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EL TAJO NEOLÍTICO, DE LA SERIE RÍOS DE HISTORIA (3)

 

POBLANDO LA VEGA HACE 8000 AÑOS

Los primeros agricultores del valle del Tajo, el neolítico en nuestra comarca. Dentro de la serie Ríos de Historia

La vega de Talavera fue poblada desde la prehistoria por su fertilidad La vega de Talavera fue poblada desde la prehistoria por su fertilidad

El Padre Juan de Mariana, nuestro paisano y “padre de la Historia”, como le llamaba Pérez Galdós, escribe que Talavera “Está sentada en un valle de cuatro mil pasos de anchura… que cortan muchos ríos de amenísimas riberas, entre ellos el Tajo, célebre por sus arenas de oro, por su extenso cauce y por los muchísimos arroyos que le dan tributo. Besan hacia el norte las aguas de este río las firmes murallas de aquel antiguo municipio…”.

El Padre Tajo ha sido siempre el principal referente geográfico de Talavera. Primero el vado y más tarde el puente, además de la estratégica confluencia de cañadas y caminos, condicionaron sin duda el nacimiento y crecimiento de nuestra ciudad. Vamos a ver en esta serie de artículos hasta qué punto los ríos forman parte de nuestra historia y nuestra cultura.

Hace siete u ocho mil años, con un clima más suave tras el deshielo de los glaciares y el descenso de los ríos como nuestro Tajo, desaparecen algunas especies de grandes animales y de plantas, y nacen nuevas formas de explotación y de ocupación del territorio y de sus recursos.

Pequeña hacha pulimentada votiva

A nuestra comarca llegó tarde el neolítico, un periodo definido básicamente por el cambio producido en el sistema económico. Los clanes paleolíticos ambulantes cazaban o simplemente recolectaban, sin aportar nada a cambio ni modificar el medio. La domesticación de las plantas y de los animales supuso la posibilidad de obtener alimento con más facilidad, su almacenamiento para los períodos de carencia y la posibilidad de generar un excedente, que «revolucionó» a todos los niveles la sociedad pues dejó más tiempo para el ocio o la artesanía. El desarrollo de la cerámica proporcionó una mejora en la alimentación y la cocción, además de ser un testigo inestimable para la investigación además de utilizarse nuevas técnicas aplicadas a la piedra, el hueso y el asta. La cultura material del neolítico también nos dejó las hachas de piedra pulimentadas y aunque muchas de las halladas pertenecen a culturas posteriores de la edad del cobre o del bronce, son las mismas que en nuestros pueblos denominan “piedras de rayo”, por la creencia popular de que son rayos petrificados que quedan bajo tierra al caer.

Menhir del Guadyerbas, en término de Oropesa hoy desaparecido tras caer al suelo cuando fue excavada su base excavado Menhir del Guadyerbas, en término de Oropesa hoy desaparecido por sustracción tras caer al suelo cuando fue excavada su base. Tiene una serpiente grabada y se perciben en la foto las «cazoletas»

Así pues decíamos que el proceso de neolitización hasta llegar a nuestra tierra es lento y consecuencia de una irradiación desde los focos meridionales y atlánticos de la península ibérica hacia el interior aprovechando como vías de penetración los cursos de los ríos como el padre Tajo y sus afluentes,

Curiosamente en nuestra zona, las áreas de ocupación donde se han encontrado restos no son las mejores desde el punto de vista agrícola, sino que se instalan en zonas a veces intrincadas y no muy aptas para el cultivo, lo que nos inclina a pensar una preferencia por la actividad ganadera sobre la agricultura, una constante que seguiremos viendo en nuestra historia. Así sería la situación de las cuevas o abrigos en la confluencia del Ibor-Tajo y en zonas ribereñas de Calera en el reculaje de Azután o en las orillas del Tajo, donde el embate de las aguas del embalse de Valdecañas ha descubierto, en el interior de abrigos graníticos, algunas muestras escasas pero bastante significativas de cerámicas, industria lítica y pesas para las redes de pesca que se enmarcan dentro de las tipologías neolíticas tardías que conectarían a esta zona con el mundo del neolítico del occidente peninsular.

