Archivo de la categoría: Rutas y Senderos

PASEANDO LA GARGANTA ELIZA

PASEANDO LA GARGANTA ELIZA

Paseando la garganta Eliza desde Pedrobernardo

Presa en la garganta Eliza con el puerto de la Lagareta al fondo

La garganta Eliza nace en el puerto del Lagarejo y discurre entre parajes con chorreras de gran belleza con algunos restos de chozos y queseras y las ruinas del lagar que da nombre al puerto hasta llegar al puente de la carretera que desde Pedrobernardo se dirige subiendo la sierra hacia San Esteban del Valle. Ese es un buen punto para que el que lo desee realice un ascenso por una senda que discurre por la orilla oriental de esta garganta hasta el puerto.

Chorreras y pozas nos acompañan a lo largo de nuestro recorrido por la garganta Eliza

Sigue discurriendo la garganta por el valle, que desgraciadamente sufrió las consecuencias del gran incendio de hace unos años, pero que conserva muchas majadas y casas con huertecillos construidas en la arquitectura popular serrana, además de los restos de antiguas instalaciones hidráulicas que servían para abatanar la lana y mover los telares que producían las mantas y otros tejidos por los que este pueblo se hizo famoso.

Digitalis en la garganta Eliza rica flora muy diversa

Partiremos en nuestra excursión desde el mismo casco urbano hasta el paraje y puente de los Nogales, donde podemos refrescarnos en su piscina natural y reponernos en su merendero. Cruzamos el puente y subimos unos metros hasta el camino que discurre por la orilla occidental. Por él llegamos hasta la chorrera del Hornillo, desde donde ascendemos hasta la carretera para seguirla después hasta el puente de la Barranca. Pasaremos a la orilla oriental y ascenderemos por un camino pasando junto a la Casa de la Luz y algunas chorreras, hasta llegar al puente del Lagarejo y la fuente de Las Queseras, donde quedan restos de corrales, chozos y queseras. Los más atrevidos pueden subir hasta el mismo puerto del Lagarejo. 

Chorreras en la Garganta Eliza

 Recorrido aproximado 15 kilómetros, 4  horas y media.

 Otros lugares de interés son las cumbres del risco de la Sierpe con leyenda incluida de serpiente que guarda el tesoro, y otros parajes como los encinares de Robledoso, la Abantera, la piscina natural o la chorrera de Hornillos.

Camino del puerto de la Lagareta

SEGUIMOS EN EL VALLE DEL TIÉTAR Y ENTRAMOS EN PEDRO BERNARDO

PEDROBERNARDO

Detalle del rollo de Pedrobernardo

Pedro Bernardo lleva ese nombre por la concordia que los dos más influyentes personajes locales del siglo XV hicieron después de ciertas desavenencias que habían tenido un tal Pedro Fernández y Bernardo Manso. El pueblo se llamaba hasta entonces La Nava de la Solana, y fue mandado repoblar por el rey Alfonso XI encargando la tarea a un caballero abulense llamado Gil Blázquez que vino a restaurar las veintiuna casas arruinadas “por los malos temporales” que hacia el año 1110 habían formado la población que fundó Blasco Jimeno el Grande, personaje que era gobernador de Ávila y murió cuando desafió al rey Alfonso I de Aragón por haber ajusticiado a nobles abulenses que había tomado como rehenes en un asedio de la ciudad amurallada.

Ermita de San Sebastián en Pedrobernardo

Otros autores se inclinan a pensar que fue su hijo, Blasco Jimeno el Chico, quien repobló el lugar hacia 1130 construyendo sesenta casas y una ermita bajo la advocación de Santa Ana trayendo a un franciscano para que se ocupara de los fieles que poblaran la zona.

Vista de Pedrobernardo y el valle del Tiétar

Dos mil quinientos años antes, los hombres de la Edad del Cobre construyeron  un monumento megalítico, probablemente un menhir, situado en el paraje de Cantogordo.

Pedro Bernardo fue aldea del señorío de la Villa de Mombeltrán hasta que en el año 1679 pasó a ser villa independiente por privilegio de villazgo del rey Carlos II. Lo que suponía tener su propia justicia y autoridades simbolizados por el rollo jurisdiccional, que hoy día podemos ver erigido en el espléndido balcón desde el que se ve todo el valle del Tiétar, jardincillo en el que también se encuentra el monumento en honor de Duperier, un físico que descubrió los rayos cósmicos y que había nacido en este pueblo serrano.

