Archivo de la categoría: Naturaleza y rios

VISITANDO UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

EL MUSEO DEL GEOPARQUE DE VILLUERCAS EN NAVATRASIERRA

Trilobites

He tenido la oportunidad de visitar el museo de fósiles y de interpretación de la particular geología de las Villuercas en un pueblo jareño actualmente en la provincia de Cáceres, Navatrasierra.

Gráfico del museo de Navatrasierra que muestra un esquema de los plegamientos geológicos de los valles del Gualija y Guadarranques

Este pueblecito serrano se halla en pleno Camino Real de Guadalupe y es entidad local menor dependiente de Villar del Pedroso, pero con sus apenas 180 habitantes ha potenciado tanto este recurso como el camino de peregrinación y otras iniciativas. Un paseo hasta allí es sumamente agradable y podremos entre otras cosas disfrutar de las impresionantes vistas desde el puerto de Arrebatacapas o la naturaleza agreste de los valles del Gualija o el Guadarranque, pero dejaremos para otro día todos esos atractivos cuando vayamos analizando los recorridos por el Camino de Guadalupe.

Crucianas sobre cuarcitas en el museo de Navatrasierra

Accederemos por Puente del Arzobispo, Villar del Pedroso Carrascalejo para, después de pasar el puerto,  encontrarnos ya en Navatrasierra, pueblecito que aún conserva algunos elementos de la arquitectura popular de pizarra y cuarcita y en cuyo subsuelo se han hallado por los propios vecinos en obras y excavaciones muchos de los fósiles exhibidos y donados por ellos. Muchos de ellos, especialmente los trilobites son de gran tamaño, hasta de 20 centímetros.

Uno de los gráficos que muestran la fauna que hace quinientos millones de años vivían en el mar que inundaba La Jara

El museo se encuentra abierto viernes y sábado y las mañanas de los domingos y un joven geólogo explica de manera divulgativa y sencilla los secretos del relieve apalachense, uno de los geológicamente más antiguos y que da sus características formas al relieve de esta zona con sus empinadas sierras paralelas y sus cresterías en las cumbres que en realidad son fondos marinos elevados hace quinientos millones de años por grandes presiones tectónicas entre los dos continentes primigenios.

Otras especies de fósiles como gasterópodos y bivalvos

Además de la magnífica colección de fósiles se exponen gráficos y un audiovisual didácticos y atractivos que hace que esta visita valga la pena para después disfrutar del entorno por las muchas rutas del Geoparque de las Villuercas cuyos planos también te facilitan en el museo. Después podremos refrescarnos y tomar alguna tapilla en los bares de la localidad.

Los trilobites se hacían una «bola» para defenderse como hacen actualmente las cochinillas de humedad
Otros ejemplares de trilobites

LA CERÁMICA EN LOS REGADÍOS DEL ALBERCHE

LA CERÁMICA EN LOS REGADÍOS DEL ALBERCHE

Portada de un folleto sobre los regadíos del Alberche con dibujos alegóricos de Ruiz de Luna

Los canales del Alberche y, los «pueblos nuevos» y las instalaciones agropecuarias asociadas a los regadíos fueron en muchas ocasiones decorados con cerámica talaverana, especialmente del taller de Ruiz de Luna hijo que en los años cincuenta todavía hicieron algunos trabajos para el Instituto de Colonización.

Flor del Tabaco en un azulejo de repetición del Centro del Tabaco de Colonización

Tanto en los mojones de indicación de las acequias como en los secaderos se utilizó la azulejería talaverana, al igual que en algunas de las factorías asociadas como las dependencias dedicadas al tabaco, hoy delegación de la Consejería de Agricultura.

Recolectora de Tabaco
Recolector de Tabaco

En la delegación de la Confederación Hidrográfica del Tajo hay una sala de juntas decorada con bonita azulejería de Ruiz de Luna y algunas iglesias de los pueblos de Colonización también tienen paneles de azulejos con escenas de santos.

Símbolo del ministerio de Obras Públicas en azulejería
Rótulo de un secadero en cerámica de Ruiz de Luna
Mojón indicador de acequia con cerámica de Ruiz de Luna
Rótulo de calle en Talavera la Nueva
Azulejería de la iglesia de Bernuy

EL JÉBALO (6), ACABAMOS DE CONOCER ALCAUDETE

EL JÉBALO (6), ACABAMOS DE CONOCER ALCAUDETE

Portada plateresca de la iglesia de Alcaudete

En la entrada anterior sobre el río Jébalo habíamos conocido la historia y la arquitectura de Alcaudete, hoy vamos a acabar de conocer este pueblo jareño, antes de continuar hacia la desembocadura.

IGLESIA

bóvedas de crucería en la iglesia de Alcaudete

 

En 1534 un párroco murciano llamado Juan de Algarra dejó al morir todos sus bienes para financiar la construcción del que tal vez sea el templo más monumental de La Jara que, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, domina hoy el paisaje urbano de Alcaudete. Los dos curas que siguieron a don Juan fueron sobrinos suyos y se llamaron ambos Cristóbal de Bustamante, continuando la obra de su tío y haciéndose enterrar los tres bajo sendas losas de pizarra en la capilla mayor.