Restos de alimentos han aparecido en varios de estos yacimientos mencionados, tales como cebada, trigo, centeno, avena, leguminosas y frutos como castañas, bellotas y aceitunas silvestres. En cuanto a animales están representados el cerdo, oveja, cabra y vaca así como restos de productos de la caza y pesca.

Menhir llamado de Parrillas hoy desaparecido por sustracción. Dibujo del libro de Primitiva Bueno sobre el megalitismo extremeño

 

Grabado por piqueteado de un ciervo en la estación rupestre del Martinete junto al río Jébalo[

EL RÍO DE LOS PRIMEROS TALAVERANOS. DE LA SERIE «RÍOS DE HISTORIA» (1)

EL RÍO DE LOS PRIMEROS TALAVERANOS

Terrazas del Tajo en la Barranca de la Media Luna Terrazas del Tajo en la Barranca de la Media Luna

El Padre Juan de Mariana, nuestro paisano y “padre de la Historia”, como le llamaba Pérez Galdós, escribe que Talavera “Está sentada en un valle de cuatro mil pasos de anchura… que cortan muchos ríos de amenísimas riberas, entre ellos el Tajo, célebre por sus arenas de oro, por su extenso cauce y por los muchísimos arroyos que le dan tributo. Besan hacia el norte las aguas de este río las firmes murallas de aquel antiguo municipio…”

El Padre Tajo ha sido siempre el principal referente geográfico de Talavera. Primero el vado y más tarde el puente, además de la estratégica confluencia de cañadas y caminos, condicionaron sin duda el nacimiento y crecimiento de nuestra ciudad. Vamos a ver en esta serie de artículos hasta qué punto los ríos forman parte de nuestra historia y nuestra cultura.

UN POCO DE GEOLOGÍA DEL RÍO

Terrazas del Tajo cerca de Las vegas de Pueblanueva Terrazas del Tajo cerca de Las Vegas de Pueblanueva

El valle por el que discurre el Tajo se limita por las elevaciones y barrancas del Cerro Negro al sur y por la pequeña sierrecilla de El Berrocal, con las elevaciones de Mejorada y Segurilla, al norte.

Como su nombre indica, El Berrocal es un paisaje granítico que se corresponde en su geomorfología labrada hace dos mil ochocientos millones de años, con la era geológica conocida como precámbrico. Es continuación hacia el oeste de la Sierra de San Vicente y resulta de un sistema de fractura alpina relacionado geológicamente con Gredos.

Esta imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es 2.-BIFACES-PALEOLÍTICO-INFERIOR.jpg Útiles paleolíticos de las terrazas del Tajo

La mayor parte de las rocas graníticas que lo conforman han ido sufriendo el modelado de los agentes externos, como vientos, lluvia, cambios de temperatura, que han conseguido formar los típicos bolos, pilancones, taffonis y piedras caballeras, característicos del paisaje de las inmediaciones de La Portiña o de Santa Apolonia, Mejorada, El Casar o Gamonal.

Nos vamos ahora a la otra orilla del Tajo y damos un salto en el tiempo. Hace unos veinticinco millones de años, durante el final del Terciario, se formaron los rellenos sedimentarios de las fosas que habían originado los plegamientos alpinos, es decir se elevan las sierras graníticas de nuestro entorno y los valles formados se rellenan de sedimentos

Por entonces el clima es en nuestro ámbito árido-seco. Las lluvias son irregulares pero torrenciales y consiguen que desde los grandes macizos montañosos se arrastren sedimentos que quedarán depositados en las cuencas. Así se formaron las elevaciones del Cerro Negro, esos estratos de arcosas de hasta cien metros de altura que conforman las alturas que, al sur de Talavera, limitan el valle del Tajo. Esos sedimentos se modelaron después por la erosión de las corrientes de agua y formaron cárcavas y barrancos como los de El Águila, la Media Luna o el Cerro Negro.

