Archivo de la etiqueta: Sorolla

FOTOS DE LAGARTERA EN LA COLECCIÓN DEL MUSEO SOROLLA

Joaquín Sorolla entre algunos de los lagarteranos que posaron para sus obras.

Además de la cerámica, la correspondencia y las fotos de Ruiz de Luna, en el Museo Sorolla también se guardan en su casa museo de Madrid algunas fotografías que recopiló el genial pintor probablemente para documentarse sobre el vestuario de los tipos que habían de aparecer en su gran obra de la Hispanic Society de Nueva York.

La arquitectura popular se manifiesta en otra de las fotos en la que también aparecen tipos lagarteranos y la torre de la iglesia.

Su interés etnográfico es indudable por reflejar la indumentaria maravillosa de este pueblo arañuelo hace más de un siglo, aunque dos de las instantáneas son del siglo XIX con nada menos que siglo y medio de antigüedad en el caso de la de Charle Clifford. La fotografía de Sorolla con algunos de sus modelos, aunque deteriorada, es todo un documento histórico poco conocido.

La ficha de la fotografía superior en los fondos del museo dice:

Positivo antiguo:23/01/1878[ca]-1893[ca] [Fecha a partir de la cual se tomó la fotografía, posando para el fotógrafo, con motivo de la celebración de la boda del rey Alfonso XII con su prima María de las Mercedes, entre los días 23 y 27 de enero de 1878 (Fecha aproximada del fin de la actividad de J. Laurent y Cía, pasando a partir de ese momento a ser Sucesor de Laurent)

Charles Clifford, 1858, Traje de Boda en Lagartera.

Anónimo, 1912, Caserío y torre de la iglesia de Lagartera

Mujeres lagarteranas, anónimo, 1912

Otra fotografía anónima fechada en torno a 1912 de mujeres lagarteranas.

Fotografía de Ruiz de Luna de los lagarteranos que posaron para su obra de la Hispanic Society. Se percibe una de las columnas y el suelo enlosado del pórtico de la iglesia de Lagartera.

Cuatro de las cinco (falta la mujer de la derecha) personas de la foto anterior pintadas por Sorolla

CERÁMICA DE RUIZ DE LUNA EN EL MUSEO SOROLLA

El zócalo de esta habitación es cerámica de Ruiz de Luna, aunque con motivos trianeros.

Como vimos en otra entrada, la correspondencia entre Ruiz de Luna y Sorolla demuestra que el genial pintor era admirador de la cerámica talaverana del famoso artesano.

No solo era amante de la cerámica de Talavera sino que en su casa- museo podemos ver piezas de otros orígenes; Manises, como valenciano que era, Teruel, o alfarería andaluza como la de Úbeda o Granada, además de cacharrería de muy variados lugares.

Dibujo de Sorolla con el esquema de la habitación que está decorada con azulejería de Ruiz de Luna en su zócalo

El encargo de mayor entidad que realiza al taller talaverano es el zócalo de una de las dependencias que diseñó junto a sus patios, pero que tiene, por deseo del pintor, motivos trianeros que nada tienen que ver con los habituales en la azulejería de nuestra ciudad.

Los azulejos fueron colocados por un mozo del taller de Ruiz de Luna y la percepción de su salario originó algún problema con Sorolla, como se deduce de la correspondencia.

Detalle del zócalo o arrimadero del jardín de Sorolla obra de Ruiz de Luna

También hay repartidos otros elementos de Ruiz de Luna por las diferentes dependencias, como por ejemplo los azulejos que enmarcan un relieve de la Virgen y el Niño.

También se puede ver un paragüero blasonado blanco con el escudo en azul que lleva el rótulo de su taller.

Relieve enmarcado en azulejería talaverana
Paragüero de la casa museo de Sorolla.

El arrimadero dela habitación del patio es de escasa altura, no como el de una de una de las habitaciones cuyo motivo es el típico florón que decora tantos arrimaderos de El Escorial. También están decoradas con piezas de cerámica talaverana las esquinas de esa dependencia en la que se encuentra el relieve antes aludido con una cenefa similar.

Arrimaderos con el motivo del florón típico de los que decoran El Escorial.