Dupeier, el más ilustre nacido en Pedrobernardo. Descubirdor de los rayos cósmicos

Además de este balcón sobre el valle del Tiétar no debemos dejar de callejear por su caserío, donde todavía son numerosos los rincones pintorescos con balcones que casi se tocan y ejemplares de la arquitectura tradicional con numerosas fuentes salpicadas por sus calles.

A finales de los años sesenta y principio de los setenta tuvo la zona un auge turístico con el descubrimiento de la zona por los madrileños y talaveranos, lo que fue potenciado por el famoso programa de televisión “La Casa de los Martínez” cuyo escenario aún se conserva en una de las viviendas del pueblo.

Arquitectura popular en Pedrobernardo

En edificio que albergó a las antiguas casas consistoriales aloja ahora el tanatorio y es construcción renacentista del siglo XVI, aunque ha tenido usos diferentes a lo largo de su historia.

La iglesia actual se encuentra bajo la advocación de San Pedro ad Víncula y se construye en los siglos XVII y XVIII. Presenta elementos herrerianos y barrocos y cuenta con numerosas tallas de cierto valor datadas en las mismas centurias. Dos ermitas, la de Santa Ana del siglo XVII y la de San Sebastián del XVIII completan el patrimonio del pueblo.

Iglesia parroquial de Pedrobernardo

Es curiosa también la plaza de toros integrada en el casco urbano, donde se celebran los acontecimientos taurinos de la fiesta principal de este pueblo serrano en honor de San Roque, con caballistas, trajes típicos y la degustación en común de las patatas al caldero, música, baile etc. También se celebra San Sebastián, el carnaval y el “día del pastel” cuando el domingo de resurrección se va al campo a comer empanada.

La iglesia de Pedrobernardo cuenta con magníficos retablos barrocos

EXCURSIONES DESDE MIJARES

EXCURSIONES DESDE MIJARES

Al Cabezo desde el Puerto de Mijares

Las sierras de Mijares con el Cabezo

 Vamos a ascender hoy hasta uno de los picos más elevados de Gredos después de las mayores alturas del macizo central y La Mira. Se trata de El Cabezo que normalmente lo distinguimos desde el valle por mantener mayor tiempo la nieve caída.

Partiremos desde el puerto de Mijares al que ascenderemos por la carretera y subiremos hacia el oeste por una senda que nos llevará a la Peña de la Bandera desde donde seguiremos paralelamente a un vallado la cuerda de la cumbre hasta el risco del Artuñero, ya por encima de los 2000 metros. Seguimos después hasta la Cabeza Santa junto a la que se encuentra en dirección norte la fuente Peluca pasando antes por el collado de la Centenera. Por debajo de él están los prados de la Centenera donde se encuentran algunas construcciones pastoriles.  Seguimos hasta la cumbre de El Cabezo donde podemos disfrutar de unas vistas magníficas sobre el valle del Tiétar y la vertiente norte de la Sierra de Gredos.

En el camino hacia el Cabezo vamos encontrando varias gargantillas y chorreras en su nacimiento

Recorrido aproximado 16 kilómetros ida y vuelta, 6 horas y media

 Podemos realizar otras excursiones para conocer el término de Mijares. En primer lugar podemos ascender hacia el puerto, hasta la fuente del Horcajo. Desde allí parte una pista que a través del Torozo nos llevará disfrutando de unas vistas magníficas hasta las llamadas máquinas de la Chorrera de Blasco Chico, junto a la tubería que desciende de la sierra hasta la central eléctrica. También se encuentra en el paraje la chorrera que cae cuando el caudal rebosa por el aliviadero del canal de dicha central. Desde allí podemos ascender en un paseo hasta las chorreras de la propia garganta o seguir otro camino que desciende hasta Gavilanes. En el camino que hemos recorrido nos cruzamos con otras gargantas como la de Las Yeguas o el Topo, que se deslizan por la ladera con hermosas cascadas. También está junto al camino el llamado risco de la Cruz, que distinguiremos por la cruz de madera amarilla que lo corona. Es también un lugar privilegiado para descansar con un panorama espléndido.

