RUTA DE LOS DÓLMENES
Nos dirigimos en esta ocasión hacia Puente del Arzobispo, cruzamos el puente, tomamos la carretera de La Estrella e inmediatamente de pasar junto a una gravera se encuentra a la derecha, sobre una pequeña elevación, el dolmen de Azután. Observaremos el conjunto rodeado por un túmulo de tierra y piedras. Orientado a poniente un pequeño pasillo o corredor formado por grandes lajas de granito nos conduce a un recinto circular, también formado por dos hileras concéntricas de grandes lajas, llamadas ortostatos por los arqueólogos.
Esquema de la Ruta de los Dólmenes dibujada por Jose María Perianes para mi libro agotado Rutas y Senderos de Talavera y ComarcasNos encontramos ante un monumento del conocido como Megalitismo Extremeño, concretamente un dolmen de corredor de doble cámara. Fue edificado hace más de cuatro mil años por hombres de la Edad del Cobre (Calcolítico), puede incluso que del Neolítico final. Aunque el destino de estas estructuras como enterramiento está comprobada, otras finalidades mágicas, religiosas o de función simbólica de dominio sobre el territorio de un grupo humano, parecen haber condicionado su construcción.
Seguimos nuestro camino hasta llegar al cruce de Navalmoralejo que tomaremos a la derecha para dirigirnos a esta pequeña localidad llamada cariñosamente en la zona “el Cuco”. Al llegar al puente sobre el arroyo Andilucha detendremos el vehículo, subiendo el cauce llegaremos a un cerrete dominante sobre el valle llamado del Castillejo, allí se encuentran los restos de una atalaya musulmana y desde él se contempla una hermosa vista. Es agradable también el paraje que, subiendo por la ribera desde la carretera, se halla junto al antiguo puente del camino viejo que anteriormente conducía al pueblo.
La iglesia del lugar tiene su encanto y es curioso observar que uno de los sillares de la base de la espadaña no es otra cosa que un ara romana con dos rostros ya desgastados por el tiempo grabados en la piedra.
Otro lugar de interés por el matiz de magia que lo envuelve, es la Peña Fariza, a ella se acude en la la fiesta de invierno de San Antonio y por ella resbalan los vecinos y forasteros en un ritual que se repite año tras año.
Salimos de Navalmoralejo por el cordel dirigiéndonos en dirección sur hasta encontrarnos con el camino que desde La Estrella se dirige a Carrascalejo. Allí la cañada se hace impracticable con coche pero podemos seguir andando o en bicicleta hasta la mina de la Borracha, sus grandes zanjas y sus galerías nos recuerdan que la Jara estuvo en la antigüedad horadada por centenares de explotaciones mineras, las primeras fueron explotadas en la época en que se construyeron los dólmenes, cuando el hombre balbuceaba en el dominio de los metales.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos, por el camino donde dejamos el coche, en dirección este hacia la Estrella, para desviarnos a continuación por otro que va en dirección sur hacia la finca de la Aldehuela. Allí deberemos preguntar para visitar el dolmen que lleva su nombre. Este monumento megalítico es similar al de Azután con una mayor utilización de la pizarra y grabados de hombres esquemáticos en alguna de sus piezas, así como “cazoletas, huecos circulares grabados en los ortostatos y de significación simbólica desconocida.
El otro dolmen importante de la comarca, es el de Navalcán, sumergido en el embalse del Guadyerbas. Tenía grabadas en los dos ortostatos de la entrada sendas figuras de serpiente que hoy pueden observarse en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
Salimos a la carretera, junto a Aldeanueva de San Bartolomé, el cerro Castrejón domina el pueblo y si ascendemos a él podemos contemplar los restos de un poblado amurallado de la Edad del Bronce. También se vislumbran restos de los muros de las viviendas y el derrumbe de la muralla, e incluso, si observamos con atención, algún grabado rupestre representando a “homúnculos”,figuras humanas esquemáticas como las de los dólmenes. Con esto habremos finalizado un recorrido que nos lleva 4000 años atrás, con los primeros hombres que cultivaron la tierra y explotaron los afloramientos metalíferos de La Jara.
¿Qué había dentro ?
La curiosidad habrá hecho que os preguntéis qué se encontró en las excavaciones de estos dólmenes: huesos con muestras de incineraciones rituales ya que estaban teñidos de pigmentos de color ocre, hachas de piedra pulimentadas, hojitas y puntas de flecha de sílex, cerámica hecha a mano pues el torno no se había inventado todavía, y también algunos fragmentos de cerámica campaniforme. Este tipo de monumentos ha sido violado desde antiguo por lo que las piezas metálicas que se pudieran haber encontrado de bronce o de oro ya habían desaparecido. Es curioso que se encontraran balas soviéticas de la guerra civil, el dolmen de Azután había alojado un nido de ametralladoras.