También hemos visto en la correspondencia cómo Ruiz de Luna le consigue a Sorolla algunas piezas antiguas de cerámica de Talavera o Puente, como la que aparece en la fotografía de abajo y que podría ser el frutero de cerámica de Puente al que se refiere una de sus cartas. También hay otras piezas de cerámica clásica de Talavera como algunos albarelos en los que depositaba sus pinceles. Otros elementos cerámicos del jardín también fueron elaborados en el taller de Ruiz de Luna.

Frutero de Puente del arzobispo que probablemente es el que consiguió Ruiz de Luna a Sorolla

También se deduce de la correspondencia que Ruiz de Luna consiguió algunos elementos arquitectónicos antiguos para el jardín de la casa Sorolla como unas columnas que pudieran ser las de la fotografía.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA

SOROLLA Y RUIZ DE LUNA (y 2) su correspondencia

En el museo Sorolla también se custodia alguna correspondencia entre el pintor y el ceramista que vamos a comentar:

En 1909 se data esta carta de la que se desprende que Sorolla conoció a Ruiz de Luna antes de su visita a Talavera, Oropesa y Lagartera en 1912 para buscar tipos para su obra de la Hispanic Society

Carta de Juan Ruiz de Luna y Enrique Guijo a Sorolla, expresando la grata impresión que conservan de su cariñoso recibimiento y de la entusiasta apreciación de sus trabajos, que hoy les permite proseguir con su empresa con gran aliento y entusiasmo. Agradecen su apoyo y el de Mariano Benlliure, y esperan poder recibirles en la fábrica a los dos pronto. Si efectúan dicha visita, les piden que avisen con antelación, para tenerles preparados algunos objetos antiguos de fabricación talaverana en sedas y cerámicas, para que puedan contemplarlos. Adjuntan el talón de una caja que contiene tres platos, una media fuente de Talavera y un frutero de Puente del Arzobispo, que aunque no son de lo mejor que tienen, si poseen «algún carácter», con la esperanza de que los acepten y formen parte de su colección.

Otra de las cartas datada en abril de 1912, justo después de la visita de Sorolla a Talavera, Oropesa y Lagartera. En esta correspondencia aparecen detalles sobre los encargos realizados por el pintor al ceramista para su casa de Madrid. Esta carta es resumida así en la ficha del museo:

Carta de Juan Ruiz de Luna a Sorolla, lamentando el fracaso en el asunto de las tejas, como ya le comunicó su compañero Guijo Navarro, y expresa su disgusto por no poder complacerle.
Le explica que no le ha escrito antes sobre el tema de las columnas por encontrarse su dueño fuera. Éste llegará ya en un par de días y podrá ultimar este asunto.
Ha sabido por Guijo que ha tomado medidas de su encargo, que se ejecutará tan pronto las remita.
En posdata añade que le adjunta un talón por tres cajas que contenían los cacharros que escogió en la fábrica y los que encargó. Las macetas se las mandará en cuanto estén.

Foto del arrimadero y piezas cerámicas de la habitación en la que trabajó Ruiz de Luna en la casa museo de Sorolla en Madrid

La tercera carta está fechada en octubre de 1912 e igualmente hace referencia a los encargos de Sorolla a Ruiz de Luna:

Carta de Juan Ruiz de Luna y Enrique Guijo Navarro a Sorolla, en Talavera, en la que le comunican que le adjuntan un talón de las 88 cajas que le envían, que contienen los azulejos del patio y de la habitación que les había encargado, y que esperan sean de su agrado.
Le informan de que esa tarde se han facturado las columnas, basas y capiteles que encargó al sr. Luna. Incluirán la factura en el talón si la han acabado, en caso contrario se la mandarán al día siguiente.
Le ofrecen los servicios de un chico que tienen en la fábrica para la colocación de azulejos, especificando que su jornal es de 6 pesetas diarias cuando sale fuera, más el viaje de ida y vuelta
.

La cuarta carta es de de Juan Ruiz de Luna y Enrique Guijo Navarro a Sorolla, adjuntándole un talón por cuatro cajas de 80 azulejos, que como han sabido por el albañil, necesita para los ángulos de la puerta.