Risco de la Cruz

Justo enfrente, veremos la otra ladera de la garganta de Mijares también llamada de las Torres por pasar junto a ese despoblado medieval. Desde el pueblo podemos subir al paraje del Mogote, donde hay magníficas vistas y si lo deseamos ascenderemos por una senda que recorre el valle por su ladera occidental hasta el puerto  de Mijares.

Mariposa sobre jara en la garganta de Mijares

La propia garganta es un lugar muy agradable para pasear. Podemos descender desde el caserío al llamado “Puente de Madera” desde la carretera de Gavilanes, y desde allí bajar por la orilla derecha hasta el pueblo vecino entre prados y bosquetes de robles y castaños con olivares y algunos cerezos y nogales.

Camino que desciende al puente desde Mijares

MIJARES Y SU GARGANTA

MIJARES Y SU GARGANTA

Mijares y sus sierras

Desde  el puerto del mismo nombre desciende la garganta de Mijares o de las Torres, por pasar por el despoblado medieval de ese nombre. Tal vez la que podemos considerar segunda vía de comunicación entre las dos vertientes de Gredos después del puerto de El Pico. Las cumbres nevadas que lo circundan nos recuerdan que las alturas de la Centenera y otras cercanas son las más elevadas de nuestra sierra, después de las del macizo central.

Arquitectura serrana en Mijares

Parece que el puerto en el que se sitúa Mijares se pudo llamar en la Edad Media “del Fondo” por lo empinado del valle al que da acceso y que aparece en la crónica de los caballeros de Ávila cuando bajan al valle del Tiétar para expulsar al moro Galafrón que con sus huestes cometía toda clase de tropelías. Ganan la batalla, matan a su jefe y se ejecuta al gobernador cristiano de Talavera que había permitido que las huestes musulmanas cruzaran el Tajo y atacaran las poblaciones de Gredos. Este relato se considera el primer cantar de gesta fronterizo, el primero de los romances épicos que se sucederían después narrando aventuras de caballeros que peleaban contra los musulmanes.

Una de las fuentes de Mijares

Mijares es una más de las aldeas del señorío de Mombeltrán que consigue su independencia junto a algunas poblaciones más en 1679, para hacer con ellas en 1703 el llamado Pacto de la Concordia por el que se amojonaban sus respectivos términos y dehesas. En este siglo debió tener nuestra población cierto auge, pues son varias las viviendas que ostentan en sus portadas fechas dieciochescas, y es en esa misma centuria en la que se construye el ayuntamiento.

Ermita de la Virgen de la Sangre

La iglesia parroquial también se edificó en el siglo XVII y XVIII. Al despoblarse el núcleo de las Torres en 1773, el altar mayor de la iglesia se trasladó a Mijares, así como la imagen de la ermita de la Virgen del Helechar cuyas ruinas se encuentra actualmente en término de Gavilanes. El templo, aunque ha sido muy remodelado, presenta algunos elementos de interés, como la ventana de la sacristía.

Portada en la trasera del ayuntamiento

Mijares muestra todavía algunos hermosos rincones con edificios de la arquitectura vernácula, predominando en el llamado Barrio de Abajo y en el de La Esquinilla. También cuenta en su patrimonio con la ermita de la Virgen de la Sangre y otro edificio que hoy es particular pero que fue la ermita de la Virgen de la Buena Dicha, en la plaza del Cerrillo.

Arquitectura popular de Mijares

RUTA DE CASAVIEJA AL PUERTO DEL ALACRÁN Y OTROS PASEOS

RUTA DE CASAVIEJA AL PUERTO DEL ALACRÁN Y OTROS PASEOS

Vamos a ascender desde Casavieja hasta el puerto del Alacrán, uno de esos puertos secundarios que pasaban al otro lado de la sierra por caminos de herradura, y que servía para el intercambio de los productos diferentes que se cultivaban en la fría vertiente norte y los de la más cálida cara sur de la sierra.

Presa de los Castaños en el entorno de Casavieja, al comienzo de la ruta

Se trata de una senda marcada con señales blancas y amarillas que se toma desde la carretera que va a la zona recreativa de fuente Helechosa, cerca de la presa y fuente de los Castaños, aunque hay posibilidad de subir en bicicleta o todoterreno por las pistas forestales acortando el camino considerablemente, opción que podemos elegir orientándonos con el plano adjunto.

