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LA GARGANTA DE NUÑO COJO Y UN POETA BOTICARIO

SUBIENDO LA GARGANTA DE NUÑO COJO DESDE PIEDRALAVES

Puente de la garganta Nuño Cojo

 El entorno de Piedralaves gira en torno a la garganta de Nuño Cojo que pasa por el mismo caserío. Es un paseo agradable subir entre pinos por la orilla de esta corriente. Uno de los viejos molinos ribereños, muy cercano a la población, todavía sirve como “fábrica de luz” pues sus aguas mueven una turbina. Más arriba podemos disfrutar de la piscina natural de “la Nieta”, y siguiendo el recorrido pasaremos por una fuente con una zona de pic-nic y los restos de otro molino que también fue batán, un artificio para desengrasar, limpiar y suavizar la lana a base de ser golpeada por un mazo movido por el agua.

Molino en la garganta de Nuño Cojo

Al final de la pista asfaltada que discurre paralela a la corriente de la garganta, se llega hasta la presa de abastecimiento de la localidad con su imponente muro hecho de grandes bloques graníticos. El embalse se sitúa en un bonito entorno de pinares que pueblan las orillas de las tres gargantillas que confluyen en él. Podemos hacer un recorrido por ellas subiendo por un camino que parte de la orilla oriental del embalse, y va rodeando el valle para llegar a unas pistas que nos puede llevar a Casavieja, o bien podremos descender de nuevo hasta un camino que cruza la garganta de Nuño Cojo por un puente de piedra cerca del que hemos pasado en nuestro ascenso.

 Recorrido aproximado 15 kilómetros, 4 horas.

Embalse en la cabecera de la Garganta de Ñuño Cojo
León Felipe

EL POETA BOTICARIO

 En 1919 el poeta León Felipe regentaría la farmacia de La Adrada durante un año. Este gran escritor de vida muy ajetreada, además de boticario fue comediante, mendigo y hasta pasó tres años en la cárcel por desfalco. Se alineó con el bando republicano en la Guerra Civil y se exilió en 1938. En alguno de sus poemas hay referencias a su paso por La Adrada:

¡Qué solo estoy Señor!

¡Qué solo y qué rendido!

de andar a la ventura

buscando mi destino

En este pueblo de Ávila escondido

pensando que no está aquí mi sitio

que no está aquí tampoco

mi albergue decisivo