Las arcosas y subarcosas que constituyen el material de estas elevaciones, en las que se ha excavado fácilmente el polvorín del Cerro Negro y sobre las que se ha trazado el magnífico circuito de motocross, son de color claro, amarillento o grisáceo y entre ellas se han encontrado ya algunas muestras de la fauna de finales del terciario, concretamente en el arroyo de Lientes, donde se han documentado huesos de roedores, tortugas y cocodrilos de esa época prehistórica.

Hace tres millones de años, en el periodo conocido como Villafranquiense, con clima seco y frío, se forman rampas suaves y colgadas hasta a doscientos metros de altura sobre los cauces fluviales actuales, se trata de las llanuras que en Talavera podemos contemplar si nos dirigimos hacia el sur por las carreteras de La Jara después de subir las barrancas antes aludidas y que conocemos con el nombre de rañas. Las arcillas de color rojo y las cuarcitas, esos característicos cantos más o menos rodados, son los materiales más característicos de estas rañas, muy habituales en el paisaje jareño.

Y nos venimos ahora hasta hace dos millones de años, cuando comienza la era cuaternaria. Durante ella se alternan periodos fríos con otros más suaves en los que se deshielan los glaciares, aumentando el caudal de los ríos. Podemos imaginar un enorme río Tajo al comienzo de los deshielos con una profundidad de cien metros a su paso por el actual territorio talaverano. Esos periodos sucesivos de inundación provocaron lo que se conoce con el nombre de terrazas fluviales formadas cuando el río bajaba de caudal, abandonaba el nivel anterior provocado por el deshielo y labraba un cauce nuevo a otro nivel inferior. Y así se formaron los once niveles o terrazas que han querido ver los geólogos, aunque las han resumido en cuatro:  la terraza de los 5-7 metros, la de los 15-20, la terraza de los 45-55 metros en la que ya aparecen restos de herramientas elaboradas por la mano del hombre en el paleolítico inferior, y por último la terraza de los 95-100 metros o más. Estas terrazas se localizan en ambas riberas pero se identifican con mayor claridad en la orilla del lado sur del río.

Recreación del despiece de un ElePhas Antiquus en el museíllo de los yacimientos arqueológicos de El Bercial Recreación del despiece de un Elephas Antiquus en el museíllo de los yacimientos arqueológicos de El Bercial, en Alcolea de Tajo

Los primeros tres o cinco metros actuales del cauce del Tajo se consideran como aluviales o formados por la hidrodinámica más reciente del río. Las gravas, cantos, arenas y limos arrastrados por la corriente son los materiales que constituyen estos estratos cuaternarios y que se aprovechan actualmente en las graveras talaveranas.

El hombre deja las primeras huellas de su existencia en las herramientas realizadas sobre esos cantos rodados que se han localizado en varios yacimientos de la zona. Con esas herramientas del ser humano también aparecen restos de grandes animales cuaternarios como el Bos Primigenium, o el Elephas Antiquus, enormes toros o elefantes que convivían con nuestros paisanos del paleolítico

21 FOTOS MÁS DE INUNDACIONES EN TALAVERA ( y 2)

El río Alberche desbordado en la presa de Cazalegas

Vamos a conocer otra serie de fotos de inundaciones en Talavera. En la entrada anterior vimos algunas fotos de inundaciones del Tajo y otras provocadas por el arroyo de La Portiña. Hoy comenzamos con esta de la presa del Alberche a punto de desbordarse en el embalse de Cazalegas.

Otras fotos son de la entrada este de Talavera, siempre inundada cuando las crecidas del Alberche llegaban a un Tajo con gran caudal e inundaban la entrada oriental de la ciudad desde el puente del Alberche hasta los jardines del Prado y la Alameda.