El edificio es de grandes proporciones y está edificado en mampostería con sillería en los ángulos. Tiene una sola nave dividida en tres tramos y la capilla mayor con cinco paramentos es algo más baja. Las cuatro bóvedas respectivas son de crucería ojival y en sus claves aparecen esculpidos el blasón del fundador, el jarrón de azucenas símbolo de la advocación y otros motivos. Se trata de una iglesia de estilo ojival con detalles del renacimiento, como la define el Conde de Cedillo. Desde antiguo era conocida la riqueza de la parroquia de Alcaudete de la que dependían las iglesias de varios pueblos cercanos, hasta el punto de que se ha conservado el dicho: “ Cura de Alcaudete, obispillo sin roquete ”.

No debemos dejar de observar la portada plateresca de la fachada sur del templo, formada por un arco semicircular entre columnas sobre pedestales y un ancho friso con salientes de exornos, además de un entablamento con otro friso adornado con águilas en sus lados. Entre los motivos decorativos podemos observar los blasones de los párrocos benefactores de la obra y dos leones. La torre, de construcción posterior, es de estilo herreriano.

Azulejos talaveranos en los arrimaderos de la capilla mayor de la iglesia de Alcaudete

OTROS LUGARES DE INTERÉS

A la entrada del pueblo se puede ver una pequeña fábrica de orujo. Se sitúa a la izquierda de la carretera de Los Navalmorales y tiene interés por su sencilla y peculiar arquitectura industrial. Desde hace siglos han molido seis o siete molinos maquileros en el río y algunos de ellos se conservan en buen estado, representando unas buena muestra de estos venerables ingenios.

Una muestra de la arquitectura industrial rural, esta fábrica de orujo de Alcaudete

Aunque hay datos que sugieren la existencia de un puente antiguo, durante toda su historia estuvo Alcaudete anhelando la construcción de uno que ayudara a cruzar el Jébalo, y tanto el concejo talaverano como la Mesta hicieron diferentes proyectos que no se sustanciaron hasta el siglo XVIII. Hoy día el llamado Puente Viejo está arruinado por las inundaciones de posguerra pero, río abajo, queda todavía en pie el llamado Puente Cacharro.

Puente Viejo de Alcaudete restaurado

FIESTAS

Aunque ha perdido gran parte de sus antiguos ritos, Alcaudete cuenta entre sus fiestas tradicionales con una celebración de gran interés pero que ha decaído en los últimos años. Se trata de la soldadesca que el dos de Febrero, día de la Candelaria, salía por las calles del pueblo formada por un grupo de hombres adornados con cintas de colores según el cargo que ocuparan en la comitiva: general, coronel, teniente coronel, tambores, dos banderas, pinche y alabarderos. Acompañaban a la procesión en la que, como es creencia, las gentes esperaban ver a la vuelta la vela de la Virgen apagada o encendida para saber si se prolongarían los rigores del invierno. Después de estar presente en la misa, el grupo recorría las calles con el redoble de los tambores. Llegados a la plaza formaban círculo, bailaban las banderas y el pinche, que llevaba una especie de cetro adornado con cintas, también danzaba saludando por orden a las diferentes jerarquías del grupo. Esta soldadesca participaba también en la cuestación para las “ánimas benditas” y en el entierro de la sardina.

La Inmaculada, patrona de Alcaudete, aparece representada en varios paneles de las viviendas de Alcaudete

El día ocho de diciembre se celebra la Inmaculada Concepción como advocación del templo que es y patrona del pueblo. Hay misa solemne, procesión, novillada curiosamente invernal, bailes y pólvora.

GASTRONOMÍA

En cuanto a la restauración, debemos señalar que en torno a la carretera se han instalado varios establecimientos siguiendo la tradición de los viejos mesones. En ellos se puede degustar la cocina de la zona. Tradicionalmente ha tenido fama el cordero preparado en diferentes guisos y el cochinillo, pero hoy existen industrias chacineras donde se venden al público buenos embutidos y derivados del cerdo. Aunque tal vez, el producto autóctono característico de Alcaudete sea su sabrosa y tierna lechuga, además de otros productos de su feraz huerta.

 

EL RÍO JÉBALO (4) POR LA FRESNEDA

EL RÍO JÉBALO (4) POR LA FRESNEDA

Arquitectura popular en La Fresneda

Hoy vamos a conocer el siguiente tramo del río Jébalo y para ello vamos a realizar una excursión acercándonos al pueblecito jareño de La Fresneda, desde donde es más fácil el acceso a esta parte del río.

Aunque existen referencias del siglo XVIII a una labranza de Torrecilla “con cuatro casas con sus habitadores, los dos vecinos de Espinoso, y los otros dos, vecinos del lugar de Sevilleja”, el comienzo de la andadura del pueblo como tal se produce a mediados del siglo XIX, pues es conocido que La Fresneda fue fundada por un labrador llamado “el abuelo Lorenzo” al que se reproduce en un panel de cerámica de los que adornan la pequeña plaza local. Todavía se conoce cuál fue su casa y cómo se extendieron las edificaciones según crecía el vecindario descendiente de aquella primera familia pionera, con algunos vecinos más originarios de Buenasbodas. A lo largo del arroyo Valbellido se distribuye el caserío que conserva algunas construcciones y rincones de sabor jareño con sus muros de pizarra o blanqueados. Cerca del cementerio existe un calero, un horno para cocer la cal con la que antiguamente enjalbegaban las casas o fabricaban la argamasa para las construcciones.