Chorreras en la garganta de la Cereceda

Si se hace completa, es una excursión dura que salva un desnivel de más de 1000 metros y discurre por una senda entre pinos y robles con algún tramo de bosque de galería junto al arroyo de la Cereceda. No hay problema con el agua pues encontraremos varias fuentes aunque en la parte alta hay algunas zonas en las que la senda es difícil de identificar.

 Recorrido aproximado 12 kilómetros, 7 horas ida y vuelta con el recorrido completo.

El entorno de Casavieja tiene hermosos parajes para pasear entre prados con sus pajares y bosques de fresnos y robles

Otro paseo muy ameno y tranquilo se puede hacer deambulando por la parte norte de la pequeña meseta sobre la que se sitúa el caserío de Casavieja, y recorriendo hermosos prados y bosques de robles, fresnos y pino.

Otra de las rutas en torno a Casavieja es la indicada ruta de los molinos

Por último, también podemos hacer una interesante ruta marcada que recorre los numerosos molinos ribereños de la garganta de la Cereceda, pasando por el bonito puente medieval de la Márgara y por un antiguo horno de tinajas. Otros pequeños arroyos y gargantas son también hermosos pero desgraciadamente en su cabecera nos encontraremos con el desolado aspecto de la sierra quemada en gran parte hace unos años.

Entrada de la rampa de uno de los molinos de Caavieja

LA GARGANTA DE NUÑO COJO Y UN POETA BOTICARIO

SUBIENDO LA GARGANTA DE NUÑO COJO DESDE PIEDRALAVES

Puente de la garganta Nuño Cojo

 El entorno de Piedralaves gira en torno a la garganta de Nuño Cojo que pasa por el mismo caserío. Es un paseo agradable subir entre pinos por la orilla de esta corriente. Uno de los viejos molinos ribereños, muy cercano a la población, todavía sirve como “fábrica de luz” pues sus aguas mueven una turbina. Más arriba podemos disfrutar de la piscina natural de “la Nieta”, y siguiendo el recorrido pasaremos por una fuente con una zona de pic-nic y los restos de otro molino que también fue batán, un artificio para desengrasar, limpiar y suavizar la lana a base de ser golpeada por un mazo movido por el agua.

Molino en la garganta de Nuño Cojo

Al final de la pista asfaltada que discurre paralela a la corriente de la garganta, se llega hasta la presa de abastecimiento de la localidad con su imponente muro hecho de grandes bloques graníticos. El embalse se sitúa en un bonito entorno de pinares que pueblan las orillas de las tres gargantillas que confluyen en él. Podemos hacer un recorrido por ellas subiendo por un camino que parte de la orilla oriental del embalse, y va rodeando el valle para llegar a unas pistas que nos puede llevar a Casavieja, o bien podremos descender de nuevo hasta un camino que cruza la garganta de Nuño Cojo por un puente de piedra cerca del que hemos pasado en nuestro ascenso.

 Recorrido aproximado 15 kilómetros, 4 horas.

Embalse en la cabecera de la Garganta de Ñuño Cojo
León Felipe

EL POETA BOTICARIO

 En 1919 el poeta León Felipe regentaría la farmacia de La Adrada durante un año. Este gran escritor de vida muy ajetreada, además de boticario fue comediante, mendigo y hasta pasó tres años en la cárcel por desfalco. Se alineó con el bando republicano en la Guerra Civil y se exilió en 1938. En alguno de sus poemas hay referencias a su paso por La Adrada:

¡Qué solo estoy Señor!

¡Qué solo y qué rendido!

de andar a la ventura

buscando mi destino

En este pueblo de Ávila escondido

pensando que no está aquí mi sitio

que no está aquí tampoco

mi albergue decisivo

PASEOS DESDE LA ADRADA

PASEOS DESDE LA ADRADA

TIÉTAR 4 Ruta de los tres Puentes
Puente Mosquea sobre el Tiétar en La Adrada

Ruta de los tres puentes

 La ruta que indicamos en la excursión de hoy nos llevará hasta el río Tiétar, conociendo así los agradables parajes del puente Mosquea sobre el Tiétar y el puente Chico sobre un pequeño afluente en la orilla izquierda. Aguas abajo, donde la carretera de La Iglesuela cruza también el río, se encuentra la puente Mocha, otro pintoresca construcción medieval. Todo el recorrido discurre entre pinares muy amenos en un trazado llano muy agradable.

El puente Chico sobre el arroyo afluente del Tiétar

 Recorrido aproximado10 kilómetros, 2 horas y media.

