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CAÑADA LEONESA ORIENTAL (IX) EN TORNO A EL BERCIAL Y EL EMBALSE DE AZUTÁN

CAÑADA LEONESA ORIENTAL IX

Verraco vettón doble de El Bercial y otro sencillo

Recorrido aproximado 14 kilómetros (con desviación a El Bercial de San Rafael y a los yacimientos de la presa de Azután), 6 horas.

La cañada cruza la carretera de Talavera a Puente del Arzobispo y, unos quinientos metros después, podemos desviarnos de la cañada si lo deseamos y tomar un camino que nos llevará al Bercial de San Rafael.

Alfonso VIII donó al Hospital del Rey de Burgos, regentado por el monasterio de las Huelgas Reales de esa misma ciudad, la dehesa que entonces se conocía como “Real Vosque, Villa y Casa de Vercial”. Su tierra se dividía en diez departamentos o millares donde pastaban las ovejas que eran propiedad del monasterio. Como tenía consideración de villa, tenía su rollo y su horca, así como la iglesia parroquial y una casa-palacio, actualmente en pie, donde residía el Caballero-Comendador, delegado de la abadesa del monasterio para administrar la cabaña. La campana del torreón tenía por fin “llamar a los pastores repartidos por la dehesa en el caso de ser acometidos en tal desierto de alguna invasión de gente de mal vivir o de algún incendio”. Contaban también con “fuertes y seguros calabozos con porzión de grillos y cadenas y todo género de prisiones”.

Los habitantes de los alrededores se beneficiaban de la finca con la recogida de criadillas de tierra, muy valoradas en toda España, y con la corta de retamas destinadas a los hornos alfareros de Puente del Arzobispo. Esta actividad contribuiría sin duda a la deforestación que actualmente se observa en el paisaje de la zona. En su término se encontraban, sobre la orilla del Tajo, los antiguos molinos de Ciscarros y el puente de Pinos que pertenecía a las monjas de San Clemente de Toledo, señoras del pueblo de Azután.

Fuente de La Solana con dos sepulcros romanos comoabrevaderos

Hoy día esta finca se denomina El Bercial de San Rafael y pertenece al patronato que financia al hospital de San Rafael de Madrid. Quedan muestras en su entorno de haber sido habitado el territorio desde antiguo, como demuestran los dos curiosos verracos unidos por el costado a modo de siameses y otro más deteriorado, tres esculturas zoomorfas que nos hablan de las raíces célticas de estas tierras que antes de los romanos estuvieron habitadas por los vettones que las esculpieron. Varios son los hallazgos que confirman la presencia romana en los alrededores, como la fuente de La Solana, que cuenta con dos sepulcros antropomorfos por abrevadero, o la fuente de El Arco, en la que se aprecia una piedra de molino romana formando parte de su estructura. Pero sin duda la pieza más valiosa se encuentra encastrada en el muro del hermoso patio del palacio. Se trata de una inscripción sobre mármol que según algunos eruditos se refiere a la muerte de un joven en unas carreras y según otros dice que el individuo en cuestión murió joven, demasiado rápidamente.

Estela romana de El Bercial

El último asentamiento se produce hace unas décadas cuando, en una parte expropiada de la finca, se construye un poblado del Instituto Nacional de Colonización, para aprovechar así las vegas más próximas al embalse de Azután, otro de los “pueblos nuevos” similar a los de Talavera la Nueva o Alberche del Caudillo.

UN PASEO HASTA EL EMBALSE DE AZUTÁN Y SUS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS

Riberos del Tajo entre Calera y Alcolea

Andando podemos acercarnos desde Alcolea hasta el muro de hormigón que embalsa desde 1969 las aguas del Tajo para la producción de energía eléctrica. El inmenso lago artificial llega en su reculaje casi hasta Talavera, poco antes ya hemos hablado de la riqueza en avifauna de las llamadas “tablillas” de Azután junto al camino del Barro o en el reculaje de la desembocadura del Jébalo. Un ecosistema lacustre artificial que se prolonga hasta aquí y en el que asientan colonias de garcillas bueyeras, martinetes, garcetas, avetorillo, avetoro, garza imperial, calamón, aguilucho lagunero y pájaro moscón. En invierno anátidas de diferentes especies, grullas, cormoranes o águilas pescadoras alegran con su bullicio este gran lago mesetario.

El río discurre entre los más encajados riberos de Calera y Aldeanueva de Barbarroya en la otra orilla. Antes del embalse, el agua corría por estos parajes en “rapidos furiosos” que amedrentaban a los ingenieros que desde el siglo XVI recorrieron el río para intentar hacerlo navegable. Bajo sus aguas se encuentran los antiquísimos molinos de Ciscarros, una calzada romana o el puente Pinos que servía para cruzar el río antes de que el arzobispo Tenorio construyera el suyo. Estos riberos son un magnífico lugar para la práctica de la pesca y del piragüismo, disfrutando de la fauna que se concentra en sus encinares y acebuchales.

El próximo viernes visitaremos los dos yacimientos arqueológicos y el pueblo de Alcolea

NUESTROS PUEBLOS, LAS HERENCIAS (y2)

NUESTROS PUEBLOS

LAS HERENCIAS Y EL MEMBRILLO

Espadaña metálica para la campana del ayuntamiento
Espadaña metálica para la campana del ayuntamiento

FIESTAS

Las fiestas populares de Las Herencias se celebran el catorce y el quince de Septiembre en honor de el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, aunque recientemente se ha levantado una ermita a la Virgen de La Paz y se celebra una romería a la misma el día de San Isidro.

GASTRONOMÍA

En cuanto a los productos autóctonos y la gastronomía debemos resaltar los magníficos garbanzos de Las Herencias que son la base del exquisito cocido a la paja, típico de las tierras jareñas y que podemos degustar en alguno de los bares de la localidad que ofrecen comidas o en el nuevo restaurante.

LUGARES DE INTERÉS
Paraje de Los Castillos y embalse de Azután en Las Herencias
Paraje de Los Castillos y embalse de Azután en Las Herencias
El embalse de Azután y Los Castillos

Vale la pena visitar este paraje natural, recientemente acondicionado por el ayuntamiento con un área de recreo, y subir hasta la cumbre de los cortados sobre el Tajo para disfrutar del paisaje, y divisar con el río a los pies, las tablillas que ha producido el embalse con su riqueza en avifauna, las vegas talaveranas, las elevaciones de El Berrocal y en los días claros las cumbres de Gredos al fondo. Este cerro de Los Castillos es también un importante yacimiento arqueológico habitado desde la Edad del Cobre, hace cuatro mil quinientos años, pero, como lugar dominante que es, fue habitado también en la Edad Media y durante la Guerra Civil, cuando se cavaron las trincheras que todavía se perciben y que con pequeños túneles asomaban a las paredes del barranco que hoy sobrevuelan los grajos y desde donde se dominaba el estratégico vado del río y una antigua barca que cruzaba a Calera y Chozas. En 1801 se produjo un derrumbe de las tierras que forman estas elevadas terrazas sobre el Tajo causando un gran estruendo e interrumpiendo la corriente del río durante unos minutos. Algo similar sucedió dos kilómetros río abajo en el paraje conocido como Canturias, donde se levantaban las ruinas de un castillo árabe y restos arqueológicos romanos que se desplomaron sobre el río en su totalidad. Seguir leyendo NUESTROS PUEBLOS, LAS HERENCIAS (y2)