Horno de cal cercano a La Fresneda

La iglesia se inauguró en 1944. Construida sobre un solar donado por una vecina, no desentona con la arquitectura tradicional local. Fue erigida con la financiación que proporcionó don Anastasio Granados, sacerdote que fue obispo auxiliar de Toledo pero que cuando era cura en pueblos cercanos durante la Guerra Civil hubo de huir y fue recogido y ocultado por los “fresneanos” durante la contienda.

Pero el mayor encanto de La Fresneda, además de sus gentes, es su entorno y aislamiento.

Labranza junto al embalse del Jébalo

Muy cerca del pueblo, aunque en término de Alcaudete, se encuentra el embalse del río Jébalo. Un paraje de gran belleza , con las aguas represadas entre encinares y olivares, y en cuyas orillas se asientan varias labranzas antiguas de bonita arquitectura tradicional, entre las que destacan la de Paniagua, que llegó a ser una verdadera aldea, o la de Los Villarejos, adquirida por los fresnedanos en parcelas y cuyo caserío domina la presa. En sus inmediaciones se han hallado restos romanos y una necrópolis de la Edad del Hierro que demuestran que no fue el abuelo Lorenzo el primero en asentarse en estos territorios. Si subimos el río unos dos kilómetros podremos bañarnos en pozas solitarias de aguas limpias entre fresnos y riscos de pizarra.

Sepultura tardorromana violada en el Prado de la Moneda antes de su inundación

Nos acercaremos desde el pueblo a la presa, desde el muro comenzamos el paseo y tomamos el camino que en dirección sur nos lleva por la orilla izquierda del río.

Podemos subir por la labranza conocida como Los Villarejos, desde la que hay una magnífica vista sobre el embalse y todo el valle del Jébalo, con sus encinares y olivares que han conquistado las pendientes de las empinadas barreras. El nombre de Los Villarejos, topónimo muy asociado siempre a antiguos poblamientos, nos indica que esta zona es rica en huellas arqueológicas de romanos y visigodos, pues se han hallado restos y sepulturas como la del cercano prado de la Moneda, de nombre también tan sugerente.

Horno de los Villarejos con gallinero bajo él y zahurdas a su lado

Seguimos el recorrido por el camino de circunvalación del embalse y vamos viendo algunas viviendas de pizarra y adobe típicas de La Jara.

A unos tres kilómetros, se encuentra el antiguo poblado de Paniagua, con una era central y algunas viviendas y cuadras que conservan el viejo sabor de las construcciones rurales de la comarca.

Uno de los edificios de labranza de Paniagua de arquitectura popular en pizarra

Por debajo de la aldea de Paniagua hay un puente por el que luego cruzaremos ya de regreso. Río arriba de este puente se suceden varias pozas muy hermosas entre pizarras, con la ribera festoneada de fresnos y acebuches. Malpasillo y Malpasillón son los nombres de dos de ellas que nos sugieren la facilidad para pasar el río de un salto debido a la cercanía de las rocas de ambas orillas.

Poza de Malpasillo en Jébalo juntoa la labranza de Paniagua

Desde aquí también puede ascenderse el río, si tenemos tiempo, hasta llegar a los parajes del poblado de Portezuelo y el de El Martinete, del que hablaremos en otra ruta por situarse en él unos grabados y pinturas rupestres.

Volvemos después de regreso y cruzamos por el puente peatonal mencionado, siguiendo la otra orilla del embalse hasta regresar de nuevo a La Fresneda.

Puente peatonal junto a la labranza de Paniagua

EL JÉBALO (3) DE ROBLEDO AL MARTINETE

EL JÉBALO (3) DE ROBLEDO AL MARTINETELa imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0304-663x1024.jpg

Salida del Jébalo del valle de Robledo del Mazo por El Portadillo

Siguiendo nuestro recorrido fluvial por el Jébalo salimos ya del valle de Robledo del mazo para recorrer una zona agreste  y solitaria que recomiendo recorrer en verano calzado con unas zapatillas viejas que nos permitan ir andando por el río y darnos un chapuzón de vez en cuando. El río está aquí muy limpio y podemos disfrutar de pozas y remansos con aguas trasparentes y no muy frías desde las que no será extraño ver algún corzo o venado y tropezarnos con alguna nutria.

Río Jébalo y el canal de la central eléctrica del Martinete

A mitad del recorrido nos encontramos con una presa arruinada que desviaba el agua para llevarla a la central hidroeléctrica del Jébalo, que dio luz a algunos pueblos de la comarca.

Podemos aquí coger el canal que parte de la presa y dejar el río para caminar más cómodo con unas magníficas  vistas sobre el valle fluvial.

Detrás del puente se ve la central de El Martinete

Llegamos por fin a un ensanchamiento del canal desde el que desciende un tubo que con el caudal que conducía movía la turbina eléctrica.

Cartel de la central eléctrica del Jébalo

Río abajo se encuentra el puente de la carretera de Espinoso a Buenasbodas con buenas pozas y tablas en la zona para pescar o refrescarse. Más abajo están los restos del artificio que da nombre al paraje, una construcción semiarruinada que alojaba un mazo o martinete que era movido por una rueda vertical que a su vez hacía girar un eje con dientes que hacía golpear un martillo contra las chapas de hierra o cobre que se querían afinar y moldear.