Boceto de Sorolla de la habitación de su casa museo que encargó a Ruiz de Luna
Otra carta de noviembre de 1912 trata de la instalación de los azulejos encargados por Sorolla:

Carta de Juan Ruiz de Luna a Sorolla comentándole que en, cuanto llegó a la fábrica, comenzó a pintar los azulejos para aprovechar así un horno que estaban cargando, y que por eso no le ha dado tiempo a consultarle primero si la cenefa era la misma que tienen sus azulejos del patio, convencido de que era igual a las que hay en la catedral de Lérida.
Por este motivo no le ha podido mandar al chico para colocar los azulejos, como habían convenido cuando se vieron. Le advierte que al mandarle al operario de la casa, éste no podrá llevar consigo más que las herramientas manuales, tales como peleta, nivel, etc., siendo necesario que Sorolla tenga dispuestos los artefactos necesarios para mezclar la cal y la arena para la colocación de los azulejos. Le aconseja que se emplee una mezcla de cal común envuelta con algo de cemento, pues es la mejor argamasa especialmente para los azulejos de la planta baja, puesto que al yeso le ataca mucho la humedad. Si esto le produce algún inconveniente o molestia, puede recurrir al operario de Madrid que ya le colocado otros azulejos.
Boceto de un fragmento de un friso de azulejos. Boceto para un friso, probablemente un arrimadero, de azulejos. Es de estilo Renacimiento, dentro de los historicismos de comienzos de siglo XIX. Está firmado por E. Guijo y fechado en 1912. Corresponde por tanto a los talleres talaveranos. Enrique Guijo Navarro formó sociedad con Juan Ruiz de Luna en 1908, llamándose «Ruiz de Luna e Guijo y Cía», durando hasta 1915 en que Ruiz de Luna se convierte en el único propietario.

Parece que hubo algún problema con la retribución del operario que puso los azulejos porque una carta de Enero de 1913 de Sixto de la Cruz, tal vez contable de la empresa de Ruiz de Luna, pues la carta lleva su membrete y habla de los 80 azulejos encargados a los que se refiere la carta anterior:


Carta de Sixto de la Cruz a un tal Luis (?), diciéndole que ese mismo día ha escrito el maestro al Sr. Joaquín Sorolla, diciéndole que le entregue (a Luis), cincuenta pesetas, o lo que él necesite. Si Sorolla no se las da o no le dice nada, tendrá que preguntarle si no le ha escrito el Sr. Luna para decirle que le entregue ese dinero que le es necesario, y que el Sr. Luna le ha dicho que se lo pida en carta de 1 de enero.

En otra entrada hablaremos de la cerámica de Talavera en la casa-museo Sorolla

SOROLLA Y RUIZ DE LUNA (1): SUS FOTOS EN LAGARTERA

Retrato del boticario Platón Páramo Realizado por Sorolla

Hubo un círculo de artesanos e intelectuales que movidos por las corrientes estéticas que impulsó la generación del 98 quiso potenciar la estética popular, la tradición de todo lo español, incluida la artesanía y el mejor folklore.

En nuestra comarca don Juan Ruiz de Luna, el gran ceramista, tuvo contacto con Platón Páramo, farmacéutico de Oropesa, coleccionista de arte en una medida que con la mentalidad actual tal vez consideraríamos digna de un expoliador, aunque eran otros tiempos. Sorolla, como hemos visto en entradas anteriores, vino a Talavera, Oropesa y Lagartera en busca de tipos para los cuadros que le había encargado la Hispanic Society de Nueva York. Platón Páramo era conocido por Sorolla e incluso puso a su disposición su coche de caballos para recogerlo en la estación de Oropesa y su vivienda para residir mientras pintaba en Oropesa.

Por otra parte, Ruiz de Luna era ya famoso por su obra en toda España y sus producciones se distribuían por todo el país, así que los dos artistas se conocieron y mantuvieron una relación artística y comercial como veremos.

Fotografía de Ruiz de Luna en la que aparece Sorolla pintando tipos lagarteranos en el pórtico de la iglesia .

El Museo Sorolla tiene entre sus fondos correspondencia entre los dos y algunas fotografías hechas en Lagartera por Ruiz de Luna que, dicho sea de paso, era tan buen fotógrafo como ceramista, hasta el punto de que tuvo un estudio donde hizo retratos a numerosos talaveranos de su época y una magnífica colección de postales de Talavera que son el mejor documento gráfico de nuestra ciudad a principios del siglo XX.

Se guarda en el museo una serie de cuatro fotografías realizadas por Ruiz de Luna a Sorolla pintando en el pórtico de la iglesia de Lagartera. Las cuatro están protegidas por su paspartú original en el que se puede ver la firma de Ruiz de Luna y el nombre de Talavera.

