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UNA EXCURSIÓN POR LOS BARRIOS DE BURGOHONDO JUNTO AL ALBERCHE

Los Barrios de Burgohondo

Arquitectura popular de los barrios de Burgohondo

 Desde el pueblo podemos tomar un camino que nos lleva cruzando la garganta de Navalacruz sobre un viejo puente, hasta llegar después de unos dos kilómetros, que se pueden hacer en coche, al paraje de la Puente Nueva, sobre el río Alberche. Es una zona acondicionada para el baño, con praderas, zona de pic-nic en sus orillas y algún merendero. Cruzando el río por este mismo lugar podemos acceder al mayor atractivo de Burgohondo desde el punto de vista senderista y etnográfico: “los barrios”, una serie de pequeños núcleos urbanos hoy despoblados casi en su totalidad. Todos estuvieron habitados hasta la década de los cincuenta, en que comenzaron a perder población. Hoy día sólo tres o cuatro vecinos viven allí.

Barrio de

En estos barrios se aprovechaban los prados con algo de ganado y algunos huertecillos en los arroyos. Ninguno de ellos cuenta con iglesia, pero podemos ver algunos hornos, viviendas de bonita arquitectura popular, algunas de ellas dotadas de soportal delante del edificio, cuadras y hasta una precaria taberna.

Portada granítica de una casa de los barrios de Burgohondo

Vamos recorriendo los más occidentales como Horno Robledo, el Palancar o Fuentes del Espino y otros señalados en el plano más al este a los que también se puede llegar por otro camino alternativo marcado en su inicio con flechas grises: Yendo desde Burgohondo hacia Villanueva de Ávila, cuando cruzamos el Alberche por un puente de un solo ojo llamado puente del Arco, salimos inmediatamente a la izquierda por un camino y trescientos metros después en dirección sur paralelo al arroyo del Puerto, parte otro que nos acerca fácilmente a algunas de estas pintorescas aldeas, como la de Bajondillo, Fuentebuena, Fuente del Aliso, el Tomillar, Zacapeal y por último la de la Cendra.

Carro en una tiná o enramá

Desde esta última parte una senda que cruza el arroyo del Puerto y nos puede acercar a las casas del Lomo, otro de estos poblados a los que también podemos acceder desde la carretera de Villanueva, un pueblo que, como su nombre indica, es de reciente fundación y que tiene alguno de los «barrios» en su término y se halla rodeado de hermosos parajes para el paseo.

Barrio con el pueblo de Burgohondo al fondo

 Recorrido aproximado desde el Puente Nuevo 14 kilómetros, desde Burgohondo 18 kilómetros. 4 horas

Arquitectura opular en los barrios de Burgohondo

ALBERCHE (13) BURGOHONDO Y SU ABADÍA

Abadía de BurgohondoDespués del despoblamiento de estos territorios por las guerras de la reconquista, se estableció un monasterio que aparece referido por primera vez en un documento de 1179 del Papa Alejandro III, confirmando las posesiones de don Sancho, obispo de Ávila. Se denominaba Monasterio de Santa María de Fundo, palabra esta última que quiere decir Hondo, por la profundidad del valle del Alberche, y de ahí que la población fundada en torno a este cenobio se acabara denominando Burgohondo.

Escudo señorial en un edificio de Burgohondo

En torno a ella se articuló la repoblación del territorio pasando después a los agustinos: “más hace ocho siglos que en el Burgohondo hay abad y canónigos; en el principio eran aquellas montañas un negro y sombrío y espantoso desierto; retirados en la soledad los que entonces vivían en comunidad religiosa, sin perder de vista todo lo que podía ceder en utilidad del estado, se ocupaban continuamente en cantar las alabanzas de Dios, con el transcurso de los años fueron desmontando las incultas breñas en que vivían y por su diligencia se formaron aldeas que componen en el día el concejo del dicho lugar” como relataba el abad del monasterio poco antes de que desapareciera en el siglo XVIII.

LA ABADÍA

rquitectura popular en Burgohondo

La iglesia del monasterio, que aloja hoy la parroquia del pueblo, cuenta con tres naves separadas por dos hileras de pilares hechos de sillería. La puerta del lado oeste es de la época de fundación del monasterio y hoy está tapiada y tapada por la sillería del coro. La puerta de acceso al templo se encuentra en la actualidad en la cara norte y es del siglo XVI. En el ábside, el aparejo de mampuesto de gran tamaño, separado por verdugadas de ladrillo que le dan un aspecto mudéjar, nos orienta hacia su construcción también en los primeros tiempos de la abadía, con la robustez que hacía que los templos de la época fueran en realidad pequeñas fortalezas que podían ser utilizadas en el caso de una situación de peligro ocasionado por las razzias musulmanas, como también nos demuestran dos ventanucos o saeteras situados en el muro norte.

El río Alberche a su paso por Burgohondo

Al siglo XVI pertenece también la cubierta de madera que conserva algunos detalles decorativos, así como la sobria sillería del coro, donde destaca por su tamaño el asiento del abad. Podemos observar también las sepulturas medievales de dos clérigos y la del abad Pedro Vazquez, que es del siglo XVI, así como la torre, de planta cuadrada, rematada en campanario, dos escudos nobiliarios y la pila bautismal. Los retablos son barrocos del siglo XVIII, churrigueresco el del altar mayor.

También el monasterio, situado en la cara sur del templo tiene aspecto defensivo por las torres semicirculares que lo adornan. El cerramiento, es así mismo de mampostería y tiene una puerta gótica que da acceso a la iglesia y otra del siglo XVII que se abre a la huerta.

Escena en los barrios de Burgohondo

Como en tantos otros lugares, la ermita de San Roque, como santo protector contra las pestes se encuentra en una de las entradas del pueblo para servir así de protección a los vecinos.

JUDÍOS EN EL ALBERCHE

También existe en Burgohondo una construcción conocida como la Ermita de los Judíos. Se halla situada en el barrio de La Esperanza, que alojó la judería del pueblo y por ello se ha especulado con que el pequeño edificio fuera una sinagoga. Lo cierto es que alojó a la cofradía de la Vera Cruz y que las pinturas de sus muros representan imágenes del evangelio. Se sabe que tanto en Burgohondo como en Navaluenga y Hoyocasero se establecieron colonias de judíos que se dedicaban al pastoreo, pero también al curtido y tinte de las pieles en las tenerías, además de otros trabajos artesanales, mientras que algunos de ellos, de clase más elevada, cobraban los diezmos y derechos feudales o de escribanía del Burgo.

Cama abandonada en los «barrios» de Burgohondo