Ruinas del martinete que da nombre al paraje

y más abajo aún se encuentran los grabados rupestres del Martinete que hemos descrito más pormenorizadamente en otra entrada pero vamos a recordar que debemos seguir  por la ribera río abajo, mejor por la orilla derecha para evitar problemas con el guarda de la finca, y vamos observando la orilla contraria hasta que veamos una gran roca lamida por las aguas en cuya superficie se encuentra una muestra del llamado arte esquemático de la Edad del Bronce, aunque es probable una mayor antigüedad en su ejecución pues algunos especialistas retrasan su datación hasta la Edad del Cobre o Calcolítico, con más de 4500 años, e incluso otros llegan hasta el epipaleolítico añadiendo un par de milenios más.

Riberas del Jébalo cerca de El Martinete

La mayor parte de los grabados están realizados con técnica de piqueteado sobre unas superficies rocosas lamidas por el Jébalo en sus crecidas y situadas en un lugar intrincado que tiene algo de mágico por su entorno y por su aspecto de «capilla» o de recogido paraje religioso. Muchos de los motivos son homúnculos, es decir, hombrecillos esquemáticos en diferentes actitudes, como uno de ellos, por ejemplo, que parece representar un arquero caído.

Ciervo con gran cornamenta en los grabados del Martinete

También aparece la imagen de la cabeza de un cérvido y lo que da la sensación de ser una escena de lucha entre otro animal astado y un hombre. Además, se percibe un carro o una vivienda esquemática y otros signos y dibujos muy sencillos pero de difícil interpretación. Las figuras se distribuyen sobre un panel principal y otro secundario más elevado y situado más hacia el norte. Detrás de los grabados se observan también pinturas en tonos rojizos muy desvaídos en los que se distinguen dos imágenes formadas por círculos concéntricos con el típico aspecto de los ojos esquemáticos que caracterizan a muchos idolillos hallados en los dólmenes y en otras estaciones de arte esquemático.

Calco de un ciervo en los grabados del Martinete

En la msma orilla pero más abajo aún desemboca el arroyo de los Maíllos cerca de la aldea de El Portezuelo, hoy finca particular. En ese arroyo se encontró una roca con una inscripción en lengua prerromana, probablemente ibérica que encontró Jiménez de Gregorio.

Inscripción ibérica de Los Maíllos
Cornicabra gigante en el valle del Jébalo

SIGUIENDO EL JÉBALO POR EL VALLE DE ROBLEDO DEL MAZO

NUESTROS RÍOS, EL JÉBALO 2

SIGUIENDO EL JÉBALO POR EL VALLE DE ROBLEDO DEL MAZO

El río Jébalo a su paso por el valle de Robledo del Mazo

Vamos a conocer ahora el resto del hermoso valle de Robledo del Mazo, formado por este pueblo jareño y sus cuatro aldeas situadas en torno a la cabecera del río Jébalo que nace cerca de Piedraescrita como ya sabemos.

Ya cerca de Navaltoril, otra de las aldeas del valle del   se encuentra el lugar donde las gentes de Espinoso y Piedraescrita desarrolan un curioso ritual sobre el río pasando la imagen de un pueblo al otro.

Cada siete años, durante los meses de Mayo a Septiembre, o bien por necesidad causada por plagas o sequía, y también con una duración de cuatro meses, tienen derecho los espinoseños a tener en su poder la venerada y antigua imagen. El traslado a Espinoso es todo un acontecimiento para el pueblo y la imagen es acompañada por los agrestes parajes serranos que deben atravesarse rezando y cantando coplillas  a la Virgen.

Romería de Piedraescritade 2016 en el momento de cruzar el Jébalo con la imagen FOTO DE LA VOZ DEL TAJO

Primero se lleva la imagen a la vecina aldea de Navaltoril, también situada en el valle de Robledo. Allí se celebra una multitudinaria misa de campaña que preside también la imagen de la Inmaculada de Navaltoril con asistencia de gentes de todos los pueblos de los alrededores. Después se conduce la imagen hasta el paraje conocido como “El Agua de las Juntas” donde, en el mismo lecho del río Jébalo, entregan la imagen las autoridades del valle a las de Espinoso. El camino es largo y para el recorrido se despoja a la Virgen de su corona y se la pone un manto para que no se moje, pues es mucha la fe en su intercesión para traer la lluvia en tiempos de sequía. Es recibida con las calles engalanadas con arcos florales y hierbas aromáticas alfombrando el suelo, entre la emoción de todo el vecindario que la espera en el paraje conocido como el “Plaerón

Iglesia de Navaltoril

Navaltoril es otra de las aldeas de Robledo del Mazo que todavía conserva una arquitectura popular con sabor serrano en un entorno muy agradable, ya que el pueblo se sitúa desde el siglo XV en un antiguo postuero de ganados entre los prados de una nava. Cuenta con dos molinos arruinados cercanos en las riberas del Jébalo. Uno de ellos se encuentra cerca del pueblo y junto a él podemos ver un rústico.

Puente sobre el Jébalo cerca de navaltoril. Ingeniería popular en un puente de roncos jara y tierra apisonada

El otro molino está frente al cruce de la carretera que nos subirá hasta la pequeña aldea de Robledillo, cuyo caserío se sitúa en la cota más alta en la comarca y también está rodeado de un marco natural privilegiado. Es una labranza de Robledo que comienza su andadura en el siglo XVIII conociéndose el nombre de su fundador como “el abuelo Cirilo Galán”.  Cuenta el pueblo con una piscina natural y si continuamos por la misma carretera en dirección a Espinoso podemos disfrutar de la zona de recreo que se ha preparado en torno al ameno paraje de la fuente de La Teja. Otra bonita excursión desde Robledillo es la que nos acerca dirigiéndonos hacia el oeste por una senda hasta el paraje de Vallesú donde mana una caudalosa fuente.

