MOLINILLOS DE LOS ARROYOS DE LA CAMPANA DE OROPESA Y VELADA
En término de Velada y sobre el arroyo de Navalarroyo se halla un antiguo molino de cubo del que no he podido encontrar referencias históricas ni cartográficas (Nv1). Muy próximo se encuentra otro afluente del Guadyerbas llamado arroyo del Molinillo, los restos del artificio que le daba nombre fueron recientemente destruidos por la construcción de una presa y tampoco existen sobre él noticias documentales (Mi1).
Más arriba y en la orilla sur del Guadyerbas desemboca el Riolobos. En esta corriente se encuentra el único ejemplar de rueda gravitatoria de la provincia (fig. 23) (Rl1). Junto a él podemos contemplar los restos de un cubo con aspecto muy antiguo (Rl 2) y que se sitúa en un entorno de yacimientos arqueológicos romanos y medievales. Ya hemos comentado antes que desde el siglo XII existen noticias sobre los molinos de Riolobos.
El tramo del Guadyerbas que discurre por esta comarca solamente contaba con un molino de cubo de dos piedras cerca de Navalcán en el paraje conocido como «del puente romano» (G6) ( Foto 18). Por referencias del siglo XVIII, es posible que existiera otro ejemplar sobre el Guadyerbas en término de Velada pero no he encontrado vestigios del mismo.
Esta escasez de molinos en el término indujo al marqués de Velada a construir en su villa un artificio de viento que ha conservado el escudo nobiliario sobre su portada hasta hace unos años. Sin embargo, existen en el propio casco urbano de este municipio, sobre otro arroyo llamado del Molinillo, restos de un molino de presa de acceso directo del que solamente queda en pie el muro de la presa y las tres grandes vigas graníticas que mantenían la estructura del cárcavo y sostenían la piedra. (Ml1).
En el sur de la comarca, existen dos ejemplares sobre el arroyo de Corralejo aunque se encuentran muy arruinados. El primero tiene un sistema de cubo con un curioso canal que se ha modificado para dar acceso en rampa a una pequeña cuba de regolfo. Las ruinas de una bóveda aneja demuestran que anteriormente movilizó un rodezno con el cubo al que servía el canal después modificado (Co1). Aguas abajo de este mismo arroyo se encuentra otro molino de cubo que, como el primero, tiene escaso diámetro, cerca de 1,30 metros pero una gran altura (Co2) los dos presentan aspecto de gran antigüedad y su primitivo diseño es similar.
Cerca del pueblo de El Torrico discurre el arroyo del Corchito sobre el que se hallan los molinos de Tarrara (Tr1). Cuentan con una presa de acceso directo recientemente modificada por haberse dedicado el paraje a zona recreativa. Presenta un extraño cubo embutido en el mismo muro y que solamente tiene cuarenta centímetros de diámetro. Este tipo de receptor puede sugerirnos el aprovechamiento de este ingenio no sólo como molino sino también como barquín o como batán aprovechando la misma presa. No existen, sin embargo, referencias históricas a las instalaciones metalúrgicas o textiles para las que hubieran trabajado esos artificios en esta villa. Más abajo, sobre este mismo arroyo, se perciben los restos de otros dos molinos pero la maleza y la ruina apenas permiten constatar su mera existencia (Tr2) y (Tr3).
Sobre el arroyo del Pilón encontramos cinco pequeños molinos de variada tipología. El primero de ellos podríamos denominarlo como de presa-cubo por las grandes proporciones de su receptor (Pi1). Desde su socaz parte un canal elevado sobre una estructura de mampostería arruinada que lleva el agua al segundo ejemplar (Pi2) del que solamente nos queda un cubo muy deteriorado. Es más interesante el tercero (Pi3) que está dotado de un gran cubo con una balsa previa pero que además cuenta con un sistema de captación de aguas de escorrentía y por ello nos encontramos en realidad ante un molino mixto de cubo-balsa-escorrentía (Foto 19).
Seguimos el arroyo del Pilón corriente abajo y tropezamos con otro ejemplar con un pequeño cubo de apenas un metro de diámetro pero diez de altura (Pi4). El quinto y último molino (Pi5) se ha edificado en una ladera muy escarpada con un cubo-balsa de planta alargada para una mejor adaptación a la considerable pendiente del terreno. El canal accede a la balsa mediante un sifón previo que permite el paso subterráneo del agua para que, dado lo dificultoso del terreno, puedan acceder al molino los hombres y caballerías. El edificio no está abovedado sino tejado, como sucede con la mayoría de los molinos de arroyo porque no suelen sufrir inundaciones. Al contrario que los grandes artificios del Tajo que, dada la frecuencia de avenidas, están todos cerrados con fuertes bóvedas.
En el cercano arroyo de la Pradera encontramos un primer molino de escorrentía mixto, pues además del muro que recoge las aguas de las laderas cercanas cuenta con una presa sobre el arroyo, desembocando ambos sistemas en un receptor de rampa (Pr1). La segunda molineta, como llamaban en Valdeverdeja a estos pequeños molinos, es de cubo y su edificio se encuentra muy deteriorado (Pr2). A continuación movía este arroyuelo un molino de presa de acceso directo. El muro es de estructura escalonada y está datada en una inscripción como una construcción edificada en el siglo XVIII (Pr3). El cuarto y último artificio se halla muy cercano ya a la desembocadura en el Tajo y era accionado por una rampa. Tiene además la peculiaridad, típica de la Campana de Oropesa, de haber sostenido su techumbre con arcos de tipo carpanel (Pr4).
En el arroyo Malezo o Piejachica, próximos al casco urbano de Valdeverdeja y situados sobre la escarpada desembocadura del arroyo sobre el Tajo, se localizan dos ejemplares: el primero es también de presa escalonada de acceso directo (Pj1) y el segundo, pocos metros más abajo sobre una gran pendiente y casi colgado de los riscos graníticos (Pj2), era accionado por una rampa.
Caleruela y Lagartera cuentan en su toponimia con la referencia a dos «arroyos del Molinillo», en el primer caso quedan restos apenas identificables de la estructura por haberse construido después sobre el edificio un molino de aceite (Mc1). De el segundo no he conseguido encontrar ni siquiera las ruinas.