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TALAVERANOS EN LA CONQUISTA DE ORÁN CON EL CARDENAL CISNEROS

TALAVERANOS EN LA CONQUISTA DE ORÁN CON EL CARDENAL CISNEROS

El Cardenal Cisneros desembarca en Orán. Detalle de uno de los frescos que decoran la capilla mozárabe de la catedral de Toledo. Obra de Juan de Borgoña

El cardenal y arzobispo de Toledo don Francisco Jiménez de Cisneros, cuya exposición sobre su vida, obra y época se puede ver estos días en la catedral de Toledo, era como tal señor de Talavera y su tierra y decidió enviar a su costa una expedición contra Argelia.

Con voluntarios de nuestra ciudad y de sus tierras de La Jara formó un cuerpo de seiscientos hombres entre los que destacaban por su pericia los arcabuceros. Estaban al mando de Bernardino de Meneses, de la noble familia talaverana emparentada con los señores de Oropesa, los Ayala de Cebolla y don Álvaro de Luna.

Conquista de Orán en la capilla mozárabe de la caedral de Toledo

Sus antepasados vinieron a Castilla en compañía de doña Beatriz, esposa de Juan I, a principios del siglo XV y dio su estirpe nombres famosos a la historia. Como Juan de Meneses, que estando en Roma fue con el cardenal Carvajal por orden del Papa a luchar contra los turcos y participó en la toma de Belgrado. Don Antonio de Padilla y Meneses, cortesano y presidente del Consejo de Indias durante el reinado de Felipe II, o su hermano Pedro, que fue militar de fama reinando también el Rey Prudente.

Nombrado entre otros cargos Capitán General de Orán y castellano de Milán, tuvo señaladas intervenciones en las guerras de Europa, Africa, o la conquista de las islas Terceras. Pablo Meneses que en compañía de Lagasca intervino en las guerras de Perú y llegó a ser Jefe del Ejército Real contra el levantamiento de Francisco Fernández Girón en Cuzco.

Conquista por los talaveranos y jareños de la puerta de Canistel o de Talavera en Orán. Juan de Borgoña

Don Juan de Austria dijo que prefería haber perdido mil hombres antes que a Carlos de Meneses, otro aguerrido miembro de la familia que murió en Flandes durante el asedio de Mastrik. Otros miembros militares de la familia fueron Pedro de Meneses y Verdugo gobernador de algunas plazas en Italia o don Juan de Meneses que también luchó en Flandes al mando del coronel Verdugo.

Los Meneses eran protectores del monasterio de Santa Catalina enviando algunos de ellos al cenobio jerónimo las banderas de los regimientos vencidos y otros trofeos de sus batallas tanto a ese monasterio como a la ermita de la Virgen del Prado, donde, por ejemplo, permanecen las llaves de la puerta de Canistel de la ciudad de Orán.

Pues bien, Bernardino de Meneses, más conocido como el Adalid Meneses dirigió el destacamento de talaveranos que fueron en vanguardia en la expedición de Cisneros contra Orán.

Llave de la puerta de Orán ofrecida por los talaveranos a la Virgen del Prado

Partieron de Cartagena diez galeras y cien embarcaciones menores que llevaban unos diez mil hombres al mando de Pedro Navarro, hombre experto en minas de pólvora para expugnar las ciudades. Tropas musulmanas les salieron al paso, pero fueron vencidas y con la pinza efectuada entre la artillería de la flota y las fuerzas de tierra se consiguió tomar la ciudad en menos de dos horas. En la batalla tuvieron un importante papel los talaveranos, pues tomaron la puerta por la que los españoles consiguieron entrar en la ciudad que es la antes referida de Canistel y que se llamó desde entonces de Talavera, cuyo pendón hicieron ondear tras la toma de la ciudad norteafricana.

La conquista de Orán consolidó el poder de Fernando el Católico en el norte de África, dominando con acciones posteriores Argel y la costa de Túnez, por lo que concibió con ilusión la posibilidad de realizar una cruzada que reconquistara los Santos Lugares. Toda Europa quedó sorprendida por la proeza, pero lo que más importó a los españoles, incluidos los talaveranos fue el gran botín obtenido, al que siguió el saqueo de las tierras colindantes: “e cada uno fue señor de lo que tomó; e ovo hombre que tomó más de dos mil ducados. E los soldados e los atambores traían las manos llenas de doblas de oro, e las jugaban como si fueran blancas” para disgusto del Cardenal Cisneros que pretendía más bien una labor evangelizadora y no tanto conseguir el botín de unos trescientos mil ducados y numerosos esclavos y cautivos que trajeron los barcos a España.

Edición italiana del libro de agricultura de Gabriel Alonso de Herrera, protegido de Cisneros

El cardenal Cisneros protegió y financió los estudios y viajes del talaverano Gabriel Alonso de Herrera, padre de las ciencias agronómicas españolas con su «Libro de Agricultura»