EN LAS FUENTES DEL ALBERCHE
El nacimiento del río Alberche se encuentra a casi 1800 metros de altura, en la conocida como Fuente del Alberche, en término de San Martín de la Vega (Ávila). Desde el naciente discurre el río por una zona de praderas y monte bajo, con algunos tramos entre bosques de ribera, hasta las inmediaciones del pueblo, donde pasa bajo tres puentes graníticos, el puente Nuevo, el Viejo y el puente Herrón.
Nos detendremos en San Martín, población que como otras de este valle se asienta sobre una zona llana y elevada con ricos pastos, que siempre condicionaron su actividad pecuaria y vinculada a las cañadas de la mesta. Aunque desde antiguo se asentaron pastores en majadas que construyeron en estas alturas, no es hasta el siglo XIV cuando aparece el pueblo nombrado como tal.
Daremos una vuelta por el caserío, que sobre todo en su parte baja, la más cercana al río, cuenta con numerosos rincones de una pintoresca arquitectura popular muy condicionada en su distribución por la dedicación a la ganadería de sus habitantes. Las casas de mampostería berroqueña suelen tener un corral delantero y pajares. También en el aspecto etnográfico es de reseñar la existencia de un tejar, potro de herrar, una vieja fragua y algunos molinos, de los que el más accesible se encuentra junto al puente Viejo, al lado del casco urbano. La iglesia parroquial preside el caserío y es de gran envergadura con un pórtico en su lado sur y algunas imágenes de cierto interés, como la de San Martín Obispo, bajo cuya advocación se encuentra.
El pueblo cuenta con casa rural y un complejo turístico con restaurante y apartamentos. Una de las fiestas locales se celebra a finales de julio o principios de agosto con romería, música y juegos populares, aunque lo más peculiar de ella son los encierros de burros, mientras que la fiesta tradicional de Nuestra Señora de la Piedad cae en el tercer fin de semana de Septiembre.
Partimos de San Martín recorriendo esta norme nava de pastos generosos por la que el Alberche discurre haciendo numerosos bucles y meandros bajo la mirada de las vacas avileñas. Llegamos así al pueblo de Garganta del Villar, una pequeña localidad de algo más de 50 habitantes que cuenta con una bonita iglesia, a cuyo campanario podemos ascender para extender la vista sobre todo el valle. Es curioso el púlpito de granito y muy ameno su pórtico.
Frente a Garganta y cerca de la carretera a Navadijos, el Alberche pasa bajo un puente de factura probablemente medieval recientemente restaurado y que se encuentra cerca del antiguo despoblado de Altopaso, cuyas escasas ruinas se encuentran al suroeste del puente. Tres paseos de fácil recorrido se pueden realizar desde el pueblo, uno de ellos ascendiendo por otra ruta hasta el chozo referido en la excursión que sugerimos mañana, y un tercero que lleva al Venero y el último a la piedra Horca, denominada así por tener forma de árbol, un curioso y mágico lugar en el que los pastores han dejado inscripciones. El 2 y 3 de Mayo se celebra la fiesta de la Vera Cruz, de índole religiosa, y el 14 y 15 de Agosto las fiestas típicas de verano.
Navadijos es otro pequeño pueblo que también cuenta con una berroqueña iglesia de graciosa espadaña a la que se puede ascender, con una fuente curiosa y con una pintoresca arquitectura popular. Tiene un par de bares donde tomar algo y podemos hacer algunos paseos como el que nos acerca a su molino en el arroyo cercano y otro al risco de Piedragúa.
Cepeda la Mora es el último pueblo de este valle del Alto Alberche que también cuenta con la típica arquitectura granítica, su iglesia de parecida factura a la de los otros pueblos del valle, un potro y un rollo jurisdiccional. Podemos visitar también un molino de agua, como a un kilómetro al norte del pueblo, unas chorreras en el río Serradillas, y más lejos, en el camino de ascenso a la Serrota, las ruinas de la ermita de San Martín.