El Centro Regional de Salud Pública inundado con la Nacional V

CIMASA, comercial mecánico agrícola era un establecimiento que se inundaba con frecuencia en las crecidas del Tajo

Cimasa, «la ILTA» e INMONTA inundadas a la entrada de Talavera

CIMASA y la Nacional V inundadas

Entrada oriental de Talavera por la nacional V durante una inundación

El Tajo desbordado

El Tajo con enorme caudal por el puente Viejo

El Tajo desbordado con el tejar de Ruiz de Luna delante

El kiosko de Valerio y la Alameda inundados

Inundaciones en la plaza de la Trinidad a principios del siglo XX. Detalle

Otra serie de fotografías pertenecen a lugares y momentos en los que se inunda la parte occidental de Talavera por las crecidas del arroyo de la Portiña.

Rescates en la inundaciones de la Portiña en el Puente de la Villa

Quiosco de puente de la Villa y calle San Gines al fondo

Inundación de La Portiña por la calle del Carmen

Inundaciones de La Portiña

Inundaciones de La Portiña en la zona norte de Talavera

Inundaciones de La Portiña por la zona de la carretera de Cervera

Inundación de la Portiña

La carretera inundada por la Portiña de San Miguel

Inundación en la Portiña de San Miguel, puente de la Villa  y plaza de la Cruz Verde

Inundaciones de la Portiña

INUNDACIONES DEL TAJO y LA PORTIÑA (I)

INUNDACIONES DEL TAJO

Hay un dicho talaverano que nos enseña que:

Si el Alberche y el Tajo se amistan, ¡Talavera Dios te asista!

Y es que antes del infame trasvase Tajo -´Segura, nuestro río era un verdadero río con el régimen normal de crecidas y estiajes que hacía que el río más largo de España tuviera su régimen natural.

El dicho viene a confirmar lo que casi siempre ha sucedido, que cuando se simultaneabann la crecida del Tajo con grandes deshielos en Gredos que aumentan el caudal del Alberche, éste al llegar a la confluencia con el Tajo no puede desaguar y la corriente se dirigía por la antigua Nacional V hasta Talavera por el menor nivel del cordel paralelo a la misma y se inundaba toda la zona de entrada a nuestra ciudad. en torno al actual hotel Ébora

Telesforo con su barca en la zona de huertas a la entrada de Talavera
Telesforo con su barca en la zona de huertas a la entrada de Talavera

 

Telesforo con su barca junto a la gasolinera Edán
Telesforo con su barca junto a la gasolinera Edán

Inundación en la plaza de la Trinidad a principio de siglo. Se ve al fondo todavía en pie el convento trinitario
Inundación en la plaza de la Trinidad a principio de siglo. Se ve al fondo todavía en pie el convento trinitario

Las calles de Talavera inundadas a mediados del siglo pasado
Las calles de Talavera inundadas a mediados del siglo pasado

También el arroyo de La Portiña y otros afluentes menores llegaban a tener tal caudal que inundaban especialmente las zonas más bajas de la Portiña de San Miguel a la entrada de la calle San Ginés. De pequeño yo he visto correr como un río la calle de Santo Domingo impidiendo ir a los niños al colegio.

Confluencia de la calle San Ginés con la Portiña de San Miguel inundadas
Confluencia de la calle San Ginés con la Portiña de San Miguel inundadas

Rescate de unos vecinos en una inundación
Rescate de unos vecinos en una inundación

Rescate de vecinos junto al inicio de la calle san Ginés
Rescate de vecinos junto al inicio de la calle san Ginés

Presentamos hoy una primera serie de fotografías de inundaciones en Talavera de cuando nuestros ríos eran verdaderos ríos y no habían sido expoliados.