En la primera foto, y la más conocida de todas, se ve al pintor pintando los tipos que se reproducen en la imagen a color. Está hecha desde el suroeste de la escena y aparece el pintor ya entrado en años y en kilos y frente a él a otro hombre pintando. Se trata de un tal Priede, hijo del dueño del hotel Castilla de Toledo. También se observa a los tres lagarteranos que aparecerán en uno de los cuadros.

Otra de las fotos de Ruiz de Luna de Sorolla pintando en la iglesia de Lagartera.

La segunda foto está sacada desde casi la misma perspectiva, pero más lejos y en ella aparecen además otros lagarteranos y un personaje sentado, que bien podría ser Platón Páramo. La parcela al sur del pórtico se encuentra llena de hierba.

La tercera fotografía de Ruiz de Luna está hecha justo desde el lado contrario y se ve al fondo el muro oeste, donde se encuentra la puerta que da directamente al pórtico desde la calle. Priede con camisa y chaleco observa la pintura de Sorolla.

El Pórtico donde Ruiz de Luna retrató a Sorolla.
Unos lagarteranos, tal vez modelos en el cuadro alguno de ellos, observan la escena desde la pequeña explanada previa al pórtico de la iglesia donde hoy hay un pequeño jardincillo con su pozo.

La cuarta instantánea está sacada desde el propio pórtico y en ella se pueden ver lagarteranos. Puede que alguno de ellos sea uno de los  retratados, además de otros vecinos y vecinas curiosos observando la escena

Los tipos lagarteranos pintados por Sorolla que aparecen en la fotografía de Ruiz de Luna

El historiador lagarterano Julián García Sánchez, tal vez la persona que mejor conocía los entresijos de Lagartera, describe así a los personajes del cuadro y el traje que llevan: “Sorolla sorprende de perfil a Antonio Lozano Bravo y, de frente, dispuesto a unas bodas de sueño, a Pablo Oliva Martín, vestido de novio. Le chorrea una policromía de cintas y borlas, bajo el cordón, que le cruza el vientre, a guisa de broche del sayo. Otras cintas se prenden en el camisón, al lado del corazón. A la camisa amplia lagarterana, por su magnitud, se la llama camisón. El de Pablo es de un lienzo casero, con cabezón redondo, labrado de arquillo Este novio lagarterano que mira a Sorolla en esta segunda década del siglo XX, tiene la misma labor de labrandería en su camisón que Constanza, -La Ilustre Fregona- en la misma ´decada del siglo XVII, pues al decir de Cervantes era su camisa alta «plegado el cuello con un cabezón labrado de seda negra (…) No se ve en el camisón de Pablo la labor de los tambores sembrados en la besana de los hombros y faldones; por sí el deshilado viejo y de escudos, en la pechera. Detrás del novio está, muy tranquilo, Higinio Bula, con sus manos y su blusa sepultadas en la faja negra. Sobre el sombrero de Antonio Lozano, la cabeza prócer de Zacarías Pino Igual”.

Otros cuadros pintó Sorolla con motivos lagarteranos que traeremos en otra ocasión, hoy nos limitamos al que tuvo relación con nuestro ceramista y gran fotógrafo Juan Ruiz de Luna

EL CASTILLO Y OTROS EDIFICIOS DE OROPESA DIBUJADOS POR SOROLLA ( Y 2)

Seguimos hoy con los dibujos que guarda el museo de Sorolla, pintor que en 1912 residiendo en la localidad en casa del farmaceútico y coleccionista Platón Páramo, dibujó cunado buscaba en Lagartera tipos para us cuadros de la Hispanic Society de Nueva York.

El castillo de Oropesa aparece en tres dibujos con vistas desde el sur del complejo del castillo y palacio, hoy parador de turismo.

Dibujo de sorolla mostrando e

En este primer dibujo con el número 2388 se ve el castillo con su torre del homenaje visto desde el pórtico de la iglesia parroquial, como el mismo autor anota en el lado derecho del dibujo y como demuestran las bolas del vallado granítico de la entrada.

El segundo dibujo que traemos, con el número 2400 es una visión similar pero que en este caso muestra también la hermosa portada renacentista de la iglesia de Oropesa.

