San Agustín en Azulejería Talaverana

SAN AGUSTÍN

San Agustín en un azulejo del siglo XVI. Situado sobre la puerta de entrada al antiguo convento en la Corredera

Este obispo y gran doctor de la iglesia, al que se le considera el mayor teólogo de la cristiandad, nació allá por el año 354cerca de Hipona, en la región africana de Numidia. En el año 384 viaja a Milán para hacerse cargo de la cátedra de retórica y conoce a San Ambrosio. En el año 387 se produce su conversión cuando, tumbado bajo una higuera, escucha una voz de niño que le dice “Toma y lee”, y abre el libro de las Epístolas de San Pablo por el párrafo que decía: “No viváis en la inmoralidad y la impureza, sino revestidos de Nuestro Señor Jesucristo”. Llevó en su juventud una vida disoluta por lo que a veces se le representa con el pecho atravesado con flechas como símbolo de su arrepentimiento. Su madre le acompaña en muchos de sus viajes pero muere en Ostia y el santo vuelve solo a su patria, donde se hace sacerdote en 391 y es consagrado obispo en el 395. Vive en una comunidad como un monje, combatiendo las herejías de los donatistas y los maniqueos, entre cuyos miembros se contó antes de su conversión. Muere en el asedio de Hipona por los vándalos y durante esos días escribe “La Ciudad de Dios”.

El libro y el corazón como atributos de San Agustín

Otro pasaje de su vida, y tal vez el más conocido y representado desde el siglo XV, es el que se basa en una leyenda popular que relata cómo Agustín tenía profundas dudas sobre el dogma de la Santísima Trinidad. Iba pensando en ello paseando por la playa y encontró un niño que quería llenar un agujero en la arena con el agua del mar mediante una concha. Cuando Agustín quiso hacer ver al muchacho lo inútil de su esfuerzo, el niño, a veces representado como un ángel, le respondió que era todavía más inútil que una inteligencia humana intentara comprender el misterio de la Trinidad.

San Agustín en un panel de Ruiz de Luna en la iglesia de Arenas de San Pedro

 *Iglesia parroquial de Arenas de San Pedro. Panel lateral sobre el muro norte. Siglo XX. Policromía. Juan Ruiz de Luna. Figura del santo enmarcada por arco apuntado sobre columnas con decoración vegetal en intrados. El santo aparece revestido de obispo con el corazón en la mano simbolizando su amor a Dios.

*Convento de las Madres Agustinas. Talavera de la Reina. Siglo XVI. Policromía. Enmarcado en cenefa de cordoncillo, se trata de un azulejo encastrado sobre la portada de acceso del antiguo convento de las agustinas en la Corredera. Revestido de Obispo con el báculo y el libro como atributo. (en la imagen de inicio)

*Convento de las Madres Agustinas. Talavera de la Reina. Siglo XVIII. Policromía. Enmarcado en cenefa renacentista en azul y blanco que imita a otra igual en policromía del siglo XVII de los cuadros cerámicos de la basílica. Es un panel de gran calidad para la época en que fue realizado. Llama la atención la detallista decoración de las vestiduras y atributos del santo, aunque los rostros y el cuerpo del niño no tienen excesiva calidad en el dibujo. Los árboles de follaje escalonado rellenan los huecos posteriores de la composición.

*Iglesia de Piedrescrita. Robledo del Mazo (Toledo). Retablo de San Cristóbal. Siglo XVI. Policromía. El santo aparece investido de obispo con el Libro y el corazón como atributos.

*Convento de las madres agustinas de La Calzada de Oropesa (Toledo). Autor J. Cerro. Siglo XX. Gran panel que representa la escena del niño y la concha en un marco de atardecer junto al mar con acantilados El santo no viste como obispo sino como un hombre de su época, llevando el Libro en alusión a su obra y sabiduría, mientras escucha al niño en actitud dubitativa.

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