ASILO DE SAN PRUDENCIO
Aunque ya hemos hablado del monasterio de Santa Catalina de los jerónimos, hoy trataremos de esta institución que se aloja en parte de sus dependencias.
A finales del siglo pasado, los hermanos Luis y Jacinto Aguirre Ibarzábal se asientan como otros muchos hacendados vascos, en nuestra ciudad. Adquieren numerosas propiedades que, junto a las herencias de la familia de sus esposas, completan un considerable patrimonio en bienes rústicos.
Jacinto contrae matrimonio con doña Teresa Jiménez de la Llave, hija de familia acomodada talaverana y hermana del historiador Luis Jiménez de la Llave. De ese matrimonio nació un hijo, Prudencio, llamado así por ser el santo de su nombre el patrono de la ciudad de Vitoria, patria chica de Jacinto Aguirre. El niño murió cuando contaba sólo siete años y el matrimonio, al morir sin descendencia, decidió dejar su fortuna para crear una fundación que asilara a niños pobres y huérfanos.
Tienen preferencia los nacidos en Talavera, Vitoria y Velada. La vinculación de esta última localidad con la fundación nace de que la mayor parte de las fincas que son legadas y que financian la institución se encuentran situadas en su término. Es el caso de Villabuena, Trujillanos, La Aliseda y Carniceros que, junto a El Golín de la Senda, cercana a las anteriores pero en las proximidades de Parrillas, Cervines, y algunas otras propiedades de menor extensión, conforman el patrimonio de San Prudencio.
Son fincas adehesadas de considerable extensión donde se explota la ganadería extensiva, la leña, la caza y, uno de cada nueve años, se realiza la saca del corcho que alegra un poco más las arcas del benéfico instituto.
El patronato se rige por un patronato constituido por el alcalde de Talavera, el párroco de Santiago, y el párroco de Santa María, es decir la Colegial pero hoy, al no tener culto, recae la responsabilidad sobre el Vicario de Talavera. El más antiguo en el cargo de los tres es el Patrono Administrador al que auxilia un secretario.
En principio eran dos casas en la calle de Los Úbedas las destinadas a alojar el asilo, pero inconvenientes económicos y de espacio hicieron que se solicitara el antiguo convento de los jerónimos para su instalación, los agustinos, que entonces lo ocupaban tras la marcha de Talavera de los jesuítas, dejaron el edificio, permitiendo así que en 1913 se ubicara en el antiguo y poderoso Monasterio de Santa Catalina una institución tan talaverana como es San Prudencio.
Ha acogido y formado la institución a lo largo de su historia a más de 1300 niños que la recuerdan con nostalgia y agradecimiento para las monjas de San Vicente Paúl, a cargo de las cuales se dejó su atención. Alumnos que mantienen fuertes vínculos de amistad unidos en una viva asociación. Señalaremos en fin el protagonismo de San Prudencio como institución pionera en el deporte talaverano con la fundación de uno de los primeros clubs deportivos, el entrañable «SAMPRU».