EL PRIMER PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO A SU PASO POR TALAVERA

 

Detalle del plano del proyecto de navegación del Tajo de Carduchi del siglo XVII
Detalle del plano del proyecto de navegación del Tajo de Carduchi del siglo XVII

EL PRIMER PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO

En el siglo XVI hay un hecho que debemos reseñar en primer lugar en la historia de nuestro río,

Y es el primer plan de navegación del mismo. Se debe al ingeniero Juan Bautista Antonelli, italiano para unos y rumano para otros, la propuesta y elaboración del primer proyecto de navegación del Tajo. Había trabajado anteriormente para Felipe II en diversas obras de fortificación y pensando tanto en el provecho que podría suponer para la corona la comunicación fluvial entre Madrid y Lisboa -las dos principales capitales de su imperio por la unión de los dos reinos por herencia- como en el interés estratégico de la navegación para el transporte de tropas ante los previsibles levantamientos de los portugueses, el rey Prudente apoyó con entusiasmo este primer intento de hacer navegable el río con mayor longitud de la península ibérica.

La empresa se desarrolló durante los años 1581 a 1588 y no ha quedado documentación alguna de los planos y proyectos propiamente dichos, aunque sí sabemos que su financiación siempre se vio aquejada de cierta precariedad económica. En el repartimiento destinado a obtener fondos entre las ciudades ribereñas correspondió a Talavera la cantidad de 170.000 maravedíes mientras que Toledo debía pagar 1.300.000. Los gastos para hacer navegable el tramo comprendido entre Talavera la Vieja y Toledo supusieron un total de 433.000 reales y se llevaron a cabo entre los años 1586 y 1588.

Entre las obras acometidas se sabe que se pagaron por rotura y acondicionamiento de las presas de Cabañuelas y El Tejar, cerca de Talavera, 1.156 y 13.305 reales respectivamente. Conocemos también que en Talavera se realizaron embarques por lo que es posible deducir la existencia de algún muelle aunque fuera sencillo en su construcción. Una estructura de obra hoy cubierta por el terraplén de la orilla, aguas abajo del puente viejo, pudo haber correspondido a ese embarcadero pero también pudo haber sido parte de los edificios de los molinos que se situaban aprovechando el primer ojo del puente.

Detalle del plano del proyecto de navegación del Tajo del siglo XVII de Carduchi
Detalle del plano del proyecto de navegación del Tajo del siglo XVII de Carduchi

En carta a Felipe II describía así Antonelli su paso por nuestra comarca:

            Seguí mi camino y, pasado dos leguas encima de la dicha Puente ( del Arzobispo), hallé mejor tabla de río, y mejores orillas y mejor navegación hasta Talavera y Toledo; tanto que si no fuera los sotos que embarazaban la girga con estas crecientes que cubrían las presas, era tan buena la navegación como la del Po; y por la benignidad del cielo y fertilidad de la tierra, paréceme que se puede hacer otra Lombardía, aderezándose la navegación para de invierno y verano, como se puede con cuya comodidad y despacho, convidará a plantar viñas, olivares y frutales, y se llevarán aquí, a Madrid, y a una parte y a otra, harto barato, y será de mucho provecho y comodidad, Talavera y todos los pueblos comarcanos a Tajo…

           

Azután con su desparecida torre musulmana y los molinos

Condiciones y Obstáculos para la navegabilidad

Para que una corriente sea navegable en primer lugar es preciso que tenga una anchura suficiente de cauce, cuestión que en el Tajo no suele ser problemática.

La segunda condición es que la dirección de la corriente no sufra cambios bruscos de velocidad como los producidos por los remolinos que aparecen en los planes de navegación como “regolfos” y  “ollas”, aunque esta última palabra tiene más bien un sentido de poza o zona de aguas profundas. Estos obstáculos podían salvarse mediante canales realizados de piedra o de empalizadas y señalados en algunos mapas como “carreras” Uno de ellos es señalado en las inmediaciones de los molinos de Ciscarros frente a Aldeanueva de Barbarroya como “Carrera del Rey” en un proyecto posterior.

Los islotes deben también tenerse en cuenta por las maniobras bruscas que pueden obligar a realizar a las embarcaciones. Además deben reflejarse los afluentes que en sus desembocaduras llegan causar dificultades para los navíos debido a los remolinos, los cambios repentinos de dirección de la corriente y los bancos de arena que suelen originar.