Puente Mocha sobre el Tiétar

Otros parajes 

Otros parajes podemos disfrutar en La Adrada conociendo la zona serrana mediante el segundo recorrido que nos llevará hacia el norte desde la ermita de la Yedra pasando cerca del molino de Momblanco, uno de los que quedan de los numerosos artificios que movía esta garganta, algunos de ellos para obtener papel a partir de trapos viejos. Ascendemos después pasando cerca del bonito paraje del charco de la Hoya, para luego seguir el trazado marcado en la ruta que nos llevará por pistas forestales hasta el paraje de la Llega y, si estamos dispuestos a una subida de unos cuarenta minutos más a pie, hasta el pino del Aprisquillo, un ejemplar singular de pino cascalbo de grandes dimensiones.

Molino de La Adrada

Si finalizado el recorrido paralelo a la Garganta de Santa María, nos dirigimos a la derecha iremos al collado de las Vacas, desde donde podremos bajar por Casillas siguiendo la ruta del Borbollón, que describimos en el capítulo de Sotillo. Desde La Adrada podemos ir también hasta Piedralaves por una antigua carretera forestal, hoy muy deteriorada, que nos llevará a la garganta de Hornillos y a otros parajes de gran belleza con espléndidas vistas panorámicas.

Poza de la Hoya en la Garganta de Santa maría de La Adrada

CELA EN LA ADRADA

El libro Camilo José Cela “Judíos, Moros y Cristianos”, de obligada lectura para todos aquellos que quieran mirar debajo de estas faldas de Gredos, se hace, entre otros muchos pasajes jugosos una hermosa descripción de La Adrada, donde “en mejores tiempos, los monjes de El Escorial fabricaron el recio y bien barbado papel de tina, en el que se libraban las bulas de todo el arzobispado de Toledo: artesanía noble y envuelta en bendiciones y en licencias de ayunos. Del castillo de La Adrada, como de tantas y tantas otras cosas resta muy poco más que el recuerdo. La Adrada, cabalgando entre el cerro de Marinea y el monte del Madroñal, el cerro de la excusa y los riscos del Berrueco, es pueblecito de monte y huerta fina, pastizal abundoso y arroyos ­­–la Hondaliza, el Franquillo, la Santa María, decidores y alegres como pajaritos. La huerta de La Adrada, venero fecundo, brinda dos cosechas, y el pinar, blando tapiz, dos suertes de pino: el negral de la resina, que por Ávila es rodeno y, para algunas gentes salgareño y pudio, y el albar de la madera, que es royo, por esta tierra, y por Madrid, blanquillo”.

Hoy, el castillo restaurado no nos daría la impresión de ruina absoluta que le dio al viajero Cela.

Llamador en La Adrada

CONOCEMOS LA ADRADA

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CONOCEMOS LA ADRADA

Cúpula de la ermita de La Adrada

Debemos comenzar la visita de La Adrada, capital del señorío, por su castillo recientemente restaurado, que alberga en la actualidad el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar. Vale la pena visitarlo pues en él se ofrece una didáctica proyección sobre la evolución del castillo y una interesante y divulgativa exposición sobre los diferentes periodos históricos de la comarca que vamos recorriendo.

En el cerro que domina la localidad y que hoy alberga la fortaleza se edificó en el siglo XII una pequeña iglesia que luego tendría tres naves y daba sus servicios religiosos a los primeros aldeanos que repoblaban el territorio. Más tarde se fortifica la torre de la iglesia para dotarla de más capacidad defensiva. Ya en el siglo XV don Álvaro de Luna, al poco de tomar posesión de La Adrada, construye el castillo con la muralla y las torres defensivas en mampostería y ladrillo. Después fue modificando su estructura para convertirse en un edificio más palaciego y menos militar, por lo que aumentaron las dependencias residenciales y se construyó un hermoso patio renacentista que ha sido reconstruido con su empedrado, su pozo y su aljibe.

Interior del castillo de La Adrada

También la iglesia fue modificada para que su capilla mayor albergara el salón del palacio y sobre su bóveda se construyera la torre del homenaje. Quedan además restos de las columnas que sostenían los arcos y bóvedas de la iglesia, que por sus proporciones parece haber formado parte de una edificación de considerables proporciones. En el arco de la capilla mayor es curioso observar los símbolos que los canteros grababan en la piedra para identificar y cobrar su trabajo. También son curiosas las estelas medievales que marcaban las tumbas de los habitantes de La Adrada enterrados en las inmediaciones de la antigua iglesia pues, aunque tienen grabados símbolos cristianos o siluetas esquemáticas de los sepultados, son circulares o redondeadas y presentan un aspecto muy rústico y un tanto céltico.

