MUSEO DE LOS HORRORES:
DE CÓMO JUGARSE LA VIDA PARA VISITAR UN DOLMEN
Hoy traemos al Museo de los Horrores la indolencia, la ignorancia y la desidia de nuestros políticos para con el patrimonio de esta tierra y cómo no se aprovechan en absoluto los recursos arqueológicos, históricos o etnográficos para el desarrollo turístico de nuestros abandonados pueblos.
Un ejemplo muy gráfico y sangrante es el dolmen de Azután, un importante monumento megalítico con gran interés arqueológico que además se encuentra rodeado de otros elementos etnográficos y arqueológicos que podrían aumentar el atractivo para los turistas que quieran visitar la cercana Ciudad de Vascos después de conocer Puente del Arzobispo y su cerámica.
El monumento fue excavado hace décadas pero a ninguno de nuestros padres de la patria se les ha ocurrido poner no ya un panel que explique sus características e importancia sino que ni siquiera hay un rótulo que indique en la carretera dónde se encuentra el dolmen en cuestión entre Puente y La Estrella
Tampoco hay aparcamiento alguno, por lo que aquellos intrépidos visitantes que quieran conocerlo tendrán que aparcar a unos centenares de metros y deambular por la carretera en curva y sus cunetas a riesgo de ser atropellados o irse a su casa con un esguince de recuerdo.
Y no pide uno que en Castilla-La Mancha tengan con el patrimonio el cuidado que tienen en Castilla y León o en Extremadura, comunidades gobernadas por diferentes partidos, pero que nos dan cien vueltas, lo que sí podemos es exigir que no sólo se gasten los dineros culturales en grandes eventos como los centenarios del Quijote o el Greco, cuya calidad no discuto, pues como dicen por aquí «con buen bolo bien se jode» . Pero estos grandes eventos de mucho parné interesan sobre todo a nuestros nunca bien ponderados gobernantes porque generan muchas más fotos, canapés y cócteles electoralistas donde lucirse y quedan, sin embargo, abandonados casi todos los elementos culturales rurales, que no por modestos son menos importantes y también deben ser tenidos en cuenta como patrimonio y merecen gastarse en ellos unos durillos.
En Castilla y León también saben organizar las Edades del Hombre, pero además muchas humildes ermitas o yacimientos arqueológicos están restaurados y consolidados, y tienen además su cartelito donde se ponen horarios y forma de visitar los monumentos.
Para potenciar este dolmen que hemos tomado como ejemplo hágase un aparcamiento donde detenerse, documéntese al visitante con paneles explicativos, adecéntese el entorno y restáurense elementos como el cercano tejar, el puente, el molino sobre el arroyo Andilucha y véase la forma de enseñar también el cercano cementerio visigodo.
Y por no hablar del dolmen de La Estrella o de otros elementos patrimoniales que sólo aventureros de fuste como Amudsen o el doctor Livingstone serán capaces de localizar por los caminos y veredas jareños, entre ladridos de fieros canes y guardas enfurecidos.
Pero en esta tierra de nuestros dolores ya saben lo del Dante a las puertas del infierno: «Perded toda esperanza», y es lo que tiene ser gobernados por hijos de la Logse, sea cual sea su ideología.