EL TAJO DIECIOCHESCO
EL PLAN DE NAVEGACIÓN DE SIMÓN PONTERO
Durante el reinado de Fernando VI, el Alcalde de Casa y Corte D. Carlos Simón Pontero retoma el proyecto de navegación hasta Talavera para mejorar los abastecimientos de la capital de España y conseguir además dinamizar la economía agrícola de las comarcas ribereñas. De esta forma expresan sus impresiones al respecto los ingenieros encargados del reconocimiento don José Briz y don Pedro Simó:
Las cosechas de vinos, aceites y granos son copiosísimas en este gran pedazo de tierra desde Toledo poco poblada, pero muy dispuesta en hacer feliz a Madrid si se proporciona la navegación, porque se da la mano con Extremadura.
En 1756 se forma con apoyo del rey una compañía de cuarenta y seis accionistas interesados en desarrollar el proyecto pero, solucionados los problemas de abastecimiento a Madrid de productos alimentarios, el sueño vuelve a caer en el olvido.
Los planos de este proyecto carecen de las distancias aproximadas que se reseñan en el de Carducci, se señalan especialmente las plantas de las presas e instalaciones molineras de cuya observación se deduce, por la forma de los cuerpos y tajamares de los edificios entre los que se aprecia un espacio donde gira una rueda, que todavía nos encontramos en la mayor parte de los casos ante aceñas, es decir ante los antiguos molinos de rueda vertical, aunque es en este siglo en el que se difunde un nuevo tipo de molino, el llamado “de regolfo”, ingenio que se mueve ya por la energía centrífuga del agua y que es el antecedente directo de la turbina hidráulica. Se señalan también en este proyecto las presas arruinadas, los castillos, las ermitas y pueblos e incluso alguna fuente.
Descripción del río en el proyecto de Simón Pontero
Vuelven a aparecer los molinos de Corralejo en Malpica con un edificio de cuatro cuerpos o tajamares que alojarían cuatro aceñas o cuatro regolfos aprovechando su presa uno de los brazos del río. Se puede ver el castillo de Malpica con el de Villalba enfrente, y en la ribera del río lo que se denomina en el plano Soto de Malpica que nos da idea del paisaje ribereño de la época, más arbolado antes de convertir esa vega en regadíos.
Se reflejan en este proyecto varias barcas como ésta de Malpica que se sitúa por delante de la desembocadura del Pusa. La ermita de San Illán, famosa por sus aguas que según el vulgo curaban la rabia, y aguas abajo aparece el molino de Cebolla con la barca que lleva el nombre de este mismo pueblo, aunque no se refleja la de Montearagón cuya caseta aún se conserva hoy día.
El río Alberche es representado con su puente y la venta que se situaba en uno de sus extremos y que hoy, muy arruinada, permanece en pie. Llegando a Talavera aparece la ermita de la Virgen del Prado y sí que figura en este caso como molino perdido el del primer ojo del puente que por su aspecto da la impresión de haber sido también una aceña. Los molinos de Arriba, también en el puente, aparecen como pertenecientes a los jerónimos y se señalan además las presas de Palomarejos y la de Los Sifones que conducían el agua hacia los molinos como hoy todavía lo hacen hacia la vieja central eléctrica. Los molinos de Abajo no se han dibujado por no pretender este proyecto la navegación más allá de Talavera.