Plaza de Robledillo

Desde Robledillo volvemos a descender hasta el valle de Robledo y continuamos la carretera en dirección oeste pasando por el lugar de Las Humfrías que, como las otras aldeas del municipio, conserva algunas muestras de la arquitectura tradicional y las ruinas de varios molinos en el cercano arroyo de Las Lanchas, pintoresco por sus cascadas.

El caserío de las Humfrías y al fondo el monte conservado con el original bosque mediterráneo en su aspecto original con los canchales típicos de las sierras jareñas

ROBLEDO DEL MAZO

Historia

El pueblo de Robledo del Mazo se fundó a mediados del siglo XV, según se deduce del testimonio de uno de los vecinos que declaran en las Relaciones de Felipe II. Refiere que uno de los fundadores fue su padre, quien con otros cuatro colmeneros se asentó en el valle para explotar una posada de colmenas. El mismo testigo asegura que el nombre del lugar deriva de que los osos que por entonces andaban por aquellas sierras jareñas causaban daños a las colmenas buscando la miel. Para espantarlos, los primeros pobladores de aquellos robledales instalaron en un arroyo un artificio al que “ pusieron hechizo” para que, movido por las aguas, diera sonoros martillazos que ahuyentaran a los animales.

Cascadas del arroyo de Las Lanchas cerca de Las Humfrías

Un testimonio del siglo XVIII asegura que “un incendio redujo a cenizas toda la población y aún los vestidos de la imagen titular, De suerte que habiendo quedado Diego García único vecino y alcalde, entregó en el ayuntamiento de la villa de Talavera su vara y jurisdicción, que con dicho motivo se agregó a la del lugar de Sevilleja. Mas, habiéndose reunido de su calamidad los vecinos dispersos, lograron reintegrarse el dominio privativo del egido y solar del pueblo”. 

CONJUNTO URBANO

Arquitectura popular jareña en el valle de Robledo

El núcleo urbano de Robledo se reparte por la ladera de su asentamiento, con las casas siguiendo calles empinadas y formando grupos bastante homogéneos de viviendas de pizarra enjalbegadas. Las construcciones son de una tipología característica en la Jara serrana, de finalidad totalmente utilitaria, y forman un conjunto curioso que conserva todavía algunos rincones con agradable sabor rural.

IGLESIA

El templo de Robledo  es muy sencillo y también sufrió los avatares bélicos. Estuvo bajo la advocación de Nuestra Señora del Robledo durante el siglo XVI para, más tarde, ser Nuestra Señora de la Encarnación su patrona. La iglesia se independizó de la de Piedraescrita en 1.676 .

 

NUESTROS RÍOS; El JÉBALO (1) PIEDRAESCRITA

NUESTROS RÍOS

El JÉBALO (1) PIEDRAESCRITA

El tejado de la iglesia de Piedraescrita vierte sus aguas a dos cuencas, la del Tajo la del Guadiana

Vamos a ir recorriendo nuestros ríos y aprovecharemos para conocer los atractivos de sus valles y de los pueblos por los que van atravesando. El río Jébalo podemos considerar que nace en Piedraescrita, aunque con las aportaciones en su nacimiento de la garganta de las Puentecillas

Iniciamos el recorrido del río Jébalo, y lo escribo con «J» porque como defiende Jiménez de Gregorio aparece escrito como Xébalo en los documentos antiguos. Río de jabalíes es una de las propuestas que nos quieren solucionar el significado de su nombre.

Piedraescrita desde la ladera del risco de Las Moradas

Nace como hemos dicho cerca del pueblecito jareño de Piedraescrita, cuya ermita se sitúa en la misma divisoria de aguas del Tajo y el Guadiana por lo que las precipitaciones  de su tejado en el lado norte caerían al Jébalo.

Un camino va paralelo al cauce y se dirige en dirección norte discurriendo junto a un pequeño altarcillo que nos recuerda que allí se apareció  la imagen. Siguiendo ese camino llegamos al río cerca del paraje donde se pasa la imagen de la Virgen en un ritual curioso entre los pueblos de Espinoso y Piedraescrita, y del que hablaremos en el próximo capítulo de esta serie.

Arquitectura popular de Piedraescrita

Pero antes visitaremos primero este agradable pueblecito del que existen antiguas referencias a su iglesia como un lugar que servía de refugio a los peregrinos de Guadalupe que se aventuraban por estas sierras.

Las gentes de la comarca siempre se han encomendadoa la Virgen de Piedraescrita en tiempos de sequía.

LA IGLESIA: Cuenta la leyenda que en tiempos medievales, “poco después de la expulsión de los sarracenos”, un vaquero de Espinoso aprovechaba con los  ganados propiedad de su amo talaverano las hierbas frescas del entorno y se le apareció la Virgen en un lugar cercano al pueblo, sobre una roca conocida como “El Canto de la Virgen”, donde hace unos años se ha erigido un sencillo monumento conmemorativo.