Con el número 2390 Sorolla nos dejó este dibujo de Oropesa de lo que parece el conjunto de sus murallas en torno del castillo con Gredos al fondo y el pico Almanzor que anota en el dibujo. También parece leerse la palabra «pozos» y el color verde de las praderas de Campo Arañuelo ya que es en marzo cuando se dibujan, además de la piedra del paramento en primer término.

Por último, con el número 2399 vemos otro dibujo con uno de los arcos cercanos a la iglesia por donde señala el muro del castillo de Oropesa: Así lo describe la ficha del museo:
Superposición de construcciones: en primer término, una pared con cubierta inclinada oculta parte de la fachada de otra casa, con cubierta a dos aguas, vano circular en la parte superior y puerta de dintel semicircular a la izquierda. Un gran arco de medio punto en el centro, en sentido oblicuo, parece cobijarla. Según inscripciones es de ladrillo visto en la parte superior y encalada en la inferior. Al fondo, parte de una fachada con una ventana enrejada y techumbre inclinada.

Fotografía del patio del palacio de los Álvarez de Toledo, hoy parador, cuando todavía era la plaza de toros

También cuenta el patrimonio del museo Sorolla con una fotografía de 1906 en el que se ve la galería del palacio de los Álvarez de Toledo, hoy Parador Nacional cuando todavía el patio era la plaza de toros de Oropesa. Al fondo la «Compañía» y la iglesia parroquial.

UN DIBUJO DE SOROLLA Y DOS FOTOS DE TALAVERA Y SU HUMILLADERO EN SU MUSEO

Sorolla fue un pintor compulsivo. Su obra es muy extensa y, aunque es más conocida su obra pictórica, también fue dibujante de numerosos apuntes y retratos rápidos de rincones y gentes que se cruzaban en su camino.

Sorolla conoció al gran ceramista Ruiz de Luna y a su paso por Talavera visitó su taller, como también fue muy amigo de Platón Páramo, farmaceútico de Oropesa, coleccionista de cerámica y también relacionado con el resurgir de la cerámica talaverana con el círculo de Ruiz de Luna.

El motivo de la primera vez que Sorolla pasó por Talavera en 1912 fue la búsqueda de tipos en Lagartera, localidad que visitaba acompañado de Platón Páramo para sacar personajes humanos ataviados de manera tradicional para su gran obra encargada por la Hispanic Society de Nueva York, tema que tratamos en otra entrada de este blog. Primero pasó por Toledo pero no consiguió ver tipos y trajes que le interesaran, por lo que se dirigió a Lagartera, probablemente en tren, porque hay algunas escenas dibujadas de Bargas y su estación.

En 1919 el hijo de Ruiz de Luna, también llamado Juan, es discípulo de Sorolla en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando como pintor. La relación con esta familia de grandes ceramistas continuaba. Alguna de las visitas a Ruiz de Luna la hizo acompañado del gran escultor Mariano Benlliure.

El museo de Sorolla de Valencia mantiene una colección de más de 5000 dibujos entre los que se hallan los que vamos a comentar en varias entradas de este blog.

El dibujo de Sorolla que realiza en Talavera es uno muy esquemático de la entrada de la posada de la Cruz.

Es un dibujo muy sencillo en el que se puede percibir una entrada o zaguán que da paso por hueco rematado por arco de medio punto a lo que parece uno de los típicos patios talaveranos con una columna en primer plano. A la derecha parece haber un poyete y a la izquierda otro acceso.

MUSEO SOROLLA n º2393
Apunte de Sorolla sobre la posada de la Cruz de Talavera, Según descripción de la ficha del Museo: Interior de una estancia con techumbre de madera y en la pared del fondo una puerta de arco de medio punto, que deja ver el gran grosor del muro. En la pared de la izquierda se insinúa el arranque de otra puerta. Altura = 9,40 cm; Anchura = 15,20 cm

Hay también en los fondos del Museo Sorolla dos fotografías de autor desconocido pues aunque Ruiz de Luna era un buen fotógrafo que dejó unas magníficas instantáneas de Talavera, no parece ser autor de estas dos, pues la técnica y textura de las mismas es completamente diferente de las que el mismo autor hizo de ese mismo teso de ganados y otras del pintor en Lagartera que veremos en próximas entradas de este blog

MUseo de Sorolla nº 82922 Fotografía del teso talaverano perteneciente a los fondos del Museo Sorolla. Positivo antiguo: Altura = 7,60 cm; Anchura = 8,70 cm

Las dos se sitúan en el antiguo teso de ganados que iba desde la actual avenida de Toledo hasta la gasolinera de Edán aproximadamente. Era una pradera al norte de la Nacional- V que abarcaba la zona de las tres calles paralelas de Banderas de Castilla, Joaquina Santander y Angel del Alcazar hasta el campo de fútbol y el instituto actual Gabriel Alonso de Herrera.