Bolaños o piedras de trueno, proyectiles medievales de piedra para la artillería

También podemos recorrer parte de la muralla, la barbacana, la puerta principal reconstruida y fortificada con dos pequeñas torrecillas, y observar los proyectiles de los cañones que en este caso son de piedra, las llamadas piedras de trueno o bolaños. El castillo se encontraba en estado de franco deterioro y expolio de muchos de sus elementos decorativos, pero la restauración, aunque algo excesiva, ha sido afortunada.

Tanto en el libro de la Montería de Alfonso XI como en la Crónica de Juan II y la de su Halconero se relata la afición de los monarcas y de don Álvaro de Luna por tener largas jornadas de caza en las sierras y bosques de La Adrada, y tanto don Álvaro como Ruy Dávalos, condestables de Castilla y señores de La Adrada cayeron en desgracia ante sus monarcas, siendo el uno decapitado y el otro obligado a exiliarse en Aragón.

Arquitectura popular en La Adrada

Después de conocer el castillo donde residía el señor del estado de La Adrada vamos a dar una vuelta por el pueblo, donde no dejaremos de visitar su bonita ermita de la Virgen de la Yedra, que ha sido recientemente restaurada y está situada en lo que fuera el prado de La Nava, donde también quedan los restos de un lavadero tradicional. El edificio de la ermita está construido en mampostería combinada con ladrillo mediante un pintoresco aparejo que todavía es más llamativo en el interior por los curiosos diseños de tradición mudéjar en la ornamentación de la capilla mayor, que además está decorada con paneles de cerámica de Talavera con el motivo de repetición del florón, el mismo que decora los arrimaderos de El Escorial. Esta azulejería es típica del siglo XVI, aunque la ermita ya existía en el siglo XIV y parece que tenía cierta dependencia de la abadía de Burgohondo. El cimborrio que cubre la capilla mayor es del siglo XVIII.

Azulejos de Talavera en la restauración de la Ermita

La iglesia parroquial es de sobrio estilo herreriano con una sola nave y bóveda de arista con pilares toscanos. Al siglo XVIII pertenece el retablo barroco de cierta calidad con la imagen central de El Salvador, y en esta misma centuria se fabricaron los retablos de las capillas laterales y el órgano. Las conchas y los soles adornan simbólicamente las portadas respectivas.

La Adrada es pueblo que con el turismo y las nuevas construcciones ha visto casi desaparecer su arquitectura popular, aunque quedan algunos edificios significativos, como una vivienda en esquinazo llamada del Tío Talís y otras más señoriales como la llamada Villa María, o una típica fonda. Hay zonas recientemente ornamentadas como la llamada plaza del Riñon o la fuente de La Niña, llamada así por la escultura que la adorna. También tenemos junto a la carretera de La Iglesuela una antigua fábrica resinera.

CONOCIENDO EL MONTE DE SOTILLO Excursión de Casillas al Borbollón

CONOCIENDO EL MONTE DE SOTILLO

Excursión de Casillas al La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es TIETAR-2-De-Casillas-al-Borbollon.png

 

Ramaje de un pino autóctono de Gredos ((Pinus sylvestris)

Podemos conocer el monte de Sotillo haciendo una excursión, ya sea andando o en todoterreno. Con ese objetivo ascenderemos por la carretera que nos lleva a Casillas, para desde allí subir por la piscina y el prado de Las Eras hasta el llamado collado de la Casa.

Ermita del Prado de las Eras, paraje al comienzo de nuestro recorrido

En este lugar, acondicionado como zona recreativa, encontraremos un camino que se dirige hacia el oeste, hasta el paraje conocido como El Borbollón, en el que se ha restaurado el edificio de una antigua majada para albergar un aula de interpretación de la vegetación de la zona, con una breve ruta botánica a través de la que conoceremos las especies vegetales más frecuentes, en un paisaje de pinares solitarios con magníficas vistas.