En los planes de navegación se señalan los obstáculos como las chorreras de éste

En tercer lugar debía haber una profundidad o calado suficiente que variaba con el plan de navegación por el tipo de embarcación a utilizar en su época pero, en general, se consideraba necesario que no fuera menor de medio metro. Los obstáculos aparecen en los planos como bajos de arena, cascajares o riberas bajas e islas de cantos rodados o grava. También se detallan los fondos rocosos y los peñascos que emerjan de las aguas o se encuentren a baja profundidad.

Las presas son obstáculos que deben salvarse mediante la rotura de las mismas o con la construcción de esclusas y compuertas. Este segundo sistema mantendría el nivel de las aguas para así reducir los perjuicios de molineros y otros usuarios ribereños mientras que, al mismo tiempo, elevaría los niveles de la corriente aguas arriba facilitando la navegación.

Otra condición necesaria para la navegación es que la velocidad no exceda de determinados límites. Es lo que se señala en los planos como “rápidos”, que si se acompañan de fondos pedregosos y superficiales aparecen como “chorreras” o cuando la velocidad es muy elevada como “chorreras furiosas”. Entre la desembocadura del Jébalo y el Puente del Conde, bajo el embalse de Valdecañas, aparecen numerosas zonas de rápidos y chorreras furiosas que se intentaron eludir por Carducci como luego veremos con la excavación de un canal.

Puerta del Río y Molinos del primer ojo del puente

Para el estudio de todas estas condiciones de navegabilidad era necesario que en los planos se vieran reflejados las distancias, la anchura del cauce, los fondos verificados mediante sondeos, los márgenes, las chorreras, las pendientes y los afluentes.

La navegación contra corriente plantea el problema de la tracción necesaria, sobre todo en tramos de corriente rápida y en el paso de presas y esclusas. Los primeros caminos de sirga se abrieron en época de Antonelli y en las obras realizadas con motivo de los planes de navegación del siglo XIX para que por ellos, mediante tracción humana o animal, se “halara” a los barcos río arriba. Estos caminos eran muy costosos debido a lo escarpado de las orillas de nuestro río y a causa de esto se añadían a veces a su pavimento pequeñas lanchas de piedra o pizarra clavadas transversalmente para que sirvieran de punto de apoyo a los hombre o animales que tiraban de la embarcación. En otras ocasiones se colocaban anillas que facilitaran el efecto de polea del sistema de tracción  utilizado.

El Tajo está en todo su segundo tramo muy despoblado en sus orillas. No tiene pueblos ribereños, ni posadas ni refugios que sirvan para realizar paradas de reparación o avituallamiento y por ello en algunos proyectos se contemplaba la edificación de ventas y mesones. También debían construirse embarcaderos que dieran servicio a las comarcas ribereñas además de acondicionarse los caminos de acceso a las orillas que casi siempre se encontraban en mal estado para la circulación de carretas debido, sobre todo, a las grandes pendientes de las riberas del Tajo.

Los molinosde Abajo en Talavera y otros muchos con sus presas fueron obstáculo para la navegación

A todos estos obstáculos se unía la resistencia de los dueños de presas y artificios a las expropiaciones y roturas,  más teniendo en cuenta que en muchas ocasiones la propiedad de molinos o batanes estaba en mano de poderosas e influyentes instituciones religiosas o de señoríos laicos.

En la época de Felipe II descendieron desde Toledo y sobre todo desde Alcántara algunas barcazas con tropas, pertrechos de guerra y productos necesarios para el mantenimiento de esas fuerzas como eran principalmente las cargas de trigo. También bajaron algunas embarcaciones con hasta ciento diez forzados a galeras.