En la primera de ellas se ve en primer término ganado vacuno con la cabeza de grandes cornamentas de lo que puede ser un cabestro. Un niño aparece tumbado sobre un saco y tres ganaderos con sus varas y vestidos con vestidos tradicionales de los que precisamente buscaba Sorolla para sus cuadros neoyorquinos de la Hispanic Society.

Son muy característicos sus sombreros de ala ancha y de copa muchas veces cónica. Estaba adornados en ocasiones, según Sorolla anota en otros dibujos de Oropesa, con plumas de pavo real y borlas. Se percibe la anchísima faja típica que se ve en otras fotografías antiguas en el traje de los ganaderos de la comarca. El mismo personaje de la faja parece llevar zajones. Algunos llevaban chamarretas o chaquetillas como el que está de espaldas y otros chalecos con camisas de lino.

En segundo plano se ve la red de redil de ovejas y dos caballerías con sus monturas. Al fondo la ermita de la Virgen del Prado

Fotografía del teso de Talavera en los fondos del Museo Sorolla. Nº82923 Positivo antiguo: Altura = 7,70 cm; Anchura = 8,80 cm

La segunda fotografía es también una vista del teso con vaqueros junto a sus reses, vestidos con indumentaria similar a la de la otra fotografía.

Tiene la peculiaridad de que se puede observar el humilladero que estaba como otros similares a la entrada del casco urbano. Este de Talavera es peculiar por ser una pequeña edificación hecha de granito y ladrillo rematada con bolas y al menos una cruz metálica en el vértice, aunque parece que puede haber otras dos cruces sobre unas estructuras cilíndricas a los lados de la principal.

Me cuenta Ángel Ballesteros que un fraile trinitario tuvo un sueño en el que la Virgen del Prado salió a recibir la comitiva de Mondas al humilladero y que por ello se modificó el recorrido viniendo desde el convento de La Trinidad hasta el humilladero, donde los caballeros se descubrían, y después se seguía hasta la ermita.

Lo más frecuente era que estos humilladeros fueran cruces devocionales cubiertas por un pequeño pórtico sobre columnas, como por ejemplo el de Arenas de San Pedro o el típico de Ávila tantas veces fotografiado.

Una de las típicas construcciones precarias de madera, que a veces albergaba una pequeña tiendecilla o taberna para los ganaderos como se perciben otras fotografías de la época. A la derecha una pintoresca tartana.

Otras fotos más modernas de Talavera nos lo muestran. En la primera, que es una vista parcial de una instantánea obtenida desde la cúpula de la ermita del Prado, nos muestra señalado por la flecha roja el humilladero, la amarilla el convento y la verde la carretera general (Nacional -V)

El teso de ganados con el humilladero señalado por la flecha roja a principios del siglo XX. La explanada la cubrirían hoy las edificaciones de las calles Banderas de Castilla, Joaquina Santander y Ángel del Alcázar
El humilladero cuando ya estaban construidos los «Bloques del ayuntamiento»
Una vista más cercana del humilladero con los «Bloques del ayuntamiento» al fondo

SOROLLA EN LAGARTERA

SOROLLA EN LAGARTERA

Grupo de lagarteranos en la obra Visión Española de Sorolla en la Hispanic Society de Nueva York. Escena de la "Fiesta del pan"
Grupo  con tipos lagarteranos en la obra «Visión Española» de Sorolla en la Hispanic Society de Nueva York. Escena de la «Fiesta del pan»

Estando en París el pintor valenciano de la luz el año 1911 recibe del magnate y gran amante de la cultura española Milton Hungtinton, el encargo de pintar los enormes murales que decorarían en Nueva York la Hispanic Society.