Cuenta la leyenda que la Virgen encomendó al vaquero la construcción de una ermita y los lugareños se empeñaban en erigirla en otro lugar diferente al que hoy le sirve de solar, sucediendo que los muros levantados por el día aparecían derruidos a la mañana siguiente, hasta que por fin el templo fue construido donde actualmente se ubica, justo en la divisoria entre las aguas del Guadiana y el Tajo.

Está documentado históricamente que en 1188 el obispo Gonzalo Pérez otorga licencia para la construcción de una iglesia a un tal Nuño Nuñez y a su mujer Aderazo Gómez que aportaban la dote necesaria para su mantenimiento.

Pantocrator románico mudéjar de la iglesia de Piedraescrita

El templo es una edificación sencilla con un ábside que fue octogonal y, según parece, formaba únicamente la sencilla construcción primitiva, más tarde modificada añadiéndose la nave principal. El edificio tiene a los pies un campanario de tres huecos que fue construido en el siglo XVIII. Se accede a la iglesia por un pórtico descendiendo cuatro escalones, ya que el piso del templo se encuentra por debajo del nivel actual del suelo y hay constancia de la existencia de una antigua fuente dentro de la ermita que, como hemos dicho, es una iglesia en realidad. Los muros están fabricados en mampostería de lajas de pizarra con revoco exterior enjalbegado.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P3201098.jpg

Pero lo realmente interesante desde el punto de vista artístico es el interior de este monumento. Sus paredes  están en gran parte recubiertas de valiosa azulejería talaverana del siglo XVI y XVII con escenas del Nuevo Testamento. En el lado de la epístola destaca un San Cristóbal de grandes dimensiones frente al que se sitúa un panel con una fila de arcabuceros similar al que se encuentra en la ermita de la Virgen del Prado de Talavera, aunque no es esta la única similitud en los motivos dibujados en Piedraescrita. Otros paneles representan a diferentes santos y en el testero se aparece un juicio final con la resurrección de los hombres que son extraídos de las tumbas por ángeles y demonios. Un azulejo parece representar al autor de parte de los paneles cerámicos. Considero esta iglesia de Piedraescrita uno de los santuarios de la cerámica talaverana cuyo contenido ampliaremos en otra ocasión

En el cuarto de esfera que cubre la capilla podemos contemplar la pintura al fresco de un Pantocrátor con estrellas y una luna con cara femenina. Esta es la pintura románica más meridional del territorio nacional. Son también de interés un magnífico Cristo crucificado del siglo XVII, la pila bautismal y una escultura de la Virgen en cerámica talaverana.

El «gusano» de Piedraescrita, rastro de un trilobites en la cumbre de Las Moradas

Justo por encima del pueblo domina el paisaje la cumbre de Las Moradas, el pico más elevado de La Jara en el que persisten restos de amurallamientos donde se habrían refugiado los primeros pobladores cristianos huyendo de las razzias musulmanas. En un risco de cuarcita que mira desde la cumbre hacia el caserío se percibe un fósil que es el rastro de un trilobites de más de 7 metros de longitud,  y no conozco ejemplar de cruciana, que así se llaman estas huellas fosilizadas, con un mayor tamaño. También hay referencias al hallazgo de otras inscripciones hoy desaparecidas en el entorno de la iglesia que habrían justificado el nombre de “Piedra-escrita”.

Camino de Piedraescrita con la piedra que señala el lugar de la aparición. paralelo al camino va el Jébalo naciente

POR LA CAÑADA Y EL GUADYERBAS HASTA  CORCHUELA

CAÑADA LEONESA OCCIDENTAL III

POR LA CAÑADA Y EL GUADYERBAS HASTA  CORCHUELA

Recorrido aproximado 17 kilómetros, 5 horas

Emblase del Guadyerbas en Navalcán

Seguimos nuestro periplo trashumante desde Parrillas. Tenemos dos opciones: ir en dirección sur, partiendo de la plaza donde se ha erigido el rollo, para volver así a la cañada, o bien recorrer la carretera en dirección inversa de nuevo hasta la cañada y así seguir completo el trazado pecuario desde donde lo dejamos para acercarnos a visitar Parrillas.

Antes de que las aguas del embalse de Navalcán anegaran la cañada en su recorrido original, deberíamos haber seguido su viejo trazado en dirección a poniente, pero debido a la inundación de la misma, ahora nos vemos obligados a tomar un camino que se dirige en dirección sur para cruzar el Guadyebas por la cola del pantano a través de un puente de nueva construcción y seguir así su nuevo trazado por la orilla sur.

Dolmen de Navalcán salvo los dos ortostatos con serpientes grabadas, con el embalse casi vacío por lo que se puede contemplar

Después de unos kilómetros nos encontramos con el Guadyerbas, río de gran interés ecológico cuyo entorno ha sido protegido recientemente como Parque Fluvial del Río Guadyerbas y los Baldíos de Velada. A primera vista, el escaso caudal que parece llevar en superficie puede engañarnos y llevarnos a pensar que se trata de poco más que un arroyuelo, pero la humedad que su cauce arenoso mantiene en el subsuelo hace que sus orillas se adornen con un precioso bosque de ribera que cuenta con rincones de gran belleza y parajes que pueden ser una sorpresa para el caminante.

Acogedoras fresnedas, alcornocales y encinares con ejemplares de gran porte, bosquecillos de espino albar nevados de flores en primavera y rojos en el otoño por sus frutos que en algunos lugares se combinan con el morado de los endrinos. Choperas, algunas alisedas y helechales que afloran sorpresivamente con su verde vivo en medio de los arenales esteparios.

