Segunda parte
Reproduzco aquí un interesante fragmento de un estudio geográfico de Fernando Jiménez de Gregorio, de 1953, sobre el Rincón de Anchuras, donde trata sobre las viviendas de Anchuras y sus pedanías.
«Las modernas casas de Las Anchuras capital, aunque de pizarra y cuarcita tienen una parte de ladrillo en el encuadre de los huecos que son de buen tamaño. Algunas aparecen revocadas y con la vivienda a la calle.
Los balcones son escasos porque siguen siendo la mayoría de un piso; la cubierta de madera, generalmente de pino. La portada adopta generalmente la forma de cuerda de arco.
La distribución interior es sencilla: un portal alargado que da paso a las habitaciones. A continuación, el patio, en donde está la cocina y la puerta del corral, en éste la cuadra, pajar y dependencias labriegas. Son por lo genera] pequeñas.
Se aprecia en ellas la influencia de los albañiles portugueses que, como en otros pueblos de la jara, impusieron su técnica constructiva por no existir artesanos de este oficio en esos pueblos. Los portugueses, indefectiblemente, disponen la casa de forma distinta a la general costumbre del país llevando el corral a la parte final y haciendo del portal la habitación eje de la casa, con habitaciones a la calle. También utilizaron por primera vez el enfoscado de las fachadas con arena y cal.
Las viviendas de los restantes caseríos tienen factores comunes: corral delantero y semicircular, horno que rompe la línea de la fachada semejando pequeños ábsides románicos, aspecto, en genera], pobre y rústico, la cimentación de cuarcita o de pizarra
se alza sobre la roca, sin revocar el exterior, las paredes de los corrales protegidas por bardas de leña o corcho, que afean y empobrecen al ya tosco poblado, pequeñas ventanas al corral, pocas al exterior, la portada se ampara en un tejadillo muy saliente, con puerta de una hoja con postigo y cerrojo (el cerrojo es grande, de hierro, cuando usa un palo, que hace las veces de aquél. Las puertas exteriores no suelen tener llave, sólo el cerrojo, que, si está corrido, indica que no debe pasarse a la casa porque los dueños están ausentes).
El interior es miserable: suelo terrizo, lanchizo o empedrado, muy raramente cubierto con baldosa o ladrillo; la cubierta de roble, alcornoque, los cabrios de quejigo y el relleno de jara, muchas veces a teja vana, sin doblado; suelen carecer de pozo. La distribución es variada: en el corral, la cuadra y el pajar; alguna parra o higuera, alegran la rusticidad de este conjunto, en un rincón el pequeño lumbrero u hogar de verano, en alto. Salvando desniveles con rampas o toscos escalones de pizarra se llega a la vivienda propiamente dicha con el portalillo o enramada. por el que se pasa a la cocina, grande, con campana, hogar de piedra y cadena para el caldero de agua, con poyos laterales algunas, con una o dos habitaciones, con puerta de madera o de corcho. Son generalmente pequeñas e incómodas.
Las viviendas de Gamonoso conservan más que ninguna otra el aspecto de casas-labranza con la gran cocina y tenadas. Las de Encinacaída son las más pobres. En Las Huertas del Sauceral abundan las casas modernas pero pequeñas. El interior está blanqueado con tierra del Horcajo. En el interior usan la cal, para encuadrar los huecos.»
Me encantan las casas de Gamonoso y Anchuras