Se trata de una gran obra que se ha dado en llamar “Visión de España” con nada menos que 70 metros de largo y tres y medio de alto en el que se recogen figuras de personajes españoles de diferentes zonas del país en escenas que reproducen monumentos, fiestas y tradiciones.

El año siguiente el gran pintor invertirá su tiempo en recorrer España haciendo bocetos de tipos de todas las regiones para realizar un conjunto pictórico de inconmensurable belleza y de una gran superficie en el que queda reflejada entre otras cosas toda la variedad de la indumentaria popular.

Sorolla pintando en el pórtico de la iglesia de lagartera

Sorolla pintando en el pórtico de la iglesia de lagarteraComienza este periplo precisamente en Lagartera porque conoce en el hotel Castilla de Toledo a Platón Páramo, farmacéutico de Oropesa, coleccionista y anticuario que reúne en torno a su persona a los más significados personajes de nuestra tierra en aquella época. Es acompañado a Lagartera por el joven y cosmopolita Priede, hijo del dueño del hotel toledano.

Juan Ruiz de Luna es uno de esos amigos del erudito boticario y parece que incluso es convencido por Páramo para que se quede en Talavera a resucitar la cerámica cuando ya estaba pensando en irse a Holliwood como fotógrafo y decorador, y por eso es quien hace algunas fotografías del genial valenciano en el pórtico de la iglesia de Lagartera pintando a un grupo de lagarteranos que luego aparecerán en la obra neoyorkina

Foto de Ruiz de Luna de los tipos que pintó Sorolla
Foto de Ruiz de Luna de los tipos que pintó Sorolla

El historiador de la Campana de Oropesa, el lagarterano Julián García Sánchez publicó un artículo en el que identificó a aquellos de sus paisanos que posaron para la ocasión y describió su indumentaria con toda riqueza de detalles. Uno de ellos era el alcalde de Lagartera de entonces,que acogió al pintor con amabilidad y facilitó su trabajo pues son varios allegados los que aparecen en las pinturas.

Los tipos y bocetos que obtiene los reflejará más tarde en la escena conocida como «La Fiesta del Pan» dentro del gran conjunto de la Hispanic Society. En ella también ha pintado a un borrico cargado con cerámica de Talavera.

Placa de cerámica queconmemora el viaje de Sorolla a Lagartera y su amistad con el ceramófilo Platón Páramo, en cuya casa se alojó en Oropesa. Situada a mitad de camino entre Oropesa y Lagartera

En la casa de Platón Páramo en Oropesa se alojó el artista y se dirigía todos los días andando a Lagartera y por ello en el centenario se levantó un monolito conmemorativo entre ambas localidades. Por las cartas que escribe a su esposa Clotilde sabemos que andaba el pintor aquejado de sus problemas reumáticos que le acompañaron toda su vida y que los trataba con aspirina y agua con sal.

Recorre los alrededores con el automóvil del farmaceútico y comenta: “he visitado cosas curiosas, pero sobre todo los tipos de Lagartera, es extrordinario, ellos y ellas. La Sierra de Gredos, que tengo enfrente es una maravilla de hermosura, está cubierta de nieve, el pueblo recuerda en pequeño a Asís, rodeado de olivos y dominando una extensa llanura” y en otra carta comenta nuevamente admirado por el farallón de Gredos y las llanuras arañuelas que “el panorama de la inmensa sierra de Gredos elevándose limpia sobre este inmenso valle lleno de olivos, de alcornoques es imponente, a determinadas horas es incomparable”

Cuadro de Sorolla "Una boda en Lagartera", en el que aparecen los mismos personajes de "Visión Española·
Cuadro de Sorolla «Una boda en Lagartera», en el que aparecen los mismos personajes de «Visión Española·

Se admira de los zaguanes lagarteranos y dice que “las casas tienen tanto cachivache pintoresco, en platos, tazas, muebles, cuadros antiguos, que vives en plena edad pasada”

El trabajo es extenuante pues pinta durante largas jornadas aunque se queja del frío que le agrava sus dolores pero: “abundan las cosas admirables produce un placer para los ojos esta gente”. La estética lagarterana le entusiasma y comenta a su mujer que “son muy artistas, y finos” e incluso compra un traje de varón y otro de mujer admirado por su belleza.

Después de pintar durante una agotadora semana parte hacia Talavera para conocerla y luego encontrarse con su mujer en Toledo.