CASTILBLANCO
Se sitúa el caserío sobre una colina amesetada que en la zona de la iglesia se conoce como “el castillo” porque, según parece, en tiempos pasados quedaban restos de amurallamiento.
“Este pueblo es villa desde el año de 1554, habiendo sido antes aldea de la villa de Talavera. Al presente es de Señorío del Marqués de Cortes, vecino de la ciudad de Écija, cuyos causantes la compraron a su Majestad, quien en virtud de bula pontificia la desmembró de la Mitra Arzobispal de Toledo en el año de 1584…Tiene una iglesia con la advocación de San Cristóbal Mártir, la que está aneja a la parroquial de la villa de Alía, distante de aquí cuatro leguas.
Comprenden parte de esta jurisdicción, de la de Alía y de la de Valdecaballeros, las reales Dehesas de Guadalupe, propias de Su Majestad, cuya utilidad está cedida para los reparos y obras del real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Su monte se reduce principalmente a encinas muy fructíferas con las que se mantienen anualmente cerca de tres mil cerdos. Es de notar que estando su situación en un llano salen de su caída más de sesenta maniantales de aguas dulces y buenas»
Estos datos aparecen en una descripción de Castilblanco de finales del siglo XVIII y, como vemos, en un principio formó parte de La Jara y de las antiguas Tierras de Talavera, aunque en el siglo XV el señor de La Puebla de Alcocer y Maestre de la Orden de Alcántara intenta anexionarse Castilblanco junto a otros territorios de la Jara Sur, pero una sentencia dictamina que vuelvan a propiedad del arzobispo toledano y a la jurisdicción de Talavera.
La población fue arrasada por los carlistas en 1837 tras las batallas de Villarta y Almadén. Castilblanco fue tristemente famoso por los hechos acaecidos en 1931 en los que murieron varios guardias civiles. En la Guerra Civil los combates y la represión posterior causaron aún más daño a la población.
Entre sus monumentos debemos destacar la iglesia parroquial de San Cristóbal, edificio del siglo XV que aún presenta algunos detalles mudéjares en su construcción con un pórtico que junto a su situación sobre la pendiente del cerro sobre el que asienta el pueblo le dan un aspecto pintoresco.
Al oeste del pueblo se encuentra en un antiguo descansadero de La Mesta la ermita de San Matías, construcción del siglo XIV reformada en la que se celebra la fiesta de Los Ranchos. Esta festividad es muy antigua y algunos la remontan a tiempos neolíticos queriendo ver en ella un rito de fertilidad de los campos. Consiste en una romería el primer domingo de Mayo que dura tres días durante los cuales las gentes que allé acuden disfrutan de las tortillas los embutidos y las calderetas que riegan con vino de la zona. En primavera, el 23 y 29 de Junio, los mozos salen de madrugada y pintan mensajes en las paredes de las muchachas. También la Semana Santa tiene cierto interés. Los festejos de verano son dos, el primer lunes de Agosto se celebran las fiestas patronales en honor de San Cristóbal y el catorce de Septiembre las ferias del Cristo. En invierno es interesante el Auto de Reyes y el dos de febrero se celebra la fiesta femenina por antonomasia, Las Candelas.
En cuanto a la artesanía cuenta Castilblanco con telares tradicionales en los que se elaboran colchas, mantas y alforjas. También son de destacar sus bordados y trajes típicos así como varios artesanos que hacen objetos del denominado arte pastoril en madera o corcho.
En el pueblo hay un hostal para alojarse además de un restaurante y bares en los que nos pueden servir algo de comer. En su gastronomía debemos destacar el llamado jilimoje que se realiza con las vísceras de las matanzas cocidas con sangre y especias.
De primero podemos tomar sopa de tomate o ajoblanco y de postre la repostería local con rabos de calabacín, candelilla y canelones.
CAMINOS DEL SUR A GUADALUPE POR CASTILBLANCO
Como algún límite debíamos ponernos en el recorrido de los caminos Guadalupanos, creemos razonable que al igual que hemos tomado como inicio de los demás recorridos la carretera Nacional V y las ciudades que tuvieron fronteras históricas con Guadalupe como Talavera, Trujillo o Navalmoral de la Mata, desde el sur los camino cruzaban el Guadiana por lugares diferentes pero en realidad casi todos confluían en Cañamero y pasaban el famoso puerto de Puertollano del que habla la popular canción. Vamos por ello a conocer simplemente las dos localidades que habiendo tenido relación histórica con Guadalupe sirvieron de paso a los romeros. Me refiero a Castilblanco y Valdecaballeros, dos localidades que pertenecieron a las Antiguas tierras de Talavera. El resto de pueblos de otras comarcas y principalmente de la llamada Siberia extremeña conforman otra unidad paisajística y cultural que, aunque es de gran interés, se sale del objetivo de esta guía.
El camino a Guadalupe desde Castilblanco discurre paralelo al río Guadalupejo durante la mayor parte del recorrido. Muy cerca de ambos va también paralela la actual carretera que también puede seguirse por los motorizados que lleven prisa. Otra alternativa es encaminarse por la cañada que se dirige a Puerto de San Vicente y Talavera desde Valdecaballeros siguiendo el valle del Guadarranque pasando cerca del antiguo despoblado de El Lagar. Luego continuaremos por el Camino de los Bandoleros por Alía a Guadalupe.