Múltiples fueron los problemas y deficiencias estructurales y presupuestarias que impidieron el que, al menos en el tramo bajo de su recorrido, se mantuviera como una realidad rentable la navegación del Tajo. Entre otros habría que citar la falta de marineros con experiencia en una navegación fluvial, no exenta por otra parte de obstáculos. Sabemos que cuatro de los marineros de una de las expediciones eran originarios del ribereño pueblo de Serradilla y conocemos un naufragio en Garrovillas, un choque contra el puente de Talavera y algunos embarrancamientos como ejemplos de los frecuentes accidentes acaecidos. A esto se añadía la ausencia de pueblos y caseríos en las escarpadas y muchas veces mal comunicadas orillas del río, dificultándose así la reparación y el servicio de las embarcaciones y de sus viajeros y tripulantes. Otras vías alternativas de comunicación ofrecían más rapidez y seguridad, sobre todo durante el pasado siglo. El contrabando era un fenómeno crónico en la zona que competía en desigual superioridad con tan dificultosa navegación. Los intereses de propietarios y molineros que restauraban las presas en cuanto disminuía el tráfico se unía a la precariedad financiera crónica de todos los proyectos y a hechos bélicos contemporáneos con las iniciativas de navegación fluvial como fue, por ejemplo, la financiación de la Armada Invencible en tiempos del proyecto de Antonelli.

En otros capítulos me referiré a otros planes de navegación posteriores.

HIPÉRBOLES SOBRE EL TRASVASE

Hipérboles sobre el trasvase

Magnífico y documentado artículo aparecido en «Acuademia» sobre las mentiras habituales en cuanto a las necesidades hidrológicas de Murcia y el trasvase. Autor anónimo (se supone)

El río Tajo cuando era el río Tajo
El río Tajo cuando era el río Tajo

Martes, 8 de marzo de 2016

Presume la «plataforma ciudadana por el trasvase Tajo-Segura» de pagar el agua trasvasada «a precio de agua de manantial embotellada con denominación de origen». ¿Cómo es esto posible? Si fuera cierto no harían falta ni trasvases ni desaladoras; bastaría que los regantes compraran el agua en los supermercados. Sin embargo, la tarifa del trasvase es 0,097318 €/m³ para riegos, que por litro queda 0,000097318 €/l. ¿Dónde se pueden comprar 100 litros de agua de manantial embotellada por 1 céntimo de euro?

Ésta es una de las características exageraciones que blasonan el discurso trasvasista. Sobre el precio del agua también indican que la «pagan a precio de oro», o que ese el agua de regadío «más cara de España». Sin llegar a considerar el precio pagado en las Islas Canarias, en las proximidades del trasvase se paga el agua para regadío más cara, por ejemplo los regadíos que se abastecen desde Valdelentisco (más de 0,50 €/m³).
Otras estridencias se arguyen al justificar «la rentabilidad» del trasvase, «pilar de la economía de la zona», como el peso del PIB, los puestos de trabajo generados, base de las exportaciones, etc. Incluso contratan a una «prestigiosa consultora» para que realice un informe glosando los beneficios del trasvase mediante una equívoca metodología que, entre otros aspectos, no considera las afecciones negativas del trasvase, realiza cuestionables agregaciones de diferentes sectores, o realiza una sensibilidad de la producción del agua trasvasada que contradice la propia evolución del PIB. Sin embargo, este estudio ha sido ampliamente difundido e interiorizado por los medios de comunicación afines, que periódicamente citan y publican sus conclusiones sin cuestionarlas.
También se dice que el trasvase da abastece a 2,5 millones de habitantes, cuando además de tener recursos propios en la cuenca para su abastecimiento (véase la entrada El trasvase Tajo-Segura en el abastecimiento urbano según el Plan del Segura), el trasvase destinado para beber no es suficiente para atender esa población (véase la entrada El Trasvase Tajo-Segura y el abastecimiento de las poblaciones de Murcia y Alicante). O que sin el trasvase no habría turismo en el Sureste (¿cómo puede haber turismo en las Islas Canarias si no tienen trasvase?).
Si es para reforzar las bondades del trasvase o lo sufridos y maltratados que son sus beneficiarios, cualquier fantasía es admitida, con el añadido de que cala hondo en el sentimiento trasvasista. Son «verdades» asumidas, mantras, que no requieren justificación. Quien se plantee cuestionarlas será un «antitrasvasista». Así ha calado en la Administración.