SAN LORENZO
Según la tradición San Lorenzo nació en Huesca, aunque más tarde llegó a ser protodiácono en Roma y administrador de los bienes de la Iglesia en esa ciudad, además de ser el encargado de la asistencia a los pobres. Durante la persecución del emperador Valeriano, que ya había llevado al martirio al Papa Sixto II, le exigieron la entrega de las riquezas de la Iglesia, para lo que pidió un plazo de tres días en los que recabaría los bienes. Al finalizar el plazo acordado, Lorenzo se presentó ante las autoridades con una multitud de pobres y enfermos entre los que había repartido el patrimonio eclesiástico. Los hombres del emperador le conminaron irritados a que adorara a los dioses romanos o de lo contrario serían utilizados sobre él todos los instrumentos de tortura que habían ordenado llevar ante su presencia.
El diácono sufrió numerosos tormentos y realizó algunos milagros que convencieron a Valeriano de que no doblegaría su voluntad, por lo que ordenó ejecutarle tostándole a fuego lento. Para ello se instaló una parrilla de hierro bajo la que se extendieron brasas y rescoldos que iban siendo alimentados lentamente para prolongar el sufrimiento de Lorenzo quien, según la leyenda, soportaba con tanta serenidad el tormento, que los espectadores del martirio al contemplarlo se iban convirtiendo al cristianismo. Mientras, el rostro del santo estaba rodeado de un esplendor maravilloso y de un suave y agradable olor. Es curioso el pasaje en el que hace una invitación al verdugo en el momento en que está sufriendo el martirio: «De este lado ya estoy en sazón; puedes mandar, si te parece, que me tuesten del otro», muriendo poco después. Junto a San Vicente y San Esteban aparece en las representaciones vestido con la dalmática de diácono. Su muerte sucedió el 10 de agosto, día de su fiesta, del año 258.
*Iglesia parroquial de Lanzahita (Ávila). Frontal del retablo mayor. Siglo XVI. Policromía. Flanquea con San Vicente de Zaragoza a una imagen central de San Juan Bautista y están los tres enmarcados por recortes típicos de ferroneríe. San Vicente aparece con el Libro y la palma y San Lorenzo con la parrilla.
*Iglesia de Piedraescrita. Robledo del Mazo (Toledo) Siglo XVI. Policromía. Juan Fernández? Enmarcado por columnas abalaustradas que presentan decoración de grutescos. Friso de querubines superior e inferior.En este panel aparece sobre la parrilla con la tonsura por ser diácono, con expresión de tranquilidad, joven, lampiño, y sólo cubierto por un paño de pureza, aunque es más frecuente que se le pinte vestido con la dalmática de diácono.
*Basílica de Nuestra Señora del Prado, Talavera de la Reina. Siglo XVI. Policromía. El autor parece ser el mismo que el de Lanzahita pues la imagen del santo e incluso su rostro son muy similares. Se diferencia de la representación del pueblo de del Tiétar en que está enmarcado por arquitecturas mientras que el de Lanzahita está enmarcado con motivos de ferroneríe. Pertenece al retablo de San Cristóbal que se sitúa a la izquierda en la entrada de la basílica.
Precisamente la parrilla ha sido el atributo de un santo tal vez más representado en la cerámica talaverana, ya que la mayor parte de las piezas encargadas por el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, desde la loza a los albarelos de su farmacia, llevaban representado el símbolo de su martirio junto al león rampante de los jerónimos, y fueron muchas las piezas encargadas por este cenobio tan relacionado con la alfarería de nuestra ciudad y con el rey Felipe II que tanto la amó y protegió.