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SAN BERNARDO EN AZULEJERÍA

SAN BERNARDO

Vamos a reproducir aquí un nuevo artículo de la serie «El Santoral del Barro», sobre las representaciones en azulejería de Talavera de los santos con su iconografía, en este caso del siglo XVIII.

Representación de San Bernardo en la puerta oeste del convento de La Encarnación de Talavera. Siglo XVIII
Representación de San Bernardo en la puerta oeste del convento de La Encarnación de Talavera. Siglo XVIII

La representación en azulejos que traemos aquí está situada en la puerta occidental del monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación de las madres “bernardas” de Talavera. Es un panel con aspecto de haber sido elaborado en el siglo XVIII. Aparece el santo con su báculo de abad y el hábito blanco y holgado de su orden. El pelo rapado y una delgada cinta de cabello alrededor. A los pies aparece la mitra de obispo arrojada al suelo como símbolo de su rechazo cuando se negó a serlo en varias ocasiones. También se ve a la derecha en el suelo un corazón y unas azucenas, probablemente como símbolo de su amor por la Virgen.

Enmarcado con motivos vegetales en azul y blanco delimitados por cordoncillo.

Bernardo nació en una familia noble de Borgoña a finales del siglo XII y profesó como monje cisterciense en el monasterio de Citeaux. Tres años después fundó con otros monjes el monasterio del valle de la Amargura, llamado así por estar infectado de bandoleros. Él lo convirtió en el valle de Claraval o valle de la luz. Fue abad del cenobio hasta su muerte, renunciando a otras dignidades eclesiásticas que le ofrecieron.  Es el santo más considerado durante el siglo XIII y un hombre protagonista de su tiempo, durante el que destaca en teología con numerosas obras en las que es una voz autorizada en los conflictos doctrinales de la época. Predicó la cruzada enardeciendo a las masas para ir a luchar contra los sarracenos, pero fue un gran fracaso en el que murieron decenas de miles de personas y fue acusado de ser un falso profeta. Estos hechos y las mortificaciones sufridas en vida acabaron con su vida, siendo canonizado en 1174.

Fue reformador de su orden, en la que introdujo el desprecio por el lujo y su desinterés por las imágenes, tolerando en sus fundaciones solamente el crucifijo. Impulsó el culto por la Virgen y puso todas sus iglesias bajo la advocación de Nuestra Señora.

Aparte de la imagen más habitual del santo pintado sólo con sus atributos aparece además en muchas representaciones durante algunas de las apariciones que según su leyenda tuvo en vida de Cristo y la Virgen. En una de ellas Jesús desclava su brazo derecho de la cruz para abrazar a Bernardo, y en la más conocida una imagen de la Virgen cobra animación y oprime su pecho para que unas gotas de leche caigan en la boca del santo en premio por la defensa que de su culto había hecho.

Otras dos escenas frecuentes son el sueño de su madre embarazada en el que da a luz un perro blanco que ladra a los enemigos de Dios que en esta época eran considerados los miembros de sectas herejes como las de los cátaros, albigenses y valdenses. Por esta razón otro de sus atributos es el demonio encadenado como sucede con San Bartolomé. En otra escena frecuentemente reproducida se salva de la tentación que le hace sentir deseos incestuosos por su hermana, al igual que en una venta se salva del acoso de una mesonera gritando ¡Ladrones, asesinos! para que acudan los que allí pernoctan y así evitar el pecado.

Era tan elocuente que llegó a conseguir que le siguieran en su vocación sus hermanos y su propio padre y, que en principio se oponía a su vocación religiosa. Por ese poder de convicción se le llamaba “doctor melifluus” ya que se decía que sus palabras fluían dulces como la miel,  por lo que a veces aparece en las imágenes junto a un panal de abejas.

Es patrón de Borgoña de donde era originario y de Gibraltar, además de proteger a los colmeneros y cereros. Es uno de los Doctores de la Iglesia.