Industria paleolítica de la cultura del Guadyerbas

El embalse de Navalcán sirve para el abastecimiento de agua potable a los pueblos del entorno, aunque en épocas de sequía también se utiliza como complemento para el embalse de Rosarito, que con sus aguas fertiliza las huertas veratas. El embalse del Guadyerbas se encuentra rodeado de bosque mediterráneo adehesado y bien conservado, donde no es raro que nos crucemos con los venados y con grandes bandos de grullas que en los atardeceres invernales se concentran en las orillas sobrevolando sus aguas con su peculiar graznido. Otras especies que podemos observar en este entorno privilegiado, según el naturalista Ignacio García del Pino, son la avutarda, el sisón o el alcararaván, sobre todo en las llanuras cerealistas pseudoesteparias de la zona. También se han podido detectar varios nidos de cigüeña negra y una población importante de gorrión moruno. Entre las rapaces, el águila calzada, el aguilucho cenizo y algunas parejas de águila imperial ibérica en las inmediaciones de la desembocadura del Guadyerbas en el Tiétar. El cernícalo primilla cuenta con la mayor población de Castilla- La Mancha, y todo el territorio se ha declarado por la Unión Europea como Zona Especial de Protección para Aves.

El embalse es muy frecuentado por los pescadores que intentan capturar las especies más frecuentes en el mismo, como son la carpa común, el barbo, la boga y el black –bass.

Una vez que hemos cruzado el puente sobre el Guadyerbas seguimos nuestro camino por la orilla sur. Jnto a la desembocadura del segundo arroyo que debemos vadear se situaba el conocido como menhir de Parrillas o del Guadyerbas. Se trata de un monumento megalítico que se habría erigido en el Calcolítico o Edad del Cobre hace unos cuatro mil quinientos años, como confirman los hallazgos de cerámica encontrados en la excavación que se hizo a sus pies y que desgraciadamente dejó sin sustentación al monolito, lo que ocasionó que se desplomara y fuera robado. Tenía 1,70 metros de altura y en su superficie se podían ver anchos grabados obtenidos por piqueteado y abrasión posterior. Se trata de cazoletas o huecos semiesféricos labrados y unidos verticalmente por una línea que sugiere según la arqueóloga P. Bueno la presencia de una serpiente similar a las que más tarde veremos en el dolmen de Navalcán. Otras líneas verticales más finas forman también dibujos serpentiformes mientras que otro motivo grabado en la zona superior presenta forma de dientes de sierra. Como iremos viendo, es frecuente que cerca de las cañadas se sitúen éste y otros monumentos megalíticos de la comarca, lo que nos orienta sobre la gran antigüedad de estos caminos ganaderos.

Entre el embalse y Corchuela podemos encontrar grupos numerosos de venados

MOLINOS DE ARRIBA O DEL PUENTE EN TALAVERA

Molinos del Primer Ojo del Puente

MOLINOS DE ARRIBA O DEL PUENTE EN TALAVERA

En el puente viejo hubo históricamente dos paradas molineras, una en el puente, también llamada «molinos de Arriba» y hoy ocupada por la central eléctrica, y otra en el primer ojo del puente. Ambas desaparecidas pero de las que nos queda algún testimonio histórico e imágenes y fotografías antiguas.

En 1142 Alfonso VII cede a la Catedral de Toledo la décima parte de sus rentas en Talavera entre las que se incluían las de sus molinos. En el siglo XIII, el monasterio de San Clemente de Toledo y los frailes de Calatrava son dueños de unos molinos “ so el alcaçar de Talabera junto al muro”[1].

Probablemente es esta la primera referencia a los molinos que después conoceríamos como “del Puente”, más concretamente  como “los del primer ojo del Puente” para no confundirlos con los molinos de Arriba, situados hacia la mitad del trazado del Puente Viejo de Talavera, justo donde hoy se encuentra la central hidroeléctrica (fig. 2). La rotura de la presa del Paredón hizo descender recientemente el nivel de las aguas del Tajo y pudo así observarse la existencia de un antiguo azud que daba movimiento a estas aceñas situadas junto a la muralla, que entonces era lamida por las aguas del río.

Molinos del Puente en un plano de navegación del siglo XVIII. Los molinos del Primer Ojo aparecen como perdidos y los otros como pertenecientes a los jerónimos. Las dos paradas tienen aspecto por la planta de aceñas de rueda vertical, aunque probablemente ya reconvertidos a molinos de regolfo

El Arzobispo Tenorio concede en el año 1397 a la orden de San Jerónimo varias dehesas y molinos de los que cuatro paradas habían sido recibidas en herencia de su madre[1]. Los molinos de Abajo junto a los de Arriba, situados en el puente, se mantuvieron en manos de los jerónimos, tan poderosos en Talavera, hasta el siglo XIX.

Los que hemos dado en denominar “molinos del primer ojo del puente” pertenecieron a los propios de la ciudad durante el siglo XVI, aunque en el siglo XV habían sido objeto de polémica por la pretensión del regidor Pero Suárez de Toledo de obtener la concesión del primer arco del puente para la construcción de unas aceñas, contra la opinión de otros regidores que apuntaron la conveniencia de que la obra quedase para la propia villa, pues podría convertirse en “ una de las principales e mayores rentas quel conçejo de la villa puede auer”[2] .

