LAS ATALAYAS MUSULMANAS, TORRES DE SEÑALES
A la atalaya de Segurilla ascenderemos mejor desde el pueblo. Podemos observar esta construcción fortificada y de vigía de origen musulmán, levantada en el siglo X, probablemente por Abderramán III, aunque es posible que fuera reutilizada por los cristianos.
Estas atalayas eran torres que también servían para comunicarse entre ellas y dar la señal de alarma ante la llegada del enemigo mediante el humo que hacían con fogatas, y de hecho, en las crónicas árabes aparecen como “torres de señales”, y es curioso constatar cómo esos lugares estratégicos para las comunicaciones siguen siéndolo hoy día, pues cerca se pueden ver varias torretas y repetidores de telecomunicaciones.
Estaban defendidas por una pequeña guarnición y vemos cómo a ellas se accedía por una puerta elevada sobre el suelo, a la que se ascendía mediante una escalera de madera o de cuerda que podía retirarse ante la llegada de fuerzas del adversario. Desde esta torre podemos observar cómo nos podemos comunicar visualmente con la torre del Cerro San Vicente, la atalayuela de Mejorada y la atalaya de El Casar.
Contemplemos desde la atalaya de Segurilla la hermosa panorámica sobre el embalse de la Portiña y su entorno con el cerro Medellín, escenarios de la famosa Batalla de Talavera, y el valle del Tajo con el cerro Negro y la comarca de La Jara al sur.
A continuación nos podemos dirigir hacia Mejorada por la carretera, con unos dos kilómetros de recorrido. Preguntamos por el camino del castillo y nos dirigimos a él, haciendo un alto en esta pequeña fortaleza que fue residencia de los Señores de Mejorada y que probablemente estuvo previamente habitada por los árabes. Siguiendo el mismo camino hacia el sur, sobre un cerrete que se encuentra al otro lado del castillo, se erige la atalaya de Mejorada, la menos conocida de las que hoy veremos, por ser una pequeña torrecilla de observación de algo más de dos metros de altura.
Desde Mejorada tomamos el camino de Gamonal, y por él continuaremos hasta dar vista a la atalaya que se yergue sobre el cerro Malojo, que es quizá la mejor conservada. Es la que conocemos como atalaya de El Casar y en ella pueden observarse los huecos donde se sostenían las vigas de la escalera y los pisos de madera del edificio. Como en la otra atalaya, la puerta se encuentra elevada. En los alrededores de la torre todavía se pueden ver derrumbes y muros de los edificios donde probablemente habitaba la guarnición.
También parece que la torre del castillo musulmán de la cumbre del Cerro de San Vicente de clara arquitectura califal era también en principio una atalaya a la que luego se añadieron el resto de estructuras. Desde ella serían visibles las señales que se emitieran desde las atalayas anteriores.
Además de esta línea de atalayas de la Sierra de san Vicente y el berrocal hay otras atalayas y torres, torrecillas y torrejones medievales repartidos por la comarca, tanto árabes como cristianas.