban las buenas tierras de la vega del Tajo.

Volvemos a Malpica y tomamos la carretera que se dirige al pueblecito de Bernuy y, al llegar al Pusa, nos desviamos por un camino que asciende por sus orillas, al principio entre huertecillos y regadíos y más tarde junto a más o menos degradadas fresnedas, alamedas, y saucedales. Ya más alejados de la orilla son los encinares y tierras de labor las que alegran el recorrido, en las laderas del valle, sobre todo si son muy empinadas, podemos encontrar manchas muy bien conservadas del bosque mediterráneo que originariamente cubría todas las rañas de la Jara y Valdepusa. No os extrañe que puedan saliros al paso varios guardas de caza, la abundancia de perdices y conejos que se cruzarán en el camino harán que os expliquéis tanta vigilancia, y es que esta zona es una de las más ricas en caza menor de la comarca. Los italianos acuden aquí atraídos por la caza del zorzal principalmente ya que los muchos olivos y acebuches que veréis en el trayecto son el habitat ideal para las palomas y zorzales de paso.

Los primeros pobladores medievales de estas tierras fueron ascendiendo río arriba y primero repoblaron la zona del actual San Martin de Pusa. Si subimos por la orilla sur encontraremos unos grandes muros de argamasa arruinados que no son otra cosa que los restos de uno de esos primeros intentos repobladores, Venta de Mozárabes; el nombre no puede ser más sugerente.

Ruinas del castillo de Santisteban en san Martín de Pusa
Ruinas del castillo de Santisteban en san Martín de Pusa

Llegamos al puente de la carretera de Talavera a los Navalmorales, y cerca de la orilla oeste podemos detenernos a observar un horno de tejar, con la boca de carga de fuego, la de carga de ladrillos que se sostienen sobre un entramado de arcos, «el hormiguero», y enfrente la caseta de los tejeros, el pozo del agua, la alberca de amasar el barro, la era donde se secaban los ladrillos antes de cocerse. Podemos detenernos e imaginar los afanes de estos artesanos antes de tomar un cordel a la izquierda que parte de la carretera junto a un caserío que se sitúa unos centenares de metros más arriba en dirección a Talavera. Avanzando unos quinientos metros sobre la primera terraza del río se encuentran los restos del tercer castillo, apenas un par de muros que se mantienen en pie milagrosamente, se trata del castillo de Santisteban, otro despoblado de los que más tarde darían origen a la población de San Martin. Vale la pena encaramarse junto a las ruinas para contemplar una bonita vista panorámica del valle del río Pusa.

Tomamos ahora el cordel que va paralelo al río, pero por la terraza superior, y discurre entre un bosquecillo de chaparros y acebuches que, si tenemos tiempo y ganas, podemos abandonar para descender a las orillas del río y dar un solitario y ameno paseo por el sotobosque.

El Pusa y el puente de Malpasillo cerca de Santa Ana de Pusa
El Pusa y el puente de Malpasillo cerca de Santa Ana de Pusa

Finalmente el cordel se une a la carretera o a un camino asfaltado que se dirige hacia Santa Ana de Pusa, el último de los lugares que se repoblaron en el señorío de Valdepusa. Es un pueblo con un entorno muy agradable, sobre todo el encajonado cauce del Pusa que forma pequeños cañones y tablas muy cerradas entre los batolitos graníticos. Para este paseo se parte desde el cementerio hasta la orilla misma donde se encuentran los restos de un molino de agua, pasamos la zona de Malpasillo lugar llamado así por poderse cruzar el río de un sólo pero peligroso paso, tan delgado es el corte que las aguas han labrado en la roca. Después pasamos junto a un bonito puente del siglo pasado y seguimos andando por la orilla durante unos tres kilómetros hasta llegar a un cañón de mayor altura y similar a los del Jébalo en Alcaudete o el Uso junto a la Ciudad de Vascos, en estos barrancos acabamos nuestro recorrido por el valle bajo del Pusa.