Molinos de arriba o del Puente en el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI

Un grabado del siglo XVI de Van der Wyngaerde capta con detalle los dos molinos del puente. En los del “primer ojo” se pueden distinguir dos cuerpos con cuatro cárcavos, los molinos de Arriba aparecen como un gran edificio situado por encima del puente y hacia la mitad de su trazado, justo donde hoy se localiza la central eléctrica. Estos mismos molinos aparecen también en el plano de Talavera que dibuja Pedro Guerra en la obra “Anotaciones a la Historia de Talavera de Francisco de Soto” escrita durante el siglo XVII.[1]

Talavera y molinos del Puente en el plan de Navegación de Carducci del siglo XVII

En cuanto a los datos que nos aportan las ilustraciones de los proyectos de navegación del Tajo a su paso por Talavera, vemos que en 1641 no se reseñan los molinos del “ primer ojo” y que los molinos de Abajo, que aparecen como de Santa Catalina, tenían paradas en ambas orillas. Los molinos de Cabañuelas en esta época ya ni siquiera se señalan.

Postal que muestra los molinos de Arriba antes de convertirse en central eléctrica

Si observamos el plano del proyecto de 1755 figuran como molinos perdidos los del “primer ojo”, sin embargo los de Arriba sí aparecen y se percibe por su aspecto que son aceñas de tres cuerpos o tajamares. Los de Abajo no podemos verlos por no haber seguido los ingenieros más abajo de Talavera en este estudio de navegabilidad del Tajo (fig. 55).

Isla de los molinos en una postal de principios de siglo. Probablemente eran todavía molinos pero se habría instalado la turbina eléctrica en uno de sus edificios

A comienzos del siglo XIX debían estar arruinados todos los molinos del puente ya que en el proyecto de Cabanes de 1820 solamente aparecen los molinos de Abajo.

En varias ocasiones los molinos del viejo puente siguieron su misma suerte al ser arrasados por las numerosas crecidas del Tajo y así nos lo describe Francisco de Soto en su historia de Talavera. Nos señala también este autor la gran potencia de los molinos talaveranos que “ son suficientes para provechar la harina de Talavera sino también a muchos lugares de su tierra”.

Los molinos de Arriba vistos desde su parte trasera

[1] DE SOTO, F.: Opus cit. cap.5.

[1] JIMÉNEZ DE GREGORIO, F.: opus. cit. Los Pueblos de …Tomo IV, Talavera de la Reina

[2] SUÁREZ ÁLVAREZ, Mª. J.: opus cit. p.203.

[1] SUÁREZ ÁLVAREZ,Mº.J.: Opus cit, p. 335.

REMEDIOS CASEROS DE LAS MUJERES DE LA JARA

REMEDIOS CASEROS DE LAS MUJERES DE LA JARA

La flor de la jara en su variedad llamada de las cinco llagas por las cinco manchas oscuras

Reproducimos aquí algunos remedios populares recogidos cuando elaboramos con asociaciones jareñas de mujeres, especialmente de La Estrella, el libro de la Cocina Tradicional en La Jara. Son tratamientos sencillos utilizados tradicionalmente en los pueblos de la comarca

PARA EL CATARRO

200 gr de higos pasiques

100 gr de pasas

4 palos de orégano

5 cucharadas de miel

1/2 litro de agua

Se pone a cocer 15 minutos a fuego lento, se deja enfriar y se toma una cucharada cada tres horas

PARA LA TOS

1 cucharada de harina

1 litro y mediol de miel

Se tuesta la harina. Se echa un vaso de agua y la miel. Se cuece y se hace una papilla espesa. Se toma muy caliente

PARA ABRIR EL APETITO

2 cucharadas grandes de anises

150 gr de cortezas de quina

1 copa de anís

1 l de vino

1 vaso de agua

Se pone todo a cocer durante 10 minutos a fuego lento, después se deja reposar 48 horas. Se toma una copita antes de las comidas

Ruscus aculeatus, planta que se utilizaba para el tratamiento de las hemorroides y que incluso dio su nombre a una crema utilizada para su tratamiento «Ruscus»

PARA EL CÓLICO NEFRÍTICO

Poner dos cebollas gordas a hervir en dos litros de agua. Reducir hasta que queden aproximadamente un litros de agua. Tomarse un poco en ayunas.

PARA LA COLITIS

Infusión de higo chumbo

PARA ABRIR EL APETITO

Infusión de hiel de la tierra

PARA LA CIRCULACIÓN

Infusión de “correhuela” blanca

PARA EL CONSTIPADO

Infusión de flor de la jara y de la amapola

PARA LAS HEMORRAGIAS

Infusión de “culantrillo”.

PARA LA INFLAMACIÓN

La hierba de la mora cocida y puesta en paños calientes

PARA PURIFICAR LA SANGRE

Infusión de «savia» o té de campo

El Colchicum autumnale se utiliza para la obtención de la colchicina, tratamiento para bajar el ácido úrico, pero que también se ha utilizado como veneno

PARA BAJAR LA TENSIÓN ARTERIAL

 Infusión de unas 15 hojas de oliva

PARA LA GARGANTA IRRITADA

Infusión de tomillo salsero y miel. Se hacen gárgaras y se puede tragar después

 

 

Hiperico o Hierba de San Juan