En la ruta algunos paneles describen el proceso de recogida de la resina de los pinos resineros

El camino desciende luego tomando dirección este, para volver hacia Casillas pasando por la garganta de Majalobos, la más vinculada a Sotillo, que en esta parte más alta discurre por castañares y prados. Podemos después bajar hacia Sotillo por la misma carretera por la que subimos a Casillas al comenzar nuestra ruta.

Vistas desde la ruta del Borbollón

Poco antes de llegar al pueblo, vemos un puente sobre el que habría discurrido la vía del tren trazada para unir Madrid con Arenas de San Pedro. Poco después de pasarlo, podremos tomar a la derecha una pista que nos vuelve a llevar a la garganta de Majalobos, donde se encuentran entre bosques las dos pequeñas y pintorescas presas de abastecimiento de Sotillo.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P3161097.jpg

Uno de los magníficos pinos autóctonos(Pinus sylvestris) que podemos contemplar en el camino

Al sur del pueblo hay otra ruta botánica en torno al monte de La Pinosa, una pequeña elevación cubierta de un hermoso pinar.

 Recorrido aproximado 11 kilómetros, 3 horas.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P3161105.jpg

Embalse en la garganta de Majalobos

Puente de la línea férrea que habría unido Madrid con Arenas de San Pedro, pero que no se finalizó

EL TIÉTAR ENTRA EN EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

EL TIÉTAR ENTRA EN EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

Don Álvaro de Luna

EL SEÑORÍO DE LA ADRADA

Casillas y Sotillo de la Adrada son los primeros pueblos del señorío de La Adrada que vamos a encontrar en nuestro recorrido por el Valle del Tiétar, cuya cabeza, La Adrada, fue capital del estado al comienzo de la Edad Media.

Estelas circulares medievales de la necrópolis de La Adrada

En 1393, el condestable de Castilla y corregidor de Ávila don Ruy López Dávalos recibió del rey Enrique III un gran señorío al sur de Gredos que incluía lugares tan lejanos como La Adrada, Arenas de San Pedro, Castillo de Bayuela o Puebla de Santiago del Arañuelo, muy cerca ya del Tajo en las proximidades del actual pueblo de Valdeverdeja. En 1422 le son confiscados estos territorios y de ellos La Adrada, Arenas y Bayuela pasan a formar parte de los extensos territorios del otro condestable, don Álvaro de Luna como herencia de su mujer.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P9242965-1024x768.jpg

Ermita de Sotillo de La Adrada

Tras su ejecución por orden del Rey, Bayuela y Arenas siguen en poder de su esposa la “Triste Condesa”, ya que habían sido recibidos por ella en herencia de su padre, pero La Adrada y los pueblos que formaban el estado (Sotillo, Casasviejas, Casillas, Fresnedilla, Piedralaves e Iglesuela) los recibe don Beltrán de la Cueva como donativo de Enrique IV. Pasará todo este territorio a manos de su segundo hijo don Antonio de la Cueva y Mendoza, separándose así del señorío de Mombeltrán en manos del duque de Alburquerque, hermano mayor de la familia.

Arquitectura popular en de Sotillo de la Adrada

SOTILLO DE LA ADRADA

Apenas un hilo de agua es el Tiétar a su paso por Sotillo de la Adrada, población que comenzó siendo simplemente una aldea de La Adrada, pero que actualmente se ha convertido en el núcleo más habitado de la zona. Las primeras referencias del lugar aparecen en 1186 recién reconquistado el territorio por Raimundo de Borgoña.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P9242976-768x1024.jpg

Retablo de la iglesia de Sotillo de la Adrada

La cercana capital del señorío no permitió que Sotillo tuviera su propio concejo hasta finales del siglo XVI y que fuera una villa independiente hasta principios del siglo XVIII. En el pueblo podemos ver su fuente de los Cinco Caños y algunos rincones con elementos de construcción tradicional con los típicos balcones del Tiétar, especialmente en la calle de las Parras y la calle Larga.

El ayuntamiento también es una de esas características casas consistoriales del siglo XVIII que podemos ver en la zona. Aunque la iglesia parroquial remonta su origen al siglo XV, el edificio está muy reformado y apenas se distinguen elementos originales de interés, salvo el retablo barroco y el artesonado de la capilla mayor, además de una imagen que representa a la Santísima Trinidad, advocación de la parroquia. El otro edificio religiosos de Sotillo alberga a la patrona, la Virgen de los Remedios y es construcción del siglo XVII.