TALAVERA Y LA TRASHUMANCIA
Artículo publicado en el programa de la fiesta de 1994 de la Hermandad de San Isidro de Talavera sobre la relación de Talavera y su Tierra con la trashumancia en sus aspectos generales que ampliaremos en otras entradas
Es de todos conocida la vinculación de nuestras Tierras de Talavera con el mundo de la ganadería en todos sus aspectos. Su mercado de ganados, con referencias históricas desde el siglo XIII, la abundancia de pastizales, en tierras poco propicias para la agricultura como La Jara y la Sierra de San Vicente; o los pastos ribereños de las numerosas corrientes fluviales que surcan nuestra comarca son algunos de los factores que unieron desde antiguo a sus habitantes con el mundo pecuario.
Pero otra actividad casi olvidada condicionó en gran manera las formas de vida de nuestras gentes vinculándonos al mundo pastoril, y es la importancia que tuvo Talavera como nudo de comunicaciones de esa red de cañadas y cordeles por donde un incesante trasiego de ganados, sobre todo de oveja merina, constituyó desde la Edad Media una de las actividades económicas más importantes de España hasta el siglo XIX, la trashumancia.
Talavera es una ciudad que se formó en torno a un vado del Tajo, antes incluso de que se construyera el puente romano, cruzarían por nuestro río ‘ganados y personas a través de ese tramo del cauce rico en islotes y arenales más facfilmente vadeble que otros trayectos del Tajo con fondos más profundos y orillas más ásperas. Su situación geográfica en el camino natural que desciende desde el puerto del Pico, aumentó su importancia estratégica junto al hecho de trascurrir también por nuestras tierras otra vía romana que unía Toletum con Emérita Augusta.
Las cañadas ganaderas han sido consideradas por muchos autores como caminos prerromanos y en nuestra comarca es curioso constatar cómo los monumentos megalíticos con hasta 4.500 años de antigüedad que se han encontrado en ella se sitúan muy próximos a estos caminos pecuarios, es el caso de los dólmenes de Azután y La Estrella, el menhir de Velada y el de Parrillas, los dólmenes de Navalcán, y de Almendral de la Cañada, que como veis, lleva la trashumancia hasta en el nombre. Algunos van más lejos e incluso consideran que en parte eran las vías migratorias de las manadas salvajes, como todavía sucede en África
Demos ahora un salto en el tiempo, y nos encontramos 2000 años después con que esta zona se encuentra poblada por un pueblo eminentemente ganadero y que al parecer llevaba con sus ganados una vida poco sedentaria, me refiero a los vettones, ese pueblo que dejó salpicada la comarca con sus esculturas graníticas que representan a sus animales, cerdos o toros, y que todos conocemos como “verracos”, de los que entre los más conocidos y accesibles podemos enumerar el de Castillo de Bayuela, los deTorralba de Oropesa, los gemelos de El Bercial, o el de la Torre del Polvorín, en Talavera y más conocido como la Cabeza del Moro.
Ya hemos visto la importancia de las vías romanas para las comunicaciones ganaderas denuestra comarca. La conquista musulmana hace que para proteger la zona en las épocas de conflictos e inseguridad se repueble “Talvira” y su entorno con aguerridos pueblos pastoriles y guerreros bereberes que defenderán su importancia estratégica.
En Talavera se producía una de las lanas más finas de oveja merina de toda España, e incluso algunos autores han querido ver el origen de la palabra “merina” en las ovejas que trajeron consigo las tribus norteafrícanas de los Beni-Merines.
Conquistada la orilla norte del Tajo en 1065 por Alfonso VI queda entre este río y el Guadiana una zona despoblada y peligrosa por las razzias frecuentes de ambos bandos, tierra de nadie. Nos referimos a La Jara, y esta inseguridad condicionó en gran medida una mayor actividad ganadera en la zona ya que la movilidad del ganado permitía ponerlo a salvo en caso de peligro. Esto era mucho más difícil hacerlo con las cosechas, que tenían muchas probabilidades de acabar quemadas.
