RÍO FRESNEDOSO, AFLUENTE DEL SANGRERA
Y DEJAMOS TORRECILLA
En los valles de la sierra de Espinoso nacen arroyos como el de la Avellaneda, que como su nombre indica es de los pocos en la comarca con bosquecillos de este árbol, y otro de la Cereceda que suponemos tendría también ejemplares de esta especie, pues ya dijimos que en el naciente del Sangrera también los había.
Ambos se unen y forman el río Fresnedoso, un pequeño afluente del Sangrera que confluye con él por debajo de Torrecilla, pero pasando antes por la ermita de la Virgen del Valle y la necrópolis visigoda del Cerro los Moros.
ERMITA
La ermita de la Virgen del Valle es de planta rectangular con una sola nave y la capilla mayor rematada en falsa bóveda con pinturas del siglo XVIII. Su construcción data de 1673 y ha sufrido numerosas reformas que han deteriorado su aspecto, aunque es intención de los torrecillanos acometer su próxima restauración. Está dotada de un campanil y un pórtico sujeto por siete pilares en la cara sur, pero la entrada se realiza por otra puerta abierta más recientemente y cubierta por un pórtico moderno.
FIESTAS
Sin duda el más conocido de los festejos torrecillanos es la romería que el último domingo de Agosto celebran los lugareños y no pocas gentes de los pueblos cercanos hasta la ermita de la Virgen del Valle. Según la tradición se apareció a un porquerillo que estaba con su ganado en las orillas del río Fresnedoso y tanto se asustó el zagal, que con su honda disparó una piedra a la señora que se le aparecía, de manera que a este incidente achacan el hecho de que la imagen tenga una pequeña mancha en la mejilla, que sería el hematoma producido por la rusticidad defensiva del pastor, como se representa en un panel de cerámica instalado en el interior.
En la “función” se baila el antiguo baile de la pera entre ofrendas y la elevación de castillos humanos. Una piedra del interior de la iglesia tiene un orificio por donde es tradición, salía la retama sobre la que se produjo la aparición.
GASTRONOMÍA
Son muy dados en Torrecilla a la recogida de especies silvestres con las que realizar algunos platos como los cardillos, las tortillas de espárragos o collejas y las deliciosas setas de cardo. En la matanza se hace un curioso guiso con la “fafada” y la cabeza del cerdo con almendras entre otros ingredientes y también se elaboran las puches o las gachas y otros platos como el salmorejo. Los dulces están representados por los “retorcíos”, las rosquillas, la rosca de los quintos o los huevos con leche y mantecados y cortadillos exquisitos.