La palabra berebere “mechta” designa los campamentos invernales de los ganaderos nóma-das argelinos, y es en el reinado de Alfonso X el Sabio cuando se funda el Honrado Concejo de la Mesta que reconoce la activídad de la trashumancia, la regula y pone bajo la proteccíon del monarca a lo que se conocía como “la Cabaña Real” que agrupaba a todos los ganados del reino.
Consolidadas las fronteras con los árabes en los siglos XIII, XIV y XV tras el avance de la Reconquista, la actividad ganadera tanto estante como trashumante se sigue desarrollando en las tierras de Talavera constituyendo ya en la Baja Edad Media un sector económco de peso considerable.
De las tierras de Soria, Sigüenza, El Escorial etc… venían los ganados por la Cañada Segoviana a parar a Escalona y desde aquí se dirigían pasando el puente del Alberche a los pastos de invierno de Talavera y Guadalupe. De tierras algo mas occidentales venían los rebaños que accedían a Talavera a través de la cañada leonesa oriental que pasa por Navamorcuende, cruzando el Tajo. En Alcaudete confluían los ganados que habían atravesado el río en la Puebla de Montalbân. La Cañada Leonesa Occidental discurría por Velada y por tierras de Oropesa hacia Puente del Arzobíspo encontrándose con los ganados que procedían de Alcaudete en el Puerto de San Vicente. Un entramado de cordeles y veredas formaban una tupida red que, observándola hoy en un plano, nos da idea de esa importancia de la trashumancia en la vida de nuestros paisanos en siglos pasados.
El trasiego ganadero producía ciertos beneficios al fisco local, como era la llamada “’oveja del Verde”, impuesto que se cobraba al ganado trashumante por utilizar los entonces muy abundantes pastos comunales de Talavera. Los puentes daban también beneficios considerables por el derecho de pontazgo, que ocasionó graves disputas, incluso muertos, por la competencia originada entre el puente de Talavera y el de Azután, perteneciente al poderoso convento de San Clemente de Toledo y, más tarde, conflictos de las monjas señoras de Azután con el Arzobispo Tenorio por la construcción del puente que da nombre a la villa de Puente del Arzobispo.
Por otro lado los cuadrilleros de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera cobraban otro impuesto, “la asadura”, a cambio de la protección de esta policía rural en los montes y despoblados de La Jara donde bandidos, golfines y cuatreros amargaban el viaje a los trashumantes. Durante el reinado de los Reyes Católicos, alcanza el Horrado Concejo de la Mesta un esplendor no ajeno a la protección real, desde el siglo XVI son numerosos los documentos históricos que nos hablan del alquiler de los pastos en muchas localidades de nuestro entorno.
Un lento declinar acabará con el Honrado Concejo a principios del siglo XIX, aunque incluso hoy día vemos descender algunas vacadas por el Puerto del Pico para dirigirse a los pastos de Extremadura. La Mesta tuvo en varias ocasiones a Talavera como sede de sus juntas anuales, donde acudían ganaderos de toda España. Diremos por últirno que la patrona del Honrado Concejo de la Mesta es una virgen aparecida en las antiguas tierras de Talavera, la Virgen de Guadalupe a la que se encomendaban los pastores de la que fue “principal sustancia de estos reinos”, la ganadería trashumante.
Miguel Méndez-Cabeza
En el ramal de la Cañada Leonesa que creo que se llama de Las Merinas a su paso por el término de Pelaustan y que proviene de Castillo de Bayuela, hay varias tumbas antropomórficas escavadas en rocas.Supongo que son sepulturas de personal trashumante y del tiempo medieval.Están aisladas y a una distancia no muy grande de la Cañada citada. Todo un trazado de antiguas vías de esta tierras como muy bien dice y comparte en su artículo.
Esos lucillos o sepulturas rupestres suelen ser altomedievales, vinculados a alguna población. Ya iremos a verlos.
Pues si necesita ubicación aproximada o no conoce la localización de esas tumbas que digo cerca de Pelahustan, se lo indicaria sin problemas. Están en propiedades cercadas pero no son difíciles su acceso.
Gracias, ya hablaremos